PAPEL DEL ORIENTADOR EN LAS AULAS CONCEBIDAS COMO COMUNIDADES DE APRENDIZAJE
Raquel Martín Martínez
La nueva dimensión de la
orientación, así, debe abarcar a toda la
Comunidad educativa, es decir, a la totalidad de los alumnos, de los profesores
y a las familias, así como a todo el entorno comunitario inmediato con la
intención de dotar a la orientación de una auténtica dimensión funcional y un
verdadero carácter de orientación para la vida.
Se señala como prioridad
facilitar orientación y asesoramiento en fases tempranas para prevenir las
incorporaciones al desempleo y en particular al desempleo de larga duración.
Si realmente queremos una
educación de calidad hay que tener en cuenta medidas de carácter preventivo e
implementar refuerzos educativos necesarios en el momento en que se detecta
cualquier dificultad. Aquí es donde juegan un papel crucial todos los agentes
educativos que colaboran en el proceso de enseñanza aprendizaje: previniendo
problemas y dificultades de desarrollo y aprendizaje en el alumnado a la vez
que todos nos formamos, crecemos y aprendemos. En esta comunidad es donde el
orientador/a juega un papel no menos importante: el de formar, orientar, asesorar
a los agentes en proyectos directamente relacionados con educación de los niños
y niñas, así como en la detección, diagnóstico e intervención en problemas y
dificultades tanto del alumnado como de cualquier otro miembro de dicha
comunidad. Es imprescindible, por tanto, una sólida red de Servicios de
Orientación tanto en Educación Infantil y Primaria.
Desde la Confederación de
Organizaciones de Psicopedagogía y orientación de España ( COPOE) se percibe
cada vez con más nitidez la necesidad de potenciar los servicios de prevención
y asesoramiento como una de las fórmulas que más coadyuvan a la calidad del
sistema educativo.
Por tanto, nadie discute la
importancia de profesionales que incidan
directamente asesorando al profesorado, a los alumnos y a sus familias,
detectando las dificultades educativas de los alumnos, colaborando en la
formación del profesorado y contribuyendo a coordinar las intervenciones de
otros servicios educativos, sanitarios y sociales.
·
El desarrollo de las personas
El desarrollo de la orientación
pasa por el desarrollo de las personas: los Centros Educativos se deben de
plantear como necesidad favorecer y desarrollar las relaciones de igualdad
basadas en el respeto a los derechos humanos y a las responsabilidades que esos
derechos conllevan en las relaciones.
Para ello es un deber evaluar el entorno físico, psicoafectivo,
cognitivo, político, económico, social, cultural actual y futuro de los seres
humanos de la comunidad escolar.
-
Construcción de los saberes
El entorno actual se ve sometido
a permanentes y profundos cambios, entre otros factores, debido al incremento
acelerado del conocimiento y de la tecnología, que construyen realidades más
complejas. Este escenario no se puede enfrentar con actitudes y roles sólo
técnicos; se hace urgente orientar la Consejería Educacional y Vocacional hacia
una vía científica, con alto rigor metodológico, que visualice la orientación
en el proceso educativo como una instancia de aprendizaje, de construcción de
saberes centrados en la praxis y en las auténticas problematizaciones
percibidas por los agentes activos de la acción pedagógica; generando
conciencias críticas, autoreflexivas, centradas en la acción cotidiana, sólo
así, podremos poner la Orientación Educacional al servicio del cambio y de la
innovación de las estructuras.
-
Dimensión afectiva de la Comunidad Educativa
Los orientadores educacionales
deben tener una posición rigurosa en lo epistemológico, pero centrada y orientada
por la ética. Una ética universal que condene el cinismo, la explotación de las
relaciones de poder del ser humano, que condene el falsear la verdad, golpear
al débil e indefenso. Los orientadores deben vivir en la práctica cotidiana,
testimoniar con energía a los profesores, alumnos y familia en sus relaciones
con ellos. La preparación científica de los orientadores debe coincidir con su
rectitud ética.
No puede haber orientación, sino
es a partir de las necesidades y actividades de los profesores, alumnos y
familias.
DESARROLLO DEL NUEVO
CONCEPTO DE ORIENTACIÓN
En cuanto al nuevo concepto de
la orientación hay que centrarse en dos cuestiones:
-
Los programas de orientación:
En dichos programas los agentes
orientadores que intervienen son: los pedagogos, psicólogos, asistentes
sociales y psicopedagogos. También, dado que la orientación es inseparable del
proceso educativo, los profesores, los tutores, y por supuesto, los padres.
-
El orientador es un agente de cambio que tenga en cuenta
el marco contextual donde se desarrolla el sujeto es su principal
condicionante. Y es capaz de provocar cambios, no solo en los alumnos, sino
también en el sistema, objetos, funciones, en definitiva, en la institución
educativa y en su entorno.
Pero todo cambio no surte su
efecto si no es desde abajo, naciendo de las necesidades concretas de cada
comunidad de aprendizaje. En este sentido, las familias juegan un papel
primordial en la unión escuela-sociedad.. Aceptamos, por tanto, el papel del
orientador como dinamizador, pero sin olvidar que los cambios duraderos suelen
ir unidos al trabajo y al esfuerzo cooperativo.
LA ORIENTACIÓN CENTRADA EN LAS
NECESIDADES Y ACTIVIDADES DE PROFESORES, PADRES Y FAMILIA
Según esto, hay algunos saberes
fundamentales para la práctica de la Orientación del Sistema Educativo y de la
acción pedagógica:
. Orientar no es solo transmitir
conocimientos, administrar normas y reglamentos, sino crear posibilidades de producir
en comunidad conocimientos.
Y es que la orientación es un
proceso educativo de aprendizaje que permite descubrir aprendizajes y la
posibilidad de enseñar; son procesos que pueden en los orientadores y en la
comunidad de aprendizaje encender una curiosidad creciente, que puede hacerlos
más y más creadores.
“ Enseñar no es transmitir
ideas a otro, sino favorecer que el otro las decubra”
Ortega y Gasset
. Orientar exige rigor metódico.
El Orientador Democrático no puede negarse al deber de reforzar la capacidad
crítica de los alumnos, su curiosidad. Una de sus tareas fundamentales es trabajar
con rigor metódico con que se debe aproximar al mundo cognoscible. Es
posible orientar críticamente, pero esto exige la presencia de Docentes
Directivos, Docentes Alumnos y Familias creadores, inquietos, rigurosamente
curiosos, humildes y persistentes.
. Orientar exige investigación. No
hay Orientación sin investigación ni investigación sin orientación. Se debe
investigar para comprobar, comprobando se puede intervenir, haciendo
investigación se educa y se forma. Investigando para conocer lo que se
desconoce y comunicar o anunciar la novedad.
. Orientar exige respeto a
los saberes de las personas. Respetar no sólo los saberes con que llegan
los educandos ( saberes construídos socialmente en la práctica comunitaria),
sino discutir la razón de ser de esos saberes en relación con la enseñanza de
los contenidos.
. Orientar exige crítica. La curiosidad ingenua, al continuar
siendo curiosidad, se hace crítica. No habrá creatividad sin curiosidad que nos
mueve y que nos pone pacientemente impacientes ante el mundo que no hicimos, al
que acrecentamos con algo que hacemos. Una de las tareas de la orientación
educacional debe ser el desarrollo de la curiosidad crítica, insatisfecha,
indócil.
. Orientar exige vivir las
palabras del ejemplo. Un orientador educacional, con pensamiento acertado, hace
acertadamente; testimonia su palabra y su hacer.
. Orientar exige riesgo,
asunción de lo nuevo y rechazo de cualquier forma de discriminación. El
orientador coherente con su tarea, que piensa acertadamente, en su práctica
trata de entender los procesos, desafiar a sus alumnos con quienes se comunica
y a quienes comunica, a producir comprensión de lo que viene siendo comunicado.
Este entendimiento es posible a través de la comunicación e intercomunicación
que se funda en la capacidad de diálogo.
. Orientar exige reflexión crítica sobre la práctica. Movimiento
dinámico, actitud dialógica entre el hacer y el pensar sobre el hacer.
Cuanto más me asumo como estoy siendo y percibo la o las razones de ser del
porqué estoy siendo así, más capaz me vuelvo de cambiar, de promoverme del
estado de curiosidad ingenua al de curiosidad epistemológica.
. Orientar exige el
reconocimiento y la asunción de la identidad cultural. Una de las tareas fundamentales
de la práctica de la Orientación Educacional es propiciar las condiciones para
que los educandos puedan ensayar la experiencia profunda de asumirse. Asumirse
como ser social e histórico, como ser pensante, comunicador, transformador,
realizador de sueños.
LAS CONDICIONES SOCIALES,
CULTURALES, ECONÓMICAS DE LAS PERSONAS QUE FORMAN LA COMUNIDAD DE APRENDIZAJE
La conciencia del inacabamiento nos hace responsables, por tanto éticos en nuestra presencia en el mundo. Por tanto, una Orientación Educacional con sabiduría, que respete la autonomía del Ser, con ambientes dialógicos que respeten y aprendan de las diferencias exige una práctica coherente por parte de los niveles de orientación con este escenario. Los Orientadores Educacionales no pueden alejarse de las condiciones sociales, culturales, económicas de las personas que forman la Comunidad de Aprendizaje ( alumnos, familias, vecinos, entorno).
Orientar exige competencias
profesionales, que generen autoridad. El orientador que no lleve en serio su
formación, no tiene fuerza moral para orientar en una Organización Educativa.
Además debe ser esencialmente democrático, humilde para que las libertades de
las personas de la organización se asuman éticamente. Me muevo como orientador
porque primero me muevo como persona que intercepto significados a través del
lenguaje, que permiten desarrollar mi vocación de compromiso comunitario. Esto
me leva a comprender que la Orientación es una forma de comprensión en el mundo, por tanto, responsable, libre,
que permite una forma de decisiones consciente, que exige saber escuchar,
reconocer que detrás de un enfoque de orientación existe un paradigma
ideológico, que debe ser desvelado a través del diálogo.
LÍNEAS PRIORITARIAS DE
ACTUACIÓN
Las capacidades de los
profesores y de los formadores son la clave para motivar a los alumnos y
conseguir que tengan éxito. El papel de los profesores ha cambiado: ya no son
la única fuente de conocimientos. La formación debería hacer capaces a los
profesores y formadores de motivar a sus alumnos no sólo para que aprendan
capacidades, sino también para que se hagan responsables de ese camino único e
individual que es el que puede proporcionarles las competencias exigidas hoy
día en una sociedad y en el mundo laboral.
La Nueva Sociedad del
Conocimiento y de la Información no precisa de la acumulación personal de
información y datos, sino del dominio de procedimientos de búsqueda, de su
articulación, análisis y de su presentación.
Lo que podemos constatar es que
se están produciendo unos cambios acelerados, que nos empujan a la acción
pronta y coordinada, ante una evidencia de que pararse es quedarse
definitivamente rezagados en la transformación con más posibilidades, pero
también con más riesgos, que haya vivido la humanidad colectivamente.
La formulación y el diseño de
actividades didácticas y de recursos, de técnicas para la planificación,
desarrollo, seguimiento y evaluación del aprendizaje de los alumnos y de la
propia práctica docente, de las especificidades habituales de la dinámica del
aula, de las relaciones con padres y madres del alumnado, de la participación
en las actividades del centro, etc. son
tareas y retos habituales del profesorado, y por tanto, deberán convertirse en
una de las líneas prioritarias de formación en la que se concretan sus opciones
profesionales y se materializa la lógica de su conocimiento profesional
específico.
El desarrollo de una actividad
formativa que incida en la mejora de la práctica docente podrá tener su orígen
en una estructura de contenidos muy relacionada con unos planteamientos
formalmente ligados a la epistemología disciplinar y académica.
PLAN DE ACTUACIÓN
En el contexto actual de
permanente cambio social, estamos obligados a volver la vista hacia los valores
más elementales, como son el respeto, la tolerancia, la convivencia y la
solidaridad entre las personas de distintos credos, etnias o culturas. Toda la
comunidad de aprendizaje debe caminar unida hacia una visión amplia y positiva
sobre la convivencia en los centros educativos. Así nos encontramos con la
posibilidad que los centros y todos sus miembros tienen de contribuir a la
construcción de una sociedad más justa, democrática e igualitaria.
Todo lo anterior lleva a
plantearse otro objetivo: crear canales y estrategias que posibiliten la
comunicación entre todos los miembros de una comunidad de aprendizaje para
construir redes que favorezcan el acercamiento e intercambio de diferentes
puntos de vista y la búsqueda de soluciones alternativas.
La resistencia a los cambios, a
romper con las rutinas escolares produce inseguridad y recelo en buena parte
del profesorado, a abandonar los textos, por miedo a perderse o a no saber qué
hacer. Es necesario potenciar la creación de foros de debate que propicien la
puesta en marcha de proyectos de innovación que complementen el uso de los
textos.
Con este fin, se pretende
potenciar la participación de todas las personas que rodean al alumnado (
profesores, familiares, especialistas, profesionales no relacionados con la
educación, voluntariado, etc.), implicándolos en el desarrollo de los procesos
de enseñanza y aprendizaje, así como en procesos de análisis y detección de
necesidades para optimizar la adecuación de nuestras actuaciones a las
peculiaridades de cada alumno y alumna, de cada centro y de cada zona escolar.
Por tanto, el Plan de Actuación
del orientador dentro de una comunidad de aprendizaje se podría concretar en
los siguientes puntos:
. Producir mayor conocimiento educativo
favoreciendo y valorando la diversidad, la innovación, la experimentación y el
compromiso con la mejora.
. Propiciar proyectos de
formación que sirvan para mejorar la convivencia escolar y la resolución de
conflictos.
-
facilitar al profesorado estrategias de comunicación y
trabajo en equipo que favorezcan proyectos grupales y relaciones positivas en
la comunidad escolar.
-
Favorecer proyectos de convivencia escolar en los centros
educativos.
-
Impulsar el intercambio de experiencias.
-
Favorecer procesos formativos que integren a los distintos
agentes educativos: profesorado, familias y agentes sociales.
-
Apoyar a todos los sectores educativos de la zona en la
implicación colectiva hacia la resolución de conflictos y la convivencia
escolar.
. Favorecer el aprendizaje colaborativo.
. Dinamizar grupos de trabajo y
proyectos con metodologías innovadoras.
CONCLUSIÓN
Pearpoint y Forest (1992)
describen la importancia de los valores subyacentes en una escuela inclusiva
como: aceptación, pertenencia y comunidad, las relaciones personales, la
interdependencia además de la independencia, y la consideración de profesores y
familia como una comunidad de aprendizaje. Todos los alumnos son capaces de
aprender y honra todos los tipos de diversidad, como una oportunidad para
aprender sobre lo que nos hace humanos.
Así, un proyecto docente debe
proponer a los agentes educativos que intervienen en el proceso educativo situaciones de aprendizaje
cooperativo, tanto en equipos
pequeños como puestas en común del grupo: grupos abocados a construir,
criticar, reelaborar, reorganizar, puesta en común de cada uno que tenga algo
que decir pueda decirlo, donde el error no sea objeto de sanción, sino ocasión
de aprendizaje, donde valga más una palabra errada pero propia y sometida a
consideración de los demás que otra más cierta, pero ajena y asumida
acríticamente.
Por
tanto, la tarea del Orientador pasa por el análisis de los procesos educativos,
y más concretamente de las dificultades y problemas que aparecen cuando se realizan nuevos aprendizajes, así como
las intervenciones dirigidas a ayudar a los colectivos y personas implicadas en
la superación de esas dificultades. (Coll,1996).
Así,
el Orientador cumple un papel relevante en esta tarea: observador participante,
no miembro, en el aula. Dota a los
agentes educativos de conocimientos y habilidades para hacer frente a la tarea
de enseñar y consigue en los alumnos las habilidades profesionales de cercanía
empática a los componentes del aula, y a la vez que de distancia científica
para devolver los problemas mejor objetivizados y así, a través de las
diferentes funciones que se le asignan, poder contribuir a la mejora del
sistema.
Orientación educativa
“Conjunto
de conocimientos, metodologías y principios teóricos que fundamentan la
planificación, diseño, aplicación y evaluación de la intervención
psicopedagógica preventiva, comprensiva, sistemática y continuada que se dirige
a personas, instituciones y al contexto comunicativo con el objeto de facilitar
y promover el desarrollo integral de los sujetos a lo largo de las diferentes
etapas de su vida con la implicación de los diferentes agentes educativos (
orientadores, tutores, profesores, familia) y sociales”. Medrano Ureta, 1998.
.
BIBLIOGRAFÍA
. Nuevos aprendizajes
para una sociedad de la información. SALINAS, J. (1997). Revista Pensamiento
Educativo. PUC Chile. 20, 81-104.
. Programas de
orientación para la prevención y el desarrollo. CEAPA.
. Organización escolar y
redes: los nuevos escenarios del aprendizaje.
. La Orientación en el
nuevo sistema educativo. PLANAS DOMINGO, J.A.. Presidente de la Confederación
de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España. Revista Comunidad
Escolar.
. Jornadas sobre
aprendizaje colaborativo y comunidades de aprendizaje. Gran Canaria Sur y
Granadilla.
. La Orientación
Educativa y su implementación en el proceso de aprendizaje-enseñanza. CAMPOS
BARRIONUEVO, B. Revista Comunidad Escolar.