EL ALUMNO, PROTAGONISTA
DE LA EDUCACIÓN
Patricia Peña Benítez
PRÓLOGO
Mi intención es exponer mis
reflexiones y mi propia opinión con respecto a lo que la educación de los
jóvenes es el hogar y en el centro educativo actual se refiere. Invito a los lectores a pensar y proponer soluciones
y nuevas alternativas para ayudar a los protagonistas de la educación: los
alumnos.
Ante
todo quiero dejar claro, que es imposible generalizar cualquier conducta o
cualquier idea, ya se las personas no son todas iguales.
Deseo dejar claro también que todo lo
expuesto en estas líneas es solo una opinión personal sobre la educación
escolar. Es una forma totalmente abierta a cualquier punto de vista.
CONCEPTOS CLAVE
Somos conscientes de que la vida en
nuestro país está cambiando en todos los aspectos, en la igualdad de
sexos, la accesibilidad a un oficio, el
derecho a los estudio, … La motivación y los intereses de todos nosotros son distintos,
y eso repercute en todos los aspectos de nuestra vida. Yo, como profesora de
inglés, (a pesar de mi poca experiencia laboral), tengo las ideas claras, y hay
ciertos aspectos de la educación, tanto escolar como la educación en valores,
que creo que no están funcionando correctamente.
La
educación es la base en el desarrollo y maduración de la persona, y creo que se
merece la contribución de todos nosotros (padres, profesores, amigos,
compañeros, políticos, etc) que rodeamos a los adolescentes o que de manera
indirecta influenciamos a cualquier alumno. Y parece ser que encontramos
ciertos desajustes en la educación escolar.
El tema principal por lo tanto del que
vamos a tratar en estas páginas es la educación, desde diferentes puntos de
vistas y aquellos conceptos y hechos que rodean a este primero. La palabra
educación tiene su origen en el latín educere
"guiar, conducir" o educare ("formar, instruir"). Y podemos definirla:
<<La educación puede definirse como el proceso de socialización de los
individuos, una persona asimila y aprende conocimientos. La educación también
implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones
adquieren los modos de ser de generaciones anteriores.>>(1)
Podemos también definirla de una manera mucho
más escueta al decir que la <<educación es simplemente el proceso de
socialización formal de los individuos de una sociedad. >>(2)
La
cuestión es que la educación es la
manera de que los niños pequeños y adolescentes que van a los centros
educativos, son los adultos del futuro, son personas que no solo están
creciendo y evolucionando físicamente, sino que también están madurando, imitan
todo aquello que ven, aprenden lo bueno y malo que se les enseña, lo que se les
prohíbe y lo que se les permite le influencia, ya sea de manera positiva o
negativa. Es decir, los jóvenes están aprendiendo constantemente en su
desarrollo y los adultos somos quienes debemos guiarles, enseñarles valores,
normas de convivencia, aprender a esforzarse, a respetar, todo esto se incluye
en lo que a educar se refiere.
“Todos”
aquellos que rodeamos a un joven, estamos influyendo en su desarrollo, aunque
está claro que la personalidad de cada persona es distinta. Por eso, podemos
hablar principalmente de dos tipos de educación. Por una parte, principal y
básica, la educación informal,
corresponde con el proceso continuo y permanente de la educación, por lo que
nos referimos a aquellas situaciones cotidianas que no están organizadas por
ningún centro educativo, es decir, son todos aquellos entornos a través de lo
cuales, los jóvenes aprenden, pero sin ser conscientes de ellos. Nos referimos
por ejemplo, la televisión, las revistas, los libros, los móviles, la radio,
los amigos, el equipo de fútbol o las compañeras en clase de informática; y es
evidente que el grupo más importante es la familia. La familia es la base de la
educación de todos nosotros, son nuestro ejemplo más cercano.
En
segundo lugar, existe la educación
formal, como su nombre indica, son todos aquellos ámbitos que educan con un
propósito, con unos objetivos planificados y unos métodos regulados. Nos
referimos al centro educativo, principalmente, incluyendo desde el colegio
donde se imparte la educación primaria hasta el instituto donde es la educación
secundaria.
Todos
aquellos otros ámbitos de estudios, que no son obligatorios como, la
universidad o los ciclos de grado medio o superior, pertenecen a un último
grupo que denominamos educación no
formal.
EXPULSIÓN DE LOS
CENTROS ESCOLARES
Cuando pienso en los problemas que surgen
casi a diario en un centro, una de las primeras preguntas que me hago es si
se toman las medidas adecuadas en un centro educativo cuando se da el caso de
un alumno problemático. ¿es la expulsión del centro una medida adecuada para
ayudar a los alumnos?
Se trata de un tema bastante complejo,
que implica muchísimas variantes. Cuando un alumno es expulsado de un centro,
es porque ha cometido alguna falta grave o porque tiene acumulación de faltas
leves. En la mayoría de las ocasiones, son expulsados a su casa con el objeto
de que se tranquilice la situación y el alumno continúe haciendo sus
deberes en casa para no perder el
tiempo. Pero claro, teoría y práctica, en muy pocas ocasiones van de la mano.
Al final, en muchas ocasiones, a un alumno se le expulsa del centro 2 0 3 días
o incluso una semana para que deje trabajar al resto de grupo.
No sirve de nada juzgar la decisión de los
profesores al expulsar a un alumno, ni tampoco la actitud de los padres,
acusándoles de si se toman o no la expulsión de su hijo con la importancia que
eso tiene. El tema es analizar el problema e intentar darle solución y no echar
la bola de un tejado a otro, que es lo fácil; donde al final el único
perjudicado es el propio alumno.
Cuando un alumno comete una falta grave (puede
ser insulto a un profesor o a cualquier miembro de del centro, algún acto
delictivo contra el material o infraestructura del centro o puede ser también
cualquier acto violento físico contra cualquier miembro del la comunidad
educativa) es necesario, en primer lugar, conocer las razones que motivan al
alumno a cometer este tipo de faltas. Está claro que en la mayoría de las
ocasiones, por no decir casi todas, no se trata de asuntos fáciles de
solucionar. La cuestión es plantearse: ¿qué hace que un alumno, un adolescente
llegue a faltar el respeto o a cometer
actos de delincuencia?
Si podemos decir que es relativamente
fácil conocer las causas, a través de tutorías y reuniones con los padres,
saber si el alumno padece alguna enfermedad o a través de un análisis psicológico
conocer otro tipo de causas. Sin embargo, lo difícil del asunto es que padres y
miembros del centro se pongan de acuerdo con facilidad y busquen juntos la
solución.
Es cierto que existen casos en los que la
colaboración entre ambos pilares es positiva para el alumno; también sabemos
que a diario se hacen patentes una gran cantidad de casos en los que no existe
buena relación entre los dos grupos.
Hay muchos ejemplos que he conocido o he podido ver como cualquiera en las
noticias; como es el caso de un profesor que castiga a una alumna porque ha
estado pintando su mesa del aula y le ordena como castigo limpiar la mesa que
ella misma ha ensuciado. Y como respuesta para nada coherente, la madre de la alumna va al colegio a decir
de malas maneras que su hija no debe limpiar la mesa que para eso ya están las
señoras limpiadoras. Se hace evidente que la alumna con este hecho no va a
aprender que lo que ha hecho está mal, y además el hecho de que su madre pretenda
dejar en ridículo al profesor delante de su hija, está claro que esa forma de
actuar es el ejemplo de conducta que su hija va a aprender. La alumna debe
aprender a respetar, y si hay algo en lo que no se está de acuerdo es necesario
hablar con respeto y recordando siempre que un profesor es una autoridad en el
aula.
Hay muchos casos cotidianos que podíamos
nombrar, como son casos de padres que llegan al centro educativo, sin plantearse
la posibilidad de dialogar y de preguntar y de informarse, sino simplemente es
poner su opinión por delante y “machacar” a quien se ponga, porque a sus hijos
los han expulsado del centro o porque les han castigado sin recreo durante una
semana. El caso es que para muchos padres, los culpables no van a ser sus hijos
nunca, y los culpables tiene que pagarlo, la única manera es agredir, gritar
y dejar al supuesto culpable en
ridículo, y si puede ser delante de los hijos, mejor, para que se sientan orgullosos
de los padres.. Realmente suena a película, es difícil hacerse la idea de que
estos son hechos que ocurren en el día a día de nuestro país.
Si
un padre o una madre no están
de acuerdo con el trato de sus hijos en el centro o con la actitud de un profesor,
está totalmente en su derecho de quejarse, de pedir explicaciones, pero creo
que no es necesario, perder el respeto, insultar, ni amenazar, ni golpear. Con
eso, solo llegamos a un sitio: seguir creando problemas.
La cuestión es el trabajo común que
deben llevar a cabo padres y profesores
y no intentar buscar el culpable sino buscar la forma de ayudar al alumno en la
medida de lo posible. No puedo evitar hacer referencia a esa frase del juez de
Menores (Emilio Calatayud) que trabaja en Granada, que dice: “Hablamos
de la sociedad como si fuera otro ente y simplemente la sociedad somos nosotros
mismos”(3). Todas las
personas que rodean al alumno desde muy pequeño son un ejemplo, padres,
hermanos, vecinos, profesores, compañeros, etc. y así como la televisión y
otros medios que rodean al alumno diariamente. Todos aportamos de manera
consciente o inconscientemente ejemplos al desarrollo del alumno.
Entonces aquellos alumnos que cometen
faltas graves en el centro y que de manera reiterada causan problemas en el
aula o molestan al ritmo normal de un
grupo de alumnos por su conducta, es un tema importante que conlleva muchos
aspectos. Hay casos en los que hay alumnos que son muy difíciles de tratar por
diferentes razones, ya sea porque no
quieren estar en el centro y se muestran rebeldes hacia todo lo que ello implica, o bien debido a sus problemas
familiares o simplemente porque en su
adolescencia el alumno se muestra rebelde y no encuentra importancia ni
motivación para estudiar, o por cualquier otro tipo de problema el alumno
desahoga su furia y rencor en clase, o porque ha aprendido solamente a hablar
faltando el respeto y sin valores morales. Entonces yo me pregunto: ¿la mejor
solución en esos momentos es la expulsión del alumno? En muchos casos, aquellos
alumnos que son expulsados, ambos padres trabajan, o por motivos familiares,
los alumnos no están bajo la supervisión de los padres, por lo cual el objetivo
primero de la expulsión cae en saco roto. Me pregunto realmente porque no se
proponen otro tipo de alternativas a la
expulsión del alumno del centro. Cundo un alumno es expulsado, en primer lugar
tanto el centro educativo como los padres y todos aquellos que no denuncian
este acto, se está faltando a la ley, ya que todos los menores deben estar en
la escuela en horario lectivo. En segundo lugar, un alumno que es expulsado y
no está bajo el control de sus padres o tutores, es un alumno que está
aprendiendo a no tener responsabilidades y a ignorar las leyes y normas morales
y por último está perdiendo el tiempo en sus estudios. Creo que lo importante
es que cuando un alumno comete alguna falta grave o es necesaria una reprimenda
por su conducta, estoy segura de que hay métodos y formas diferentes para que
el alumno comprenda que lo que hace no está bien y tampoco basta, en ciertas
ocasiones, con un par de charlas. Sino que hay que buscar alternativas.
Es difícil, además hablar de este tema,
porque al pensar que la expulsión de un centro no es una buena solución, me
planteo: cuando un alumno es expulsado es porque hay una acumulación de faltas
de comportamiento en clase que son graves. Entonces comienzo por preguntar
¿cuál es la utilidad de acumular faltas de comportamiento?.Parece ser que es el
arma de defensa del profesor en el aula diariamente, para reprimir un poco la
conducta de ciertos alumnos, pero no es efectiva ya, en los casos de alumnos
que realmente son problemáticos. Hay alumnos que se toman esa acumulación de
faltas como algo anecdótico y además es exitoso para muchos de ellos, alcanzar
el mayor número de partes. Es decir, yo imagino que mi madre a mi me hubiese
educado siguiendo este tipo de castigo, hasta que no me riñe seis veces, por no
comerme el plato de verduras, no es cuando mi madre me debe castigar sin
levantarme de la mesa.
Cuando un alumno, comete una falta, sea
la que sea, ya sea más leve o más grave, creo que el castigo debe de ser
inmediato. No podemos esperar a que un alumno haya insultado seis veces a un
profesor, o haya molestado en clase cinco veces en la semana para tomar
medidas. La primera vez que un alumno comete una falta que atenta contra el
derecho de cualquier otro alumno o profesor, o que altera la infraestructura
del centro, se llama a sus padres y se les avisa de el castigo que se le a poner
a su hijo por su conducta. De esta manera, sabemos que los padres están
avisados desde el primer momento, y si
hace falta hacemos partícipes a los padres de ese castigo, para que se den
cuenta de que si su hijo no aprende que lo que ha hecho está mal, el centro ya
más no puede hacer, los padres deben de colaborar.
Creo que el objetivo de imponer a un
alumno un castigo, no es o no debe ser fastidiar al alumno, sino que el
objetivo es que los alumnos, a través de ese castigo se den cuenta de que lo que
han hecho no es correcto, intentar eliminar esa conducta y que aprendan que es
lo que se debe hacer.
Por otra parte, hay que proponer castigos
útiles, es decir, castigar a un alumno, sin recreo porque ha insultado a su
compañero en clase, por ejemplo, no permite al alumno aprender otra alternativa
a su conducta, no observa cual es la forma correcta u otra forma de comportarse. Si un alumno, se dedica
en clase a molestar a sus compañeros, vamos a hacerle venir por la tarde al
centro educativo y vamos a tenerlo durante un tiempo, viendo videos sobre acoso
a los alumnos, para que se de cuenta de lo que hace, vamos a hablar con el
alumno y vamos a tratar de que se de cuenta de que ocurriría si fuese al
contrario; por ejemplo.
La cuestión es que si un alumno mancha y
estropea una mesa porque se ha aburrido durante la clase, no conseguimos nada,
con apuntarle una falta leve y esperar a que tenga varias más acumuladas para
ponerle una falta grave. Se llama a sus padres, se les enseña la mesa, y el alumno,
limpia la mesa delante de sus padres, por la tarde, a la salida del centro o
cuando sea, pero lo antes posible, y el alumno va a aprender que eso no es
productivo ni llega a ninguna parte.
Estos son ejemplos que parecen fáciles de
aplicar, pero claro, luego resulta que los padres no pueden ir al centro, o que
el alumno tiene que ir a entrenar al fútbol y el padre le da permiso para que
no vaya al centro por la tarde, o que el alumno se muestras rebelde, se niega y
ni los padres saben que hacer, etc. Es muy difícil, llevar a cabo castigos que
creo que si serían positivos en la educación de los jóvenes, pero que requieren
mucho esfuerzo por parte de padres y profesores. Creo que la cuestión es
comprometerse, es intentarlo. Intentar llevar a cabo este tipo de castigos
desde pequeños y no cuando ya estamos hablando de adolescentes que conocen los
puntos débiles de sus padres y de sus profesores y son muy difíciles de manejar
y controlar.
LA FAMILIA
Cuando
me planteo este tipo de cuestiones sobre la educación escolar de los
adolescentes, llego a una segunda pregunta: ¿Ha cambiado el papel de los
padres? Creo que la pregunta es fácil de responder. Es evidente, que
nuestra sociedad ha cambiado en pocos años y por lo tanto, la forma de educar a
los hijos parece ser que también. No hace falta que me vaya muy lejos a
observar ejemplos y maneras de educar. Yo, personalmente recuerdo de manera
anecdótica, cuanto tiempo tardaron mis padres en comprarme unos patines; después
de pedirlo muchas veces, hasta que mis padres no lo vieron oportuno, no me los
regalaron. Sin embargo, hoy, en el día a día, puedo perfectamente observar la
cantidad de ejemplos, en los que a
muchos padres les cuesta decir un “no” a sus hijos, parece que negándoles comprarles una bicicleta, una moto o un
portátil, una pelota, una muñeca o lo que sea, los hijos pensarán que sus
padres les quieren menos.
Desde mi punto de vista, aunque todos
influimos de una manera u otra en la educación y maduración de los jóvenes,
creo que todos estaremos de acuerdo en que la familia es el principal núcleo donde el joven comienza a aprender, es
la base principal de su educación. Aunque un alumno pase 6 horas diarias en el
centro educativo, sus valores morales, sus normas de convivencia y su tiempo libre se desarrollan según los
padres o tutores deseen.
Son estos los que otorgan a los alumnos
sus derechos y deberes en el hogar, son los que permiten que un adolescente se
recoja todos los fines de semana a 12 o a las 5 de la mañana, son los que no se
preocupan si su hijo hace los deberes y estudia o si es indiferente si pasan su
tiempo libre en la calle o jugando todo el tiempo con el ordenador. Creo que
todos podemos estar de acuerdo en que los padres son los primeros que deben servir de ejemplo
a los jóvenes, los que enseñan a un joven a esforzarse para conseguir aquello
que desean o dárselo todo hecho, son los padres o tutores quiénes enseñan con
su propio ejemplo a sus hijos a ser educados y respetuosos con los demás o a
considerar que ellos mismos son los mejores y sus ideas y opiniones valen más
que la de los demás y se pueden expresar como les viene en gana. Son estos los
que hacen saber a los jóvenes que deben colaborar en casa porque es una
obligación y que deben estudiar para poder tener una preparación para un futuro
empleo y a madurar o pueden inculcarle que en la casa no tienen ninguna
obligación y que los estudios es una forma de perder el tiempo, que lo importante es encontrar un empleo rápido.
Así podríamos poner una gran cantidad de
ejemplos, en los cuales la base de la enseñanza es lo que inculcan los padres y
el núcleo familiar diariamente, aunque luego sea el centro educativo el que
debe seguir está formación como alumnos y como personas. Vuelvo a repetir que
de la misma manera que los bebes empiezan a hablar y a aprender por imitación,
los jóvenes aprenden modales y educación de la misma forma, si tanto en el
hogar como en el centro educativo no se les inculcan esos valores los jóvenes no
aprenden. Hay otros muchos elementos como la televisión, los compañeros de
colegio, los amigos, los tíos o primos, pero los fundamentales son el núcleo familiar y los miembros del centro
educativo.
Por mi propia experiencia personal y
anécdotas que he podido vivir personalmente, puedo contaros aquí simples hechos
anecdóticos que realmente repercuten en la educación de un alumno, mucho más de
lo que parece, porque no es solo un hecho sino, como repercute esto en el día a
día de los hijos. Seguro que hemos visto algo parecido a esta anécdota: madres
que se faltan el respeto y discuten en la puerta de un colegio, porque sus
hijos han tenido una pelea en el patio del recreo y claro, no van a permitir
que a sus hijos, les falte alguien el respeto. Es verdad que hay que saber si
se trata de una simple pelea de niños o si en un caso serio de violencia
escolar; lo que está claro es que sea cual fuere la verdad ¿Por qué esas madres
no son capaces de entrar en el centro escolar y dialogar, hablar tranquilamente en el centro o en el despacho del director o
en cualquier otro lugar?. Lo único que se consigue así, es que sus hijos
aprendan que para solucionar un problema, hay que imponer tu opinión, y hay que
chillar y discutir, sin tener en cuenta la gente que hay alrededor; el respeto
hacia los demás es lo de menos y si dejamos al otro en ridículo mejor.
¿Cuántas
veces no hemos visto a un niño/ a llorando porque quiere que le compren un
balón o una muñeca? Y su madre o su
padre, según sus propias palabras, no van a dejar a su hijo/a sin el juguete por
el poco valor que tiene. A veces parece que los padres no se dan cuenta de que los niños no se acostumbran a recibir un “no”
por respuesta; de pequeño, se trata de un balón o una muñeca, a los 10 ya hay
muchos alumnos con teléfono móvil, luego a las 12 muchos jóvenes piden un
ordenador portátil para tener intimidad y a los 14 ya quieren una moto, y luego el carnet del coche. Con
esto no quiere decir que el hecho de los padres compren esas cosas a sus hijos
esté mal, no quiero decir eso, pero si que también los hijos tiene sus
obligaciones en casa, colaborando con los padres, y las tareas del hogar, creo que a los
hijos hay que darles sus premios y
cuidarlos, pero también hay que enseñarles a valorar las cosas, que para tener
cosas, hay que estudiar y trabajar luego, que a los padres las cosas no se las
dan gratis, es una cuestión de enseñar a valorar, a esforzarse, a ayudar, a
ofrecer, a estudiar y no solo a recibir. En estos casos, en los que los propios
padres o tutores no son capaces de decir “no” a sus hijos, cuando están en el
centro educativo, o en cualquier otro
lugar y se les impone una negativa, esos jóvenes no son capaces de aceptar que
se les niegue, porque en sus hogares no están acostumbrados.
Podemos añadir otros muchos ejemplos, como
este que he vivido personalmente también. Una madre pide ayuda en una tienda, a
un vendedor, porque su hija que tiene dos añitos no quiere quitarse los
patines; su madre como no le quedan bien no se los puede comprar. La señora
pide ayuda al vendedor para que le diga algo, ya que la chiquilla al no conocer
al vendedor, a lo mejor le hace caso. Y yo me pregunto: ¿no puede esa señora
quitarle los patines a su hija y reñirle para que le haga caso?. A veces, me da
la impresión de que hay padres que no riñen a sus hijos por miedo a que se
enfaden o por vergüenza a que se pongan a llorar en público. Es muy
significativo para mi el ejemplo que nos presenta Emilio Calatayud: <El padre
preconstitucional>. Mi padre y yo con tres años: A las dos de la tarde a comerte
un palto de sopa.” Niño cómete la sopa”. Y el niño dice que no se come la sopa.
Entonces, pescozón al canto, y te comes la sopa. Y si no te meriendas la sopa,
te cenas la sopa, pero a las diez la sopa está tomada. Llega <el padre postconstitucional>…”Niño
cómete la sopa” Y el niño dice que no se come la sopa. “Mira niño, yo creo que
te debes de comer la sopa, porque sino te comes la sopa, podríamos entrar en un
período de anorexia perjudicial para tu salud. Yo creo que te debes de comer la
sopa, no obstante, tu decides.” Claro que si no se come, ni se merienda la
sopa, … le hago al niño un par de filetes con patatas fritas…(4)
Hay padres
que quieren darles explicaciones a los hijos, considerarse sus amigos y
dialogar con ellos para convencerles.
Hay cierta edad, en la que no se puede dialogar con hijos para convencerles,
porque nada les convence; hay cosas que los padres saben que son buenas para
sus hijos y aunque se nieguen, debe ser así, y los padres son quienes deben de
obligar a los hijos y punto. Los hijos ya se darán cuenta con el tiempo. Este
ejemplo, me parece simbólico, además porque lo he vivido perfectamente. Puedo
recordar, personalmente la cantidad de
veces que mi madre me ha dejado sentada en la cocina con un plato de verduras
hasta que me las comiese.
No es
necesario ser de un extremo ni tampoco del otro, es decir, no hay que ser
padres autoritarios, pero tampoco se puede dar a los hijos todo sin esfuerzo y
sin enseñarles a ser personas. La palabra autoridad
viene del verbo augure que significa aumentar, que los
que están en posición de la autoridad hacen cumplir, confirman o sancionan una
línea de acción.
Hoy en día ser autoritario, es
dar órdenes, considerarse superior e imponer algo a alguien. No se pretende que
los padres sean autoritarios, como lo han sido padres, profesores, justicia,
etc de hace 40 años. No es esa la solución a los problemas de los jóvenes, de
hecho yo creo que es positiva la relación que existe en muchas familias hoy en
día; una relación de convivencia y derecho a hablar y opinar, una relación de
cariño y libertad de decisión. El problema es que parece ser que en muchos
casos y cada vez más, se ha pasado de familias en la que la opción a expresarse
era impensable a familias muy “enrolladas”, pero dónde el respeto mutuo ente
padres e hijos no aparece. Ese es el problema. Es bueno, que por fin y
diferenciándonos a las familia de la dictadura de nuestro país, los hijos
puedan confían en los padres para hablar y opinar, para tomar sus propias
decisiones; pero sin olvidar la educación mutua y normas de convivencia
entres padres e hijos. No podemos pasar
de aquellos padres que daban una bofetada por decir una palabrota, a padres que permiten a sus hijos que les
hablen sin respeto alguno y haciendo uso de un vocabulario mal sonante porque
ellos mismos les hablan así a sus hijos.
Creo que hoy por hoy, hay cosas muy
distintas a las de hace varios años con respecto a la educación de los hijos.
Tampoco quiero decir que la educación de hace unos años fuese muy positiva, al
menos en nuestro país. No podemos pasar de dar guantazos a nuestros hijos
porque les han reñido en la escuela o
porque han contestado mal a aceptar todo lo que los hijos dicen y hablarles mal
para que aprendan a hacerlo así. Creo que ser padre es muy difícil, porque no
viene escrito en ningún lugar, y hay que tomar muchísimas decisiones (si les
dejas o no salir, si hablas con tu hijo o dejas que se equivoque, si le
castigas sin salir o le castigas de otra manera, etc), pero está claro que hay
que saber diferenciar lo que es bien para el adolescente, lo que se les debe
negar por su bien o lo que se les debe permitir por su buen comportamiento o
esfuerzo. Con todos estos ejemplos, no pretendo generalizar que las familias
sean todas así, pero si que todos sabemos que actualmente, hay muchos jóvenes y
adolescentes que no saben cómo comportarse, no entienden de esfuerzo y respeto;
y estos casos son muy repetitivos actualmente, porque todos somos conscientes
de los casos de violencia escolar y de violencia de hijos a padres que podemos
ver en las noticias diariamente. Creo que esto es necesario plantearse las
causas y posibles soluciones; es curioso como pensamos en mejoras, en progreso
tecnológico, en facilidades para el
hogar, en innovaciones para cuidar las plantas; y nuevos productos de limpieza para la casa;
sin embargo parece que no hay muchas medidas que promuevan cambios en los
problemas que podemos ver hoy en los centros educativos.
Mucha gente, al leer estas frases puede
pensar: ¿y por qué me tiene que decir a mi cómo educar a mi hijo?. Al menos, yo
respondería, porque luego personas como yo, que queremos enseñar, tenemos que
encontrarnos con jóvenes mal educados, y no sabemos cómo actuar.
Lo que no nos damos cuenta es que
permitiendo este tipo de conductas en los jóvenes en casa, en el colegio, en la
calle, en un equipo de fútbol, etc; estamos colaborando a que los jóvenes
crezcan perdidos, sin saber realmente qué hacer, porque nadie les ayuda ni les
dirige, colaboramos todos al no denunciar cuando un joven no está en el centro
en horario lectivo, al no buscar otras alternativas a la expulsión del centro,
todos colaboramos en la desorientación de esos jóvenes cuando decidimos dar
clase solo a aquellos alumnos interesados y al que no quiere se le deja a un
lado, cuando los padres y familiares no obligamos y dirigimos a los alumnos a
estudiar y formarse, cuando no se buscan otras alternativas a la expulsión del
alumno del centro, cuando la policía permite que existan alumnos absentistas
que no aparecen por el centro. Son muchos los ejemplos, los que nos muestran
alumnos que están perdidos, sin motivación y que se consideran además
superiores a todo el mundo. Creo que el problema ante todos estos casos es que nos da miedo y todos pensamos que ya
tenemos suficientemente problemas en nuestra vida, como para meternos en los
problemas de otros.
Está
claro que no es fácil ser padre y educar a los hijos en esta sociedad que no
deja de cambiar, que es difícil saber como actuar y decidir. Si es cierto que
antes de ser padres somos hijos, y sabemos los errores que cometieron nuestros
padres y lo que también hicieron bien; ese es el mejor ejemplo por el que los
padres se pueden guiar para educar a sus hijos. Los padres no son perfectos y
como personas que son, se equivocan; pero lo que pretendo no es criticar, sino
que se reflexione, tener hijos no se acaba cuando ya son mayores y responsables
de si mismos; no consiste en tener hijos, sino en criarlos y educarlos. Quiero
invitar a reflexionar, a pensar, que está ocurriendo con los jóvenes hoy en
día, en que estamos fallando. Hay muchos casos de padres que no conocen
realmente a sus hijos. Esos padres que aseguran sin inmutarse: “Mi hijo no
fuma, el se junta con algunos chiquillos que fuman, pero mi niño no”. Como este
ejemplo, hay muchos más. El joven que estudia, no mantiene relaciones sexuales,
no tiene problemas en el centro, no consume drogas, etc, hay padres que no
saben lo que hace sus hijos en la calle, es normal que los hijos no cuenten a
los padres todo lo que hacen, pero yo me pregunto, ¿hablan los padres con los
hijos? Hablar y escucharles, contar durante el almuerzo lo que se ha hecho
durante el día, charlar con los hijos de lo que les gusta y lo que no,
contarles anécdotas propias para que aprendan, cuales son las asignaturas que
le gustan y cuales no, jugar con ellos cuando son pequeños, hablar sobre sus
amigos, si quieren estudiar y que les gustaría estudiar, salir con ellos de
compras, que lo pasen bien con los padres, …; hay muchas cosas que se pueden
hacer y hablar con los hijos como padres, porque los padres no son los amigos y
los hijos los saben, como habla un padre nunca lo va a hacer un amigo, son
necesarios los dos pilares para cualquier persona. Es muy importante compartir
tiempo con los adolescentes, y no tratarles como si fuese un interrogatorio,
pero tampoco como si estuviesen con sus amigos. Los hijos sabemos que lo que
nos dicen nuestros padres, siempre es por nuestro bien, y cuando nos niegan algo es de la misma manera es por
nuestro bien. Por eso, cuando hay falta de comunicación entre padres e hijos,
no se llega a ninguna parte. Los hijos aprenden a ignorar a los padres y tomar
sus propias decisiones, siendo menores de edad.
NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO
En esta reflexión, después de los padres,
la educación escolar es un pilar básico para los jóvenes y me pregunto:¿Qué
ha ocurrido con la autoridad del profesor?.Al igual que en el núcleo
familiar, el papel del profesor también ha
cambiado y parece ser que el cambio no ha sido a mejor. Hace 40 años, el
profesor tenía potestad para dar un guantazo a los alumnos; hoy por hoy, son
los profesores los que a veces sienten miedo de que los alumnos y los padres
puedan darle un guantazo. Me parece increíble, que se haya pasado de un extremo
a otro. No es lógico lo que ocurría hace 40 años, como había que aceptar que el
profesor castigase con golpes de regla por no hacer los deberes y tampoco hay
que aceptar que los profesores se encuentren ahora con miedo a castigar en
muchas ocasiones. Parece ser que los profesores hoy están al mismo nivel que
los alumnos, como si de sus colegas se tratasen. < No es lo mismo el profesor,
que el alumno. Y tampoco es amigo. Y los responsables de la educación de los hijos somos los padres.
Los profesores son un complemento. Pero los últimos responsables somos
nosotros. Y tenemos la obligación de devolver esa autoridad que tenía el
profesor>(5).
Realmente
no llego a concluir cuales son las causas de este cambio en el papel del
profesor. Con la llegada de la democracia a nuestro país, la sociedad comienza
a cambiar y sigue cambiando hoy en día; pero no entiendo cómo eso puede ser una
causa para que los profesores no tengan autoridad ninguna. Para ser profesor
una persona tiene que llevar a cabo unos estudios, tiene que aprender, como en
cualquier oficio a base de experiencia tras los estudios teóricos
correspondientes, y su función es seguir la educación que los padres les dan a
los alumnos en sus hogares y enseñar una serie de conocimientos básicos a los
alumnos ¿Por qué ahora los padres prefieren echarle la culpa al profesor y al
centro antes de buscar si los errores lo han cometido ellos?. Es verdad, que
hay muchos casos en los que los profesores se equivocan y cometen errores, todos
somos humanos y hay casos en que los profesores hacen algo mal y es lógico que
los padres quieran solucionarlo y defender a sus hijos, pero los problemas se
resuelven dialogando, no a golpes ni insultos. Todos sabemos la cantidad de
casos en que los alumnos se consideran con el derecho de insultar y faltar el
respeto al profesor, porque hoy está de moda que los alumnos se sientan con el
derecho de denunciar, de reclamar, de pedir, pero en ningún momento se piensan
que los alumnos también tienen obligación de respetar, de hacer caso al
profesor, de acatar las órdenes del mismo, porque el profesor en una autoridad.
(6) <<El padre de un alumno ha sido detenido esta tarde por agredir a
la directora del colegio público Loyola de Palacio de Madrid y proferir
reiteradas amenazas de muerte al jefe de estudios, según informaron a Europa
Press fuentes cercanas a la investigación…
Según las mismas
fuentes, y siguiendo lo relatado en la denuncia por la directora, el progenitor
de uno de los alumnos llegó al colegio en estado notable de agitación y
"fuera de sí", lanzando continuas amenazas de muerte contra el jefe
de estudios del centro, al que buscaba desesperadamente por los pasillos del
centro.
Al escuchar el revuelo y los gritos del padre, la directora del colegio
salió a ver lo que pasaba y el hombre, que estaba "muy nervioso", la
zarandeó y la dio un empujón. Al lugar llegaron conserjes y personal del centro
para controlar la situación.
Minutos después, y tras avisar a la Policía, varios agentes llegaron al
centro y detuvieron al supuesto agresor, que dirigieron a dependencias
policiales de Entrevías para tomarle declaración. Por su parte, la directora y
el jefe de estudios formularon una denuncia ante la comisaría de Entrevías.
Mañana a las 14 horas se celebrará un juicio rápido en los Juzgados de Plaza de
Castilla sobre los hechos, según indicaron fuentes próximas a la investigación.
>>
Creo que la razón una persona la pierde
cuando no sabe defender su opinión y falta el respeto hacia los demás. Es
evidente que luego, cada vez encontremos más alumnos, que al reñirles en clase
o castigarles, se sientan muy heridos en su orgullo y amenacen como si de una
broma se tratase; lo que ven y aprenden, es lo que hacen.
Como en todos los oficios, podemos
encontrar profesores más simpáticos y otros menos agradables, hay profesores
que explican mejor que otros y profesores cuya metodología es mejor que la de
otros. Pero, aun así no hay razón alguna para que ciertos alumnos y padres se
atribuyan el derecho de poder insultar,
e incluso agredir a un profesor. Todos somos personas y como tales nos
equivocamos, si un profesor se equivoca ¿no podemos hablar con ellos?.Me
resulta sorprendente el hecho que hemos podido ver en ciertas ocasiones en un
centro educativo: una madre, que llega al centro porque su hijo ha suspendido
porque le profesor le tiene manía y es injusto. Lo peor, en la mayoría de estos
casos, no es lo que ocurre en concreto y de lo que se quejan padres y alumnos,
sino la manera en la que esa madre se quiere comunicar con el profesor, a
gritos, sin dialogar, considerando desde el primer momento, que la razón la
tiene su hijo, y ya como remate, hay veces en las que la madre es capaz de
amenazar al profesor e insultarle. Además, lo más sorprendente de estos casos,
es que ya cuando lo escuchamos en la televisión o en la prensa, parece que estamos acostumbrándonos a estos casos de
violencia. Creo que es horroroso, que un profesor, para enseñar, tengan que
sentir miedo, tener que medir las palabras con los alumnos, hasta tal extremo,
de que si le dices algo que el alumno considere falta de respeto, te digan eso
que ahora esta muy de moda:”cuidado, que
te puedo denunciar”. Hay casos, en los que los profesores cometen errores, no
se puede generalizar en todo, pero tampoco podemos llegar a este nivel, en el
que los profesores son amenazados, por castigar a un alumno, son criticados por
levantarle la voz, son a veces agredidos; no encuentro coherencia en estos
actos. Cuando hay un problema, es lógico que los padres acudan al centro educativo
y pidan explicaciones, investiguen y quieran conocer la verdad, pero no es
lógico que den por hecho desde el primer momento que sus hijos llevan la razón
y la culpa es de los profesores y del centro. A veces pienso que si yo como
profesora me siento dañada psicológicamente por un alumno o por unos padres
¿también tengo derecho a denunciarles no?, entonces ¿dónde llegaríamos? ,
sería, como dice el refrán: la pescadilla que se muerde la cola.
En segundo lugar, al ver como el número
de alumnos matriculados en los centros ha disminuido y que la desmotivación de los
alumnos para el estudio ha aumentado, me preguntó:¿el sistema educativo está
adaptándose a nuestra sociedad? Los profesores y miembros de los centros
educativos tienen una gran responsabilidad con respecto al desarrollo y
educación de los alumnos, ya que el
objetivo es que los alumnos maduren como
personas y alcancen como adultos un empleo y un lugar en la sociedad. Pero,
como ya hemos dicho, nuestra es diferente
con respecto hace unos años. Creo que se hace claro el hecho de que hoy,
nuestra sociedad vive hoy de otra manera, con otras motivaciones e intereses.
Tenemos que admitir, que principalmente se basa en la economía; realmente los
jóvenes cuando estudian, su objetivo es alcanzar un oficio y un sueldo para
vivir. A veces me pregunto: ¿cómo puedo yo motivar a un alumno a estudiar, a
esforzarse, a aprender, cuando en esta sociedad se busca todo lo contrario? Yo
no puedo intentar mostrar a los alumnos que es necesaria una preparación para
alcanzar un empleo, cuando la televisión por ejemplo, nos enseña a través de
gran cantidad de programas, que lo mejor es buscar el dinero fácil y que hay
muchas formas de conseguirlo. Además estos programas a los que me refiero
(operación triunfo, gran hermano, programas de prensa rosa, etc) implican una
serie de valores muy detestables para
nuestros jóvenes, que aun están madurando y aprendiendo: hablar de mala manera,
no respetar el turno de palabra, insultar a cualquier persona, considerarse con
el derecho a hablar de cualquier persona, no valorar los estudios, sino una
forma fácil de ganar dinero, aprender solo cosas que realmente no enseñan, sino
que inculcan cotilleo e interés por conocer verdades y mentiras de los demás.
Este tema necesitaría una gran cantidad de páginas para desarrollarse.
Desde este punto de vista y ante las
nuevas motivaciones “¿para que sirven a los alumnos saber de Platón,
Shakespeare y matrices?”. Esa es la pregunta que se hacen muchos alumnos.(7)<<La
preocupación central de nuestra sociedad es que
lo que aprendan los jóvenes les sirva, al instante. Pero lo que sirve
está, cada vez más relacionado con la vida profesional y económica. Por eso es
casi inexistente el interés por aprender de nuestros alumnos, si nuestra sociedad
es la primera en desvalorizar lo que se enseña en las escuelas”.>>
Somos todos los miembros de la sociedad,
los primeros en cambiar nuestros intereses y en no darle importancia a lo que
es importante aprender. Claro que es importante aprender matrices para
desarrollar nuestro conocimiento lógico, aprender quien fue Shakespeare y por
qué Platón es tan importante. Es necesario que seamos ciudadanos con cultura y
conocimientos generales, es necesaria la lectura, es necesario y enriquecedor saber
hechos importantes de nuestra historia que indirectamente afectan a nuestro
presente, es importante saber cómo funciona nuestro idioma, es importante
calcular porcentajes y también conocer el valor de las unidades de medida para
comprar, o conocer como funciona nuestro cuerpo para saber luego cómo cuidarlo.
Si los alumnos solo aprendiesen el oficio que desean tener, nos encontraríamos
como muy buenos albañiles que no saben leer, o muy buenos informáticos que no
saben cuales son las provincias de su país.
Creo que el problema actual, no es
simplemente que no motiva a los alumnos lo que se enseña, sino la manera de
enseñarlo y de hacerlo llegar a los alumnos, para que les resulte útil en la
sociedad. Por ejemplo, yo como profesora de inglés, al alumno le voy a mostrar
que lo importante no es conocer toda la gramática de inglés de memoria, sino
que lo importante es que sepa hablarlo, que el alumno a través de reportajes,
se de cuenta de que para salir al extranjero y viajar, este idioma es útil; mostrándoles
ofertas de trabajo, le intentaré dar a conocer que en las ofertas de empleo, se exige el inglés. Intentaré
hacer ver a mis alumnos, que lo importante es comunicarse en inglés y les haré
trabajar en internet buscando información en inglés, escucharán canciones en
inglés, pero no canciones del libro de
texto, sino aquellas canciones que les motiven. Con esto, quiero decir que los
alumnos tienen que sentirse motivados y aunque sé que la teoría y la práctica
no son buenas compañeras, hay que intentarlo. Si el alumno no encuentra
utilidad en la asignatura, no pondrá interés en aprender.
Aquello que no tiene utilidad para el
alumno en la vida real, no lo van a estudiar. No hay muchos alumnos que se
sientan motivados a estudiar, por el simple hecho de enriquecerse, aprender y
saber más.
Por esto, nuestro sistema educativo
debería adaptarse a las nuevas
tecnologías y a las nuevas necesidades, a los empleos actuales, a las formas
diferentes de trabajar. Entonces, surge otra pregunta:¿es correcta la
preparación del profesorado?¿ tenemos en los centros los recursos necesarios?.El
profesor actual, sigue enseñando en las aulas básicamente lo mismo que se
enseñaba hace 40 años, y como ya hemos dicho anteriormente, nuestra sociedad,
ha variado bastante. Creo que es necesario, buscar la forma de hacer y cambiar
lo que sea necesario, para que nuestros alumnos se formen de acuerdo a nuestra
sociedad.
Por otra
parte, es evidente que existe una amplia
diversidad social y que esa diversidad se transmite en las aulas. Sabemos que
en una clase, podemos encontrar alumnos de diferentes clases sociales, alumnos
de distintos países y culturas, alumnos con diferente nivel de aprendizaje y
alumnos que como personas que son, son totalmente distintas. Los profesores tenemos
que atender esta gran diversidad en el aula. El profesor se encuentra solo ante
una extensa asignatura, un solo libro de texto y un grupo de 30 alumnos mínimo (aunque solo se permite un
ratio de
Por otra parte, es muy importante la
falta de personas especializadas en los centros educativos. No podemos pedir
que se atienda a la heterogeneidad en el aula, si en los centros educativos no
encontramos personas que apoyen el trabajo del profesorado. Es necesario
incrementar el número de pedagogos, psicólogos, profesores de apoyo
específicos, si existen grupos de refuerzo educativo es necesario personal
especial para ello y no hacer uso del mismo profesorado, etc.
Pienso además que es no es muy
productivo, ver como cada nuevo cambio de partido político en el gobierno, el
sistema educativo vuelve a dar un nuevo giro, cada partido político cuando
llega a la presidencia, cambia todo aquello que no le parece coherente y
transforma el sistema educativo según su punto de vista, y en la mayoría de lo
casos no son muchos los artículos que perduran del partido anterior. Lo
que no se dan cuenta es de de que con
tanto cambio en el sistema educativo, en las normas y en los objetivos, lo
único que consiguen es marear a la educación, marear a los miembros de la comunidad
educativa y lo más importante marear y confundir a los alumnos. ¿Cuántas leyes
han sido aplicadas en nuestro país en lo que a educación se refiere desde 1990?
En 20 años, hemos pasado de la LGE (Ley General de Educación) que estaba
aplicada desde
Creo que es necesario también recordar
que la preparación y formación de los docentes es un aspecto que se debe de revisar e intentar mejorar. Como
anteriormente hemos visto, el profesor, ante la diversidad en el aula y las
nuevas tecnologías que debe utilizar para motivar a nuestros alumnos se
encuentra realmente sin una buena preparación. De acuerdo al artículo 102 de la
actual ley (LOE): La formación permanente
del profesorado constituye un derecho y
una obligación de todo el profesorado y una responsabilidad de las
Administraciones Educativas y de los propios centros (8).Está es la parte
teórica, y la práctica es un poco distinta. En mi caso en particular, para ser
profesora de inglés en secundaria y Bachillerato, primero realicé la
licenciatura de filología inglesa, porque magisterio solo incluye primaria. En
la licenciatura, hay muy poca materia adaptada a la enseñanza, alguna
asignatura totalmente teórica, ya que realmente esta licenciatura tiene otras
salidas, no solo la enseñanza. Al terminar, para poder ejercer como profesora,
es necesaria la realización del CAP (Curso de Adaptación al Profesorado), un
curso de 6 meses, donde realmente lo queal menos yo aprendí, son conceptos básicos
sobre la educación, porque no es tiempo suficiente para aprender y las
prácticas se reducen a dos horas en una clase, siempre que el profesor del IES
lo permita. Con esto, ya eres profesor de inglés y eres capaz de entrar en un
aula y enseñar. Realmente, creo que un profesor, debe tener mucha más
formación, porque no está creando joyas, ni cosiendo nuevos modelos de ropa,
los profesores estamos tratando con personas, y además con personas en una
etapa muy difícil. Es cierto, que el CAP, está en proceso de cambio, para pasar
a ser un curso de 2 años de duración, pero mientras tanto, los profesores
llegamos a las aulas pensando algo totalmente distinto y nos encontramos con una gran cantidad de alumnos
distintos, un libro de texto, con unos medios tecnológicos, que a veces no
funcionan o no existen realmente, y una falta de formación real para enseñar y
tratar con nuestros alumnos.
OPINIONES
Lo escrito
en estas páginas es mi propia opinión, y
como apoyo, de diversas páginas webs, he recogido aquí diferentes opiniones, porque
creo que es importante darnos cuenta de que cuando hay una opinión tan
generalizada es porque algo de razón debe tener.
(9)<<Pensar que el respeto debe
volver a las aulas de este país no es descabellado. Es una necesidad. El
respeto hacia la figura del educador es importante, por no decir fundamental,
en la formación de los niños y los adolescentes. Los valores que emanan del
respeto hacia los profesores son el fundamento de la futura educación y el
respeto del individuo por el prójimo, por las normas sociales, las autoridades,
las leyes. Durante años, los diferentes Gobiernos que ha tenido este país no
han sabido encontrar un sistema educativo sólido, aceptado por todos, que no
sólo haya servido para preparar mejor a nuestros alumnos, sino también para
dotarles del equilibrio que debe presidir la vida en las aulas. El sistema
educativo español es pésimo. Las calificaciones globales son muy malas y no es
de extrañar que el respeto hacia el profesorado no exista.>>2 de
Octubre,2009.
(10) <<El Defensor del Pueblo
cree que la falta de autoridad de padres y profesores está en el origen de
comportamientos como "el botellón" y cuando, por
ejemplo, se permite "el tuteo" a los maestros se está abriendo el
camino a "la falta de respeto".
<<Hay que "mantener" la
autoridad, subrayó Múgica, que dijo recibir quejas de
diferentes localidades de España a causa del "botellón" e "imponer" una
disciplina "totalmente alejada del autoritarismo".>>
10 de Septiembre, 2009
(11)<<El responsable de la
educación de los niños son sus padres, porque ellos son los que le van a abrir
las ventanas al mundo y a enseñarle cómo tiene que entender y convivir con los
demás. Después los profesores tienen una gran labor que hacer, pero en sintonía
con los padres. La labor en el hogar que conforme en el niño su actitud hacia
la escuela es esencial para la motivación del niño en dicha escuela.>>
(12)<<Me gustaría hacer saber que hay
alumnos que no son
indiferentes a esta violencia en las aulas. Sin ir más lejos, el martes 9 de
abril, una profesora de mi centro fue agredida a manos de los padres de una
alumna que iba a ser expulsada por acumulación de partes.
Los
profesores, en solidaridad con esa profesora, decidieron parar las clases el
viernes 12 de abril a las doce del mediodía, para dar una charla a los alumnos
sobre los hechos, con el fin de motivar, tanto a ellos como a sus padres, para
que algo así no se vuelva a repetir.
Los
profesores también son personas, y os aseguro que no están en clase para
hacernos la vida imposible, sino para ejercer su profesión.>>17 de Abril,
2006
(13) «Hemos llegado al momento de no poder ni regañar a los niños sin haberles
pedido permiso antes a los padres. Se creen colegas de sus hijos y han dejado
de ser padres. Ellos también han perdido la autoridad», indica. «Creo que
debería hacerse una ley a nivel nacional. Los políticos hablan mucho de un
pacto por la Educación y deberían empezar por la conflictividad en las aulas»,
insiste Suárez. «Sólo hace falta un poco de voluntad para poner las cosas en su
sitio, que es lo que todos necesitamos», añade. Atajar el aumento de los
altercados en los centros educativos –tanto entre los alumnos como de éstos o
sus padres hacia los docentes– es, según él, lo más urgente: «Cuando en las
clases se pueda trabajar, hablaremos de los contenidos».Carlos Suarez, profesor
en Jerez de la Frontera.
(14)
<<Un padre o una madre debe ser el primer confidente de sus hijos y para
ello hay que trabajar esa confianza con una continua atención, pero nunca debe
ser un “coleguita” que se ponga a la altura del menor, porque es ahí donde
falla la referencia que el niño debe buscar en sus padres. En la escuela pasa
lo mismo. Ahora que se habla de volver a retomar el “usted” en las clases, uno
se pregunta si esa medida será capaz de corregir los desmanes aprendidos
durante tantos años amparados de una engañosa educación libre.
Pero
no son nuestros niños los culpables, sino este sistema educativo libertario que
se ha instaurado, de este maratón de asignaturas y libros con los que
“sepultamos” a los niños cada curso y esa falta de coherencia para establecer
que un niño no necesita 14 asignaturas para aprender lo básico de cultura y la
vida, sino una educación basada en las necesidades sociales y laborales que le
permita afrontar su futuro con desparpajo e inteligencia. >>
(15) <<En la sociedad de hoy, una de las cosas que más nos marcan son los
medios de comunicación, otra son las sociedades y una tercera son esas cosas de
entretenimiento que con frecuencia se nos meten para idiotizarnos, o para
distraernos de los problemas del país, que algunas están muy bien, y las
respeto, pero mueven negocio de millones de euros y se utilizan como medio para
distraer el interés de la población por los verdaderos problemas del país…. En
dicha sociedad uno de los problemas es el de las parejas, los matrimonios y las
familias, tres cosas que fallan, pero nadie dice las causas reales de dichos
fallos. Como el tema de tener hijos y la educación que reciben. A diario leemos
que los profesores se enfrentan con los padres sobre quiénes son los culpables
de la educación de los chavales. Si un niño hace algo malo, los padres y los
profesores salen a la calle con palos y piedras y se tiran de los pelos, se
insultan o se llevan a juicio. La justicia, otro hatajo de joyas de nuestro
mundo, da la razón a unos y a otros sin orden ni concierto, indistintamente,
echándolo a los dados, a ver a quién le toca ser el inocente en cada caso, y a
quién el culpable.>>
ALTERNATIVAS A LA EXPULSIÓN
Creo
que podemos, entre todos, y me refiero a la sociedad, buscar alternativas, maneras
distintas de dirigir a nuestros jóvenes. No es fácil, no es proponerlo y
hacerlo de inmediato, hay mucho tiempo y muchas las dificultades que superar,
pero si no lo intentamos, ¿dónde llegaremos?.
Podemos
empezar por establecer en todos los centros de forma estable e igualitaria para
todos los centros de nuestro país, una misma actividad correctora para aplicar como sanción en los casos en los
que los alumnos sean rebeldes y cometan algún tipo de falta. Que los padres
están informados de estás sanciones y que colaboren con ellas, como medida
educativa. Los alumnos, de esta manera pueden tomarse sus faltas mucho más en
serio que con una expulsión del centro. Es fundamental, en este aspecto, que
entre todos encontremos otra posibilidad distinta a la expulsión de los alumnos
del centro. Sería próspero que un consejo de personas especializadas
(psicólogo, profesores, juez) valorase las faltas graves de ciertos alumnos,
cada caso en particular (porque cada caso es distinto), e imponer al alumno
otro tipo de actividad en el centro o en otro lugar durante el horario lectivo,
para arreglar su daño y entender que
ha hecho negativamente. Si un alumno, por ejemplo, comete alguna falta grave
sobre la infraestructura del centro, que se le imponga la participación en la reparación.
Podría ser
una buena alternativa, que en los centros educativos exista un grupo de padres
y profesores, (puede ser AMPA u otro grupo formado por miembros similares) para
funcionar como consejo y ayuda a aquellas familias que tienen problemas con sus
hijos. A través de charlas, de conferencias de personas especializadas en la
educación de los jóvenes, o simplemente de debates, que ayuden a los padres y a
los profesores a tratar con aquellos alumnos que tienen una actitud complicada.
Una tutoría entre padres y profesores,
como taller extra-escolar del centro, para conseguir la mutua colaboración.
Sería
útil, que sea obligatorio, que en todos los centros existan talleres por la
tarde, en horario no escolar para que los alumnos que lo necesiten puedan ir a
hacer la tarea. Pero, no creo que esa sea una opción que debe permanecer como
alternativa a aquellos centros que lo hacen o lo pueden hacer posible, sino que
todos los centros tengan el derecho a este tipo de actividad, ofrecer a los
alumnos ayuda en el centro que a lo mejor en sus hogares es imposible.
Aunque lo
dejo para lo último, no es lo menos importante. La colaboración y cooperación de todos para educar a nuestros jóvenes.
¿Por qué no proporcionamos en nuestros centros una actitud positiva a dialogar?
Está claro, que la mejor manera es el ejemplo y cada persona, en su papel,
puede llevarlo a cabo, los padres, los
profesores y los alumnos. Se pueden repartir artículos entre los alumnos y los
padres a la salida de clase donde se invite al diálogo o se presente la opinión
de algún alumno o miembro del centro, para que se acepten distintas opiniones.
Todo centro educativo debería de tener una revista semanal o semestral o
mensual (eso depende de cada centro) para que los alumnos puedan exponer sus
ideas, para que los alumnos se sientan implicados, y pueda ser accesible a
todos los miembros de la comunidad educativa.
Puede que
todas estar alternativas, sean fruto de la mera ilusión de una joven profesora
con ganas “cambiar” aquellos que no le gusta, pero creo que es necesaria ya la
implicación de todos, para cambiar estos aspectos que no favorecen en nada a la
juventud, al futuro de mañana. Dejo abierto este libro, para que opinemos, para
que propongamos nuevas alternativas, y podamos todos enriquecernos de nuestras
opiniones y conocimientos.
BIBLIOGRAFIA
Y REFERENCIAS
Bibliografia
- Fundación Ecoem, Sevilla( 2007). Leyes Educativas Vigentes (LODE Y LOE)
- Urra,
Javier (2009). Educar con sentido común.
-
Sosa, Adriana La educación de nuestros jóvenes.
Referencias
(1) http://definicion.de/educacion/
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/Educaci%C3%B3n
(3) Pág.75 Emilio Calatayud. La educación de los jóvenes.
(4 )Pág. 56 Emilio Calatayud. La educación de los jóvenes.
(5) Pág.
69 Emilio Calatayud. La educación de los jóvenes.
(6)http://es.globedia.com/detenido-padre-alumno-agredir-directora-colegio-madrid
(7)http://www.monografias.com/trabajos31/educacion-jovenes/educacion-jovenes.shtml#teorico
(8) pág.
125. Fundación Ecoem, Sevilla.2007. Leyes educativas Vigentes (LODE Y LOE)
(9)http://www.adn.es/blog/albert_montagut/opinion/20091002/POS-0003-educacion-jovenes.html
(10 ) http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/10/espana/1252592313.html
(11 )Entrevista a Javier Urra. Psicólogo y pedagogo
http://www.a2prensa.com/entrevista.php?seccion=entrevista#
(12) http://www.20minutos.es/carta/119905/0/Insultan/mis/profesores/
(13)http://www.lavozdigital.es/cadiz/20090920/ciudadanos/alumnos-respetan-profesor-porque-20090920.html
(14) http://paraleloadn.blogspot.com/2009/09/el-peso-de-la-educacion.html