La computadora, el docente, el informático y el niño

Graciela Egurza

No pretendo ser original al decir que llegará el día en que la computadora: será tan ordinaria en el aula como lo es hoy el pizarrón y la tiza... Entonces me pregunto por nuestro futuro, el futuro de los docentes de informática ¿cuánto tiempo queda? ¿Nos considerarán prescindibles?

Y mientras tanto seguimos interrogándonos respecto a cómo y qué enseñar

Ya están llegando las nuevas camadas de profesores y maestros, esos que ya tuvieron computación en la escuela. Claro que muestran otra predisposición, otra apertura. Sin embargo, todavía no saben bien cómo emplearla con sus alumnos porque a ellos tampoco se lo han enseñado. Por suerte para nosotros, los que estamos en el aula de computación, aún somos necesarios. Nuestra necesariedad implica fundamentalmente dos caminos paralelos pero contingentes: nuestra relación con los niños y nuestra relación con los otros docentes.

Nuestra relación con los niños

Si estamos de acuerdo en que la computadora es una herramienta, cada cual la usará para lo que más lo necesite. El asunto será entonces que los niños, nuestros alumnos, sean capaces de discernir y seleccionar lo más adecuado para hacer según la ocasión. Nos interesa que sean buenos usuarios, inteligentes y creativos. Esto significa no sólo saber usar lo que hoy consideramos el abc: una planilla, un procesador, una base de datos, graficadores, correo electrónico, internet, etc. Quedarnos en ello supondría una ingenuidad. discernir qué, cómo, cuándo y para qué . Detenerse y pensar antes de preguntar, mirar la pantalla, estar atentos a los mensajes que aparecen, reflexionar sobre lo hecho y querer mejorarlo. Ir preparándolos para hacerse cargo de la autogestión de su propio aprendizaje.

Promover que los chicos puedan informarse, interactuar con sus pares, pensar solos, realizar actividades acordes con su capacidad, reflexionar sobre lo aprendido y atendiendo a sus intereses, sin desmedro de nuestro objetivo que es enseñar, buscando la manera de que un contenido se convierta en algo significativo para ellos. Resolviendo a cada instante la dicotomía entre la teoría y la práctica, las ideas y su concreción, a través de un constante ida y vuelta complementario e integrador.

Esto supone realizar actividades de interés para los niños y que le sean útiles después. Conviene aclarar que no se trata de enseñar sólo aquello que a los chicos les interesa, sino de aprovechar sus inquietudes como punto de partida movilizador hacia otros temas. Y no perder de vista que, como institución, la escuela, debe abrir una multiplicidad de campos a los que el niño no tendría acceso naturalmente. Es cierto que muchos aprenden solos en su casa a manejarse con la compu. Juegan. Curiosean. Consumen. Sin embargo me sigo sorprendiendo del gran interés que muestran cuando hay una tarea, un trabajo específico que realizan en la escuela, aunque el programa que le presentemos sea tan viejo como el DOS y en sus casas ya incursionen en Win98. Esto ocurre cuando la tarea es desafiante para el niño, entonces debe crear y ser el propio realizador de su producto.

Trabajar con proyectos implica caminar en pos de un objetivo final, pero también ir cumpliendo pequeños objetivos previos de gran valor que nos permiten despertar nuevos intereses, manteniendo ese deseo de aprender que naturalmente los chicos tienen y que en la escuela, a veces, se metamorfosea en cumplir con "lo que quiere el docente".

Veamos un ejemplo: En 3er año EGB (niños de 8 años) se debía abordar el tema del sistema solar. Para ello se planteó a los niños la elaboración de un juego en el cual serían astronautas de una nave que ellos mismos fabricarían en un rincón del aula (objetivo final para ellos). Claro que para ser astronauta y, además, construir la nave debieron conocer y hacer primero muchas cosas, resolver algunas dificultades, contestarse interrogantes que nunca antes se habían planteado, etc. Este proyecto mantuvo en vilo a los niños interesados todo el tiempo investigando y deliberando la mejor manera de ir resolviendo las distintas etapas, solucionando dificultades y trabajando en cooperación. Planteándose la problemática de encarar un viaje interplanetario, cuáles serían las paradas y en qué orden, el posible encuentro con extraterrestres, reflexionar sobre condiciones posibles de aterrizajes, comidas para llevar, comodidades mínimas de las naves, fabricar la nave, etc.

En el aula de computación pudimos trabajar con graficadores (dibujaron los planetas trabajando con elipses, comparando tamaños y colores, luego ese material impreso lo "pegaron" en el cielo estelar), procesadores de texto (escribieron cartas a los et), planillas sencillas (realizaron un menú para un día con desayuno, almuerzo, merienda y cena, también el tablero de la nave), carteles (con los nombres de los planetas, de la nave, etc.).

Naturalmente en este proyecto colaboraron varios docentes: la maestra de aula, plástica, música, informático. Y nos permitió trabajar distintos temas curriculares y encarar diferentes herramientas informáticas.

La motivación de los niños era de dos tipos: hacia cada una de las tareas en particular y hacia el resultado final: ser los astronautas más preparados viajando en la mejor nave posible (realizada con materiales de deshecho y disponibles en el salón).

Centrándonos en el aula de computación: se abordaron diferentes aplicaciones permitiendo a los niños aprender a usar y comprender que hay distintas herramientas informáticas para distintos objetivos. Si bien por la edad de los alumnos el trabajo fue muy dirigido, desplegaron gran creatividad en la producción de los diferentes trabajos.

Cuando un proyecto termina, después de haber dedicado varias clases al mismo, dejo una clase para que los chicos trabajen libremente, es decir en lo que quieran. Ellos piden, entonces, hacerlo con lo recientemente visto, pero ya con un criterio y fin propio (por ejemplo hacer un cartel con su propio nombre, un dibujo, una planilla con los turnos de la cancha de fútbol, etc.). Es sumamente satisfactorio ver cómo se apropiaron de la herramienta y cómo quieren seguir avanzando.

El niño parece estar naturalmente motivado para trabajar con la computadora. Difícilmente encontremos algunos que no deseen venir al aula de computación. De ahí la alianza del maestro con el informático. Esto nos permite trabajar simultáneamente temas curriculares que abordamos ampliando su mundo a la vez que acompañamos su aprendizaje.

Relación del informático con otros docentes

Algunos informáticos me consultan cómo hacer para interesar a los maestros en el uso de la computadora. Aún hay muchos que no han tenido la experiencia y los más no saben para qué usarla en el aula. Éstos aún tienen miedo de incursionar en ese terreno desconocido y misterioso donde sus alumnos ya son "expertos" y ellos no.

Cuando trabajo con docentes comienzo con las mismas aplicaciones que utilizo con los niños. Esto es programas tan sencillos, generalmente cerrados, para nivel inicial. Luego abordamos más complejos y para niveles superiores. Y siempre con una consigna que los docentes deben cumplir, al igual que sus alumnos: realizar una actividad determinada (un cuento, una ilustración, un problema con varias soluciones posibles, etc.). Transitan en corto tiempo lo que los chicos en toda su período escolar.

Muy rápidamente el maestro comprende que está trabajando con los mismos objetivos con que trabaja en su aula, pero en un entorno distinto, favorecedor para diferentes estilos de aprendizaje y mucho más divertido. Como son adultos, transitan prontamente diferentes aplicaciones de cada vez mayor complejidad. Ellos experimentan entonces la misma alegría que sus alumnos con sus logros y el mismo deseo de saber más. Con cada aplicación reflexionamos juntos sobre las posibilidades de la misma. Rápidamente todos los docentes comienzan a vislumbrar situaciones de aprendizaje más ricas utilizando la computadora.

El hielo está roto. A partir de aquí cada maestro vendrá con propuestas y preguntas nuevas, y ya no sólo para utilizarla en el aula sino para sí mismos.

Para que esto de lugar es necesario contar con un tiempo entre ambos: docente e informático, Tiempo de capacitación primero y de coordinación después. Comenzará entonces un intercambio de ideas, planteos y posibilidades donde nos enriquezcamos todos, y principalmente los alumnos

Graciela Egurza

Lic. En Psicología. . Especialista en Informática Educativa

joffe@ciudad.com.ar

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