LA VIOLENCIA
ESCOLAR COMO MANIFESTACIÓN DE CONFLICTOS NO RESUELTOS.
Norka
Arellano de Loginow
Resumen
De la investigación “Comunicación en la Provención del Conflicto
en Instituciones Educativas de Media, Diversificada y Profesional”; se trabajó
en este articulo el objetivo: Indagar las manifestaciones del conflicto escolar
en las instituciones educativas objeto de estudio. Investigación de tipo
descriptivo, basada en los aportes teóricos de: Castells, Cascon, Salazar, Martínez, Gómez y Codutti entre otros.
Los resultados se analizaron a través de la estadística descriptiva, resaltando la existencia de manifestaciones
de violencia escolar y resolviéndose los conflictos de manera adversarial, lo
cual hace necesario el desarrollo de
proyectos educativos y la formación de los docentes en provención del conflicto.
Palabras Claves:
Conflicto, Violencia, provención del conflicto, comunicación asertiva.
INTRODUCCIÓN
El marco contextual definitorio
de la situación social, educativa, económica y política de América Latina, está
afectado por el desempleo, la marginalidad, el caos financiero, la exclusión
social, la corrupción, la inseguridad, el desprestigio de las instituciones y
la ingobernabilidad. Ante el momento de conmoción y la sensación de pesimismo confrontada
por la sociedad actual, el panorama se agrava por el hecho de que el sistema
educativo con estructuras estereotipadas parece petrificado para dar respuestas
a este fenómeno, se ve así como toda esta red de problemas sociales, generan
estallidos violentos manifestados
de múltiples maneras; en Latinoamérica,
se tiene el caso colombiano con miles de familias desplazadas de su sitios de
origen, en Brasil con miles de niños en las calles, Haití con una violencia
política y una pobreza extrema.
Venezuela no escapa a esta realidad, actualmente atraviesa
una de sus peores crisis que ha dejado desde el 2002, muerte, odio, divisiones
de clases sociales, ruptura del dialogo entre representantes de la sociedad
civil y el gobierno, inexistencias de políticas de trabajo y desarrollo
industrial consensuadas entre los diferentes actores del sistema económico.
Ante la situación descrita, es necesario considerar como la exclusión social promueve marginalidad,
desocupación y pobreza, colocando a una
enorme cantidad de niños y jóvenes en situación de riesgo, haciéndolos
reproductores de aquella violencia que los victimiza.
En el marco educativo, el escenario vivido hoy por el resto
de la sociedad venezolana se repite, pero no es un fenómeno de reciente data,
dado que se poseen múltiples evidencias de disturbios estudiantiles donde hacen
presencia los famosos encapuchados. No obstante en los últimos años, según
noticias de prensa se observó un recrudecimiento de la violencia estudiantil en
todo el país.
En ese orden de ideas, entre los casos reseñados por la
prensa nacional destacan disturbios,
como forma de protesta, ataques a la propiedad privada, destrucción y quema de
vehículos, enfrentamientos a efectivos policiales, saqueos, siendo lo más grave
la agresión a transeúntes, docentes y pares y el uso de armas de fuego u otros
objetos contundentes en los centros educativos, lo cual está ampliamente
reseñado por los medios de comunicación venezolanos.
La situación descrita ha puesto en peligro la integridad
física de los miembros de la comunidad educativa que hacen vida en las
diferentes instituciones, lo cual ha
generado respuestas y llamados a la reflexión y al cambio, tal es el caso de un
comunicado de la Dirección de un plantel en Cabimas estado Zulia, ante un atropello
contra un docente en Noviembre del 2002, donde se expresa “Exhortamos a la
comunidad en general a reflexionar, crear una cultura ciudadana de seguridad,
condenar lo acontecido con miras a orientar estas conductas desviadas y poner
fin a esta situación”.
Sobre esta circunstancia, vale la pena destacar que uno de
los aspectos resaltantes es la futilidad
con la cual los manifestantes agreden a
las personas y sus propiedades. Ante hechos de este tipo, la reacción para
controlarla se enmarca en la aplicación de sanciones, contempladas en la Ley de
Educación Vigente (Art. 123 y 124) y en la ley orgánica para la protección del niño y del
adolescente (Art. 57), vemos así como en Maracaibo estado Zulia, ante el
uso de armas de fuego y punzo cortantes, por parte de los alumnos, los
directores, profesores, autoridades educativas de la región y el Consejo
Municipal de Protección del Niño y Adolescente, diseñan un reglamento especial
para regular la disciplina estudiantil dentro y fuera de las aulas, de algunas instituciones
educativas.
Con relación a lo expuesto Bracho (2004) reseña, que el
reglamento, sólo surtirá efecto para los alumnos de los Liceos Baralt,
Francisco José Duarte y Antonio Guzmán Blanco, institutos donde existen
problemas estudiantiles desde hace varios años, en función de lo cual los directores de los planteles
activarán el reglamento interno, dando cumplimiento estricto a las sanciones
establecidas en concordancia con la Ley Orgánica de Educación (LOE) y la
Lopna… Precisando...” actualmente están
oficiado a la Policía Municipal para implantar un plan de seguridad dentro del
plantel”
Se observa así como las respuestas dadas ante la problemática están enmarcadas
en la coerción y nunca en la búsqueda de las causas que las originan, a pesar de
ser la escuela entre los sectores que conforman la unidad social, quien tiene
como su principal misión la preparación del individuo en
resolución de conflictos previendo así la violencia, enfrentando apropiadamente
las exigencias del entorno, en las circunstancias en las cuales les corresponde
vivir y el convivir en armonía. Al respecto el
Fondo de las naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), (1999), indica:
Es imposible que cualquier
iniciativa educativa pueda eliminar todos los conflictos, ya que forman parte
de la vida. Pero las escuelas pueden ayudar a los jóvenes a aprender que se
puede y se debe elegir entre diferentes maneras de reaccionar ante un
conflicto. Los alumnos pueden desarrollar habilidades de negociación y de
resolución de problemas que les permitan considerar el conflicto no como una
crisis sino como una ocasión de cambio creativo (p. 2).
En función de
lo expuesto, de la investigación titulada “Comunicación en la Provención del Conflicto en Instituciones
Educativas de Media, Diversificada y Profesional” el objetivo: Indagar las manifestaciones del conflicto
escolar en las instituciones educativas objeto de estudio, fue tomado para
desarrollar el presente articulo, dada la importancia de dar respuesta a los conflictos y la
violencia existentes en las instituciones educativas, que hace imperativo,
provenir o, en todo caso, afrontar y
resolver los conflictos generados en la escuela.
Es por lo
tanto necesario destacar que desde los años 90, importantes sectores del país
han provocado un debate en relación a la educación requerida y, en muchos
casos, se ha hecho énfasis en la necesidad de elevar la calidad del desempeño
de los docentes, dado que investigaciones realizadas sobre prosecución escolar
muestran una crisis educativa provocada, entre otras razones, porque a muchos
docentes no se les brinda una actualización y capacitación sistemática y
permanente, aspecto este básico si se quiere que los docentes posean las
competencias para evitar que los conflictos al no ser resueltos generen una escalada
que termine en estallidos de violencia.
En
consecuencia, gestionar y resolver conflictos en el aula para evitar la
violencia, requiere de recursos humanos calificados, estando justificado cuando
el mismo Reglamento del Ejercicio de
la Profesión Docente (1991), establece esta necesidad en su artículo
139, al puntualizar que: La actualización de
conocimientos, la especialización de las funciones, el mejoramiento profesional
y el perfeccionamiento, tienen carácter obligatorio y, al mismo tiempo, constituyen
un derecho para todo el personal docente en servicio. Las autoridades
educativas competentes, en atención a
las necesidades y prioridades del sistema educativo, fijarán políticas y
establecerán programas permanentes de actualización del conocimiento,
perfeccionamiento y especialización de los profesionales de la docencia,
con el fin de prepararlos suficientemente, en función del mejoramiento
cualitativo de la educación. Asimismo, organizarán seminarios, congresos, giras
de observación y de estudio, conferencias y cualquier otra actividad de
mejoramiento profesional.
Desde otra
perspectiva, la importancia de indagar las manifestaciones del conflicto escolar a nivel del educando, viene dada porque al conocerlas
permitirá la formación de estos, para que asuman los cambios comportamentales y
brindaría la oportunidad, a través del desarrollo de las competencias de poder
manejar el conflicto, para evitar el riesgo de usar la violencia o de ser
víctimas de ésta.
Los resultados obtenidos en la investigación, en relación al
objetivo señalado evidencian la
existencia de conflictos escolares que se manifiestan en hechos de violencia
entre pares, en deterioro de bienes materiales de los docentes, de la
infraestructura y mobiliario escolar. Igualmente se revela que los hechos de violencia, son resueltos en las
instituciones objeto de estudio a través de caminos punitivos y represivos como
son las sanciones y suspensiones.
FUNDAMENTOS TEÓRICOS
Conflicto
vs Violencia
Hay una idea muy extendida que es la de
ver el conflicto como algo negativo y, por tanto algo a eludir, normalmente se
confunde con violencia pudiendo estar
esto relacionado con la forma en la que
habitualmente se suelen enfrentar, la cual por lo general no se enmarca en una
solución justa y mutuamente satisfactoria, alcanzada a través de métodos no
violentos.
Es importante por lo tanto
marcar la diferencia entre uno y otra, puede considerase la violencia como aquella situación o
situaciones en que dos o más individuos se encuentran en una confrontación en
la cual una o más de una de las personas afectadas sale perjudicada, siendo
agredida física o psicológicamente, lo cual es siguiendo a Salazar
(2000), producto de una serie encadenada
de factores que generan una conducta aprendida en un entorno carente de
opciones, reconocimiento de
derechos, exclusión y vejaciones, donde
el sujeto no conoce otro modelo social que aquel que le ha negado las mínimas
garantías, cerrándole las opciones de
crecimiento integral, en parte debido a la imposición de normas ajenas a sus
expectativas e intereses.
El contexto que ofrece un aprendizaje
de confrontación y negación, es una circunstancia apropiada para generar un
sujeto violento, porque este no ve la violencia
ajena a su quehacer cotidiano, y al estar sumergido en ella pasa a ser
parte inherente de sus relaciones personales,
convirtiéndose así en palabras de Salazar (op.cit), en el único imaginario recurso para enfrentar
la realidad.
Pudiendo establecerse, que la violencia es aprendida, en cambio el
conflicto es consustancial a las relaciones humanas, además es ineludible, por mucho que no desee verse o se evite, él,
continúa su dinámica, Reafirmando lo anterior, Castells (1998), especifica que "el conflicto en sí es un
estado normal de la sociedad y de las relaciones interpersonales".
El conflicto por lo tanto es inherente a la condición
humana, y por ende al comportamiento, como elemento connatural e inseparable a
las relaciones entre las personas y los grupos, en estas relaciones se
manifiestan contradicciones, pugnas, enfrentamientos que potencian al hombre
como ser capaz de articularse consigo mismo, con los otros; lo cual le otorga
el beneficio de moverse en estructuras sociales y culturales que le sirven como
marco regulador de relaciones, las cuales pueden ser modificadas en función de
buscar las mejores condiciones para los sujetos.
El conflicto considerado como una situación donde se
manifiesta una divergencia de necesidades, intereses, propósitos y/u objetivos
percibidos como incompatibles por las
partes involucradas, genera
manifestaciones con diferentes grados de intensidad. En estas diversas
manifestaciones, lo relevante en todo caso es que las acciones para lograr los
objetivos, se deriven de los intereses donde existen concordancias, y sean canalizadas a través del uso de métodos que
permitan el logro de acuerdos aceptables y positivos para las partes.
En el mismo marco de ideas, Suárez (1996) y el ministerio de
educación argentino a través de su programa nacional de mediación (2000)
coinciden en señalar al conflicto como
procesos complejos e interacciónales
que se co-construyen recíprocamente entre dos o más partes, entendiendo
por partes a personas, grupos grandes o pequeños. El conflicto como fase de un
proceso nace, crece, se desarrolla, es decir se transforma pudiendo desaparecer
y/o disolverse, o permanecer
relativamente estacionario, de no resolverse, también puede crecer
llevando a niveles mayores de confrontación a las partes.
Cuando se introduce la noción de
proceso, tiene como base concebir el
conflicto no como un momento puntual, ni estático sino como dinámico y
controversial. Su dinamismo viene dado
por la confrontación (económicas, ideológicas, sociales, valores), de dos o más
partes, que al no resolver las diferencias potencian el proceso, incidiendo en
él diversos elementos: malentendidos, desconfianza, incomunicaciones, temores,
y otros.
En un momento dado, de no llegarse a
acuerdos mutuamente satisfactorios, estallará en lo que se denomina la crisis
del conflicto, la cual suele tener una manifestación violenta, que generará
toda una actividad en si misma. Sin embargo, puede no ser la crisis el fin
último del proceso, este pudiese quedar relativamente estacionario.
Así como el conflicto se considera como un proceso que puede
llevar bastante tiempo, su resolución también hay que verlo como tal y no como
una acción concreta que acabará con todos los problemas. Se trata también de un
proceso que debe ponerse en marcha cuando el conflicto es sólo contradicción e inicio de antagonismos
para lo cual los sujetos deben estar preparados y convencidos de buscar
soluciones a través de métodos no violentos, dado que un conflicto no resuelto
cuanto más tiempo pase, más difícil será solucionarlo.
En
este éste contexto resulta interesante, lo expuesto por Álvarez y
Rodríguez (2002), quienes indican acerca
del comportamiento del individuo en situaciones de conflicto, lo siguiente:
La conflictividad se produce cuando hay un choque de intereses o cuando
dos o más personas compiten por objetivos o recursos que son percibidos como
incompatibles. Estos choques o disputas,... se pueden abordar mediante fórmulas
de mediación para llegar a alcanzar puntos de acuerdo... (
p.17).
En el
ámbito educativo, los investigadores,
hacen referencia a que los conflictos se pueden abordar a través de programas
de intervención en diferentes áreas como parte de un Proyecto Educativo, el cual puede contemplar
y guiar la práctica académica en la búsqueda de una posición "crítica" dirigida
al cambio como objetivo, incluyendo no
sólo aspectos estrictamente relativos a la institución escolar sino también
relativos al contexto sociofamiliar y teniendo en cuenta a la escuela como
motor de cambio.
Al destacar los autores que la conflictividad se produce cuando hay un
choque de intereses e indicar la necesidad de desarrollar los procesos
motivacionales y de interacción social, se podría establecer la importancia de
propiciar ambientes escolares no-violentos y tolerantes.
VIOLENCIA
COMO MANIFESTACIÓN DE CONFLICTOS NO RESUELTOS EN LA ESCUELA
Desde hace varios años se viene hablando de una crisis en casi todos los
ámbitos de la vida social, siendo notorio que se está dañando el tejido social, lo
cual se manifiesta en la escuela en episodios de violencia que pueden tener como denominador común, la
existencia de conflictos interpersonales, no resueltos, que han ido degenerando
y agravándose hasta el punto de usar la violencia, como un proceso destructivo y
totalmente negativo para el grupo.
De esta consideración se deriva la
negatividad intrínseca de la violencia
haciéndose imperativo que el educador
reconvierta el conflicto, regulándolo de forma creativa, siendo capaz de
desarrollar el tratamiento positivo del mismo y dar lugar a la construcción de
experiencias significativas.
En este orden de ideas Herrera (2000) afirma:
La
experiencia en la evolución de la institución educativa, la ha puesto en el
lugar de la normatización de la vida de quienes allí concurren, operando como
una forma de control social que no permite la construcción de identidades ni la
constitución de sujetos –reconocimiento de si mismo con relación al otro-
capaces de avanzar en la convergencia de los intereses, necesidades y
expectativas de éstos en las relaciones que se producen (p.3). El conflicto escolar como uno de los
componentes dinamizadores del proceso de formación en la Escuela, es necesario,
en primer lugar, reconocerlo y asumirlo como parte constitutiva de la vida
escolar, y en segundo lugar, plantear su interpretación tratamiento y transformación,
en un horizonte de construcción de ámbitos y sujetos para la concreción de los
fines de la educación. Es indispensable entonces, comprender el conflicto en un
marco general, y precisarlo en el ámbito escolar como campo de reflexión (p.
22).
Dentro
de este contexto, es necesario destacar la necesidad de entender que las
situaciones de conflicto que se tejen entre los sujetos de la acción social,
deben convertirse en experiencias de aprendizaje para el conjunto de la
comunidad educativa, lo cual incidirá en
la transformación institucional. Es un camino que contribuye en la
Escuela, a realizar el tránsito de ser el órgano de control y orden en que se
ha convertido, hacia una experiencia de conocimiento humanista y emancipadora
que forme al ciudadano del mañana, como un ser esencialmente democrático y
respetuoso de los derechos del hombre.
Pudiéndose afirmar, que la
violencia directa ejercida en la escuela es, una manifestación de conflictos no
resueltos, producto de un modelo educativo
excluyente y autoritario donde a través del poder se aliena el sujeto,
repercutiendo esto en la forma de abordar los conflictos, a través del
ejercicio de la autoridad, del castigo, entre otros, provocando un clima de
tensión y generando manifestaciones negativas en el
comportamiento, que alteran las
interacciones, fracturan los dispositivos de control y desequilibran las
relaciones de fuerza y poder dentro de la institución educativa.
En función de lo anterior, Ghiso (1998)
señala:
La escuela hoy no es el espacio de socialización por
excelencia, en ella no se logran fortalecer y construir los valores de
convivencia, de diálogo y de justicia entre los sujetos. La escolarización dejó
de ser uno de los procedimientos determinantes en la formación de las personas,
de los ciudadanos; poniendo de manifiesto que la escuela y la pedagogía, como
campos prácticos - teóricos de intervención en lo ideológico-cultural, sufren
un fuerte proceso de desestructuración simbólica. La escuela y la pedagogía
dejan de ser espacios, propuestas o procesos intencionados que evocan, invocan
y acogen. Los mensajes que aquí se producen, se recontextualizan y se trasmiten
son increíbles, ilegítimos e inviables para un número creciente de alumnos,
padres de familia y profesores. Las consecuencias prácticas de ello tienen
naturalezas muy diferentes y repercuten en todas las facetas de la convivencia
humana. (p.8)
En
función de lo cual, uno de los objetivos prioritarios a contemplar en los
centros educativos, es la mejora de la convivencia facilitando así el poder
operar en la realidad y entender los conflictos como
algo propio e innato en el ser humano y que como tal siempre van a estar
presentes, lo importante es aprender a resolverlos, cosa que parece no estar
haciendo bien la escuela, dado que en la indagación teórica realizada se
encuentran datos que señalan como predominante medidas coercitivas y de sanción
para resolver los problemas, en relación
a lo cual Reguillo (1999) expresa:
Por lo general se
producen tres mecanismos El primero, la neutralización
de las condiciones sociales en que ella aparece: que se preocupa por acentuar
los castigos más que modificar los contextos….El segundo, la negación de la complejidad de los
fenómenos asociados a las violencias: juzgando homogéneamente cualquier caso
que difiere de “lo normal”. El tercero, la culpabilización focalizada: que asigna de facto la descalificación a ciertos sectores juveniles como
culpables de atentar contra el orden establecido…Una actitud que acontece
también es el uso de lo jurídico como medio para castigar y no desarrollar
(p.23).
Sin duda
dentro de esta trama de relaciones, con los juegos de poder generados en ella,
la reducción de la violencia es difícil, pero se hace urgente trabajar en la
creación de ambientes escolares cooperativos, en la mediación y negociación y
en el definir al conflicto escolar como problemas compartidos, que requieren
resolverse con beneficios para todos, buscando evitar que se deteriore la convivencia y que las personas implicadas
sean afectadas a nivel emocional.
Sumado a lo anterior está el entender
que la violencia es una respuesta aprendida, pero existen otras formas
enmarcadas en un proceso comunicativo, de dialogo y de interrelación que
también se pueden aprender, para dar respuestas a los conflictos.
Dentro de ese
proceso de aprendizaje, debe internalizarse que el conflicto cuando no se trata
de manera constructiva, explota a menudo en violencia. En función de lo cual para evitar la violencia por conflictos
no resueltos, se hace necesario conocer las causas que los generan, que pueden
ser de muy diversa índole o naturaleza, y la manera de resolverlos debe estar
inscrita en los principios democráticos, aplicándolos en el aula a través de
técnicas y estrategias que fomenten el convivir, el análisis reflexivo sobre
las causas de los fenómenos, no solo a nivel de las relaciones interpersonales
sino a nivel de lo social.
En función de lo planteado, se requiere
de una buena disposición para afrontar los problemas surgidos en el devenir cotidiano, buscando mantener ese
clima afectivo y positivo hacia el sano
convivir. Relacionado con lo planteado, Cascon (2002) indica:
Un conflicto no es un hecho puntual; es un proceso que tiene como origen
la contradicción de necesidades no cubiertas, antagónicas, que crean problemas;
si éstos no se resuelven, acaban estallando con violencia; se produce la
guerra, las crisis, las confrontaciones, la destrucción de los tejidos
sociales. Esta situación la podemos ejemplificar con una bola de nieve que se
deja rodar desde lo alto de la montaña, con el agravante de que abajo vivimos
nosotros. ¿Qué ocurre si eludimos el problema, si no lo enfrentamos? La bola se
va haciendo cada vez más grande y, por lo tanto, más destructiva, va arrasando
todo lo que encuentra a su paso. (p.2).
Señala el
autor que el modelo de competición se
introduce constantemente en la sociedad moderna, y es llevada
hasta las últimas consecuencias, persiguiéndose como fin
ganar y para ello lo más fácil es
que los demás pierdan, otra posición es la de evadir los conflictos, no
consiguiéndose nada de esta manera, ni los objetivos ni salvar la relación, no
pudiendo perderse de vista que un conflicto no resuelto afecta, de una u otra
forma, a la estructura en su conjunto.
Definitivamente los hechos de violencia se evitan en la medida que el conflicto se coconstruya a partir de
un espacio de negociación, consenso,
compromiso, comunicación asertiva, donde ambas partes ganan en lo sustancial,
ya que no se puede renunciar a aquello que es lo fundamental. Requiriéndose por
lo tanto de un docente, preparado en el manejo de métodos para provenir el conflicto, enmarcados en una comunicación
asertiva, que contemple los puntos en
común, lo que une y no lo que desune, pero no debe finalizar en la acción del
individuo, sino que es necesaria ampliarla al medio. Igualmente requiere de
manejo de estrategias socializadoras, que permita al alumno aprender a resolver
conflictos en el aula
METODOLOGÍA
La investigación Comunicación en la Provención del Conflicto en Instituciones
Educativas de Media, Diversificada y Profesional, tomada como fuente para este
articulo, es de carácter descriptivo, según el criterio de Hernández,
Fernández y Baptista (2001), dado que se identificaron las
características del fenómeno estudiado tal y como se presentaron en la realidad.
Entre sus variables se consideró la Provención del conflicto la cual cuenta como
dimensión las Manifestaciones del conflicto escolar, conformada por la
subdimensión violencia escolar, con los indicadores agresión y sanciones.
Los criterios para la selección de los
docentes que participaron en la presente investigación, fueron sus funciones, enmarcadas en el área administrativo docente, y por ser una población pequeña,
cuarenta y seis (46), se tomó en su totalidad, dado que resultaba factible su abordaje.
La población estuvo constituida por los
directivos, orientadores, y coordinadores de la Escuela Técnica Industrial de
Cabimas, Liceo Hermágoras Chávez y la U.E. Manuel Belloso, instituciones
educativas de III etapa, Diversificada y profesional, ubicadas en la Parroquia
Ambrosio y la Parroquia Germán Ríos Linares en Cabimas, estado Zulia. La
población en estas instituciones está conformada por: Tres (3) Directores, Seis (6) Subdirectores, Treinta y tres (33) Coordinadores, cuatro (4) Orientadores.
El instrumento utilizado fue un cuestionario con una escala
tipo Lickert y cinco (5) alternativas de respuesta: con muy
alta Frecuencia (5), alta frecuencia (4), mediana frecuencia(3), baja
frecuencia (2) y nunca (1); escala que señaló la actitud de los encuestados
acerca de cada una de las proposiciones dadas. Las preguntas contenidas en el
instrumento fueron diseñadas, tomando en cuenta los objetivos, las bases
teóricas de la investigación y las recomendaciones dadas en el proceso de
validación por siete (7) expertos
especialistas en el área y con doctorado; para estimar la consistencia de las
respuestas de los sujetos objeto de estudio y minimizar los errores se aplicó
una prueba piloto. Lo anterior permitió obtener un instrumento confiable que
facilitó obtener
y registrar la información necesaria,
pudiendo así medir de las variables,
analizarlas e interpretarlas.
Para el análisis de los
resultados, se
organizaron los datos relativos a la
variable, indicadores e ítems, utilizándose el programa SPSS 10 en español lo
cual permitió agruparlos en distribución
de frecuencias a través de la construcción de tablas, visualizando así los
resultados para poder realizar el análisis de los indicadores y comparar las variables.
Los resultados obtenidos permiten una proyección hacia el estudio de
poblaciones con características similares a la investigada, sirviendo así como
referencia a futuros estudios, generándose un valor agregado, a nivel de los
aportes teóricos-prácticos, contribuyendo así a demostrar la existencia de un
problema factible de superar.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
En función del
objetivo: Indagar las manifestaciones del conflicto escolar en las
instituciones educativas objeto de estudio, se analizan los resultados de la
investigación, considerando los indicadores agresión y sanciones.
El indicador agresión fue medido
a través de los ítems:
Los docentes han sido objeto de agresión física por parte de sus alumnos. Se presentan, entre
los alumnos, disputas que culminan en enfrentamientos físicos. Los docentes han
sido objeto de agresión verbal. Los docentes han sido agredidos a través de
escritos (graffitis, periódicos anónimos...). Los
alumnos han generado hechos de violencia con deterioro de bienes materiales de
los docentes. Los alumnos deterioran la infraestructura y mobiliario.
Los resultados obtenidos pueden
apreciarse en la siguiente tabla
Tabla 1
Distribución Frecuencial y Porcentual del Indicador
Agresión
Fuente:
Arellano 2004
En relación al item: Los
docentes han sido objeto de agresión
física por parte de sus alumnos puede
observarse que entre las alternativas nunca y baja frecuencia se acumula un 54,35 % de las selecciones, permitiendo esto
afirmar que los docentes no han sido objeto de violencia física, lo que permite
inferir que la violencia que se manifiesta en los barrios y comunidades,
todavía no está presente en un alto
porcentaje en estas escuelas.
Sin embargo es necesario comenzar a
prevenir los hechos de violencia ya que el 32,61 % de los docentes
seleccionados ha sido objeto con muy alta frecuencia y alta frecuencia de
agresiones físicas, indicando esto que algunas
escuelas han dejado de ser sitios
seguros para su comunidad educativa,lo cual queda ratificado por información de prensa (Panorama, Mayo:2004), donde se reseña que
los alumnos en instituciones a este nivel escolar están introduciendo armas
punzocortantes y de fuego, reflejando esto la existencia de un
problema más profundo cuyas causas deben determinarse para provenir y generar
ayuda al inicio del conflicto, no teniendo así que intervenir y responder ante
la situación de violencia.
En función de lo cual es necesario
determinar lo que conduce a la violencia e involucrar a la comunidad educativa,
para generar proyectos enmarcados en la
provención del conflicto, impulsando para ello relaciones basadas en la
asertividad entre el personal docente y los alumnos, cimentadas en una relación
positiva, donde el docente esté en capacidad tanto afectiva como cognitivamente
de proveer apoyo cuando es requerido por el alumno; en el marco de estas ideas,
es aspecto básico en un proyecto educativo, el reconocimiento de que la
seguridad, el respeto mutuo, están relacionados con el desarrollo social,
emocional y académico de los jóvenes adolescentes y que al ser considerados
reducen el riesgo de la violencia.
En relación al ítem: Se presentan, entre
los alumnos, disputas que culminan en enfrentamientos físicos, puede observarse
en la tabla 1, que el 45,66% de los docentes manifiestan en muy alta y alta
frecuencia la existencia de enfrentamientos físicos entre pares.
Indicando los resultados, que un alto
porcentaje de alumnos no sabe y/o no están preparados para responder
apropiadamente a una situación de conflicto, y si bien es cierto que cada quien
debe asumir su responsabilidad ante sus actos, y que las normas inciden en el
mantenimiento del orden, no debe ser a
través de la sanción punitiva que deben
resolverse los problemas, es necesario impulsar procesos de comunicación que
permitan al joven romper con el cordón umbilical que le tiene atado a un “modo
de vida” en el cual esta implícita la violencia, y es desde la escuela donde
debe reaprenderse, fomentando para ello una cultura de dialogo, de búsqueda de la paz, a través de la tolerancia y la
solidaridad.
Los resultados obtenidos en el ítem: Los
docentes han sido objeto de agresión verbal, en la tabla 1 se observa que la
mayor frecuencia estuvo concentrada en las alternativas nunca y baja frecuencia
en un 45,65%, implicando esto que en un
alto porcentaje no se da la agresión por parte del alumno hacia el docente, sin
embargo es necesario considerar que un
36,96%, de los docentes manifiestan
haber sido objeto de agresión verbal en muy alta y alta frecuencia, siendo
significativo de que de cada diez (10) alumnos casi cuatro (3,7) agreden a sus
docentes; implicando esto la importancia de comenzar a generar cambios
sustantivos en los sujetos del proceso educativo.
El ítem: Los docentes han sido agredidos
a través de escritos (graffitis, periódicos, anónimos...), concentra el mayor
numero de selecciones en muy alta y alta frecuencia con un acumulado de 43,48%, siendo
interesante como este tipo de agresión que no requiere una vinculación cara a
cara entre el docente y el alumno es mayor que la agresión de tipo físico y
verbal.
Con respecto al ítem: Los alumnos han generado hechos de violencia con
deterioro de bienes materiales de los docentes, los resultados indican que en
muy alta y alta frecuencia el 52,17 % esto se ha dado. Igualmente el ítem: Los
alumnos deterioran la infraestructura y mobiliario, la frecuencia acumulada se centra en las
alternativas muy alta y alta frecuencia con un
56,52%,
En función de
lo resultados obtenidos en los diferentes ítems que miden la violencia del
alumno, es evidente la necesidad de comenzar a generar cambios sustentados en
procesos de reflexión y acción, debiendo estar consciente que este tipo de
violencia tiene una multiplicidad de factores causales y que la institución escolar por el tiempo de
convivencia y los diferentes sujetos que están vinculado se convierte en un escenario privilegiado
para que las tensiones individuales y colectivas se manifiesten de diversas
maneras y de acuerdo a como se resuelvan facilitan o no la convivencia escolar.
En la sustentación
teórica de la investigación se expone que la escuela venezolana no se
desvincula de la crisis que vive la sociedad, reproduciéndose esta en episodios de violencia, pudiendo ser producto de conflictos no resueltos,
dado que cuando estos no se tratan de manera constructiva, explotan a menudo en
hechos disruptivos. Relacionado con lo
expuesto Cascon (2002) indica que un conflicto no es un hecho puntual, es un
proceso que tiene como origen la contradicción de necesidades no cubiertas,
antagónicas, que crean problemas; si éstos no se resuelven, acaban estallando
con violencia.
En función de lo cual para evitar la violencia, se hace necesario afrontar la aparición de los conflictos sin gestionar
su represión, sino mediante la solución de las causas que los generan.
Lo cual queda avalado por Loaiza
(2001), quien recomienda establecer canales formales e informales de
comunicación vertical y horizontal, que permitan detectar oportunamente las
diferencias que se puedan presentar y constituirse en fuente de conflictos
potenciales, a fin de disminuirlos y contribuir en la solución más conveniente.
Igualmente señala la necesidad de guiar mediante el ejemplo, enseñando así la manera de enfrentar y solucionar
conflictos.
El indicador sanción, que
conforma la dimensión Manifestaciones del Conflicto Escolar, fue medido a través de los ítems: La aplicación de actas y suspensiones a los alumnos
genera cambios en su actuación; ante problemas
donde ha sido afectado el docente se exige la aplicación de sanciones; se Intenta mantener el control de las situaciones
conflictivas a través de órdenes y/o normas que sancionan y castigan. La
frecuencia acumulada del comportamiento de estos tres ítems se muestra en la
tabla No. 2.
Tabla 2
Distribución Frecuencial y Porcentual del Indicador
Sanción
Alternativas |
Frec. |
% |
|
Nunca |
7,67 |
16,67 |
|
Baja Frec. |
5,67 |
12,32 |
|
Mediana Frec |
16,32 |
35,51 |
|
Alta Frec. |
12,67 |
27,54 |
|
Muy Alta Frecuencia |
3,67 |
7,97 |
|
Total |
46 |
100 |
|
Fuente: Arellano N. (2004)
Se puede observar en la tabla que las
opiniones están muy divididas concentrándose el mayor número de
selecciones en la alternativa mediana
frecuencia con un 35,51%, que revela una posición no definida, sin embargo las
alternativas muy alta frecuencia y alta frecuencia suman también un 35,51% lo
que indicaría que todavía es significativo el número de docentes que ven en la
sanción un modo de resolver conflictos.
Es necesario destacar que el 43,4% de
los docentes, responden con muy alta
frecuencia y alta frecuencia, en el ítem: ante problemas donde ha sido afectado
el docente se exige la aplicación de sanciones,
lo cual se apoya en lo contemplado en la actual ley de
educación, que considera en su art. 124 las sanciones ante faltas graves de los
alumnos.
Pero no es solo en las instituciones educativas objeto de
estudio donde se observa esta modalidad para resolver problemas en la escuela,
en la investigación realizada por Martínez (2000), titulada Los Conflictos en
las Instituciones Educativas, fue investigada la eficacia del sistema formal para la
resolución de conflictos, utilizada en la escuelas Argentinas, que incluye
tramitar sumarios y la posterior sanción; pero en este caso, los docentes entrevistados respondieron que en un 34%
empeora la relación, no sirve (24%), hacen reaparecer el conflicto un (23%),
observándose como los entrevistados
rechazan el sumario como sanción.
Es necesario
ante hechos o faltas del alumno, buscar las causas que las originan, dado que
es la escuela entre los sectores que conforman la unidad social, quien tiene
como su
principal misión la preparación del individuo en resolución de conflictos; se
prevé así la violencia, no es a través del castigo como se busca la solución a
los problemas, sino por medio del dialogo y del
análisis de las causas. En concordancia con esto, Calcaterra (2003)
expresa que al aparecer el
conflicto, comúnmente se tiende a salir de él, ensayando formas de abordaje,
que cuando no son exitosas terminan en la sanción disciplinaria. Es conocido
que el castigo no siempre produce una modificación de conducta, sino que muchas
veces la acentúa.
CONSIDERACIONES FINALES
En atención al desarrollo de las
diferentes fases de la investigación, y al análisis de los aspectos teóricos
considerados en función del objetivo”: Indagar las
manifestaciones del conflicto escolar en las instituciones educativas objeto de
estudio; tratado en este articulo y en correspondencia a los resultados
obtenidos, se llegó a las siguientes
conclusiones:
Existen manifestaciones de violencia
escolar como: agresión
física a docentes, por parte de alumnos; disputas entre alumnos que culminan en
enfrentamientos físicos; agresión verbal a docentes; agresión a docentes a
través de escritos (graffitis, periódicos, anónimos); hechos de violencia con
deterioro de bienes materiales de los docentes; deterioro de la infraestructura
y mobiliario. Siendo estos hechos de violencia resueltos de manera punitiva, a
través de levantamiento de actas y
suspensiones de clases. Lo cual permite afirmar que en las instituciones
objeto de estudio se atacan los conflictos de una manera adversarial.
En función de
lo planteado se hace necesario:
Impulsar acciones de reflexión
sobre las manifestaciones de violencia y su incidencia sobre las relaciones
docente – alumno, clima escolar y
actividades escolares, donde se discuta y analice el papel de los sujetos de la
acción (profesores, directivos representantes y alumnos)
Implementar
un programa de adiestramiento, dirigido en primera instancia a la formación del
personal que conforman los equipos directivos, en métodos alternativos de
resolución de conflictos, comunicación asertiva, estrategias socializadoras y
estrategias para la Construcción de Significados, es decir en la provención del
conflicto.
Impulsar proyectos educativos, que formen para la
convivencia, la comunicación asertiva, la participación, la solidaridad y el
compromiso, en una cultura para la paz.
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Resumen
Curricular
Norka Arellano de Loginow, es profesor Titular del
Proyecto Profesionalización Docente de la Universidad Nacional Experimental
Rafael María Baralt. Se graduó en Trabajo Social en la Universidad Central
de Venezuela (Caracas, 1978), obtuvo la
Maestría en Gerencia de Recursos Humanos, en la Universidad Nacional Experimental
Rafael María Baralt (Cabimas, 1990) y el doctorado en Ccs. de la Educación en
la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín (Maracaibo 2004). Diplomada en Medios Alternos de Resolución de Conflictos
(2005) y PNL (2006). Ha publicado artículos educativos en la revista Novedades
Educativas de circulación en Argentina y México. Ha diseñado y dictado talleres en el área de
Resolución de Conflictos y publicado en
la Revista Electrónica Indizada ORBIS y en la Revista Indizada Quaderns Digital
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