DESIGUALDADES , EDUCACION Y NUEVAS TECNOLOGIAS.-MANUEL AREA MOREIRA
Manuel
Area Moreira
Dpto. de Didáctica e Investigación Educativa y del Comportamiento
Universidad de La Laguna.
E-mail: Manuel.Area@ull.es
RESUMEN
Las nuevas tecnologías de la información son un hecho imparable y que reporta
importantes y variados beneficios a quienes las utilizan. Sin embargo tienen
efectos secundarios perniciosos sobre nuestro sistema social. Entre ellos, el
segmentar y separar más las distancias económicas y culturales entre los
sectores integrados en el desarrollo tecnológico y la población excluida de
dicho desarrollo. La planificación de políticas sociales y educativas dirigidas
a compensar las desigualdades en el acceso a las tecnologías de la informaicón
es una necesidad urgente y necesaria si se pretende que la sociedad de la
información no sea para unos pocos, sino para la inmensa mayoría de la
ciudadanía.
INDICE
1. La necesidad de un nuevo y distinto discurso pedagógico sobre las nuevas
tecnologías
2. La desigualdad tecnológica como un factor de desigualdad cultural. El caso
de la televisión digital
3. Otro ejemplo: ¿Quien accede a Internet? Algunos datos sobre la realidad
española
4. ¿Qué hace falta para acceder a las nuevas tecnologías? Entre otras cosas,
más educación
5. ¿Dónde se obtiene la formación necesaria para ser un usuario cualificado de
las nuevas tecnologías
6. Nuevas tecnologías y políticas para la igualdad de oportunidades educativas
Políticas para el sistema escolar
Políticas para la formación ocupacional
Políticas para la educación no formal
7. A modo de comentario final
Bibliografía
1. La necesidad de un nuevo y distinto discurso pedagógico sobre las nuevas
tecnologías
El discurso hegemónico actual en torno a las nuevas tecnologías (redes de
ordenadores, satélites, televisión por cable, multimedia, telefonía móvil,
videoconferencia, ...) afirma que la presencia de éstas en cualquier actividad
humana -en la economía, en el tiempo libre, en las organizaciones, en la
comunicación, en la sanidad, en la administración, etc.- es imparable y que su
utilización está provocando el cambio y mejora del conjunto de la sociedad y en
consecuencia de la calidad de vida de los ciudadanos. Hasta tal punto el
impacto social de las nuevas tecnologías es tan poderoso que se afirma que
estamos entrando en un nuevo periodo o etapa histórica de la civilización
humana: la llamada sociedad del conocimiento o de la información((1)).
Sería ingenuo no reconocer que los beneficios económicos, sociales y culturales
de las nuevas tecnologías, para quienes las utilizan, son innegables.
Rechazarlas o cuestionarlas sin más significaría mantener una posición ludita o
tecnofóbica. Quienes mantienen posiciones de esta naturaleza adoptan más bien
una actitud conservadora provocada muchas veces por la ignorancia y el miedo,
utilizándose argumentos más de naturaleza emotiva que racional. Pero este es un
posicionamiento que no trasciende más allá de las esferas individuales y de
grupos de fundamentalismo ideológico..
Por el contrario, el discurso dominante sobre las nuevas tecnologías tanto en
los medios de comunicación como en las esferas políticas y empresariales de las
sociedades occidentales es un discursoeconómica y políticamente interesado en
resaltar las bondades de sus efectos, optimista sobre el futuro hacia el que
caminamos, y axiomático sobre su necesidad. Es un discurso que apenas deja
sitio para la discrepancia, para el análisis crítico tanto del proceso
acelerado de estas innovaciones tecnológicas como de los efectos sociales y
culturales de dicho proceso (Zubero, s.f.).
Este discurso tecnofílico, es decir, de aceptación y entusiasmo sobre las
bondades sociales, culturales y educativas de las nuevas tecnologías, también
ha impregnado nuestro discurso pedagógico, y específicamente didáctico, de los
últimos tiempos. Hemos descubierto que las nuevas tecnologías de la información
facilitan y potencian de forma espectacular el aprendizaje humano y
consiguientemente incrementan la eficacia de los procesos de enseñanza. Existe
abundante bibliografía en nuestro país sobre este particular..
Sin embargo, en el contexto pedagógico español no se ha desarrollado
suficientemente un discurso pedagógico que analice globalmente el impacto de
las nuevas tecnologías sobre la educación. Nuestro discurso educativo actual es
reduccionista y parcial en cuanto solamente explora el potencial de las NNTT en
relación a la facilitación de los procesos individuales de aprendizaje. Como
ejemplo ilustrativo de esta idea, baste analizar los contenidos de las
publicaciones que en español se realiza sobre esta problemática. Existe una
preocupante ausencia de estudios en los que se analicen las NNTT en relación a
los cambios sociales, políticos y culturales que las mismas promueven en el
interior de nuestras sociedades((2)) y en consecuencia identificar las
responsabilidades y retos educativos implicados cara a promover una mayor
justicia social y progreso democrático.
El análisis del impacto educativo de las nuevas tecnologías no sólo requiere
que analicemos sus efectos en relación a cómo mejorar los procesos de enseñanza
para que el alumnado desarrolle más habilidades cognitivas, para que acceda a
nuevas formar de almacenar la información y aprenda a procesarla, para que esté
más motivado, etc. Las nuevas tecnologías tienen efectos sustantivos en la
formación política de la ciudadanía, en la configuración y transmisión de ideas
y valores ideológicos, en el desarrollo de actitudes hacia la interrelación y
convivencia con los demás seres humanos, ... En definitiva, entiendo que un
discurso pedagógico global sobre las nuevas tecnologías y la educación debe
incorporar también la reflexión sobre cómo compensar educativamente los efectos
perniciosos de las mismas sobre la sociedad. Y son muchos. Más de los que
suelen hacernos creer los medios de comunicación.
El objetivo de este trabajo consiste precisamente en explicitar y reflexionar
pedagógicamente sobre uno de esos efectos sociales perversos: las nuevas
tecnologías son un nuevo factor de desigualdad social debido a que las mismas
están empezando a provocar una mayor separación y distancia cultural entre
aquellos sectores de la población que tienen acceso a las mismas y quienes no.
Fenómeno que desde una ética democrática y progresista resulta a todas luces
cuestionable y preocupante.
2. La desigualdad tecnológica como un factor de desigualdad cultural. El caso
de la televisión digital
Existen sobradas evidencias para afirmar que el acceso y uso de estas nuevas
tecnologías de la información (CD-ROM, televisión por cable, comunicaciones vía
satélite, Internet, ...) no estará al alcance de la totalidad de la población
del planeta, ni tan siquiera de la inmensa mayoría de la ciudadanía occidental.
El acceso a la cultura vehiculada por estas tecnologías sólo será una realidad
para aquellos cuyo nivel económico les permitan comprarlas y que posean el
conocimiento adecuado para comprenderlas y usarlas.
Si analizamos las nuevas tecnologías como un sistema específico de comunicación
comparándolo con los medios de masas tradicionales (sobre todo la televisión)
podremos llegar a la conclusión de que en las sociedades actuales se están
configurando dos redes paralelas de información diferenciadas tanto por el
contenido y cultura que se vehicula en las mismas, como por la forma de
almacenamiento, organización y acceso a la información: una red es la
representada por los medios de comunicación tradicionales -prensa, radio, cine
y sobre todo la televisión-. La otra red es la configurada por las tecnologías
de información y comunicación digitales (telefonía móvil, t.v. digital,
Internet, ....).
Ambas redes representan dos modelos diferenciados de socialización cultural a
través de los medios para los individuos de las sociedades industriales
avanzadas. Cada una de estas redes ofertan posibilidades y experiencias
culturales de distinta naturaleza. Por lo que es previsible que ser ser
solamente usuario de una determinada red comunicativa (por ejemplo aquellos que
sean consumidores de cultura de modo casi exclusivo a través de televisión
tradicional de masas) pueden encontrarse en un futuro inmediato en una
situación de marginalidad cultural respecto a los grupos sociales que utilicen
la red comunicativa de medios digitales. Veamos a continuación un ejemplo
ilustrativo de esta idea.
La televisión en estos últimos 30 años ha sido el medio de comunicación social
más utilizado por el conjunto de la población. En este sentido, un ciudadando
de clase social alta y uno de un medio social desfavorecido se igualaban: ambos
accedían desde su hogar a la misma oferta audiovisual. Es decir, consumían los
mismos programas televisivos (telefilms, retransmisiones deportivas,
informaticos, concursos, etc.) porque la oferta y abanico de opciones era
mínimo.
La llegada de la televisión digital -sea a través de satélite, de cable, o la
WebTV- está alterando radicalmente el panorama de la oferta de cultura
audiovisual. La t.v. digital al incrementar la oferta de canales y contenidos
televisivos permite fragmentación de la audiencia y la individualización de su
consumo . Es el concepto de "televisión a la carta". Representa una
ruptura respecto al concepto clásico de la televisión como un medio de la
cultura de masas.
Sin embargo, la televisión digital, a pesar de que su coste no sea elevado para
el cliente, requiere un esfuerzo económico superior al de acceso a la televisón
tradicional: pagar por la subscripción al servicio, alquilar aparatos
decodificadores, actualizar los equipos y monitores, ... Por esta razones
económicas la tv. digital no estará, a corto y medio plazo, al alcance de la
totalidad de la población de nuestro país: los parados, los estudiantes, los
ancianos, los inmigrantes, los enfermos, entre otros sectores, tendrán más
dificultades para acceder a los servicios digitalizados de información. En
consecuencia, estos segmentos de la población española estarán excluidos de una
oferta cultural más variada, más personalizada y posiblemente de mayor calidad.
En conclusión, la implantación y generalización de las nuevas tecnologías de la
información en nuestra vida cotidiana está siendo realizada bajo el parámetro
de la lógica del mercado. Esta lógica implica que los factores económicos son
determinantes en el acceso a las mismas. Por esta razón, las distancias
culturales entre una población que acceda a las nuevas tecnologías y aquella
otra que sólo dispone de la información presentada en los medios de masas
representará en el futuro próximo un factor más de desigualdad social.
3. Otro ejemplo: ¿Quien accede a Internet? Algunos datos sobre la realidad
española
Internet, la red de redes mundial de comunicación entre ordenadores, es una de
las manifestaciones más genuinas de lo que es la sociedad de la información y
quizás su tecnología más representativa. A través de la misma cualquier sujeto
accede a una gigantesta "biblioteca" planetaria de información
organizada hipertextualmente (el World Wide Web); puede conversar en tiempo
real con cientos de usuarios (el IRC); transferir e intercambiar ficheros
(FTP); establecer videoconferencias, enviar mensajes por correo electrónico,
etc. Indudablemente Internet está convirtiéndose en una de las mayores revoluciones
culturales de nuestro tiempo.
A continuación vamos a analizar en qué medida y quiénes son los segmentos de la
población española que tienen acceso como usuarios a esta tecnología de la
información.
Para ello utilizaremos algunos datos proporcionados por la última encuesta
realizada en abril-mayo de 1997 para el Estudio General de Medios (EGM) a la
que contestaron 13.600 sujetos españoles usuarios de Internet((3)). Aquí voy a
descatar dos resultados que me parecen altamente ilustrativos de las ideas que
hasta ahora estamos exponiendo.
En primer lugar, la población española mayor de 14 años que tiene la
posibilidad de acceso a los servicios de Internet es menor del 4% (exactamente
el 3,9%). Sin embargo este porcentaje se reduce al 2,7% al preguntársele si han
hecho uso de Internet en las últimas semanas. Es decir, se pude afirmar que
solamente un 3% de la totalidad de la población española tiene acceso al
conjunto de servicios de información y comunicación que se obtienen a través de
la red mundial telemática de Internet.
En segundo lugar, analizando el perfil sociodemográfico de los cibernautas
españoles se descubre lo siguiente:
. El 62% tienen estudios universitarios
. El 80% tiene entre 20-44 años
. Hombres: 60,5% Mujeres: 39,5% ((4))
. El 88% pertenecen a un nivel socioecómico medio y/o alto.
A partir del análisis de estos datos se podría afirmar, con todas las reservas
y matizaciones que se consideren oportunas, que en estos momentos en el
contexto de la sociedad española:
1. La inmensa mayoría de la población (el 97% de la misma) no es usuaria de la
principal red de información representativa de la sociedad de la información.
Los cibernautas son un segmento de población muy minoritario.
2.El perfil medio del ciudadano que accede a Internet desde España se podría
definir como un varón adulto joven, con estudios universitarios, que vive en
una zona urbana y de clase media o alta.
3.En definitiva, ser mujer, anciano, ciudadano con estudios primarios, y con un
nivel de renta bajo incrementa las probabilidades de estar al margen de esta
red de redes mundial. Si se permite la expresión estos segmentos de la
población tienen una probabilidad alta de ser "marginados
tecnológicos".
Expresado de otro modo, podemos afirmar que hoy en día en el contexto de la
sociedad española el sexo, la edad, el nivel socioeconómico y el nivel
educativo son factores que inciden en el acceso o no a esta red mundial de
comunicación telemática conocida como Internet.
Estos datos, junto con lo comentado anteriormente en referencia a la televisión
digital pone en evidencia la tesis defendida en este trabajo: la desigualdad
tecnológica agrandará todavía más las distancias culturales y económicas entre
unos y otros grupos sociales. Las Nuevas tecnologías de la información y comunicación
pueden separar más que unir. Estrechan la comunicación entre quienes las
utilizan, pero excluyen a quienes no.
4. ¿Qué hace falta para acceder a las nuevas tecnologías? Entre otras cosas,
más educación
El acceso a la cultura e información vehiculados por estas nuevas tecnologías
requiere dos condiciones básicas:
a) En primer lugar, poseer los recursos económicos para comprarlas: todavía en
la actualidad la inversión económica es elevada para una renta de nivel medio,
pues requiere gastos de hardware -ordenador, modem, aparatos decodificados,
cd-rom, ...- gastos de adquisición y actualización de software, gastos de abono
o subscripción a una empresa suministradora del acceso, gastos de línea
telefónica, etc.
b) Y en segundo lugar, poseer el conocimiento necesario para usar el servicio
ofertado por las nuevas tecnologías de modo inteligente. Este es un problema
educativo nuevo((5)).
La segunda condición, que es un problema de nuestro ámbito de conocimiento,
plantea el problema de la formación de los usuarios de las nuevas tecnologías.
Dicho de otro modo, la segunda condición nos obliga a revisar el concepto
tradicional de persona culta y alfabeta.
Hasta ahora, una persona alfabetizada era aquella que dominada los códigos de
acceso a la cultura escrita o impresa (saber leer) y que a la vez poseía las
habilidades para expresarse a través del lenguaje textual (saber escribir). Sin
embargo, hoy en día, este conocimiento parece insuficiente ya que sólo permite
acceder a una parte de la información: a aquella que está accesible a través de
los libros. Una persona analfabeta tecnológicamente queda al margen de la red
comunicativa que ofertan las nuevas tecnologías.
En consecuencia, una persona culta y alfabeta en relación al acceso a la
información a través de las nuevas tecnologías requiere que la misma:
domine el manejo técnico de cada tecnología (conocimiento práctico del harware
y del software que emplea cada medio), posea un conjunto de conocimientos y
habilidades específicos que les permitan buscar, seleccionar, analizar,
comprender y recrear la enorme cantidad de información a la que se accede a
través de las nuevas tecnologías desarrolle un cúmulo de valores y actitudes
hacia la tecnología de modo que no se caiga ni en un posicionamiento
tecnofóbico (es decir, que se las rechace sistemáticamente por considerarlas
maléficas) ni en una actitud de aceptación acrítica y sumisa de las mismas.
Parece necesario defender el cambio del significado y sentido de la educación
(Bartolomé, s.f.) en relación a la cualificación y formación en el dominio de
la tecnología. Esto debe significar el desarrollo de procesos formativos
dirigidos a que la ciudadanía:
. aprenda a aprender
. sepa enfrentarse a la información (buscar, seleccionar, elaborar y difundir)
. se cualifique laboralmente para el uso de las NNTT
. tome conciencia de las implicaciones económicas, ideológicas, políticas y
culturales de la tecnología en nuestra sociedad
5. ¿Dónde se obtiene la formación necesaria para ser un usuario cualificado de
las nuevas tecnologías?
Otra pregunta clave en relación a una oferta de igualdad de oportunidades
educativas cara a permitir el acceso a las NNTT es ¿cómo se obtiene esta
formación de los usuarios de nuevas tecnologías?
En síntesis diremos que en la actualidad esta formación se aborda: mediante
redes privadas de enseñanza (colegios, academias); a través de la autoformación
en el hogar; y en menor medida a través del sistema público de enseñanza,
aunque en un porcentaje excesivamente minoritario.
El acceso a esta formación es una realidad para las clases medias y altas de
las sociedades occidentales ya que son quienes poseen en sus hogares estas
nuevas tecnologías (ordenadores, tv. digital, internet,...) y son quienes
pueden pagar por esta educación en las redes privadas de escolarización. La red
pública, la única posibidad formativa para la mayor parte de los ciudadanos,
todavía presenta porcentajes de formación en las nuevas tecnologías demasiado
pequeños. Estamos pues ante otra nueva manifestación de la desigualdad
educativa. ¿Qué hacer para posibilitar una igualdad de oportunidad en el acceso
a la cultura vehiculada a través de las nuevas tecnologías?
6. Nuevas tecnologías y políticas para la igualdad de oportunidades educativas
Entiendo que de las ideas y datos precedentes se deriva la necesidad de
plantear alternativas de naturaleza política para paliar y compensar las
desigualdades a las que estamos haciendo referencia. Un estado democrático debe
velar por el equilibro y la cohesión social. Si la presencia de las llamadas nuevas
tecnologías en la sociedad representa un nuevo factor de desigualdad social y
cultural, el estado demócrático debe intervenir a través de la planificación y
desarrollo de políticas que compensen educativamente las desigualdades
tecnológicas de los grupos sociales más desfavorecidos. Entiendo, que estas
políticas tedrían que elaborarse siguiendo como metas básicas:
Desarrollar y permitir a todos los ciudadanos (especialmente los más jóvenes)
el acceso a una educación o alfabetización para los medios de comunicación
Cualificar a los trabajadores para el acceso y uso de las NNTT en los contextos
laborales
Preparar y crear las condiciones para que en las comunidades locales (pueblos,
barrios) los ciudadanos puedan acceder y ser partícipes de las nuevas tecnologías
de la información, de modo que no queden marginados culturalmente ante las
mismas
Esto implicaría el desarrollo de políticas específicas para tres ámbitos de
actuación((6)):
a) el sistema escolar
b) la formación ocupacional
c) la educación no formal
Políticas para el sistema escolar
El sistema escolar tiene que planearse su adecuación a las nuevas
características y necesidades surgidas en el seno de las llamadas sociedades
postindustriales o de la información. Es decir, la red de escolarización básica
debiera:
Reformar el curriculum básico:
. reorganizando el conocimiento disciplinar e incorporando temas y
problemáticas más próximas al mundo actual: la educación medioambiental, la
educación afectivo-sexual, la educación para la salud, ...
. facilitando que en los procesos de enseñanza se dirigan a propiciar la
reconstrucción de las experiencias e informaciones que los niños y jóvenes
obtienen extraescolarmente a través de los medios y tecnologías de comunicación
de masas
. desarrollar en las escuelas una educación para los medios y tecnologías
. enfocando el aprendizaje hacia metas que persigan que el alumnado aprenda a
buscar, seleccionar y reelaborar la información que a ser un mero receptor de
la misma
Realizar importantes inversiones económicas en dotación de recursos
tecnológicos suficientes para los centros educativos y en la creación de redes
telemáticas educativas
Desarrollar estrategias de formación del profesorado y de asesoramiento a los
centros escolares en relación a la utilización de las nntt con fines
educativos.
Concebir los centros educativos como instancias culturales integradas en la
zona o comunidad a la que pertenecen poniendo a disposición de dicha comunidad
los recursos tecnológicos disponibles en los centros.
Políticas para la formación ocupacional
Para hacer frente de un modo serio a los retos laborales que implican estas
innovaciones tecnológicas es necesario que los planes de formación de cualquier
profesional o trabajador asuman nuevos planteamientos y desarrollen importantes
cambios en las concepciones, objetivos, contenidos, estrategias y medios de
dicha formación.
Consiguientemente la formación ocupacional debe incorporar e integrar esta
realidad tecnológica en sus planes y procesos formativos a través de medidas
como:
Introducir y preparar a los trabajadores en el conocimiento y uso laboral de
las nuevas tecnologías de la comunicación como un aprendizaje básico y común a
todos los ámbitos ocupacionales.
Mejorar la calidad de los procesos formativos y de aprendizaje del alumnado
apoyando la actividad docente en el uso de estas tecnologías (mediante
videoconferencias, CD-ROM, vídeos didácticos, foros de discusión mediante
correo electrónico, redes telemáticas locales para la formación...).
Establecer y desarrollar cursos específicos de formación para puestos laborales
de nueva creación previsibles con el "teletrabajo"
Crear redes telemáticas dirigidas a la formación de distintos ámbitos
ocupacionales abiertas al acceso a los distintos sectores sociales del mundo
del trabajo.
Políticas para la educación no formal:
La educación no formal es un contexto pedagógico de primer orden para atender
las necesidades formativas de los sectores sociales que se encuentran fuera del
sistema escolar: ancianos, jóvenes de edad extraescolar, mujeres, minorías,
etc.
En este sentido, la meta básica de la educación no formal sería potenciar el
acceso y participación democráticos en las nuevas redes de comunicación de
aquellos grupos y comunidades, que de una forma u otra, están al margen de la
evolución tecnógíca.
En este sentido, algunas medidas que se podrían sugerir, son las siguientes:
Potenciar y apoyar proyectos y experiencias de asociaciones culturales,
juveniles, ONGs, sindicatos, ... en el uso pedagógico y cultural de las NNTT,
mediante:
. subenciones económicas para la creación de centros de NNTT en barrios y
pueblos
. formación inicial a los usuarios
. apoyo a la creación y difusión de información a través de los recursos
tecnológicos (emisoras locales, páginas Web)
Transformar las bibliotecas y centros culturales no sólo en depósito de la
cultura impresa, sino también en espacios de acceso a la cultura audiovisual e
informática.
7. A modo de comentario final
En una sociedad como la nuestra que se proclama democrática la exclusión o
marginación de cualquier grupo social es un fenómeno que intrínsecamente es
contradictorio con el propio concepto de democracia y de justicia social. El
contexto sociocultural representado por la hegemonía de la tecnología en
nuestra sociedad (saturación de información, mercantilización de la
información, la cultura como espectáculo) requieren replantear las metas y
naturaleza de la educación potenciando el aprender a aprender y el saber
buscar, seleccionar, elaborar y difundir información a través de cualquier
lenguaje y tecnología de la comunicación.
Desde un punto de vista sociopolítico el problema estriba en la igualdad de
oportunidades de acceso a los recursos tecnológicos más avanzados ya que ser
usuario de esta red comunicativa tiene consecuencias culturales y laborales.
Compensar estas desigualdades de origen requieren medidas,entre otras, como:
integrar las nntt en el sistema escolar
reformar sustantivamente el curriculum incorporando una educación para los
medios y tecnologías
adecuar la formación ocupacional a las nuevas necesidades y demandas
sociolaborales
potenciar el uso de las nntt desde las comunidades locales permitiendo su
acceso a una gran variedad de grupos sociales
incorporar las nntt a las redes culturales ya existentes
BIBLIOGRAFIA
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ZUBERO, I.: "Participación y democracia ante las nuevas tecnologías. Retos
políticos de la sociedad de la información". Telos. Cuadernos de
Comunicación, Tecnología y Sociedad. Versión electrónica http//.www.fundesco.es/publica/telos.html
1. La complejidad de los cambios sociales, económicos y culturales del tiempo
presente son objeto de análisis desde distintas plataformas epistemológicas.
Esta complejidad provoca la existencia de interpretaciones múltiples y
diferenciadas sobre los rasgos específicos de la sociedad actual sin que
todavía exista una propuesta conceptual consensuada (Véase al respecto,
Castells, 1994; 1997; Puig de la Bellacasa, s.f.)
2. Entre los pocos trabajos que en el contexto español abordan estas cuestiones
podríamos citar a Sancho (1994); Sanmartin (1994); Barajas (1995); Escudero
(1996); Martinez (1996).
3. El Estudio General de Medios es uno de los referentes más serios y valiosos
para conocer las audiencias y consumo de medios de comunicación en España.
Anualmente y de forma continuada la AIMC (Asociación para la Investigación
sobre Medios de Comunicación) entidad responsable del desarrollo del EGM
realiza las referidas encuestas a la población. El último informe puede
consultarse en la siguiente dirección http://www.arroba.es/aimc
4. Este dato es el que en los últimos meses se ha modificado de forma más
llamativa. En el estudio realizado por esta misma Asociación en diciembre de
1996, solamente un 10% de los usuarios españoles de Internet eran mujeres. Es
decir, en estos últimos seis meses el acceso a Internet por parte de las
mujeres se ha triplicado.
5. Sobre las exigencias de aprendizaje para ser un usuario cualificado e
inteligente de las nuevas tecnologías de la información, entre otros, consultar
Bartolomé (s.f.); Varis (s.f.); Cabero (1996); Martinez (1996)
6. Una descripción más detallada de estas políticas puede verse en Area (1997)