CULTO A LA BIPOLARIDAD
EXISTENCIAL DEL SER HUMANO DE HOY y tú dónde estás?
Dr. Atilio Laurence
ERA
DEL PROTOZOO
Desde el último ladrillo fundamental de la materia,
llamado quark top, hasta los intentos por desentrañar los misterios del AD36,
como el adenovirus que causa la obesidad, el mundo se debate por las vías
paralelas de la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, la creación y la
destrucción.
A través del tiempo histórico la humanidad intenta
dar una imagen de crecimiento, prosperidad, felicidad y júbilo. Desde que la
teoría Darwiniana catapultó al hombres desde el protozoo marino, hemos visto
cómo nacen y mueren aplastadas naciones enteras, pueblos completos llevados al
patíbulo.
No hay problema más importante que la educación y
es justamente un problema irresoluto por no ser un desafío con oportunidad.
Evolución humana y educación, dos elementos
inseparables por toda la vida. Así lo
ratifica la Carta Magna emanada de los organismos internacionales. El concepto
de dignidad del hombre es el fundamento de todos los derechos y el pretexto
histórico de todos los atropellos.
El Ser-Protozoo, como especie primigenia de esta
constelación, pudo gozar de libertad, equidad y participación dentro de su
propio medio acuoso.
Es posible afirmar especulativamente sobre la
felicidad circunstancial de este Ser-Protozoo. Los mares, ardiente lava de
química y fuego, no hacían más que preparar la solidificación del magma
derramada por la cadena de volcanes.
El
protozoo crece por sus propias condiciones bioexistenciales, con o sin
espíritu, con o sin alma, tiene un crecimiento pertinente de cara a las
expectativas de crecimiento vital y social.
El
protozoo se desarrolla en la medida de parámetros bioexistenciales y
evolucionistas que lo enmarcan dentro de un cuadro de virtudes gregarias y
desaciertos socioorgánico-molecular.
El
protozoo tiende a su evolución psicométrica en relación a sus pares y a su
entorno.
Crecimiento,
desarrollo y evolución hasta el punto de desconocer en qué momento del
enfriamiento terrestre apareció y se multiplicó el protozoo o la especie
microorgánica como cadena continua de la especie humana.
El resto
de los componente típicamente del Homosapiens, han permanecidos mas o
menos inalterables, toda vez que retrocedimos a la era de las cavernas y, hoy
la misma actitud y más terrible aún, se hace presente en la contaminación de
las aguas, del aire, de las ciudades, etc.
El motor
que se para tiene sus días contados; es por eso que hoy, todos
tenemos un motor medio detenido, por ende los días de la humanidad parecen
finiquitarse también.
Pensamos
que el protozoo es libre aunque no cuestione su condición de vida. Tampoco
conocemos si existía la posibilidad de encarnar un razonamiento típico de
conocimiento, autoconocimiento o metacognición de la realidad social del
protozoo.
La libertad del protozoo es intrínseca a él y no
existe argumento alguno para eliminar esta libertad Bigbangiana de su
propia existencia y de su propio desarrollo evolutivo junto a su misma especie.
Lejos estaba el invento de la bomba de hidrógeno,
la rueda o el DDT que bloquea los receptores de los andrógenos, causante del cáncer
testicular.
Se cree en la plena libertad del protozoo aunque
exista la sospecha fundada de describirlo sólo como a un ser mínimo, nutriente
del caldo de cultivo terrestre.
Sin duda que la libertad tenía la supeditación
contractual de los medios y factores ambientales: clima, temperatura,
movimiento del caldo vital, perfilaban un cuadro atípico de la evolución
de la especie humana.
Todavía el período Triásico se encontraba lejano y
las bacterias prehistóricas del ámbar de 40 millones dormida en el estomago de
una abeja, no interrumpía la placentera vida del protozoo.
Se desconoce la organización social de los
protozoos, o si tenían alguna estructura sociobiológica; era posible
presupuestar algún tipo de organigrama existente entre la familia de protozoos
y especies afines.
Especulamos la libertad de ellos, así como el
ejercicio de la plena equidad entre sus pares. Equidad para decidir el rumbo
que tomar, equidad biológica en la nutrición diaria. Equidad en la
participación lúdica en medio del sulfuroso mar de algas.
Incluso el adolecer de la bacteria helicobacter
pylori que produce úlcera, era garantía de buena salud. En definitiva, la
equidad en la vida del protozoo, conlleva el acercamiento propio de la libertad
existencial de este ser vivo.
Con equidad, se conquista la
libertad sociocultural de cualquier ser vivo. Lo que pasa es que no tenemos
seguridad de este éxito rotundo, pero queremos suponer vivencialmente que el
protozoo era feliz con equidad.
La participación en el marco del
caldo de cultivo vital, es la culminación de vida de nuestro ser que vive,
crece, se nutre, desarrolla y muere después de haber jugado un importante papel
dentro del contexto bigbangiano del sistema solar.
La equidad del Ser-protozoo se
caracteriza por su organización sociobiológica que produce el acercamiento
preciso entre pares e incluso, entre especies microorgánicas muy disímiles.
Con la práctica de esta equidad biológica sin duda
que se ha encontrado la llama perfecta como la exergia, energía
térmica capaz de reconvertirse en trabajo.
La equidad en esa época constituía la oportunidad
igualitaria entre las amebas y los protozoos.
La participación en el tiempo de los protozoos, se
vislumbraba como la organización biológica que podían ejercer todos los
miembros del caldo de cultivo. La civilidad formaba parte del mecanismo
político de cada integrante de la sociedad organizada de protozoos.
Definimos entonces tres elementos en la vida del
protozoo: libertad, equidad y participación: Libertad para ser, crecer y desaparecer.
Equidad en la emancipación del concepto de Ser-protozoo y poder entrar a la
idea de fábrica flexible adaptables a los cambiantes mercados.
Participación en la producción de material
polivalente que rompen, de algún modo la tradición del taylorismo y el
fordismo, basado en la producción en serie para los mercados masivos.
Nunca la sociedad de los protozoos sufrieron la
xenofia del primer mundo en contra del tercer y el cuarto mundo.
Hoy en cambio vivimos el aumento palpable de la
desigualdad social, el 25% de la población concentra el 63% de la riqueza,
mientras que el 20% más pobre sólo recibe el 4.5% (Tedesco en Pérez Serrano:
23).
La era del Ser-protozoo es, en la perspectiva
ensayística del autor, una época de absoluta convivencia entre pares y
cercanos. Es la etapa perfecta de convivencia entre distintas especies,
constituye la imagen ideal de una sociedad horizontal con dádivas, frutos
generosos y leyes para fomentar el intercambio universal de creatividad.
Por tanto así como el mundo es sólo un testimonio
de nuestro estado mental, modificarlo, equivale cambiar el pensamiento,
intentamos visualizar el mundo protozoico y el actual.
ERA
PREHISTÓRICA
De un salto entre millones de años, observamos
nuestro propio mundo distinto, cambiado, gastado prematuramente. La proyección
es la base de la percepción, El mundo que se vivió es lo que se puso en él.
El testimonio del estado mental en la era
prehistórica daba la imagen de un cuadro pintado en serigrafía. Clanes y
comunidades perfectamente cohesionadas pervivían para cazar, comer, subsistir,
procrear y sucumbir al más fuerte.
La imagen siempre fue de mayor equilibrio: el
trabajo gregario compartido tanto en mujeres como para hombres evitaba la
exclusión y la ruptura.
Aún con un patriarca a la cabeza del clan la
familia se constituía en torno al calor de la choza. Cuando no se había
descubierto el fuego, los hombres y mujeres permanecía entrelazados unos a
otros.
Al momento de descubrir la chispa de fuego, los
hombres y mujeres se percataron que el calor ahuyentaba a las bestias y servia
para sancochar el alimento.
La era prehistórica daba su señal en medio de la
jungla y los accidentes topográficos, el hombre de las cavernas adoleciendo de
biotecnología hacía su trabajo con humanidad y dedicación.
LA
ERA DE LOS GRANDES IMPERIOS
Comienza
aquí la historia del boato, la riqueza y la dominación por la fuerza de los
débiles. Milenariamente anteceden los Imperios orientales, China y Japón, que
no se rendirían hasta la llegada de los tiempos modernos. Incluso así, China y,
específicamente su capital Peiping, hasta hace poco, era la ciudad prohibida
para el mundo occidental.
Japón
por su parte, como invencible guerrero nunca cejó en sus luchas transoceánicas.
Peleó y se inmoló en la segunda guerra mundial, sin poder hacer nada frente al
poderío de bomba atómica-
Mientras
que en occidente, específicamente durante la Edad media, los feudos con sus
señores arrasaban con en miseria del pueblo, envileciendo aún más sus
condiciones de vida.
La
peste negra y bubónica ayudaba con el negrerismo y el verdugueo de la gente.
Cada vez que los señores feudales se enriquecían más y más, así también, cada
vez el pueblo se empobrecía estrepitosamente.
Transcurren
los siglos y el expansionismo europeo mira allende el Atlántico para descubrir nuevas ínsulas y tierras
vírgenes. 1492, Cristóbal Colón descubre la rica América que, confundida con la
India crea una suerte de confusa historia de sus habitantes (se les llamó
indios).
En
esta tierra virgen y nunca hoyada, los aborígenes, personas autóctonas de estas
latitudes, reciben con ingenuidad a los nuevos exploradores, comerciantes y
truhanes. Ellos venían a conquistar, someter y llevarse todo el oro posible.
Así lo hicieron.
En
siglos de subasta y dominación, la esclavitud proliferó hasta el punto de
utilizar al hombre y a la mujer negra para la más ínfima tarea y menester
caprichoso de los forasteros.
La
iglesia evangelizó a la población que se componía a esa altura de extranjeros,
criollos, mestizos y negros. Los dominadores tenían el poder inventado por
ellos mismos, mientras que el resto de la población recibía el sermón
catequizado de la obediencia, la mansedumbre, la humildad y el silencio
oportuno. Así era el mandato y de este modo se cumplían los preceptos religiosos,
sociales y políticos de la Colonia Americana.
Al
paso de los siglos, Las naciones europeas se percataron de otras riquezas a
parte del oro y la plata ya extinguida por la sobreexplotación a ultranza.
En el
siglo 19, con los aires independentista de la Naciones americanas, surge la
rebelión que acaba en matanza e independencia.
Con
estos aires renovados, los países abren sus puertas al nuevo colonialismo,
siendo así que las riquezas naturales son explotadas nuevamente por Europa y
EU.
Se inventan
guerras para vender armas y acorazados y surgen los triunviratos y coaliciones
para emprender contiendas que tienen como único norte el expansionismo
territorial y la mantención de las empresas extranjeras en el país.
La
mano de obra se explota y los gobiernos se coluden masacrando a sus obreros en
el norte, centro y sur del país.
Latinoamérica
surge de entre las guerras intestinas y revoluciones, amén de la sempiterna
dominación económica del extranjero.
Primera
y segunda guerra mundial, Europa, EU y Japón se traman en una guerra
fratricida, donde millones de seres humanos mueren por una desconocida causa.
En la
posguerra, la tecnología surge a pasos agigantados: ciencia arte y técnica,
están al servicio del hombre. Como producto sobrante de las guerras, la
medicina y la educación tienen un gran salto hacia delante. No obstante y por
la desconfianza entre las dos potencias mundiales la URS y EU, surge la llamada
guerra fría, donde el fantasma de la tercera guerra mundial, sería nuclear y
definitiva para la humanidad.
Los
ánimos se calmaron y la humanidad puede continuar con la “anuencia” de las
superpotencias.
Años
más tarde, cae el muro de Berlín y la URS. El mapa de Europa no es el mismo,
pues surge el desmembramiento de Yugoslavia y Checoslovaquia, con miles de
muertos de ambos bandos. La miseria nuevamente azota al viejo continente, así
como lo fue en la segunda Guerra Mundial y en la Guerra Civil Española de 1939.
Las
décadas posteriores serían el preámbulo del venidero siglo XXI, con una máscara
de profundo neoliberalismo, cosismo. Consumismo y guerras urbanas tipificada en
el 11 se septiembre en EU y el 11M o la masacre de la estación de Atocha en
Madrid.