Apuntes sobre democracia virtual. Reflexiones para educadores

 

Marta Fernández Prieto martfp@udc.es

El documento que les presento se nutre de las diversas aportaciones que se están escribiendo hoy en día acerca de la revolución electrónica, materializada ésta en las posibilidades informativas, comunicativas y expresivas, debidas tanto al desarrollo de nuevas formas de transmisión de datos, como de nuevas tecnologías de software. A raíz de tal desarrollo tecnológico, comenzaron a surgir escritos basados en las posibilidades antes mencionadas y relacionados con el mundo educativo. Si bien, en un principio tales exposiciones trataban el tema desde planteamientos más técnicos que críticos, actualmente, si cabe, se observan algunos indicios que reconducen el debate educativo acerca de las nuevas tecnologías, con nuevas exposiciones una tanto más críticas acerca del efecto y la relación de éstas con la sociedad y el ciudadano. En ese debate educativo se comienzan a considerar imprescindibles y necesarias ciertas observaciones y análisis acerca de la situación social que estamos viviendo, que nos puedan servir como referente cultural en el trabajo educativo con estas nuevas tecnologías. Hacia ese pequeño intento dirijo las siguientes palabras.

 

La Comisión Ministerial Europea organizó una reunión, con el objetivo de potenciar el uso y el aprovechamiento de las redes electrónicas, en la que sus conclusiones son recogidas en la Declaración de Bonn (1997), y donde se pone de manifiesto la importancia que tiene el desarrollo tecnológico en la evolución de las sociedades. De tal manifiesto parece desprenderse la importancia del factor económico como determinante para la implantación social de las tecnologías, aunque existen esfuerzos por esgrimir motivos sociales como el que tales técnicas nos permitan acceder y comunicarnos con quién deseemos, por encima de barreras espacio / temporales. Baste para comenzar, que una cosa es que se tenga la posibilidad de acceder y otra muy distinta es la probabilidad  de que se pueda hacer uso de tal tecnología. Pero hoy en día, en la sociedad posmoderna o hipermoderna, - como  prefieren denominar algunos (Maldonado, 1998) -, a nadie se le escapa el enorme atractivo que tienen estas tecnologías para las empresas y empresarios, en general, y para las empresas de comunicación, en particular. La tendencia al alza de los valores tecnológicos no ha hecho más que empezar, a lo que van parejas las largas y amplias expectativas de inversión en Internet, máxime cuando está en sus primeros estadios de desarrollo. Tal postulado es el que han hecho los grandes magnates de las empresas proveedoras de servicios en Internet, - entre los cuales está AOL (American On Line ) con Steve Case a la cabeza y Microsoft, de la mano de Bill Gates -, en el reciente Foro Económico Mundial celebrado en Davos (Suiza), cuna del mercado y las finanzas mundiales. Si tenemos en cuenta que habrá más de cinco redes (teléfonos, entretenimiento, transacciones, voz...) a parte de la del ordenador personal, podemos entender los intereses en este campo, de empresas que no forman parte, directamente, de lo que se entiende por nuevas tecnologías.

El panorama social con respecto a las nuevas tecnologías nos desvela que es el eje económico el que justifica cualquier acción, sea incluso social o cultural. Sabemos, pues, que en esta `incipiente' tecnología se invierten enormes esfuerzos para su expansión e implantación traspasando fronteras y territorios, constituyéndose así en herramienta favorecedora de la igualdad en el acceso a las redes para cualquier ciudadano del planeta. Se esgrimen, así, razones de justicia, globalidad, progreso, que permitirá no solamente acceder a una ingente cantidad de información, sino a la posibilidades de comunicación vía redes que existen hoy en día. Visto desde este punto de vista, la tecnología suponen una maravillosa herramienta que facilita, globaliza e iguala las oportunidades de acceso a lo que transporta, proporcionándonos un grandioso beneficio y comodidad. La sensación de libertad, el alto grado de individualismo, emocionan e ilusionan a unos, asustando a otros, por el contrario, la excesiva dependencia, el aislamiento o el empobrecimiento intelectual, pudiendo observar, de un lado, la proliferación de artículos propagandísticos, como de otro, algunos excesivamente derrotistas, aún cundo los menos.

Pero más allá de esta dicotomía, algunas voces intelectuales asientan algunas bases en estos extremos apuntando con duras críticas al liberalismo económico imperante en nuestras sociedades. Son intelectuales que analizan el modo de pensamiento en nuestros días influenciado por el poder que están ejerciendo las nuevas tecnologías, no únicamente en nuestra forma de ver la vida, sino en todos los órdenes sociales. Un modo de pensar basado más en la economía descarnada bajo la cual se diseñan las políticas sociales, políticas éstas cuantitativas, reduccionistas, caritativas y parceladas. La economía ha reducido al hombre a la categoría de mercancía, de materia prima. Esta es la conclusión a la que llegan en el Foro de Intelectuales celebrado en Madrid donde asistieron Edgar Morin, Vittorio Corvo y Ricardo Petrella .

 

Eso de la democracia en el ciberespacio.

Situados ya en pleno liberalismo económico, se comienza a hablar de democracia en el mundo de las nuevas tecnologías, más concretamente en el ciberespacio, lo que implica aludir a los mecanismos de control que sobre las redes están ejerciendo algunos gobiernos, a pesar de que paradójicamente se hable de globalidad. Nacen instituciones que vigilan por la actuación democrática en el uso de las redes, (EFP-Electronic Frontier Foundation); CPSR-Computer Professionals for Social Responsability); CDT- Center for Democracy and Technology), todas ellas en los Estados Unidos, quienes a través de la reciente reforma Telecommunicatrions Reform Act (1996) paradójicamente se proporciona a los Estados unas bases jurídicas para la desregularización total en materia de medios de comunicación e Internet.

Ello significa que el campo para la fusiones y macrofusiones empresariales está abierto para todo el que lo solicite. Cualquier compañía goza de máxima libertad en sus movimientos, los mercados se adaptan a cualquier iniciativa y los teóricos del ciberespacio, legitiman ansiosamente la democracia en la red, basada en el modelo helénico, o la república electrónica (Maldonado, 1998).

La democracia en la red permite participar a quién quiera, a millones de personas en aras de una mayor globalización de la economía, de lo social, de lo cultural, de lo educativo, pero por otro lado, el gobierno del pueblo se va relegando el gobierno, la gestión y el control de las redes por unos pocos, definiéndose alrededor de megafusiones empresariales con impresionantes tentáculos que barren grandes mercados. El primer gran efecto del 2000 lo constituyó la fusión AOL (American On Line ) y Time Warner, el gigante de la comunicación. AOL es la empresa líder en servicios de Internet, antes en competencia directa con Microsoft, desde que aquella decidió la compra de otro navegador más utilizado, Netscape. Ahora, con esta megafusión, se monopoliza absolutamente la industria de las comunicaciones, el comercio, el entretenimiento y el ocio, pasando a liderar el campo del ciberespacio. Esta nueva fusión apuesta más por los contenidos, al contrario que el otro gigante proveedor de Internet, Microsoft, con Bill Gates a la cabeza, que apuesta más por los servicios.

Entre servicios y contenidos se van definiendo las nuevas ofertas del ocio, del tiempo libre, de la educación, de la formación... a través de Internet. Pero al mismo tiempo que se van evolucionando en software par el gran público, también se avanza en desarrollo de hardware que permita aunar funciones y campos políticamente beneficiosos. Hablamos de las tecnologías como los satélites, las cámaras, los ordenadores, los teléfonos, el escáner... etc., es decir, todo dispositivo que acoplado pertinentemente permiten observar y escuchar lo que se desee, como si fueran una prolongación de los propios sentidos, tal y como apuntaba McLuhan. Los organismos de defensa e interior dependen en su mayor parte de artilugios tecnológicos, sobre todo en terrenos de espionaje, de armamento, e incluso el comercio de datos, llevándose a cabo a través de diversas `multitecnologías'.

Con respecto al espionaje merece especial atención una noticia del presente año que a muchos nos ha dejado un tanto perplejos, acerca de la red de espionaje de EEUU, creada por la CIA y la NSA (National Security Agency) y con sede en Gran Bretaña, denominada Echelon, encargada ésta de espiar cualquier comunicación europea. Lo más alarmante es la descripción que hace una de las creadoras de la red, Margaret Newsman, quien destapó el escándalo, acerca de las capacidades tecnológicas para grabar y observar desde los satélites cualquier sello que estuviera en el suelo. Así, los EEUU han espiado a personas, instituciones, empresas... desde 1974... ``Ya en 1979 podíamos elegir a una persona y pinchar su conversación telefónica. Teniendo en cuenta que nuestros satélites podían en 1984 filmar un sello de correos en el suelo, es casi imposible imaginar el poder que el sistema puede tener hoy.... Eramos capaces de seguir a un individuo o a una organización y monotorizar todas sus comunicaciones electrónicas en tiempo real" . Quizá esto nos pueda mostrar el gran poder que gozan las nuevas tecnologías y el papel tan importante que juegan en la evolución del propio sistema. A tenor de lo dicho, no viene mal reflejar aquellas ideas pronosticadas por Orwel (1949) acerca del Gran Hermano, donde los individuos están sometidos al control de los medios audiovisuales y podría decirse incluso de las nuevas tecnologías, quienes tienen capacidad para ejercer un papel vigilante de sus usuarios. De hecho, los datos relativos a las características de las personas (hábitos de consumo, preferencias personales, inclinaciones políticas...) pueden luego convertirse en mercancía muy valiosa. En ese sentido, podemos hacer referencia  a los denominados `sniffers ' quienes tienen el cometido de crear perfiles de usuarios de Internet. (Fdez. Esteban, 1998). Parece evidente la necesidad de regulación jurídica acerca de los derechos fundamentales del ciudadano, desdibujados y difuminados cuando hablamos de Internet. En Europa, al menos que se sepa hasta ahora, el sistema Enfopol (Interceptación Legal de las Comunicaciones ) está dando sus primeros pasos de creación por vías jurídicamente legales. De ello se están encargando dos comisiones del Parlamento Europeo, la de Libertades y Derechos de los Ciudadanos y la de Asuntos Jurídicos y Mercado Interior.

Pero después de todo esto surge una pregunta ¿Quién gobierna realmente en Internet? La pregunta tiene difícil respuesta, por lo menos una respuesta exacta. Pero en aras de acercarnos un poco más a ella sí se puede hacer mención a las empresas registradoras de `dominios' en Internet. Los dominios son `com'. (Asociaciones comerciales) `org'. (organizaciones) `net' .... y están gestionados por una empresa con una gran base de datos (Network Solutions) en la cual sus propietarios tienen un poder político impresionante y casi todos pertenecen también a empresas vinculadas a defensa. Pero el intento más importante por democratizar el ciberespacio de como resultado el (ICANN)(Internet Corporation for Asigned Names and Numbers ). Aún así, ICANN, como primer intento de democratizar el monopolio, estaba formado por empresas del sector privado, asociaciones, cámaras de comercio, todos ellos representantes de varios países, pero el gobierno americano, que junto con la empresa Network mantienen el registro de la base de datos y por lo tanto cierto tipo de  poder .

 

En la estrategia propagandística de estas nuevas tecnologías se ha hecho verdadero hincapié en la globalización, la denominada aldea global a la que todos podemos acceder y pertenecer gracias a estas nuevas técnicas. Ello implica, según tales postulados, que la participación del pueblo en cualquier evento debida a las tremendas posibilidades de comunicación, en aras de una democracia virtual, puesto que las fronteras extinguidas favorecen la convergencia política, económica y social, para dar paso a una sociedad basada en la tolerancia y la reciprocidad. Pero esa globalización, que no globalidad, tal y como apunta Petrella, comienza a ser discutida al ser revelada como estrategia de centralización del poder político y económico. Con tales argumentos se definía el Institute for Global Communications en Davos... ``denunciamos el papel de los grupos de negocios informales (Foro de Davos) ... que solo beneficia a las élites multinacionales, al tiempo que aumenta el hambre y la cantidad de gente sin acceso a los cuidados sanitarios mínimos y a la educación" .

Por otro lado, tal estrategia de globalización parece desinflarse según algunas noticias y datos, confirmando estos que las empresas que cuelgan sus informaciones y servicios en red, se dan cuenta de que apenas eran visitadas páginas que estuvieran relacionadas con una realidad o cultura más ajena a la propia. Debido a ello, las nuevas empresas de contenidos y servicios en Internet apuestan por el desarrollo de lo `local' en aras de lo que denominan como `comunidades virtuales' las cuales parecen ser más rentables. La participación, pues, se reduce, para limitarse al diálogo de temas muy concretos, a personas muy concretas, siempre avalados por intereses muy comunes, intereses más creados por la red que compartidos a priori, lo que hace que dichas organizaciones de participación sean más débiles, dado que no surgen de confrontaciones divergentes, diferentes, conflictivas que hagan que se potencia en mayor medida el comportamiento democrático (Bauman, 1993). Pero eso es otro tema.

 

Acerca de la tarea del educador.

Quizá el debate de las nuevas tecnologías en educación sea diferente si tenemos presente tales acontecimientos. Quizá ahora podamos comprender que la importancia de la tecnología no viene avalada únicamente por sus virtualidades técnicas, sino por todo un complejo entramado político y social que empujan constantemente para su implantación en la vida política y económica de nuestras sociedades. Quizá también comprendamos que el objetivo social es consumir productos tecnológicos, no saber cómo utilizarlos. Quizá también vislumbremos que la democracia ciberespacial se limita a la libertad individual en detrimento de mayor igualdad. ¿A partir de aquí qué pasa cuando educamos con estas nuevas tecnologías? En un primer momento convencernos de que, en última instancia, somos los individuos quienes tenemos la decisión de utilizar la tecnología, y que podemos intentar ser más conscientes de cómo, dónde y para qué la utilizamos. En educación debemos constantemente realizar tales preguntas con nuestros estudiantes, pero antes de nada también consideramos imprescindible reflexionar con ellos acerca de las ventajas y desventajas que las redes telemáticas e Internet proporcionan a la sociedad y a la educación. Algo así como que las nuevas tecnologías facilitan el acceso a la comunicación, suponen un estímulo para el aprendizaje; proporcionan mayor interactividad que otros medios; también un ahorro de tiempo considerable como herramienta de trabajo; mayor rapidez y velocidad en la búsqueda de información y contenidos; libertad de expresión; acceso a programas de aprendizaje multimedia; conocimiento de otras culturas, personas, ambientes; aprendizaje de otros idiomas...

Pero también se trata en la medida de lo posible de profundizar en las desventajas, tales como el aislamiento físico y psíquico; la excesiva ansiedad por no encontrar respuestas rápidamente; los diálogos y las comunicaciones, ya que son algunas veces muy sintéticos y rígidos; la dependencia de la pantalla, lo que conlleva la aparición de diversas patologías; el comercio de datos o la violación del derecho a la intimidad; quizá también el monopolio de contenidos, del conocimiento; las diferencias cada más acuciadas entre ricos y pobres, la presión social para aprender informática hace que se cree una especie de psicosis de tal necesidad; el fomento excesivo del individualismo; la simplificación de las experiencias y la realidad... etc.

A partir de aquí, podríamos plantearnos que pasa con la calidad de la educación con las nuevas tecnologías. Pero esto es tema de otro estudio.

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Referencias

ARONOWITZ, S.; MARTINSONS B.; MENSER, M. (1998)(COMPILADORES): Tecnociencia y Cibercultura. La interrelación entre cultura, tecnología y ciencia, Barcelona: Paidós Multimedia.

CEBRIÁN DE LA SERNA, M. (2000:5): Las redes y la mejora del prácticum en la formación inicial de maestros. Pixel-Bit. Revista de Medios y Educación, nº14, p.5-11.

FERNÁNDEZ ESTEBAN, M.L. (1998): Nuevas Tecnologías, Internet y Derechos fundamentales, Madrid: McGrawHill.

MALDONADO, T. (1998): Crítica de la razón informática, Barcelona: Paidós Multimedia.