GEOCOMUNICACIÓN

DE LA CIUDAD A LA CIUDAD ELETRÓNICA

 

Paulo Celso da Silva

 

 

Resumen

 

Este artículo trata del tema del posmodernismo, la geocomunicación, las ciudades  buscando mostrar como la teoría analizaba el tema. Propone una reflexión teniendo como personaje un observador que invita los lectores a acompáñalo en un viaje a las décadas pasadas y responder las cuestiones aún actuales. La emoción es un concepto bienvenido en estos tiempos de incertidumbres donde la fragmentación del hombre en el mundo toma lugar de la totalidad antes buscada. El cotidiano y el vecindario son escalas importantes del vivir y del devenir contemporáneo.

 

Palabras-llaves- Posmodernidad, Emoción, fragmentación Ciudades.

 

 

            La geografía - pero también la comunicación, arquitectura, urbanismo, entre otras - vive un momento donde las posibilidades del estudio del espacio ampliaron se mucho. El espacio geográfico no debe ser entendido sólo como espacio construido, pero también, y principalmente, un espacio consumido.

            El consumo del espacio apunta para un momento nuevo, o ni tan nuevo para el capital, donde la globalización es vivida por ciudadanos comunes en su cotidiano. Esa “nueva” categoría es definida por Santos como la “quinta dimensión del espacio”, la dimensión del acontecer, la dimensión del vivir.

            El cotidiano expreso en el vivir y en el paisaje es puesto como reino tanto de la alienación cuánto de la libertad.

En ese reino del acontecer no hay lugar para grandes reflexiones y, así, las transformaciones espaciales van procesándose sin que el ciudadano común tome conciencia de ellas.

            Cada nuevo cambio en el espacio (trayectos nuevos en el tráfico, viaductos, condominios exclusivos, etc.) el ciudadano, sin darse cuenta, recomienza un aprendizaje dentro del espacio que toma como suyo, pero que en la verdad huye constantemente de su control. El ciudadano sólo consume la ciudad en la forma que ella se presenta inmediatamente. Aunque ese inmediato sea cada día un nuevo. Como dijimos, en el reino del acontecer no hay lugar para reflexiones.

            Las construcciones y desconstrucciones del espacio son tomadas como necesarias o inevitables por el ciudadano en su trabajo diario de consumir la ciudad. El acontecer y el vivir se mezclan en el consumo diario de la ciudad. De ahí la dificultad en entender ese acontecer. Un nuevo camino, un desvío, una inauguración, una plaza son momentos vividos por muchas personas de la ciudad. Indiferentes, los ciudadanos, están allá, pasan por allá, sólo...

            La libertad en el cotidiano es siempre un devenir.

            Esa búsqueda constante puede ser auxiliada por un factor muy simple: la observación. Primero momento de cualquier reflexión, la observación, nos revela la apariencia-nueva. Apariencia-nueva que se ponen como signo a ser decodificado por el observador. Sin embargo, tal decodificación parte obviamente de una pre-ideación, un pre-conocimiento del observador.

            La ciudad del cotidiano toma nuevo significado, pues el mirar del observador difiere del peatón que sólo pasa. Al observador atento la ciudad toma otra dimensión: la subjetividad. La ciudad pasa a ser, también, ciudad subjetiva.

            Esta solamente aparece en el diálogo del observador con los signos del consumo diario: Outdoors, pancartas, señales de tráfico, desvíos, pinturas nuevas, propagandas de constructoras e inmobiliarias. Ese contorno-entorno no es el mismo de los mapas y plantas de la ciudad.

            Todo se procesa en el interior del observador...

 

 

ALQUÍLESE.

 

            Como un detective, el observador descubre los últimos habitantes por las marcas dejadas en la casa.

            Pantalones, planes de salud, marcas, niños, músicas, todo circulando por la ciudad... A la vez, todo inmóvil. Parado.

            El observador entra en la circulación del espacio, en el espacio. Percibe la importancia de la planificación. No la planificación fría de los ayuntamientos, pero la planificación de los publicitarios, lleno de colores y vida. Recibe la ciudad- producto con entusiasmo y miedo.

            Entusiasmo por el futuro urbano que apunta un número elevado de personas para las ciudades. De ahí vida, seres en la calle y por la calle.
            Miedo por el futuro del pensamiento que frecuenta la ciudad, circulación de personas e ideas. El destino de la humanidad producido en las ciudades. Independiente del tamaño, de cuántos kilómetros bastan para recorrer una ciudad. Lo que cuenta es el espacio-tiempo de circulación de todo: personas, ideas, consumo.
            El observador piensa en el flâneur benjaminiano. Así como para él, la ciudad se abre para quienquiera, realmente, verla.

            Continúa su visión de la ciudad.

            No tiene la “nostalgia” de *Baudelaire y su París transformada por la modernidad. Mira y ve la ciudad, mirando la posmodernidad. Outdoors y carteles, invenciones modernas transformadas por la posmodernidad en espacios de percepción. Simulacros de espacios de compraventas, tiendas de conveniencia eternamente(?) abiertas para el delirio consumista del Homus urbanus post-modernus.
            No tiene el “pesimismo” del Leminski[i] de “Leer la ciudad: el alfabeto de las ruinas”. No es la ruina que da sentido la ciudad, es el movimiento de todo. Movimiento de las ruinas. Tiene el optimismo del mismo Leminski de “Teses, Tesões[ii]”: “Toda tentativa de cambio exige reflexión. Es necesario repensar la ruta. Pesar y medir el pasado”. O de la citación china “Quien no refleja, repite”.

            La ciudad no refleja. Espejo mágico de la posmodernidad, no espeja el pasado de forma instantánea. De hecho, el instantáneo es posmoderno.
La ciudad repite en la diferencia: templos horizontales en los suburbios; templos verticales en el centro del pasado.

            No se trata de observar en pares opuestos - dialécticos o no - pues no existe la totalidad, existe el flash, el instantáneo.

            La ciudad no refleja sus habitantes. Ni aún los ‘ilustres’. Estos se tornaran calles, pasajes sin conexiones con el pasado. ¡Circulación!

            La ciudad no desea los sentidos del pasado. Cualquier que sean ellos: café, barones, troperos, fábricas, etc.

 

 

EL MIRAR POLAROID POSMODERNO

 

            El observador no quiere la repetición. Quiere reflexión.

            Delante de un “nuevo momento” (?), los conceptos del observador parecen precarios.
            Lo QUE ES, FINALMENTE, CIUDAD POSMODERNA?

            “El post moderno cultiva ... un concepto del tejido urbano como algo necesariamente fragmentado[iii].”

            El posmoderno es un proyecto, un medio para, un paradigma... El posmoderno ES... Simplemente.

            La fragmentación posmoderna acontece también en el discurso *reflexivo que busca, en la mayoría de las veces, la totalidad. “Lyotard... define el posmoderno simplemente como “incredulidad delante de las metanarrativas[iv]”.
            De ahí, al decreto del fin de la modernidad es un paso. Sin embargo, la ciudad puede no ser, o no haber sido siempre, vista como una narrativa coherente y totalizante.
            La ciudad siempre fue “a los pedazos” para sus habitantes en el cotidiano. La metanarrativa queda, aún hoy, a cargo de planeadores e intelectuales en la ciudad de las planchetas y libros.

            Aún el observador no construye una metanarrativa de la ciudad, pues no a aprehende como uno todo.

            El cotidiano sería, entonces, ¿posmoderno en su esencia?

            Del punto de vista del movimiento, SÍ. De donde tenemos un cotidiano-intenso, en el cual:

 


La reducción de la experiencia a una serie de presentes puros y no relacionados el tiempo implica también que la experiencia del presente se hace poderosa y *arrasadoramente *vívida y material : el mundo surge delante del esquizofrénico con una intensidad aumentada, trayendo la carga misteriosa y opresiva del afecto, borbollando de energía alucinatoria. La imagen, la apariencia, el espectáculo pueden ser experimentados con una intensidad (júbilo y terror) posibilitada sólo por su apreciación como presentes puros y no relacionados el tiempo... El carácter inmediato de los eventos, el sensacionalismo, del espectáculo (político, científico, militar, así como de la *diversión) se hacen materia de que la conciencia es forjada[v].


            Así, el cotidiano-intenso puede ser el reino de la libertad, ya que, la alienación, en este momento no ocurre por la fragmentación del sujeto[vi]. Mirando a su alrededor, el observador verifica que la ciudad ya no es la misma. A La luz de sus indagaciones, percibe que aquella arquitectura, “hecha para no agredir el paisaje”, es una argumentación moderna.

            Pero no escuchó aún nadie decir:

             ­_ Somos posmodernos!

            Los peatones son modernos, los automóviles son modernos, la forma como el tráfico es organizado es moderno, el caos urbano es moderno. Finalmente, ¿donde estaría el posmoderno? ¿El fragmentado? ¿El fragmentario?
            La imagen-flujo, el presente-puro, la interactividade, mundos virtuales, comunicación de masa individualizadas, todo eso debe ser observado más de cerca, pues sugiere otra ciudad.

            Una ciudad que en este momento(!) podemos clasificarla de “verdadera ciudad posmoderna”: la ciudad electrónica.

            La ciudad electrónica, aparentemente, sugiere ser el locus donde la posmodernidad - o mejor, las teorizaciones sobre ella - mejor se encajan conforme veremos adelante.

            En este nuevo ambiente surge el concepto de cyberspace que

 

...comprende, estructuralmente el ancho e indefinido intervalo inmaterial existente entre terminales de las redes infoelectrónicas en especial las internacionalizadas: como tal, comprende todas las producciones “*erigidas” o “cavadas”, así como todos los procedimientos, procesos y posibilidades habidos en ese universo[vii].

 

            El cyberspace congrega la “reducción de la experiencia a una serie de presentes puros y no relacionabais al tiempo”[viii], en razón de todo ser virtual.
Las experiencias, espacial y temporal, son alteradas. La necesidad del llamado tiempo real que regulaba la modernidad, pasa a ser desnecesaria en esa “vida digital”.
            “El cyberspace es el paraíso de las mesclas o síntesis: la interacción a que él invita exige los tres sentidos [el visual, el auditivo y el táctil] y los sonidos y las formas, la imagen y la palabra tienen el mismo peso”[ix].

            Cambio más profundo aún es el metaverse : ... “una especie de colonización del informe cyberspace...” Una red de realidad virtual, donde las personas reconocen calles, edificios, paisajes y pasean por ellas”[x].

            Volviendo al tiempo y al espacio, el observador retoma sus indagaciones. Adagaciones[xi] mejor diciendo, pues el cambio de paradigma no es tranquila.
            Se acuerda de PAGU, musa modernista:

“Eh Pagu Eh

Tiene los ojos de hacer doler

Duele porque es bueno de hacer doler[xii]”.

            Expresión usada por Raul Bopp, en el gran momento modernista brasileño, para sentir PAGU.

            Aquel fue el momento de las grandes ciudades y nada tiene a ver con este.

 
El pasaje de la ciudad concreta, duradera, a la ciudad electrónica es bien ilustrada por el *filósofo francés Paul Virílio, cuando este señala que el protocolo de acceso la *telemática sucede lo del portón. A los tambores de las puertas se suceden los de los bancos de datos, los cuales marcan los ritos de pasada de una cultura técnica que avanza enmascarada.[xiii]

 

            ¿Y como se presenta esta máscara?

 

         Enmascarada por la inmaterialidad de sus componentes, de sus vías y redes diversas cuyas *tramas no se inscriben en el espacio de un tejido construido, pero en las secuencias de una planificación imperceptible del tiempo...El tiempo constituye, así, superficie y, esta, en tiempo real, hace desaparecer la ciudad como contigüidad[xiv].

 

            Esa desaparición de la ciudad hace desaparecer también una geografía: aquella que se restringía al estudio del espacio físico.  A la geografía cabe ahora, también, el espacio virtual en sus análisis. Y todas las consecuencias de ese incremento.

            ¿El observador debe buscar la ciudad electrónica para verse en la posmodernidad? ¿Será él, así, posmoderno?

            Antes de la entrada en la ciudad electrónica es mejor observar mejor, un poco más, la ciudad.

            De un lado los barrios - dichos- nobles conectados por vías nobles, segregados por nobles muros y discretamente conectados al centro antes noble.
            Del otro lado los barrios - dichos - populares conectados por ‘marginales’ (!) populares y, aparentemente, desconectados del centro, antes noble.

            El observador piensa en la metáfora de las ‘marginales’.
Obvio que la palabra es ‘marginando el río’, pero es posible  piénsala conectando ‘marginales a la marginal’. ¿Quién serían los ‘marginales del momento posmoderno?
            Ciertamente aquellos de la visión Baudelariana de la modernidad que excluye los pobres, aquella “familia de ojos” impedidas de frecuentar los lugares ‘nobles’[xv], ¡NO SON! Los excluidos de la posmodernidad estarían - o están - distribuidos en islas:

 

...Es cómo se formaran dos archipiélagos. Uno de la mayoría, que es totalmente conflictiva y se ataca a sí aún por supervivencia. Y otro, de la minoría. Los que tienen acceso a la tecnología son presentados como un mundo más o menos positivo, ideal, donde las cosas funcionan y todos tienen los mismos defectos y calidades, lo que tampoco corresponde la verdad. Ni uno ni otro...Existen, en la verdad, islas cada vez más aisladas, es un aislamiento, cada uno buscando la supervivencia en un mundo cada vez más fragmentado.[xvi]

 

 

            Así, excluidos son los que no están o no poseen la máquina.
            El observador refleja el cotidiano, toda aquella sensación de la videocasete, ‘verdadera fiebre’, de años atrás, cuando de su lanzamiento,  disminuyó o mismo se acabó. Él ya oyó, más de una vez, que “hasta en la favela tienen vídeo”. Y el “vídeo de la favela ni siempre es comprado. Pero, un vídeo robado lleva a lo sumo la última cinta que el espectador olvidó dentro.

            ¿Y el ordenador?

            En la vida digital toda la rutina de las personas está dentro del ordenador: el periódico on-line, el servicio de la empresa, la lista de compras, el banco on-line, los juguetes de los niños, el virus que será presente para un amigo como despedida de soltero, etc.

            En el caso de que el ordenador sea robado, es la vida diaria que se lleva y ¡no sólo una máquina!
            ¿Como explicar al gerente o presidente de la empresa que usted no envió
- por la red -   el trabajo del día porque fue robado?

            ¿Como hacer backup de su cotidiano?

            Son cuestiones hilarantes de la vida informatizada en un país de graves contrastes sociales como el Brasil. Ni por eso, menos importantes

 

         ...la tecnología segrega una parte del mundo; el mundo del acceso a la ellas, y el otro mundo que no tiene acceso alguno. Eso es una segregación, pero a la vez una barrera: la tecnología es objeto codiciado para robo[xvii].

 

            ¿El escenario de todo eso?

            La ciudad electrónica o teleciudad y la “ciudad real, ambas a la vez y en tiempos diferentes.

 

LA CIUDAD ELECTRÓNICA


            La ciudad electrónica, mixto-mito de espacio real y virtual y operado por ordenadores y personas especializadas en esas máquinas, difiere de la ciudad “normal”, aquella que hablábamos, con sus edificios, atascos, circulación de personas e ideas.

            Con esos nuevos parámetros, el tiempo y el espacio pasan a ser necesariamente otros. La materialización de la ciudad debe ser encarada de una forma diferente, pues, la materialización ya no es la misma.

            Aún la “población” siendo compuesta de una única persona. Y los ‘estudios demográficos’, deben llevar eso en consideración. En la red todo es personalizado, único, digital.

Siendo digital, yo soy yo aún, y no un subconjunto estadístico. Ser yo aún es algo que presupone informaciones y acontecimientos desproveído de cualquier significado demográfico y estadístico. La demografía tradicional no alcanza el individuo digital[xviii].

 

            Toda esa nueva dirección es considerada por el autor como “Era post-información”. Y él afirma que “de igual manera que el *hipertexto remueve las barreras de la página impresa, la era de la pos información va a borrar las barreras de la geografía[xix].

            No será necesaria la presencia en un determinado local para que estemos en ese local.

            Personas podrán liberar - si de la “geografía tradicional” que hoy viven.
Por más extraño que hoy nos parezca, las máquinas de la realidad virtual y ordenadores que activen nuestras sensaciones humanas (visión, olfato, paladar, etc.) nos colocarán delante de la ‘vieja realidad’. ‘Considerándose que, en la era de la post-información, usted puede vivir y trabajar en un único local o en lugares diferentes, el concepto de “dirección” adquiere un nuevo significado’[xx].

            Mi casa no está en la Calle AAA, n° XX, y sí en la dirección electrónica seguido de @aol.com. ¡VALIENDO PARA TODO El MUNDO!
Nadie sabe donde queda @aol.com, es una dirección virtual.

            El más interesante en eso todo, es que en esa dirección virtual los mensajes son enviados y no dependen ni de mi presencia: “... lo que se ha no es sólo un cambio de espacio, pero de tiempo también[xxi]”.

            El tiempo real será menos importante. El mismo aconteciendo con el espacio.
            ¿Y las ciudades?

            “Tales ciudades son estructuras virtuales y potenciales. Virtuales porque existen en la virtualidad de las imaginarias pero patentes extensiones imagético-electromagnéticas de las infovias” y aún: “Potenciales porque, en virtud de su disponibilidad, su reactivación diaria...es siempre una posibilidad concreta[xxii]”.

 

 

 

PRÓTESIS DE SILÍCIO

 

            En una sociedad de tecnologías mutantes y mutables el concepto de Atractor Extraño apunta otras nuances en las cuestiones de los constantes cambios del cuerpo social influenciadas por las altas tecnologías.

            Si la “función de la teoría es anticipar”, como afirmó Baudrillard, entonces, tenemos que mirar por cima de los hombros del futuro.

            Sin embargo, eso no debe sugerir certezas, fórmulas [mágicas o no], ordenación, etc. y sí hipótesis.

            En uno de sus textos, Milton Santos sugería el futuro como tendencia, aquí también.
            ¿Tendremos o tenemos hipótesis para dar cuenta del futuro?
            O aún, hipótesis-tendencias para el cuerpo social del momento tecnológico. De cierta forma, esas hipótesis-tendencias conocen una orden, pero no orden en el sentido secuencial de los hechos, no ordenación, no aquella orden a que se pretendían las varias facciones que disputaban
¾  y disputan ¾ el poder en el mundo: los atractores extraños son regularidades... representan la búsqueda de regularidades en aquello que es más improbable.
            Si pensáramos en la posibilidad abierta por la miniaturalización, para la comunicación global, podemos comenzar a reflejar sobre la existencia de un hombre-global y ahí, el atractor extraño no es más un sistema – el  macro sistema caótico - pero, cada persona es un sistema interconectado a otros sistemas.
            El hombre-global carga la “Prótesis de Silicio”, alta tecnología acoplada al cuerpo, terminales nerviosas de redes diversas pos INTERNET.
            El cuerpo social se transforma.

            Los contactos: primero humano-físicos. Después maquínicos en agenciamientos diversos. Ahora híbridos. Simbiosis de hombre-máquina. Componentes conectados al cuerpo para comunicación global. El hombre semiconductor en contacto con otros semiconductores.

            El cuerpo humano se transforma.

            Hay posibilidad de ser tocado a cualquier hora cuando estoy ‘grabado y salvo’ en el ordenador de alguien, como parte de un programa cualquiera de imágenes.
            ¿Sólo imágenes?

            No, ni imagen 3-D. Me las algo como la realidad virtual, sin embargo, sólida...En las palabras de Virilio: “Por lo tanto, no hallamos más certeza: la tercera dimensión no es más que el padrón de la extensión, el relieve no es más que la realidad... el móvil principal será el asiento, la *poltrona *ergonómica del invalido motor[xxiii]”.

            La inmovilidad es otra cuestión abierta y discutible.

            Considerando que estamos “presentes” en el ordenador de alguien en cualquier parte del mundo y, aún en varias partes, ¿como podemos hablar en “movilidad/ inmovilidad”?

            Los parámetros de movimiento en la era tecnológica no pueden ser los mismos usados hoy. Virilio indicaba anteriormente la sustitución del espacio por la imagen-espacio, las instantaneidades del tiempo.

            Estamos delante de nuevos fenómenos sociales engendrados por la alta tecnología. La sociedad que se instala no parece que abolirá los contactos físicos entre las personas, al contrario, ampliará las formas de esos contactos.
Por lo que vemos hoy en nuestras experiencias cotidianas, la tendencia futura es la liberación del hombre de las actividades rutineras, posibles de ser ejecutadas por las máquinas, con ganancia de tiempo para la convivencia social humano.
Sin embargo, como ya dijimos anteriormente, existen hoy los integrados y los excluidos tecnológicamente.

            También eso es una hipótesis que nuestra práctica actual sugiere continuidad. Nada excluye, por lo tanto, la hipótesis de un “cambio radical”, aunque nos parezca casi imposible hoy.

            Retornando la Negroponte: “Los bits no son comestibles en ese sentido, no son capaces de acabar con el hambre. Los ordenadores, por su parte, son amorales: no pueden resolver cuestiones complejas cómo las del derecho a la vida y a la muerte[xxiv]”.
            A continuación presenta, el mismo autor, las cuatro características que determinarán el triunfo de la era digital: descentralización, globalización, armonización y capacitación.

            De esas características, la que más trae optimismo al autor es la capacitación.     Dice él:


...El acceso, la movilidad y la capacidad de producir cambio son los factores que harán el futuro tan diferente del presente.... Mi optimismo no es alimentado por la previsión de alguna invención o descubrimiento. Encontrar una cura para el cáncer y para la CIDA, descubrir una forma aceptable de control poblacional o inventar una máquina capaz de respirar nuestro aire, beber nuestros océanos y devolverlos después, libres de la polución, son sueños que poden o no realizarse. La vida digital es otra cosa. No estamos esperando por una cualquier invención. Ella está ahí ahora. Y es casi genética en su naturaleza, pues cada generación va a hacerse más digital que la anterior. Los bits de control del futuro están más del que nunca en las manos de los jóvenes. Nada sería capaz de dejarme más feliz del que eso[xxv].

 


            Tras esa larga citación, otra información nos parece importante.
Años atrás  la RAND, organización no lucrativa americana, publicaba, por INTERNET, sus estudios sobre la velocidad con que nos llegaron teléfono, radio, Televisión, videocasete, ordenador, etc. y sugería acceso universal al correo electrónico (Email), como forma de garantizar la democracia electrónica.

            Decia ERCÍLIA:


...La desagradable idea de una estructura de información y comunicación internacional que sólo refuerza abismos sociales es la realidad hoy....Irónicamente, tal vez la población de la INTERNET sea la mayor muestra de injusticia social que se puede encontrar hoy, con toda la conversación de democracia electrónica

 

 

Y concluya:

 

Por otro lado, la lógica del acceso universal acaba siendo una lógica de la clase media. Los más pobres son excluidos del acceso y los realmente ricos no se interesan tanto por él, ya que siempre tuvieron sus propias redes de información, con o sin ordenador[xxvi].

 

 

            Por más lugar común que fuera la conclusión de la articulista, o la visión de la RAND sobre ‘democracia electrónica’, sirve para ilustrar, junto con citaciones anteriores el lado pesimista de los fenómenos nuevos abiertos por la tecnología.

 


RETICENCIAS...


            Tras esas reflexiones-observaciones el observador para.


            Es necesario un cierre, aunque no definitivo, de sus reflexiones-observaciones.
            Ciudad. Ciudad-electrónica. Cotidiano. Imaginario. Prótesis de silicio. Atractor Extraño. Inmovilidad. Imágenes. Cyberspace. Tiempo. Nuevos signos. Repetición. Fragmentos. Posmoderno.

            La condición posmoderna actual fragmenta, más y más, el hombre en el mundo. El cotidiano pasa a ser pedazos de vida por la velocidad, cada vez mayor, de los fenómenos. La ciudad electrónica es un conjunto de fragmentos virtuales fugitivos. De repente, el ‘ciudadano electrónico’ puede perder el contacto en un rush virtual.
            El mundo del hombre es de clases sociales, diferencias enormes en la mayoría de las veces. Mundo de muchos que pocos disfrutarán.
En los países subdesarrollados un número creciente de hombres, de todas las edades, tienen como virtual sólo el básico: alimentación, transporte, salud, consumidos en imágenes electrónicas de pancartas y televisiones.
            El re-pensar en el mundo del hombre posmoderno no es una búsqueda de la totalidad, pero de la intensidad de la condición humana en el mundo coloreado de la estética.

            El debate ético de la condición material de la estética, de la posibilidad de poseer, cede lugar para la estética en-sí-mismo (HARVEY, 1989).
Tener la imagen de, ser la imagen de, vale más que la propia imagen, Podemos decir que no es la copia, pues esta es, o puede ser entendida como, imagen dotada de semejanza. Es en verdad, imagen sin semejanza: SIMULACRO.
            El concepto de simulacro parece andar de mano dadas con el concepto de posmoderno.
            La ciudad electrónica con su cyberspace no es copia de nada, pero simulacro.
Es lo que Foucault llamó de heterotopía: la coexistencia en un espacio imposible de un gran número de mundos posibles fragmentarios[xxvii].

            La ciudad electrónica presenta la condición principal de la posmodernidad: la imposibilidad de discutir como condición histórico-geográfica (HARVEY, 1989) pues no está en ningún lugar y se puede acceder de cualquier lugar. No exige tiempo real pero posibilita eso. Todo suena como pasajero, pero en verdad, el proceso es medido en velocidades cada vez mayores.

            La democracia electrónica es más estética que ética. Es imagen, ser informatizado o no.

            El observador mira al lado.

            Teorizar ya no es más la misma cosa que antes. Su teoría es flash, rápida, instantánea.
            La profundidad no es más una necesidad intelectual.
            El observador refleja... y duda del espejo.

 

“Coleccioné todas las revistas de Flash Gordon, ¡TODAS! No veía la hora que llegara el año dos mil y pico, cuando todo aquello que aparecía en la revista iría a acontecer.
El AÑO LLEGÓ Y NADA DE AQUELLO ACONTECIÓ REALMENTE.”

conversación del autor en el autobús durante un trayecto en la ciudad de Campinas/SãoPaulo. El nombre de aquel señor, probablemente, nunca sabré.

 

 

INSISTENCIA ESPACIO - TEMPORAL



            El observador re-para. El espacio no puede estar, así, tan en segundo plan cuanto parece.

            Se acuerda que eso es la investigación: ultra-pasar las apariencias. Decir  académico de siempre...

            El virtual es simulacro del espacio, pero es espacio: la metrópolis virtual no ocupa espacio en redes, es el espacio.

            ¿Por qué a primacía del tiempo marxista ortodoxo? Sino ortodoxo, por lo menos poco abierto a cambios. Para pensar la sociedad es necesario, más del que nunca, redescubrir el buen humor que algunos “autores temporales” parecen haber perdido en el tiempo[xxviii].

            ...La profecía implica, ahora, una proyección más geográfica que histórica; es el espacio, y no el tiempo, que esconde de nosotros las consecuencias[xxix].

            Y, aún así, tenemos que tener claridad de que la historia no acabó y ni el espacio ‘afloro’, pero, nuestras experiencias espacio-temporales es que fueron alteradas por las nuevas tecnologías.

            Ejemplo cotidiano de eso: tenemos más paciencia en la fila del autobús (moderno) que enfrente del cajero electrónico (posmoderno) del banco[xxx] . El observador busca reflexiones en otras fuentes...

 

LET ME ROLL IT

 

            En su pasaje por el Brasil en 1992, Félix Guattari participó del coloquio organizado por la UNESCO[xxxi] presentando “Restauración de la Ciudad Subjetiva” de donde el observador puede retirar algunas “sugerencias” para sus adagaçiones.
            El autor así conceptúa la Ciudad Subjetiva: “... participa tanto de los niveles más singulares de la persona cuanto los niveles más colectivos. De hecho, se trata de todo el porvenir del planeta y de la biosfera.” Y, sigue Guattari levantando la cuestión del “¿como serán las mentalidades urbanas del futuro?” Y él aún ofrece un camino añadiendo que “... levantar esa cuestión ya es un pleonasmo, en la medida en que el porvenir de la humanidad parece inseparable del devenir urbano[xxxii].”

            El devenir urbano está conectado a la forma como pensamos hoy, como conocemos hoy el mundo. El observador refleja sobre la forma como conoce el mundo... “fordistamente”. Se acuerda de Gramsci:

 

... El fordismo y el americanismo equivalían al ‘mayor esfuerzo colectivo hasta para crear, con velocidad sin precedentes, y con una conciencia de propósito sin par en la historia, un nuevo tipo de trabajador y un nuevo tipo de hombre”. Los nuevos métodos de trabajo “son inseparables de un modo específico de vivir y pensar y sentir la vida[xxxiii].

 

            Conclusión obvia: el fordismo como una nueva forma de ver el mundo.
Pero, ¿estaríamos aún viviendo en ese mundo? ¿No sería necesario romper incluso con el pensamiento en serie?

 

         ...[La] geografía humana crítica posmoderna debe continuar a basarse en una desconstrucción radical... La desconstrucción espacial... también debe ser suficientemente flexible...Sin embargo, la desconstrucción por sí sólo no basta...Ella debe ser acompañada por una reconstrucción al menos provisional , basada en las exigencias políticas y teóricas del mundo contemporáneo...Y debe estar especialmente en sintonía con las particularidades de los procesos contemporáneos de restructuración y con los regímenes emergentes de acumulación “flexible” y de regulación social, pero a fin de contribuir para un post-modernismo radical de resistencia[xxxiv].

 

 

            Tres vías sugeridas por Soja pueden ser perseguidas para la reconstrucción:

 

1. En la interpretación de la nueva tecnología y de las formas organizacionales reestructuradas de la economía política pos-fordista,

2.  En la lógica cultural del post-modernismo en el arte y en la ideología,

3. En las luchas *ontológicas de una teoría crítica post-historicista[xxxv].

 

            Y HARVEY apunta tres posiciones para el debate de la acumulación flexible o pos-fordista, son ellas:


1. Las nuevas tecnologías abren la posibilidad de una reconstitución de las relaciones de trabajo y de los sistemas de producción en bases sociales, económicas y geográficas enteramente distinguidas,

2. La segunda posición ve la idea de la flexibilidad como un “término extremadamente poderoso que legitima un conjunto de prácticas políticas” (principalmente reaccionarias y contrarias al trabajador) pero sin ninguna fundamentación empírica o materialista fuerte en las reales fases de organización del capitalismo del final del siglo XX,

3. La tercera posición, que define el sentido en el cual la idea de una transición del fordismo para la acumulación flexible, se sitúa en algún punto entre esos dos extremos. Las tecnologías y formas organizacionales flexibles no se hicieron hegemónicas en toda parte — pero el fordismo que las precedió tampoco[xxxvi].

            Como Acumulación Flexible debemos entender:

 


...Es marcada por un enfrentamiento directo con la rigidez del fordismo. Ella se apoya en la flexibilidad de los procesos de trabajo de los mercados de trabajo, de los productos y padrones de consumo. Se caracteriza por el surgimiento de sectores de producción enteramente nuevos, nuevas maneras de suministro de servicios financieros, nuevos mercados y, sobre todo, tasas altamente intensificadas de innovación comercial, tecnológica y organizacional. La acumulación flexible envuelve rápidos cambios de los padrones de desarrollo desigual, tanto entre sectores como entre regiones geográficas, creando, por ejemplo, un vasto movimiento en el empleo en el llamado “sector de servicios”, así como conjuntos industriales completamente nuevos en regiones hasta entonces subdesarrolladas (tales como la “Tercera Italia”, Flandes, o varios valles y gargantas del silicio, para no hablar de la vasta profusión de actividades de los países recién-industrializados)[xxxvii]

 

 

 

 

OBSERVAR Y EMOCIONAR

 

 

            El observador indaga el mundo: ¿que mundo es ese, donde todo parece que se pierde en teorizaciones y la vida acontece, rápidamente, en las calles de las ciudades “independiente” de ellas?

            Parte entonces para un nuevo momento de su investigación, tal vez el más importante de este final de siglo: ¡La EMOCIÓN!

            No importa más sólo observar. El hombre de la acumulación flexible puede sentir, tiene tiempo-espacio para sentir. Aquella rigidez del fordismo no posibilitaba la plenitud de las sensaciones. Era necesario, antes de todo, disciplina, sesudez, para dar cuenta de la, constante, “línea de producción” impuesta en la vida cotidiana.

            El mundo globalizado apunta su contradicción-solución más evidente: la fragmentación. Mientras más globalizado, más fragmentado el mundo reaparece.

            En ese globalizar-fragmentar, grupos y subgrupos[xxxviii] afloran. El vecindario pasa a ser una escala geográfica importante en la vida de las personas. Vecindario que puede ser no sólo física pero cultural, religiosa, de trabajo, etc.

 

La noción de copresencia...gana nueva dimensión cuando asociada a la noción y a la realidad geográfica del vecindario...El territorio compartido impone la interdependencia como praxis… El intercambio efectivo entre personas es la matriz de la densidad social y de la comprensión holístico...y que constituyen la condición de esos acontecimientos infinitos, de esas solicitudes sin-número, de esas relaciones que se acumulan, matrices simbólicas que se multiplican, diversifican y renuevan. La noción de “emorazión[xxxix]”, encuentra su fundamento en esos cambios simbólicos que unen emoción y razón[xl].

 

            En la primera de sus viajes al Brasil, el italiano Massimo Canevacci, llegó a la ciudad de São Paulo exactamente en el periodo de carnaval, cuando todo para en el país. Sin conocer nadie y nada, el italiano fue auxiliado por una secretaria del Instituto Italiano de Cultura, que llegó a ayudarlo financieramente, pues no tenía cruzeiros[xli] en el bolsillo y los bancos estaban cerrados. Esa historia personal puede acontecer diariamente en la ciudad de São Paulo y aún en otras grandes ciudades del país. El italiano se perdió de la y por la ciudad. Sintió la ciudad. Emocionóse por la ciudad, en la ciudad. Emoción-flâneur del extranjero.

            Sin embargo, esa emoción se transforma con el conocer de la ciudad. Dialécticamente, la ciudad va componiéndose en el imaginario entre el todo-fragmentos. El antes extranjero se emociona con una nueva composición de la ciudad que explora. Dialécticamente las emociones van trabajando otro cotidiano.

            ¿Cómo perderse en la ciudad electrónica?

            ¿Cómo emocionarse en el cyberspace?

            En el día 24.06.97, en la ciudad de São Paulo, en el evento ‘Super Ciber’, especialistas brasileños y extranjeros debaten, entre otros temas, la “cibersociedad, ciberciudades, cibercomunidades, ciber-historia, política, conflictos, ricos y pobres en información: la reconstrucción del real” .

            Delante de esos “hechos aislados” es necesario pensar, reflejar el cyberspace, pues todo parece - mostrarse - maravillosamente accesible a todos.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

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[i] LEMINSKY, Paulo - Anseios Crípticos - Edições Criar - Curitiba - 1986, pág. 186

[ii] Idem, pág. 11

[iii] HARVEY, David - A condição Pós-Moderna. São Paulo:Loyola, 1994, pág. 69

[iv] HARVEY, David - A condição Pós-Moderna. São Paulo :Loyola, 1994, pág.50

[v] Ídem, pág. 57. Alerta el autor que la  esquizofrenia debe ser entendida  en sentido amplio e no apenas clínico.

[vi]ya no podemos concebir el individuo *alienado en el sentido marxista clásico, porque ser alienado presupone un sentido de yo coherente, y no-fragmentado, del cual se alienar. ídem, pág. 57

[vii] TRIVINHO, Eugênio - À luz dos espectros expressivos. A obliteração das massas na aurora do cyberspace. REVISTA ATRATOR ESTRANHO N. 11 - Maio/95. pág. 21

[viii] Ídem.  nota 6 

[ix] Ídem.  Pag.29

[x] ERCILIA, Maria - Jornal Folha de São Paulo  3l/10/95 - COLUNA NETVOX. . La autora informa donde se podría encontrar las metaverses  en Internet: (http://vrml.arc.org/) pero hoy, el mas conocido es el Second Life.

[xi] Aquí el autor se utiliza del juego del concretismo poético  de palabras en portugués indagaciones-adagaciones. Donde adagaciones es la mistura de indagaciones con daga (la arma blanca de hoja corta)  sugiriendo el dolor de las reflexiones. 

[xii] Citado por Augusto de Campos IN PAGU TABU TOTEM. São Paulo:Brasiliense , 1981, pág. 30

[xiii] CORTE, Beltrina - Da cidade eletrônica à cidade digital. Revista ATRATOR ESTRANHO N 07, DEZ 94, pág. 29

[xiv] Ídem, ídem

[xv] BERMAN, Marshal - Tudo que é sólido desmancha no ar.São Paulo:Cia das letras, 1990, pág. 137.

[xvi] Revista ATRATOR ESTRANHO N° 07, DEZ/94, pág. 22, ECA/USP.

[xvii] SOVIK, Liv - Segregação Tecnológica IN Workshop Miniaturização das tecnologias . Revista  ATRATOR ESTRANHO N° 10, março/95, pág.  27, ECA/USP.

[xviii] Ídem, pág. 144. Mismo así,  sabemos que la demografía digital es hecha.

[xix] Ídem, pág. 145

[xx] Ídem, pág. 146

[xxi] Ídem, ídem

[xxii] TRIVINHO, Eugênio - À luz dos espectros expressivos - A obliteração das massas na aurora do cyberspace. Revista Atrator Estranho n°11, Maio/95- Depto.Jornalismo ECA/USP. pág. 31

[xxiii] VIRILIO, Paul - O último veículo. Rio de Janeiro:Revista 34 letras n° 5/6, setembro/94, pág. 406

[xxiv] NEGROPONTE, Nicholas - op.cit. pág. 196

[xxv] Ídem, pág. 198

[xxvi] ERCILIA, Maria - E-MAIL para todos. Coluna NETVOX - Folha de São Paulo, 28/11/95

[xxvii] Apud  Harvey, op.cit. pág. 52

[xxviii] Por ejemplo: Baudrillard, Virilío

[xxix] BERGER, J. citado por SOJA, E. W. - Geografias Pós-Modernas - A reafirmação do espaço na teoria social crítica Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, RJ, 1993, pág. 116

[xxx] Solo como ilustración, en una charla rápida en un cajero electrónico de São Paulo, um señor en la cola decía que el ordenador del banco” no tenía memoria, solamente vagos recuerdos” y que ya estaba harto de esperar.

[xxxi] Colóquio “Homem, cidade, natureza: a cultura hoje” - Rio de Janeiro 25, 26,27/05/1992.

[xxxii] GUATTARI, Félix - CAOSMOSE um novo paradigma estético. Rio de Janeiro: 34, 1992, pág. 169-179

[xxxiii] GRAMSCI, Antonio - Cadernos do Cárcere - citado por HARVEY, David - op.cit. pág. 121

[xxxiv] SOJA op.cit. pág. 93.

[xxxv] Ídem

[xxxvi] HARVEY, op. cit. pág. 177-79

[xxxvii] Ídem,  pág. 140

[xxxviii] Esta palabra es utilizada por Guattari en el sentido de grupos más pequeños, no hegemónicos

[xxxix] La idea del autor es la junción ente las palabras emoción y razón.

[xl] SANTOS, Milton - A natureza do espaço - técnica e tempo  razão e emoção. São Paulo: HUCITEC, 1996:256

[xli] Antigua moneda utilizada en Brasil.