Tomás Eduardo Landivar
RESUMEN
En el presente trabajo se rastrea la
problemática de
Avanzamos sobre la brecha digital recuperando
el problema de las brechas sociales que preceden este planteo. Desde aquí recomendamos
cautela para decidir autónomamente el modelo de sociedad que cada nación necesita.
También reflexionamos sobre el determinismo
tecnológico implícito en los planteos de “Alfabetización Digital”, y en la necesidad de incluir dicha
alfabetización en un contexto pedagógico amplio que le de sentido, el de la
“Educación para
PALABRAS CLAVES
Sociedad de
En el
presente trabajo nos proponemos:
-
Plantear
las problemáticas generales de
-
Profundizar algunos de los conceptos más relevantes de y/o emergentes de
-
Incluir las TICs, especialmente
la informática, en el marco de
Para el logro de
estos objetivos acudiremos, además de la bibliografía específica y a nuestras
reflexiones, a los aportes de los documentos preparatorios y resultantes de la “Cumbre Mundial de
-
O)
“Carta de Okinawa sobre
-
DP)
Declaración de Principios de
-
PA)
Plan de Acción de
Incorporamos los
documentos indicados porque los mismos representan el pensamiento y las prácticas
emergentes y reales de los grupos económico-políticos del primer mundo en la
actualidad (del G-8 especialmente). Tales documentos constituyen la síntesis de
casi tres décadas de reuniones, intercambios (no decimos debate) y acuerdos por
parte de los gobiernos de las naciones ricas que fueron y son, en definitiva,
los que determinan el desarrollo tecnológico y las políticas nacionales de la
mayoría de los países en la materia, así como las reglas que orientan y
controlan los flujos internacionales de información.
Los aportes
teóricos y reflexiones nos brindan la posibilidad de comprender, de construir
categorías y explicar realidades; pero estos documentos nos indican lo que la
realidad es y será en virtud de lo que pretenden los que detentan el poder, internacionalmente
hablando. Más allá de que sus recomendaciones y propuestas se cumplan
totalmente, sí debe quedar en claro que poseen una incidencia sustantiva en la
realidad mundial sobre el tema que nos ocupa. De aquí se genera crédito para la
producción y comercialización de equipamiento; se promueven acuerdos
comerciales mundiales; se orientan las políticas educativas de muchos países;
se legisla protegiendo derechos de propiedad que condicionan compras, acuerdos
comerciales, de cooperación y asistencia, etc.; se determinan flujos
informativos; se “controla la posibilidad/libertad” de acceso a la información
y producción; etc., etc., etc.
En otro sentido,
por una cuestión práctica relativa a la extensión, cuando citemos alguno de los
documentos indicados lo haremos por sus iniciales, tal como se indica en la
referencia efectuada más arriba. Además, de las iniciales se indicará el número
de artículo y/o apartado al que hacen referencia.
2) ALGUNAS PROBLEMÁTICAS CENTRALES DE
La información aparece como el eje
estructurador y estructurante de nuestra época. Problema que se inscribe en un
contexto de índole filosófico: ¿qué información?, ¿información para qué?. Si
bien no pretendemos responder a semejante interrogante, el lector podrá inferir
a lo largo de este escrito algunas entradas al asunto.
Ahora
bien, si de información se trata, debemos remitirnos a Wiener quien sin duda es
quien planteo por primera vez, en 1948, la problemática desde un potente
paradigma explicativo. Resumiendo muy sintéticamente las ideas centrales de
Wiener (1969), podemos decir que este investigador interpreta a la sociedad
desde el estudio de los mensajes que en ella circulan, ya sean entre hombres y
máquinas, máquinas y hombres o máquinas y máquinas. Parte del supuesto de que
existe una tendencia de la naturaleza a degradar lo organizado y a destruir lo
que tiene sentido, esta es la tendencia de la entropía a aumentar.
La
información que recibimos, combinada con la experiencia y conocimientos previos,
es la que permite realizar los ajustes en el ambiente (natural y social),
ajustes que permiten desarrollar/consolidar los bolsones anti-entrópicos, o
islas locales de entropía decreciente. Se trata de vivir de manera efectiva
dirá Wiener, lo que significa poseer la información adecuada: la comunicación y
la regulación constituyen la esencia de la vida interior del hombre, tanto como
de su vida social. Tanto las máquinas como las personas poseen un mecanismo
análogo para regular la entropía mediante la retroalimentación.
Desde
esta mirada Wiener potencia el valor de la comunicación en tanto eje en torno
al cual se articula la sociedad. Es el eje estructurante al ser el portador de
la información necesaria para luchar contra la entropía. Es por esto que Wiener
desde la cibernética (en tanto ciencia del control) imagina una nueva sociedad
donde la información y las máquinas que la tratan juegan un rol fundamental.
Sin información y/o sin máquinas para tratarla, la entropía aumentaría y
arrasaría con todo hasta la destrucción total. Cualquiera sea el nivel de
desarrollo social de que se trate.
Pero más aún, Wiener entiende que la
identidad física del hombre “no consiste en la materia de la que está
compuesto, sino en la información que contiene” ... “Para Wiener el Ser es
información pura. Suprimido el cuerpo, soporte frágil y prescindible, la
muerte, razón y origen de todo caos, deja de amenazar el destino de la
humanidad” (Levis. 1999: 68)
De esta manera, quitándole al hombre la
materialidad y subordinando su existencia a un proceso de adaptación
permanente, las similitudes entre el hombre y la computadora son significativas
en lo que a la información se refiere.
La
informática entonces, en tanto conocimientos que permiten tratar la información
a través de máquinas, posee una estrecha relación con la cibernética. Ambos conceptos se vinculan al concebir la
información como el insumo central para la eficaz organización de los procesos
que atienden en tanto buscan el equilibrio adaptativo de las partes del
sistema.
Un aspecto central en este planteo es que la
información en la sociedad no circula tan libremente, aspecto que Wiener tenía
muy claro al inquietarse por la tendencia a la “monopolización y
mercantilización de las fuentes de información” (Mattelart, 2002: 60). De
hecho, gran parte de la información posee un valor económico al que, claro
está, no todos pueden acceder. Según Salinas (1989), hay información cuyo valor
aumenta cuanto más se difunde (revistas, libros, programas de TV, películas,
enciclopedias digitales, etc.) y otra cuyo valor es mayor al restringirse el
acceso (información financiera; bases de datos con información masiva de
personas; estadísticas en general; información satelital de diversa índole:
agropecuaria, militar, etc.). En cualquier caso, la libertad para acceder a la
información está restringida por lo económico.
Atento a lo anterior observamos que el
criterio para la disponibilidad social de la información depende de razones
económico-políticas cuyo control material se realiza a través de la informática
y de las correspondientes tecnologías de comunicación que ella implica. Obviamente esto lleva a la posibilidad de
control que puede ejercer desde una persona sobre otra, hasta una nación sobre
las demás. Por ejemplo, es más que obvio que Estados Unidos ejerce un poderoso
control sobre el tráfico de información mundial[1],
país que se ha constituido en una suerte de panóptico digital. Sin duda
entonces, el poder está en quien dispone de las claves (el saber) de la
innovación tecnológica[2],
informática mediante, en tanto conocimientos que permiten realizar el
tratamiento de la información.
Indudablemente, la información no circula
libremente, “la sociedad de la información sólo puede existir a condición de
que haya un intercambio sin trabas. Es incompatible por definición con el
embargo o la práctica del secreto, las desigualdades de acceso a la información
y la transformación de esta última en mercancía” (Mattelard. 1996: 47)
Ya vimos que la
libertad en el flujo informativo es lo que permite, esencialmente, la adaptación al ambiente, y es aquí donde
aparece la pregunta central, la duda de fondo que merece una respuesta crítica
y reflexiva: ¿a qué adaptación y a qué ambiente nos referimos?, ¿a la que
permite funcionalizar a los individuos y a la sociedad a un modelo dominante
que se nutre de la exclusión de formas adaptativas tradicionales, o a la que
permite generar los cambios para aumentar la inclusión?. Depende de la
respuesta que le demos a esta pregunta, conforme al posicionamiento de cada
uno, lo que sigue es preguntarnos cuál es la información que resulta
fundamental en la sociedad. En una dirección, la relevante será la que nos
permita adaptarnos a un modelo predeterminado, en otra, aquella que dicho
modelo oculta y se constituye en esencial para la construcción de un modelo
social alternativo.
Sabiendo el valor
que adquiere la información para el “control”, resulta evidente que el flujo de
la misma –desde siempre- se ve restringido, controlado por quienes detentan el
poder; también es evidente que el sueño de Wiener respecto a la libre
circulación, no será una realidad, que tal deseo se constituirá en un motivo de
debate y de lucha permanente para la construcción de nuevas formas
organizativas. En este contexto la
información, en rigor, más que valor económico posee un valor político.
Vemos
aquí que, como advertimos, el problema de la información trasciende lo técnico
para avanzar sobre el campo político, económico, cultural y, en definitiva,
filosófico. No se trata sólo de
habilidades ni de posibilidades de acceso tal como los insistentes y reiterados
discursos oficiales lo indican, lo cual es condición necesaria, pero nunca
suficiente. Se trata de qué tipo de sociedad queremos, una vez optado por un
modelo social, el tipo de información necesaria será totalmente distinta. No es
lo mismo aspirar a una sociedad posmoderna altamente tecnificada, con altos
niveles de consumo, de acumulación económica, competitiva y meritocrática,
etc.; que optar por una sociedad defensora del medio ambiente, con proyectos
sustentables, solidaria, respetuosa de la diversidad, de las tradiciones,
etc. Sin duda hemos optado por la
primera, por tal razón el valor de la información es tan relevante, tanto que
lo que sigue se refiere a los dificultades que esto acarrea y que, sin duda, en
otros modelos sociales no serían problemas.
En
el pensamiento de Wiener el acceso y posibilidad de manejo de la información se
constituía en un elemento democratizador y liberador de la sociedad, liberador
de la ciudadanía. Sin ninguna duda esto es así, pero cuando otras condiciones
están dadas: acceso a tiempo y a la información de calidad, competencias para
el uso (educación ciudadana), equidad social en el acceso y democratización de
los datos, etc., etc.
Pero
la realidad indica que las desigualdades para acceder a la información de
calidad, el manejo que de la información hacen quienes poseen fuertes intereses
político-económicos, etc. nos envuelve en la creencia de la liberación desde la
inconciencia de la esclavitud. Esto es, creemos que con acceder a máquinas, con
enseñar computación en la escuela, con hacer zaping, etc, poseemos la tan
ansiada autonomía y libertad. En esa creencia, lo que aumentamos es la
dependencia funcional.
No
cabe la menor duda que Internet[3]
constituye uno de los avances científico-tecnológicos más destacables de la
humanidad desde el punto de vista comunicacional, que trae aparejados
conceptos-prácticas cuya connotación suena atractiva a los ideales progresistas
de sociedades libres que anhelan mayores posibilidades para el ejercicio de esa
libertad.
No cabe la menor duda que, visto así,
Internet hubiera cumplido el sueño de Wiener respecto a la libre circulación de
la información para este tipo de sociedad. Pues inicialmente Internet aparece
como una “alternativa libertaria y contracultural a los medios de masas
tradicionales, centralizados y unidireccionales.” (Levis. 1999: 109)
Podemos
acordar transitoriamente que Internet soluciona en parte el problema de la
libre circulación de la información, pero esto no es suficiente pues, como
vimos, aparecen ahora otros problemas relativos al tipo de información y a las
posibilidades de acceso a la misma, conformándose brechas digitales en esta SI.
Todos problemas que, nos atrevemos a aventurar, el propio Wiener hubiera
calificado como entrópicos. Gran paradoja del mundo de las comunicaciones.
En
la segunda mitad del siglo XX aparece con fuerza la etapa audiovisual que, en
la terminología dialéctica de Samaja (1993),
incorpora y subsume en ella a las anteriores, logrando una síntesis
“superadora” que trae aparejada nuevas relaciones personales y sociales ante la
existencia de la nueva tecnología. De esta manera,
Este salto cualitativo genera
transformaciones en los procesos de producción, distribución y recepción de
mensajes y/o información y conocimientos, transformaciones que ninguna
tecnología anterior había permitido. Muchísimas más personas que en las etapas
anteriores pueden producir sus propios mensajes y, lo que no es menos
importante, pueden “consumir”, aplicando su selectividad, la mayoría de los
productos culturales que deseen, en el momento y lugar en que lo deseen.
Internet, por ejemplo, “por su propia estructura atomizada y su funcionamiento anárquico
ofrece una gran versatilidad que le permite conjugar formas de comunicación
interpersonal, equivalentes al teléfono o al correo, con la difusión de
mensajes de uno a muchos, de un tipo similar a la que puede ofrecer la
industria de la edición escrita o los medios audiovisuales tradicionales. Pero
además, y sobre todo, las redes telemáticas, al convertir en cada receptor en
emisor potencial, introducen un nuevo modelo de comunicación de muchos a muchos,
a la que podemos denominar reticular, que no responde a los modelos
tradicionales, y que convierte a los usuarios en el centro de la red” (Levis.
1999: 111) .
Internet
entonces es un medio -red- multifuncional y multimedia (texto, imagen y sonido)
que ofrece conectividad a usuarios situados en cualquier lugar del mundo, los
que realizan sus “incursiones” a través de la estructura hipertextual[5].
Facilita por primera vez la posibilidad de establecer en paralelo una
comunicación individual y masiva, sincrónica y asincrónica. Desaparece
definitivamente la distancia y promueve el trabajo colaborativo al instante
entre personas que bien pueden encontrarse en diversos puntos del planeta. Lo que resulta cualitativamente destacable,
comprarándolo con los medios anteriores, es que Internet (en tanto medio)
ofrece a cada usuario lo que el usuario desee y/o necesite.
Como
el lector podrá anticipar, esto también posee una doble mirada. Ante un lector
“competente” la ventaja de esta red multifuncional, multimedia e hipertextual
es indiscutile, pues accederá a la información que realmente necesita de manera
rápida y eficiente pues, entre otras cuestiones, dispone de estructuras
conceptuales a priori que le permiten guiar la búsqueda y comprender las
parcialidades conceptuales desde las estructuras mayores indicadas. Por el contrario, un “lector” no competente
seguramente realizará recorridos un tanto anárquicos y no siempre encontrará la
información adecuada. Y aunque la encuentre, tal vez el tiempo asignado a la tarea
haya sido excesivo.
En
este último caso, al igual que en los anteriores, las limitaciones de las
personas, grupos o sociedades para el acceso material o cognitivo
(conocimientos y competencias) son limitantes significativas a la hora de
producir la propia información así como acceder a la producida por otros.
Lo
anterior, al decir de Rheingold (1996) genera nuevas construcciones sociales y
culturales que suelen denominarse tecno-cultura digital. También nuevas formas
de construir y manipular la opinión pública, de condicionar la democracia, etc.
En esta etapa de gran diversificación de
ofertas (producto de la fibra óptica, la digitalización, la tecnología
satelital, etc.), se piensa a la audiencia como interactiva, no
sólo a los usuarios de Internet u otros productos informáticos, también a la de
los medios tradicionales, muy especialmente a la audiencia televisiva dado el
alto interés comercial en esta industria.
Así, los medios de comunicación que
denominamos tradicionales podrían llamarse nuevos medios, al integrar la
capacidad interactiva propia de la informática con la riqueza audiovisual de
Todo lo anterior adquiere relevancia no sólo
por las nuevas habilidades desarrolladas y/o demandadas por las TICS, lo cual
de por sí es muy importante, sino también porque lo que está en juego es la
información, la posibilidad de acceso, de recibir y emitir y, especialmente, la
posibilidad de “adaptarnos” a nuestro entorno a partir de la gran cantidad y
diversidad de información dispersa que -aparentemente- tenemos que manejar para
una “adaptación adecuada” sobre la que ni siquiera -y aquí el planteo central
del asunto- hemos discutido respecto a su viabilidad y/o su necesariedad:
¿es este el mundo que queremos?.
Pues como muy bien plantea Mattellart: “No
hay reflexión alguna sobre la cuestión esencial. A saber: ¿cabe oponer proyectos
sociales y otras formas de apropiación de estas tecnologías que penetran la
sociedad frente a un proyecto que se parece cada vez más a una tecnoutopía, a
un determinismo tecnomercantil?” (2002: 169)
En
este momento se hace necesario repensar el valor de la información, para lo
cual desarrollamos el siguiente apartado recurriendo a los primeros planteos
sobre el tema.
2.3) BRECHA
DIGITAL: PROBLEMÁTICA EMERGENTE DE
En
primer lugar es importante que incorporemos la idea de que hablar de brecha
implica tener en cuenta dos cuestiones, atendiendo a las connotaciones que el
término ha tomado claro está.
a)
Distancia. Pues la brecha, por definición, es abertura, boquete, hueco,
agujero, grieta, etc., todos estos conceptos están asociados a la noción
espacial de distancia (tamaño, profundidad, extensión). Pensar la distancia
implica pensar un recorrido, una medida de alejamiento entre dos puntos.
b)
En este último sentido el término brecha posee una fuerte connotación
ideológica al situar el asunto en el terreno de las distancias y no en el de
las desigualdades, lectura más política del problema sobre la que no
avanzaremos pero sí queremos aclarar.
Por otra parte, si hablamos de distancia
entre dos puntos resulta necesario tener en claro qué es lo que hay en cada
punto, cuestión central para evaluar hacia qué punto marchar. Y aquí aparecen
dos temas relevantes. Por un lado todo hace suponer que un punto, hacia el que
debemos ir según la inmensa mayoría de
los análisis, está marcado por lo que se ha dado en llamar SI y el otro
punto, antagónico por cierto, sería el de
Pero como no es posible la existencia de una
sociedad sin información (por más simple y primitiva que sea su organización) hablemos
de Sociedad de Mucha o de Poca información; pero ¿mucha o poca en función de
qué?, de un modelo visto como deseable. Es aquí donde la “brecha informacional”
(nótese que aún no hablamos de brecha digital), indicaría la distancia entre
ambos puntos. Está claro que la simplificación de dos modelos sociales “puros”
es una construcción didáctica, aunque no por ello deja de ser una realidad
deseada por muchos.
¿Pero qué es
Concretamente,
También
es necesario aclarar, que cuando en la actualidad y en nuestra sociedad nos
referimos a SI anclamos el concepto –ahora sí- a la “información digital”, pues
ésta es la novedad de nuestra época ya que siempre hubo y hay “información en
la sociedad”, como referimos reiteradamente.
Expresadas estas ideas observamos que la
brecha digital, la distancia relativa entre un punto y otro, se da entre personas, grupos y/o comunidades
regionales y/o nacionales. En todos los casos entran en juego cuestiones
políticas, económicas, educativas, sociales y culturales.
Así, la tenencia de computadora y la
conexión a Internet, acceso material, es una de las razones fundamentales que
marcan la brecha de mayor distancia. Esta es la brecha a la que se refieren la
mayoría de los autores y las declaraciones internacionales pues, en rigor, es
el primer paso que hay que superar para comenzar a disminuir la distancia, si
es esto lo que se quiere claro está. Sin tenencia ni conectividad no es posible
disminuir las distancias que le siguen a este punto. No obstante, adelantamos,
“los programas de conectividad no parecen ser efectivos sino se los acompaña
con políticas educativas, sanitarias y de comunicaciones para que las personas
se apropien y hagan un uso socialmente significativo de las nuevas TICs” ...
“..sin una política general de inclusión, el cableado y la instalación de TICs
no garantiza la reducción de la brecha digital” (Busaniche. 2004: 8).
Otra brecha menos trabajada en el campo de
las TIC es la que se produce entre personas y/o grupos que utilizan las
tecnologías con distintos niveles de eficacia. Esto tiene que ver
fundamentalmente con los niveles de capacitación: de conocimientos y de
competencias operativas. Ya adelantamos
este problema, cuando decíamos que no sólo es cuestión de acceso material sino
también cognitivo. Se puede disponer del mejor equipamiento, pero si no existen
estructuras conceptuales explicativas y competencias operativas en las personas
la distancia se mantendrá inalterable, más aún con la sobreabundancia de
información presentada de manera atractiva y que conlleva a confundir lo
relevante con lo irrelevante.
Por un lado, aunque parezca obvio decirlo,
gran parte de la población no puede acceder materialmente.
Por
otro lado, entre los que acceden, tenemos que atender por lo menos a tres
grupos claramente diferenciados:
-
Los que usan eficientemente los distintos programas y/o aplicaciones de
Internet.
-
los que usan Internet de manera acotada a alguna aplicación específica:
comunicarse con otros, entretenerse, etc.; lo que no significa que sepan “usar”
Internet.
-
y los que poseen limitaciones culturales y en las competencias cognitivas
y/o técnicas como para realizar un uso eficaz (que puede incluir o no a los
anteriores).
Vistas
las cosas así, y a pesar de los avances significativos, podremos comprender el
por qué los sueños de los “tecno-predicadores” con sus visiones proféticas no
se han cumplido. Pues habría que
repensar la posibilidad real de Internet para llegar a todos con la
información. Sin duda no todos podrán disponer de la información que permita
disminuir la entropía –retomando a Wiener-, sea por la limitación del acceso
tecnológico; por la dificultad de operar con los programas y aplicaciones; o
por las limitaciones cognitivas para acceder y procesar la nueva información
(amplia, variada, dispersa y con diversos niveles de complejidad). A todo lo
cual debe agregarse que no “toda la información” capaz de reducir la entropía
circula por la web, aspecto que sorprendentemente suele olvidarse.
Cabe
aquí la pregunta: ¿son las redes telemáticas características de
Mientras
tanto, y como siempre, los desequilibrios en el acceso de información seguirán
siendo la forma de control de unos sobre otros, como fue –y es en muchos
lugares- la alfabetización. Se trata de que cada vez sean menos los
controlados, de manera que los consensos se construyan sobre bases más amplias
y representativas.
En otro sentido, aunque estrechamente
vinculado con lo anterior, una distinción interesante desde el punto de vista
educativo es la brecha que se produce al acceder a contenidos de diferente
“calidad” en virtud de las limitaciones formativas antes mencionadas. En el
campo educativo se habla de “Circuitos pedagógicos diferenciados”, esto es,
distintas ofertas –de calidad diferente claro está- en virtud de las
posibilidades de apropiación de grupos específicos. Llevado esto al terreno de
la producción y los consumos culturales, nos encontramos con “circuitos
comunicacionales diferenciados” (incluimos usos de diferentes programas y
aplicaciones). La brecha digital, entonces, también se produce al utilizar
contenidos de diferente calidad.
Por otra parte también es necesario
referenciar otro concepto asociado al de brecha digital que nos remite a
planteos y posibles soluciones muy distintas, el de fractura o estratificación
digital[7]. Estos conceptos connotan una situación
estática de difícil superación (análoga a la de países dominantes y dominados,
independientes y dependientes).
El concepto de brecha digital implica, al
menos desde el punto de vista formal, cierta esperanza al generar la idea y
promover la posibilidad de que la distancia entre los puntos puede achicarse
transitando el camino correcto[8],
Esto es, adquiriendo y distribuyendo tecnología, invirtiendo en
infraestructura, capacitando para su uso, etc. Es decir, actuando conforme a
las recomendaciones internacionales que veremos más abajo.
Pero el concepto de fractura o
estratificación digital nos ofrece una visión un tanto apocalíptica donde
prácticamente no hay solución, al menos por el momento y hasta tanto se aborden
otras problemáticas previas que actúan como condición necesaria, pues “no se ha
comprobado en absoluto que las TICs puedan mejorar la calidad de vida de la
gente, pues existen problemas previos, las brechas sociales fundamentales:
pobreza, hambre, analfabetismo, pandemias” (Busaniche. 2004), más adelante dice
esta autora, “la brecha digital que divide al mundo entre conectados y
no-conectados, es sólo una manifestación más de las innumerables brechas
sociales que dividen al mundo, entre los que se alimentan y los que no, los
alfabetos y los analfabetos, los que tienen acceso o no al agua potable, salud,
educación, etc.”
Dice Mattelard que “al hacernos creer que el
acceso vía Internet al saber universal, que forzosamente saldrá de los
monopolios de los conocimientos existentes, podría resolver el problema no sólo
de la fractura digital, sino de la fractura social, los expertos en educación
de las grandes instituciones financieras, tales como el Banco Mundial, le
insuflan una nueva juventud a la concepción difusionista del desarrollo que
podría haberse tenido por obsoleta al quebrar las estrategias inspiradas en la
ideología cuantitativa de la modernización. La sociedad de las redes está
lejos, pues, de haber terminado con el etnocentrismo de los tiempos imperiales.
Antes que resolver el problema, la tecnología lo desplaza. Mientras que sobre
el terreno sigue planteada la lancinante
pregunta: ¿cómo concebir y poner en marcha otros modelos de desarrollo?”
(162-163)
En la cumbre económico y social europea de
Lisboa, realizada en marzo del año 2000, pretendieron definir, aunque
difusamente, la misión de los sistemas educativos, la cual debía ser “adaptarse
tanto a las necesidades de
A lo cual adelantamos un par de preguntas:
¿por qué los sistemas educativos deben adaptarse a
Según Mattelard (2002), “la idea de
El concepto de SI es adoptado por la OCDE[9]
en el año 1975. También lo incorpora
En
este contexto se infiere que las TICS pueden contribuir al destrabe económico,
al generarse una investigación, desarrollo y producción tecnológica mundial sin
precedentes en la historia, así como la conformación de grandes empresas de las
comunicaciones con la consecuente potenciación de la industria cultural y de
las finanzas internacionales, cuestiones ambas muy enraizadas con el control
geopolítico y económico del mundo.
Tal
desarrollo económico, y de las “tecnologías de control” obviamente, atraería
aparejado la posibilidad de la “gobernabilidad” de las democracias occidentales
así como mayores posibilidades de control de aquellas naciones del tercer mundo
que luchaban por modelos políticos alternativos. De allí que se plantea el
potencial de las TICS para la construcción del consenso político.
Para
Mattelard, la última etapa de consolidación del concepto es “la que hoy
vivimos, se inicia en 1984, con el proceso de desreglamentación de las redes
financieras y de los sistemas de telecomunicación. Y en 1998, la
desreglamentación es oficialmente reconocida por
Para intentar clarificar el complejo
concepto de SI y los requisitos/necesidades asociadas, recurrimos a la posición
oficial del mundo desarrollado en la
cual podremos percibir los sobrados intereses económico-políticos que sustentan
y motivan los encuentros internacionales a los que aludiremos a continuación.
Para
ello presentaremos, en primer lugar, la mirada más optimista
-¿ingenua?-, la que tiene que ver con el “deber ser”, con lo deseado por
las naciones desarrolladas. En casi todos los documentos oficiales del primer
mundo que son tomados como referencia por la mayoría de las naciones, se indica
que
-
gran cantidad y diversidad de información que se dispone para tomar
decisiones y/o para conocer el mundo en el que nos encontramos;
-
posibilidad de acceder (recibir) y producir información. En tal sentido
estamos en presencia de una sociedad en la que, gracias a las TICS, las
personas, instituciones y hasta países adquieren mayores niveles de libertad y
autonomía, comprendiéndose y respetándose el pluralismo cultural; a la vez que
se mejora la educación en virtud de la disponibilidad tecnológica como de la
motivación para la apropiación de conocimientos atento al alto poder motivador
de las tecnologías interactivas. Todo lo cual se traduce en una mayor
democratización mundial.
-
posibilidad de alcanzar altos niveles de desarrollo en la calidad de
vida (salud, trabajo, agricultura, transporte, prevención de catástrofes, etc.)
al disponer de la misma información y posibilidad de tratamiento que otros
grupos sociales de distintos países (al conectar a todas las aldeas del
planeta); alcanzando de esta manera la igualdad de posibilidades a escala
mundial.
Se
considera que “Estamos entrando colectivamente en una nueva era que ofrece
enormes posibilidades, la era de
Ahora bien, si
Pero el sentido común ya nos sugiere que
dichos sueños seguirán siendo tales por mucho tiempo y que su logro no depende
sólo de
Aquí nos encontramos, en segundo lugar,
con una mirada más focalizada y/o tematizada y, si se quiere, directiva, que
deja al descubierto la trama ideológica de los pregoneros de
Analizando
los documentos indicados[13],
podemos decir que desde el punto de vista económico las TICS se
constituyen en el motor vital del crecimiento de la economía mundial (O.1-2)
promoviendo también oportunidades sociales (O.5), al aumentar la
competitividad, creando y sosteniendo el crecimiento económico y laboral (O.6 /
DP.9). De hecho, se afirma, las TIC representan una tremenda oportunidad para
las economías emergentes y en desarrollo, brindan oportunidades sin precedentes
para alcanzar niveles más elevados de desarrollo (DP.8). Los países que han
“esforzado” y tenido éxito al emplear su potencial han desarrollado una forma
más efectiva para alcanzar objetivos como la reducción de la pobreza, la salud,
la sanidad y la educación (O.12 / O.19-c). Se aclara que hay conciencia en que
las TIC están desigualmente distribuidas entre las naciones desarrolladas y no
desarrolladas, así como al interior de las sociedades de una nación, por lo
cual proponen convertir la llamada brecha digital en una oportunidad digital
para todos (DP.10)
Para disminuir dicha brecha se aconseja a
los gobiernos invertir y colaborar (O.4), evitando intervenir obstaculizando
las iniciativas del sector privado (O.7), actor central este último para
dirigir las naciones hacia el desarrollo a través de las TICS, salvando la
brecha digital del mundo. (O.15). Los gobiernos, entonces, deben apoyar un
entorno propicio, competitivo, estable y previsible para el desarrollo de
nuevos servicios e infraestructura (PA. 9-a / O.10-b) de manera que se atraiga
la inversión privada (DP.23). Los gobiernos deben aceptar la cooperación
privada en las finanzas, la deuda y el comercio (DP.40), así como el apoyo de
las instituciones financieras internacionales (DP.60). Es el sector privado el
“actor central” que puede contribuir para salvar la brecha del mundo digital (O.15),
movilizando los distintos agentes económicos se podrá cerrar la brecha digital
(O.1)
De esta manera, las naciones del primer
mundo se ofrecen a asistir a los países en desarrollo movilizando las fuentes
financieras y creando un entorno propicio para la transferencia de
tecnología (DP.63). La reducción de la brecha internacional demanda la
colaboración efectiva de todos los agentes económicos, especialmente del “Banco
Mundial” que puede implementar programas para potenciar el crecimiento en
beneficio de los más pobres (O.15)
Nadie debe quedar excluido de
También
En los párrafos anteriores destacamos los aspectos
centrales que aparecen en los documentos referidos, sin embargo, también se
producen recomendaciones relativas a la:
-
necesidad de construir una SI más segura, que combata a los delitos
informáticos (O.8 / DP.3 / PA.12-b y d), relacionando en gran medida la seguridad
con la privacidad (O.7-j y 8 / DP.35 y 36).
-
También se avanza sobre la necesidad de respetar la propiedad
intelectual, coartando la posibilidad de socializar la información, el
conocimiento y el arte (O.7-b y c / O.10-e / DP.42), a pesar de que se destaca
la diversidad cultural y la importancia de respetar la misma, el diálogo
horizontal, la necesidad de promover contenidos educativos,
científicos, culturales y recreativos para todos, preservando el patrimonio
cultural (DP.53 y 54)
Como el lector podrá apreciar, la mayoría de
las recomendaciones tienen que ver con cuestiones económicas y financieras, se
refieren a las condiciones necesarias para la incorporación de tecnologías, las
que, posteriormente producirían los grandes beneficios para los pueblos y las
democracias del tercer mundo que tanto necesitan de estas tecnologías para
mejorar sus problemáticas históricas.
El problema de la educación es
llamativa y ampliamente abordado por estos documentos, aunque desde una mirada
absolutamente funcional a lo político-económico visto hasta el momento.
Adelantamos, además, que la visión educativa es sumamente superficial y hasta
sorprende el desconocimiento y la ingenuidad. Obviamente no podríamos otorgar
estos atributos a los pensadores de documentos de difusión mundial, hay aquí
una consciente subestimación absoluta del problema educativo al dar por sentado
un modelo de sociedad y dar por hecho un determinismo pedagógico funcional.
Lo que llama poderosamente la atención en
los documentos de trabajo es la ausencia del “para qué”. No se pregunta sobre
el sentido de la acción.
Respecto a las ideas rectoras y objetivos
dan por sentado la esencial y fundamental necesidad de crear
Entre
las tantas expresiones sorprendentes la que más se destaca cuando analizamos
estos documentos es la de: “Adaptar todos los programas de estudio de la
enseñanza primaria y secundaria al cumplimiento de los objetivos de
También en el párrafo anterior se referencia
la necesidad e importancia de trabajar en la educación formal y en diferentes
niveles con las TIC y/o los saberes que propone
Atendiendo
a la insistente propuesta de extender la acción a todo el espacio educativo, se
puede deducir que existe la doble seguridad (merced a las supuestas
investigaciones y experiencias realizadas) en que ésta SI es la sociedad
deseada, y en que la incorporación de su tratamiento como de las TIC asociadas
a ella permite alcanzar los objetivos previstos. No obstante, recomiendan,
alertando, sobre la necesidad de
“Elaborar proyectos piloto para demostrar el efecto de los sistemas de
enseñanza alternativos basados en las TIC...” (PA.11-f). ¿Superficialidad en el
tratamiento del tema o emergente de posiciones encontradas entre los autores de
los documentos?. En cualquier caso podemos inferir contradicciones relevantes.
Aunque
no están seguros de la efectividad de las TIC en la educación, pues ni siquiera
dicen cómo utilizarlas, también
sorprende que en los documentos se indique que “Nos esforzaremos en lograr que
el uso de las TIC ofrezca oportunidades constantes de aprendizaje,
particularmente para aquellas personas que de otra manera no tendrían una
correcta educación” (O.11). Aquí se llega al extremo de afirmar que sin TIC las
personas no tendrían una “correcta educación”, ¡subordinando la calidad
educativa al uso de las TIC!. Pero más aún, son tan osadas y extravagantes las
recomendaciones que se llega a decir que: “Con el objetivo de atenuar los
problemas que plantea el analfabetismo, se deberían diseñar tecnologías
asequibles e interfaces informáticas sin texto para facilitar el acceso de las
personas a las TIC” (PA.9-g). Si hay quienes no saben leer y escribir hay que
enseñarles a leer y escribir, no a utilizar tecnologías, pues el uso sería
absolutamente acrítico y funcional. Además el problema es de alfabetización.
En referencia a la alfabetización, pero
ahora digital, se plantea la necesidad de sensibilizar a la población en el
ámbito de las TIC (DP-31), promoviendo las aptitudes y/o capacidades necesarias
para la alfabetización electrónica para todos (PA.11-c). Tampoco se dice aquí
“qué es” alfabetización digital y “para qué” es necesaria. Parece ser que dicha
alfabetización tiene que ver con el desarrollo en los estudiantes de
capacidades y aptitudes relacionadas con las TIC y/o con su aprovechamiento
(O.19-1 / DP.11 / DP.11-l), especialmente en los más jóvenes los que deben
tratar la información de manera creativa e innovadora (PA.11-d), pues
“constituyen la fuerza de trabajo futuro”, los futuros profesionales (DP.11).
Por ello se sugiere centrarse en la educación básica promoviendo el aprendizaje
continuo de por vida (O.19-1). Indudablemente se trata de formar la calificada
nueva fuerza laboral que potenciará las distancias en la sociedad y,
probablemente, entre quienes tendrán trabajo y quienes no.
En línea con lo que venimos analizando los
documentos enfatizan, sugiriendo, potenciar la conectividad a límites antes
insospechados. Conectividad que, obviamente, implica fuertes inversiones para
las cuales los organismos internacionales están dispuestos a colaborar. Se
sugiere (O.19-n / PA. 6-a-b-c-d-e / PA.9
–c) que en el marco de las ciberestrategias nacionales debería proporcionarse y
mejorarse la conectividad de las TIC, lograr la conexión a través de las redes
de información de las instituciones públicas y otras comunidades, conectar:
-
aldeas creando puntos de acceso en centros comunitarios “Los gobiernos y
otras partes interesadas deben establecer centros comunitarios polivalentes de
acceso público y sostenible que proporcione a los ciudadanos un acceso
asequible o gratuito a diversos servicios de comunicación, y especialmente a
Internet” (PA.9-d);
-
bibliotecas públicas: “Respaldar la creación y el desarrollo de una
biblioteca digital y servicios de archivos, adaptados a
-
centros culturales, museos, oficinas de correo y archivos;
-
centros sanitarios y hospitales;
-
escuelas primarias, secundarias y superiores así como universidades;
-
centros científicos de investigación;
Por supuesto que esta conectividad debe
respetar los derechos de propiedad intelectual. No obstante, y esto refleja la
puja de intereses al interior de los debates, “se puede fomentar el acceso a la
información y al conocimiento sensibilizado a todas las partes interesadas de
las posibilidades que brindan los diferentes modelos de software, lo que
incluye software protegido, de fuente abierta y software libre” (DP.27)
Atento a lo anterior y a modo de sistematización
transitoria:
En lo que a la dimensión económica
se refiere, es muy difundida la idea de que “La ideología de
Desde el punto de vista político-ideológico
Mattelard (2002) nos indica que “la sociedad global de la información se ha
convertido en un reto geopolítico, y el discurso que la envuelve es una
doctrina sobre las formas de hegemonía” (166-167), no obstante se presenta a
Este
nuevo concepto trae aparejado el despliegue de terminología explicativa y
justificante desde donde se repiensa el sentido de la modernización,
incorporando palabras como inforicos e infopobres; interactuados e
interactuantes; conectados y desconectados; informados y desinformados; lentos
y rápidos; etc. Conceptos referidos no sólo a los individuos sino también a las
sociedades y naciones. De esta manera se segmenta el mercado, perdón, los
usuarios (individuos y sociedades), fragmentando toda posibilidad de
construcción conjunta de un proyecto abarcador e inclusivo. De esta manera, ya
no se discuten grandes proyectos sino que se consumen grandes y variados
productos (materiales y simbólicos), aumentando las brechas económicas,
culturales, políticas e ideológicas entre los grupos que son catapultados a los
extremos de las antinomias indicadas. Las construcciones culturales históricas
son barridas y la autonomía cultural es, siguiendo a Hamelink (1985: 24-38),
sincronizada a través de la publicidad transnacional y la transferencia
tecnológica.
Desde este recorrido resulta obvio el rol
asignado a la educación. Un rol que omite la reflexión
pedagógica, minimizando la misma a la necesidad de adaptar a los ciudadanos a
un modelo consolidado que no merece discusión.
En tal sentido se destaca la función instrumental y acrítica de su
hacer, orientada a la incorporación de las competencias básicas para operar en
esta nueva realidad. Para ello proponen actuar en todos los ámbitos, desde
todas las modalidades educativas, en todas las edades, en todas las
instituciones y en todos los lugares el mundo.
3) HACIA UN PLANTEO EDUCATIVO SUPERADOR
Atendiendo a lo visto en general y al punto
anterior en particular, el lector podría suponer un cierto determinismo.
Suponer que estamos inmersos en un modelo social que es el definido por
Pero es necesario indicar varios aspectos
para intentar superar la encrucijada con respuestas innovadoras a las
propuestas oficiales y a las difundidas por la literatura en la materia.
En primer lugar debemos indicar que no se
trata de una simple antinomia: Sociedad de
Hay modelos sociales que demandan más o
menos información, distinto tipo de información y, claro está, más o menos y
diversas TICs que produzcan, difundan y almacenen dicha información. Existe un
empecinamiento en hacernos creer que vivimos “ya” en una sociedad que demanda
todo tipo de información y en todo momento, así como las TICs más avanzadas.
Tal creencia oculta u omite, entre otros y a modo de ejemplo, la realidad
cotidiana de las relaciones interpersonales, de los afectos, de las ideas,
creencias, etc; relaciones que existen “fuera de la red”, que se encuentran en
el mundo de la vida y permiten seguir viviendo en una realidad no virtual sino
real, llena de aromas, sensaciones, gustos, experiencias, afectos, etc. Más
allá de que alguna de estas acciones utilicen las herramientas informáticas
para concretarse, lo cierto es que surgen de la intimidad del hombre, que
existen en él y terminan en el hombre, aunque ocasionalmente estén mediadas por
el chat, el correo electrónico, el histórico correo postal o sencillamente el
otro que lleva el mensaje. Aclarado esto podremos comprender que hay sociedades
y grupos humanos dentro de ellas que necesitan distintos tipos de información y
en consecuencia más o menos y/o distintas TICs.
Que no se puede generalizar indicando que el que no está “adentro”
quedará excluido de
Pues bien, nadie descarta los beneficios de
Si lo anterior es así, lo que parece ser
correcto desde la lógica argumentativa, no podemos hablar de un único tipo de
“educación en las TICs”, nos referimos a la tan difundida, determinista y hasta
peligrosamente acotada “alfabetización Digital”.
Tenemos
que pensar en principio una “educación para las TICs” que en su concepción
supere ampliamente el concepto dominante y dominador implícito en la expresión
“alfabetización digital” para situarse en una concepción analítica y crítica de
las TICs,
-
en una concepción que las enseñe atendiendo a las necesidades reales de
los destinatarios, más que a las “supuestas” necesidades presentes y/o futuras:
educación “en”,
-
que las utilice para optimizar procesos educativos generales que pocas
veces tienen que ver con el conocimientos profundo de las herramientas
informáticas sino con los generales para su utilización básica: educación “con”
-
y que las analice críticamente para comprender la razón última de su
existencia, los mecanismos ocultos que la sustentan y hasta la reflexión sobre
la necesariedad estratégica de su apropiación: Educación “para”.
Se trata finalmente de una concepción que
supere también la “educación para las TICs” y se sitúe en una “educación
para
En principio, la expresión alfabetización
digital parece más un slogan del mercado de
Entendemos, por otra parte, que la
apropiación del término alfabetización persigue el propósito de acarrear la
carga política, histórica y hasta emotiva que connota la expresión con el
propósito, quizás, de transferir esos atributos a un nuevo fenómeno
socio-tecnológico para que sea considerado como prioritario. El término
“analfabetismo” aún hoy produce escozor en toda sociedad, pues la
alfabetización es la condición base para cualquier intento de desarrollo o
cambio social perdurable, por ello la alfabetización es un valor central en
cualquier sociedad.
En
este sentido al concepto de “alfabetización digital” lo consideramos como un
preciso concepto que pretende apropiarse –analogando- de la importancia de las
gestas alfabetizadoras realizadas en el mundo para superar la ignorancia y
formar la ciudadanía. Pero, ¿es necesario alfabetizarse digitalmente para no
ser ignorante y conformarse como un ciudadano crítico?, ¿Acaso los alfabetos
digitales superan la ignorancia y ejercen sus derechos y deberes ciudadanos con
conciencia?.
Además, la expresión es incorrecta si
pensamos que la alfabetización remite al alfabeto, y este es un conjunto de
signos gráficos usado en la transcripción de una lengua. Sin duda existen
lenguajes de programación utilizados por expertos con su correspondiente
sistema de signos, pero son lenguajes sumamente específicos cuya finalidad es
producir las herramientas que serán usadas por gran cantidad de gente. Gente
que operará con las mismas pero que no tiene por qué conocer el lenguaje de
programación de los expertos, lenguajes por lo demás sumamente complejos.
Producida las herramientas aprendemos a
usarlas, pero de ahí a considerar que un procesador de texto, una planilla de
cálculo y todos los utilitarios son lenguajes que poseen un sistema de signos
específicos hay mucha distancia. Son herramientas que utilizan el alfabeto para
comunicar, lo demás son comandos, imágenes, etc. que permiten operar con la
máquina. De lo contrario para poder utilizar un robot, un cajero automático, un
torno, un microondas, un televisor, un automóvil con controles computarizados,
etc. deberíamos estar “alfabetizados”, sencillamente instruimos en comandos
que utilizan el alfabeto histórico para poder operar con diferentes tecnologías
de cualquier aparato de manejo medianamente complejo.
Aclarado lo anterior retomamos la idea de
que el concepto de alfabetización digital aparece como una condición esencial
para reducir la brecha digital. En línea
con lo que planteamos habría que preguntarse si en todas las sociedades existe
tal brecha digital, es más, si la información que cada sociedad utiliza para
adaptarse a su entorno demanda de TICs. Luego de ello habría que preguntarse si
esa sociedad desea cambiar al punto de necesitar para subsistir el tipo de
información y tecnología característico de
Ahora
bien, sabiendo que la sociedad en la que vivimos –nos guste o no- inició el
camino de la construcción de un modelo social basado en cierto tipo de
información y TICs que la producen, difunden y almacenan (el modelo de
¿Pero es la educación basada en el concepto
de “alfabetización digital” la que permitirá formar para promover y facilitar
situaciones comunicativas ideales?
Vamos por parte, “La mayor parte de
gobiernos, instituciones y expertos consideran a la alfabetización digital,
básicamente, como la capacidad para difundir, comprender y utilizar información
en formatos múltiples a partir de fuentes de diverso origen generada, tratada y
recibida por medio de computadoras” (Levis 2006: 2). El autor, en línea con
Busaniche, critica esta definición por el carácter instrumental de la misma ya
que concentraría el esfuerzo educativo en “cuestiones operativas y deja de lado
el desarrollo de capacidades que permitan un verdadero dominio del lenguaje
digital”. Estas ideas están en sintonía
con lo que venimos sosteniendo salvo, como se comprenderá, con el concepto de
“dominio del lenguaje digital”. Pero por
lo demás sí acordamos, refuerzan la crítica del carácter instrumental de la
definición que acota la acción educativa a cuestiones operativas, concepción
compartida por innumerables documentos internacionales y por la prolífera
literatura al respecto.
Nuestra discrepancia pedagógica respecto al
“dominio del lenguaje digital” se refiere al pensamiento encarnado por Levis
cuando opina que “Una verdadera
alfabetización digital no consiste sólo en enseñar a utilizar distintas
aplicaciones informáticas, sino que debe ofrecer los elementos básicos para la
comprensión y dominio de los sistemas de codificación en los que se basa este
nuevo lenguaje” (2006: 2)
Se
trata, para esta posición, de enseñar la lógica de programación, justifica tal
conocimiento al compararlo con el músico, el cual para ser lo que es debe
conocer el código. Sostiene que la escritura fue la tecnología del poder hasta
la creación de la imprenta y que hoy los escribas son los programadores. Para
esta concepción aparece como necesario entonces conocer los programas,
conociendo los mismos la persona puede modificarlos de acuerdo a sus
necesidades. Conociendo el código se obtiene la libertad.
Si
bien no descartamos la necesidad de una profunda reflexión sobre este aspecto
creemos que no es comparable la función del que programa (programador) con la
del escriba (investigador, intelectual, poeta, etc.). Sin duda el conocimiento
del código del lenguaje humano promueve la libertad, la capacidad de negociar y
que nuestros intereses sectoriales sean respetados y tenidos en cuenta en el
diseño social; pero que el código de la programación promueva los mismo..?.
Además, no todos queremos ser músicos, aunque tal vez todos disfrutemos de la
música. Para disfrutar no es necesario conocer el código.
De esta manera vemos que hasta aquí habría
dos grandes líneas en la alfabetización digital:
a)
la que propone la enseñanza de herramientas y aplicaciones informáticas.
Los documentos de organismos internacionales que hemos analizado,
permanentemente mencionan cuestiones relativas a la alfabetización, enseñanza, capacitación,
formación, educación digital o en las NTIC. Esta es la mirada estrictamente
funcional a
b)
la que agrega el conocimiento básico de los sistemas de codificación de
los lenguajes de programación. El representado por Levis, en este artículo
claro está.
Pero lo que resulta extremadamente llamativo
es que en las extensas referencias al asunto prácticamente no se dice nada
sobre qué enseñar, para qué y de qué manera, lo que pareciera demostrar que el
tema educativo no es más que un slogan de mercado en el contexto de fuertes
intereses político y económicos tendientes a la difusión y control de estas
tecnologías. Las líneas indicadas relativas a
Nuestra
propuesta educativa surge de sistematizar el uso de medios y/o tecnologías de
Información y Comunicación social de la siguiente manera: Educación En, Con,
Para los Medios y Para
Los puntos que siguen (a, b, b-1, b-2 y b-3)
no son más que una apretada síntesis de la sistematización desarrollada en
otros trabajos (Landivar T. y Floris. C. 2004)
En
principio podemos indicar que el estudio del uso de las TICs no supone sólo el
estudio de sus posibilidades técnicas, ni el abordaje exclusivamente didáctico.
En principio, afirmamos que las TICs pueden ser utilizadas como:
a- auxiliares didácticos: como recursos para la enseñanza de contenidos
diversos (escolares u otros de interés escolar). Su uso puede estar orientado y
fundamentado en diferentes concepciones didácticas; pueden ser utilizados en
distintos momentos del proceso de aprendizaje (como motivación, para extraer
información, para evaluar, etc.); pueden ser usados para la tarea en el aula.
Cuando este es el uso preponderante del medio, se propone denominarlo como “educación con los medios”.
b- objeto de estudio o de análisis en sí mismos. En estos casos se
pretende que el sujeto se apropie de las TICs. Básicamente se refiere a conocer
y comprender las mismas (ver b.1.).
En esta categoría se incluyen aquellas experiencias orientadas a “desentrañar”,
“desenmascarar” los medios (ver b.2):
b.1- Si
el docente pretende que el alumno aprenda cómo son (características,
funcionamiento, etc.) y cómo utilizar las TICs, se denomina este uso como “educación en las TICs”. El medio es el contenido conceptual. Así como se
enseña matemática, lengua o historia, se enseña por ejemplo el funcionamiento
técnico de una computadora (componentes del hard, o qué y cómo es una
herramienta como el Word y sus aplicaciones, etc.). Aquí también incluimos la
enseñanza de la programación. En esta categoría, prácticamente, quedarían
incorporadas la mayoría de las propuestas de
b.2- En
cambio si el aprendizaje de las TICs se propone finalidades sociales y
actitudinales (tales como “comprender la importancia y rol social de las TICs
en
b.3- Y
por último, si el aprendizaje trasciende el abordaje de las TICs como objeto de
estudio crítico para estudiar los
procesos comunicacionales desde una perspectiva social y cultural,
estamos ante la denominada “educación
para la comunicación”. Esta es más que “estudiar” los procesos
comunicacionales; supone potenciarlos, favorecerlos, “autoanalizarlos” desde
una perspectiva crítica (responsable, comprometida, fundamentada, etc.). Y eso
trasciende el uso de las TICs.
No conocemos propuestas de Alfabetización
Digital pensadas desde este último punto. Al menos no son explícitas en tal
sentido.
Con este sintético y breve desarrollo
pretendemos indicar que el planteo de
Se trata en última instancia de enseñar a
utilizar las TICs en el marco de la apropiación crítica. Sólo de esa manera
estaremos educando para la libertad. Sólo de esas manera la información podrá
liberar a las personas y a los pueblos antes que someternos funcionalmente
desde el determinismo tecnológico.
Desde una formación crítica los ciudadanos
podrán exigir la libre circulación de la información, insumo tan necesario para
reducir la constante tendencia a la entropía (recuperando a Wiener). Desde este
tipo de formación el ciudadano podrá comprender las razones económico-políticas
que subyacen a las TICs como instrumentos de poder y control social. De esta
manera las democracias actuales podrán utilizar las maravillosas herramientas
que ofrecen las TICs para solucionar los problemas reales y alcanzar mayores
niveles de representatividad.
Es cierto que a los históricos problemas
(hambre, desocupación, etc.) que se han constituido en profundas brechas
sociales hoy agregamos la brecha digital. Que esta brecha existe en
Esta brecha, una más entre las ya
existentes, demanda un esfuerzo educativo relevante. Pero un esfuerzo que no se
limite a la simple alfabetización digital de personas que apenas saben leer y
escribir, que pocas veces en su vida o nunca utilizarán estas tecnologías
implantadas y financiadas compulsivamente. La educación que necesitamos es la
que va paso a paso, la que se centra en el ciudadano y no en el consumidor. Que
comienza con las primeras letras, que junto a otras políticas oficiales trata
de dignificar a las personas superando sus otras tantísimas y condicionantes
brechas (salud, pobreza, empleo, etc.).
Una educación que utilice las TICs y sus herramientas desde el marco
propuesto, el que supera la educación “en” (propia de la alfabetización
digital) para optimizar los procesos educativos desde una educación “con”, con
el propósito final de contribuir en la promoción de la capacidad crítica en
general y tecnológica en particular para facilitar el desarrollo de ciudadanos
capaces de encontrarse en un intercambio intersubjetivo, en busca de acuerdos
superadores de lo sectorial, de ciudadanos capaces de habla y de acción, que
establezcan relación, ahora sí, en un plano de igualdad.
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[1] Aspecto ampliamente denunciado y detallado profundamente por la economía política de la comunicación. Ver por ejemplo Cees Hamekink (1985)
[2] Vázquez Medel (1994) indica que el hombre está dando el tercer salto cualitativo de toda su historia, después de la revolución neolítica e industrial, actualmente atraviesa la tecno-comunicacional en donde, al igual que en las anteriores, se transforma el equilibrio entre el tener, el poder y el saber. Y en esta revolución más que en las anteriores, en torno al saber se estructura el poder y el tener.
[3] Internet: “Red
informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre
computadoras u ordenadores mediante un protocolo especial de comunicación”
(Real Academia Española). La didáctica enciclopedia Encarta (2005) define el
término como “Interconexión de redes informáticas que permiten a los
ordenadores o computadoras conectadas comunicarse directamente, es decir, cada
ordenador o red puede conectarse a cualquier otro ordenador o red. El término
suele referirse a una interconexión en particular, de carácter planetario y
abierto al público, que conecta redes informáticas de organismos oficiales,
educativos y empresariales.”
[4] “El desarrollo y crecimiento de Internet, que durante la década de los
ochenta y hasta principios de los noventa fue libre y espontáneo, es una señal
visible de la rápida y profunda transformación que ha comenzado a operarse en
el escenario de la comunicación social con la implantación de las tecnologías
digitales. Las técnicas digitales permiten tratar las imágenes fijas y en
movimiento, los sonidos y los datos alfanuméricos con las mismas máquinas
informáticas y almacenarlas en el mismo soporte, independientemente de su
fuente. Se pueden hacer copias perfectas e ilimitadas de cualquier información
y se pueden introducir fácilmente modificaciones indetectables y crear falsos
reales sin demasiadas dificultades. En este sentido, la digitalización
representa para la comunicación social un gran salto cualitativo en materia
técnica, comparable a los que en su día significaron la impresión con tipos
móviles, la fotografía, el telégrafo eléctrico y la transmisión hertziana”
(Levis. 1999: 53)
[5] Texto que
contiene elementos a partir de los cuales se puede acceder a otra información.
El hipertexto permite realizar una lectura no lineal de la información. Permite
que el “lector” construya su propio texto entre las múltiples posibles
combinaciones, conforme a los intereses o necesidades que lo guíen en
determinado momento.
[6] “Libro Blanco
sobre crecimiento, competitividad, empleo. Retos y pistas para entrar en el
siglo XXI”. CEE. 1993
[7] Levis habla de
“Un mundo que se caracterizará por la fractura social que existe entre los
conectados, ricos, y los ciberproletarios sin posibilidades de conexión:
necesitado de alimentar la ilusión de un falso igualitarismo tecnológico que hace
pocos esfuerzos por ocultar su vocación, en términos planetarios, elitista”
(1999: 89)
[8] Algo análogo a lo que surge de plantear el desarrollo y el sub-desarrollo como dos extremos entre los que habría un determinado e inevitable recorrido ascendente y positivo.
[9] Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico, agrupa en
[10] El
desarrollismo en América Latina no había brindado las soluciones prometidas,
especialmente en lo que hace a la distribución de la riqueza. Tampoco el
socialismo como el capitalismo del norte podrían esgrimir grandes logros en
este sentido.
[11] Motivo por el
cual, podríamos decir, las TICS y la información que ellas facilitan se
constituyen en bolsones de entropía decreciente. Promoviendo de esta manera, el
orden por sobre el caos. En este modelo de sociedad claro está.
[12] Como ya
indicamos nos referimos a DP (Declaración de Principios de
[13] Como dijimos en la presentación, el lector puede remitirse al Anexo 1 en donde encontrará el texto completo de los artículos y apartados aquí citados.
[14] Lo cual queda claramente demostrado en el análisis realizado de los documentos oficiales.