EXPERIENCIA EDUCATIVA
APRENDIZAJE A TRAVÉS DE LA
EXPERIENCIA
Propuesta de Hans-Georg Gadamer.
Mtra. María Teresa de Guadalupe Ruiz Esparza.
Profesor-investigador Universidad de Guadalajara
Cuando el pensamiento se
vuelve sobre sus principios para proceder a la revisión de lo tenido por obvio,
la hermenéutica pasa a ocupar un lugar predominante dentro del equilibrio
general de todas las disciplinas.
Hans-Georg Gadamer
Resumen
Por medio de las
siguientes cuartillas me propongo compartir con Uds. mi experiencia, poco más
de veinte años de, docente en los distintos medios y niveles educativos
proponiendo tomar el área empírica como nodal en la enseñanza cualquiera que ésta sea. Sostengo que el alumno aprende
y no olvida cuando el conocimiento se ha adquirido por la experiencia. La
propuesta de Hans-Georg Gadamer nos da elementos para lograr esa experiencia
hermenéutica.
Palabras clave: vida, conocimiento, aprendizaje, experiencia,
interpretación.
El individuo en cualquiera de las etapas de su vida,
desde pequeño, y hasta la tercera edad, lleva en lo más profundo de su
individualidad la necesidad de encontrar explicaciones de todo: de un
acontecimiento de la vida cotidiana, de un fenómeno natural, de un
acontecimiento nacional, local o comunitario, de un suceso histórico, etc.,
explotar y canalizar esa necesidad, es parte, considero yo, de la labor del
maestro, llevado no sólo al análisis y la respuestas a los por qué que se
plantea el individuo sino aún más allá de ello lo que se piensa, se analiza, se
reflexiona y finalmente a la crítica y la propuesta, es decir a la interpretación.
Mi formación como Maestra Normalista y mi
desempeño durante casi diez años 1971-1981 en el área de educación primaria me
permitió trabajar con un programa denominado Feria de Ciencias donde
fundamentalmente dirigíamos al niño a la experimentación de fenómenos
naturales, geográficos, físicos, y químicos. Durante esos años y aún como
pasante de la licenciatura de Historia tuve la oportunidad de impartir clases
de Historia de México, --a nivel de bachillerato-- y la experiencia más rica
para mis alumnos era visitar los museos, los archivos, la hemeroteca es decir
la relación directa, la experiencia, la vivencia de estar en contacto inmediato
con los objetos históricos.
La Maestría en Filosofía, con especialidad
en el área del lenguaje me llevó directamente a la hermenéutica; arte y ciencia
que nos permite la interpretación de un documento histórico, de un texto
literario, de un obra musical a través de autores como Hans-Georg Gadamer, Paul
Ricoeur, Ganni Vattimo, Mauricio Beuchot.
Durante los últimos nueve años, 2003-2012,
he impartido el curso de Hermenéutica a nivel licenciatura, pretendo en éste
que: el alumno conozca,
entienda, comprenda y explique los conceptos manejados por Hans-Georg Gadamer
en su obra Verdad y Método. Que
analicé y reflexioné sobre la propuesta gadameriana para la interpretación de
un texto histórico. Que comprenda el significado de los conceptos verdad y
método. Que advierta que, el proyecto de H. G. Gadamer es demostrar: la
universalidad de la problemática hermenéutica, elaborando una hermenéutica
filosófica que dé cuenta del carácter ontológico que tiene la interpretación,
esa búsqueda infinita de la comprensión o del sentido que es un componente esencial
de la finitud humana. Expondrá su inferencia personal sobre los conceptos de
verdad y método. Llevará a la práctica lo aprendido y comprendido al elaborar
su trabajo final. De manera simultánea, teoría y práctica, el alumno elige un
texto para su interpretación, y realiza varias lecturas que le permiten un acercamiento más profundo
al texto en cada una de ellas; identificando dentro del texto, qué otros
ángulos son susceptibles de interpretación.[1]
Hermenéutica gadameriana
El curso tiene como plataforma la propuesta
gadameriana. Para Gadamer la hermenéutica es una teoría de la experiencia del
mundo. Es la interpretación de toda la realidad como si de un texto se tratara.
Concede importancia fundamental a lo que denomina “historia efectual”, o
conciencia de la determinación histórica: el sentido de esta fórmula explica:
…es que no nos podemos sustraer del
devenir histórico, que no podemos distanciarnos del pasado para que pueda
convertirse para nosotros en objeto.
En síntesis se trata del hecho de que
nuestra conciencia se halla condicionada por lo producido a lo largo de la historia
y de la conciencia de éste mismo estar condicionado. Una obra engendra efectos,
tiene consecuencias que el autor no ve o no puede ver. Estas consecuencias
entran en la simbiosis con otros productos culturales. La historia de los
efectos de un texto determina su sentido cada vez con mayor plenitud. El
intérprete además también reinterpreta el texto a la luz de la historia de los
efectos. Cuando conocemos mejor esa historia podemos interpretar [comprender]
mejor. Así, Gadamer lleva hasta sus últimas consecuencias la hermenéutica de la
facticidad “urbanizando las provincias del ser heideggeriano”. Gadamer se
centra, incluso, en un punto dejado por Heidegger, el problema de la
comunicación de sentido, lo cual supone una capacidad efectiva de diálogo y un
intercambio continuo con la tradición. Asimismo en Gadamer encuentro que nos
propone una serie de elementos <no reglas> que, nos permiten de
considerarlos, una mejor aproximación a la interpretación de un texto.[2]
Para Gadamer la tarea interpretativa
deviene en una labor infinita, ya que partiendo de nuestros prejuicios y
expectativas y cayendo en la cuenta de ellos, se pone en movimiento la cadena
de interpretaciones. A partir de la propia pre-comprensión, el
intérprete esboza una primera interpretación del texto, que puede resultar más
o menos adecuada. Gadamer señala, que será el mismo texto el que nos diga si
ese bosquejo es o no adecuado, corresponde o no a lo que dice el texto. El proceso se reitera una y otra vez y
tantas como el intérprete se acerque nuevamente al texto y descubra nuevas
posibilidades de interpretación. La hermenéutica nos permite aproximarnos a la
interpretación, mediante una reflexión cuyo objetivo sea la búsqueda de
la comprensión auxiliándonos de una teoría del comprender y un dominio del arte
de interpretar.
Conceptos teóricos: propuesta de Gadamer
Considero pertinente introducir algunos de los
conceptos, que desde mi perspectiva son fundamentales, en la tarea de
interpretar-comprender un texto. De alguna manera están indicados líneas
arriba, sin embargo, pienso que es importante explicitarlos un poco más.
El
primer concepto que es conveniente definir es el de texto. ¿Qué es un
texto en la concepción gadameriana? ... el “texto” debe entenderse aquí como un
concepto hermenéutico. Esto significa que no se contempla desde la perspectiva
de la gramática y la lingüística, [...] (Gadamer, 2000, T.II, p.329) El texto es el reflejo “de una realidad” de
aquello que su autor quiso dejar expresado mediante el lenguaje escrito. Desde
la perspectiva hermenéutica –que es la perspectiva de cada lector- el texto es
un mero producto intermedio, una fase en el proceso de comprensión que encierra
sin duda tal una cierta abstracción: el aislamiento y la fijación de esta misma
fase.
El lenguaje
Por medio de una metáfora Gadamer nos introduce en el
lenguaje. El Lenguaje señala, es como un espejo que refleja el mundo. La
naturaleza especulativa del lenguaje consiste “no en ser copia de
algo que está dado con fijeza, sino en un acceder al lenguaje en el que se
anuncia un todo de sentido”. (Gadamer, 2000, T.I, 567,561) El lenguaje es especulativo “no en
el sentido hegeliano de la prefiguración instintiva de las relaciones lógicas
de la reflexión, sino como una realización de sentido, como acontecer del
habla, del entenderse, de comprender”. El lenguaje para Gadamer ha de entenderse como “aquel elemento en el
cual se manifiesta toda nuestra experiencia del mundo. El lenguaje no es una
simple facultad o cualidad que tiene el hombre sino que representa la conditio
sine qua non, del hecho mismo de que el hombre tenga un mundo”. Siguiendo
el modelo de la comunicación, Gadamer encuentra la dimensión comunicativa del
lenguaje. El fin de la conversación es alcanzar la perspectiva común con base
en la cual los hablantes pueden lograr un entendimiento, el lenguaje, -subraya-
“es el medio en el que se realiza el entendimiento entre los
interlocutores y el consenso sobre la cosa”. (Gadamer,
2000, 462)
Potencial simbólico del individuo
El lenguaje señala Heidegger, tiene sus raíces en la
estructura existenciaria del “estado abierto”, del “ser ahí”. “El fundamento
ontológico-existenciario del lenguaje es el habla. [...] El habla es de igual
originalidad existenciaria que el encontrarse y el comprender. El habla, es la
articulación de la comprensibilidad”. (Heidegger,
1999, 179, ss.) El hombre se
manifiesta como un ente que habla. Esto no significa que le sea peculiar la
posibilidad de la fonación, sino que es a través de ésta que tiene la
posibilidad de descubrir el mundo y del “ser ahí” mismo. Los griegos, no tienen
ninguna palabra para decir lenguaje; comprendieron este fenómeno
“inmediatamente” como habla. Sin embargo la reflexión filosófica fijó
preferentemente la vista en él como proposición y por eso se hizo, siguiendo el
hilo conductor de este logos el estudio de las estructuras fundamentales de la
forma y partes integrantes del habla. Sin embargo, no basta la racionalidad
para señalar lo específico del hombre. Ernst Cassirer señala que lo distintivo
del ser humano es ser animal simbólico, capaz de convertir en signo todo lo que
toca.
El hombre no puede
escapar de su propio logro, no le queda más remedio que adoptar las condiciones
de su propia vida; ya no vive solamente en un puro universo físico sino en un
universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen
partes de este universo. Forman los diversos hilos que tejen la red simbólica,
la urdimbre complicada de la experiencia humana. Todo progreso en pensamiento y
experiencia afina y refuerza esta red. (Cassirer, 1979, 47)
Lenguaje
y cultura se encuentran estrechamente vinculados en un intercambio recíproco.
Si el lenguaje es considerado como un producto cultural, que viene a reflejar a
ésta, por su parte es condición del lenguaje. La conexión entre lenguaje y
cultura fue acentuada especialmente en el ámbito del idealismo alemán. El
lenguaje, a juicio de Hegel, es la “actualidad de la cultura”. Humbolt y,
posteriormente, Karl Vossler subrayaron “que la actividad
lingüística representa un objetivarse del sujeto que, al actuar, da forma por
sí mismo a todo un cosmos y después de haber actuado, contempla su producto
como algo distinto de sí mismo, listo para moldearse en nuevos actos
expresivos”. Conesa y Nubiola, 1999, 26)
Para
Heidegger, como para Gadamer El lenguaje es el medio en el que acontece la
comprensión y la experiencia del mundo. Para Gadamer específicamente el
lenguaje sigue siendo considerado como “expresión”, pero expresión del ser, de
la realidad ya que toda realidad –el mundo-, está constituida lingüísticamente.
En cuanto a la unidad de pensamiento y lenguaje, una reflexión sobre el
lenguaje ha de incidir tanto en el hablante como en la función originaria del
lenguaje que es el “decir”.
Comprender, comprenderse
Gadamer señala, no es un ideal resignado de la
experiencia vital humana en la senectud del espíritu, como en Dilthey, pero
tampoco frente a la ingenuidad del ir viviendo, “sino que por el
contrario es la forma originaria de realización del estar ahí, del ser-en-el
mundo... [...] El concepto de la comprensión no es ya un concepto metódico como
en Droysen. La comprensión no es tampoco, como en el intento de Dilthey de
fundamentar hermenéuticamente las ciencias del espíritu, una operación que
seguirla, en dirección inversa, al impulso de la vida hacia la idealidad”. (Gadamer, 2000, T.I, 325)
Comprender
Es el carácter óntico original de la vida misma.
[...] El que “comprende” un texto no sólo se proyecta a sí mismo, comprendiendo
por referencia a un sentido –en el esfuerzo del comprender-, sino que la
comprensión lograda representa un nuevo estadio de libertad espiritual.
Implica la posibilidad de
interpretar, detectar relaciones, extraer conclusiones en todas direcciones,
que es lo que constituye al “desenvolverse con conocimiento” dentro del terreno
de la comprensión de los textos. También la comprensión de expresiones se
refiere en definitiva no sólo a la captación inmediata de lo que contiene la
expresión, sino también al descubrimiento de la interioridad oculta que la
comprensión permite realizar, de manera que finalmente se llega a conocer
también lo oculto. (Gadamer, 2000, T.I,
324-326)
Prejuicio
Para Gadamer no significa un juicio falso, sino que
está, --nos dice-—“en su concepto el que pueda ser valorado de manera
positiva o negativa. Lo escrito tiene la estabilidad de una referencia, es como
una pieza de demostración. Hace falta un esfuerzo crítico muy grande para
liberarse del prejuicio generalizado a favor de lo escrito y distinguir también
aquí, como en cualquier afirmación oral, lo que es opinión de lo que es
verdad”. En Dilthey encuentra
un claro ejemplo, éste no fue capaz de superar las ataduras que lo fijaban a la
teoría del conocimiento tradicional. La influencia de la tradición encuentra su
manifestación en los prejuicios con los que nos acercamos a la realidad. En
realidad apunta Gadamer, “no es la historia la que nos
pertenece, sino que somos nosotros los que pertenecemos a ella. Mucho antes de
que nosotros nos comprendamos a nosotros mismos en la reflexión, nos estamos
comprendiendo ya de una manera autoevidente en la familia, la sociedad y el
estado en que vivimos. [...] Por eso los prejuicios de un individuo son,
muchos más que sus juicios, la realidad histórica de su ser. (Gadamer, 2000, T.I, 350, 351)
La tradición
Es, desde luego, uno de los conceptos más importantes
en el quehacer hermenéutico de Gadamer. La tradición, asienta, es esencialmente
conservación, y como tal nunca deja de estar presente en los cambios
históricos. Sin embargo, la conservación es un acto de la razón, aunque
caracterizado por el hecho de no atraer la atención sobre sí. Las innovaciones
no lo son tanto, en cuanto que ante un movimiento revolucionario o de cambio,
si se analiza, se conserva en mayor medida el legado antiguo integrándose a lo
nuevo en una nueva forma de validez. En cualquier caso, añade Gadamer “la
comprensión de las ciencias del espíritu comparte con la pervivencia de las
tradiciones un supuesto fundamental, el de sentirse interpelado por la
tradición misma. En el comienzo de toda hermenéutica histórica debe hallarse
por lo tanto la resolución de la oposición abstracta entre tradición e
investigación histórica, entre historia y conocimiento de la misma. Hay que
reconocer el momento de la tradición en el comportamiento histórico y elucidar
su propia productividad hermenéutica”. (Gadamer, 2000,
T.I, 350)
En esta parte de su discurso hermenéutico
Gadamer retoma la idea de las grandes diferencias que presentan para la
investigación y su método las ciencias naturales de las ciencias del espíritu.
El círculo hermenéutico
Descrito ya por Scheleiermacher cuyo origen fue la
retórica, comprender el todo desde la individualidad y la individualidad desde
el todo, con Heidegger representa un giro decisivo, describe este círculo en
forma tal que la comprensión del texto se encuentre determinada continuamente
por el movimiento anticipatorio de la precomprensión. No es objetivo ni
subjetivo, sino que describe la comprensión como la interpenetración del
movimiento de la tradición y del movimiento del intérprete. Es en suma la
descripción de un momento estructural ontológico de la comprensión.
En
Gadamer el hombre intenta comprender instalado en un punto concreto del
acontecer histórico, desde una situación hermenéutica determinado que se
caracteriza por un “estar el hombre en ella, formando parte de ella” A este
concepto de situación hermenéutica determinado le corresponde el concepto de
horizonte con el que se designa “el ámbito de visión que abarca y encierra todo
lo que es visible desde un determinado punto”. De acuerdo con Gadamer la
experiencia hermenéutica se encuentra ligada con la tradición. Es ésta la que
tiene que acceder a la experiencia.
La
distancia en el tiempo y su significación para la comprensión, remite a una
diferencia insuperable entre el intérprete y el autor, diferencia que está dada
por la distancia histórica. El texto y su manera de trasmisión forman parte del
conjunto de una tradición por lo que cada época tiene un interés objetivo y en
la que intenta comprenderse en sí misma. El verdadero sentido de un texto,
propone Gadamer, cuando éste se presenta al intérprete no es en definitiva su
aspecto ocasional inserto en el autor o su público inicial, no queda ahí, el
sentido de idéntica forma está determinado por la situación histórica del
intérprete, y éste por todo el propio proceso histórico. Pero Gadamer nos lleva
aun más lejos: El sentido del texto supera a su autor en la medida en que la
comprensión no es nunca un comportamiento sólo reproductivo, sino productivo.
Comprender no es comprender mejor, ni en el sentido objetivo de saber más en
virtud de conceptos más claros, ni en el de la superioridad básica que posee lo
consciente respecto a lo inconsciente de la producción. Es suficiente asienta
Gadamer decir que cuando se comprende, se comprende de un modo diferente.
Gadamer
apoyado en Heidegger sostiene que el tiempo ya no es primariamente un abismo
que hubiera de ser salvado, porque por sí mismo sería causa de división y
lejanía, sino que es en realidad el fundamento que sustenta el acontecer en el
que tiene sus raíces el presente. “Es verdad que lo que una cosa es, el
contenido que le es propio sólo se distingue desde la distancia respecto a la
actualidad y sus efímeras circunstancia”. (Gadamer,
2000, T.I, 368)
La distancia es la única que permite una
expresión completa del verdadero sentido que hay en las cosas.
El principio de historia efectual.
La historia efectual no es nada nuevo, señala
Gadamer, es una extensión del planteamiento histórico que, desde Raffael de
Herman Grimm, hasta Gundolf y más allá de él, ha dado como frutos toda una
serie de valiosas perspectivas históricas, al tener como temática secundaria el
efecto de estos fenómenos en la historia. “Si es nueva, en
cambio la exigencia de un planteamiento histórico –efectual cada vez que una
obra o una tradición ha de ser extraída del claroscuro entre tradición e
historiografía y puesta a cielo abierto; esta exigencia, que no se dirige tanto
a la investigación como a la conciencia metódica de la misma, es consecuencia
obligada de toda reflexión a fondo de la conciencia histórica”. (Gadamer, 2000, T.I, 370)
Al
intentar comprender un fenómeno histórico “desde
la distancia histórica que determina nuestra situación como hermeneuta, estamos
bajo el influjo de esa historia efectual”. Es ésta la que determina por adelantado lo que nos
va a parecer cuestionable y objeto de investigación. Esta actitud se define
como la situación en la conciencia de la historia efectual, y representa
una posición que limita las posibilidades de ver. Al concepto de la situación
le corresponde esencialmente el concepto
de horizonte.
Horizonte
“… es el ámbito de visión que abarca
y encierra todo lo que es visible desde un determinado punto. Aplicándolo a la
conciencia pensante hablamos entonces de la estrechez del horizonte, de la
posibilidad de ampliar el horizonte, de la apertura de nuevos horizontes. [...]
tener horizontes significa no estar limitado a lo más cercano
sino poder ver sobre de ella. El que tiene horizontes puede valorar
correctamente el significado de todas las cosas que caen dentro de ellos, según
patronos de cerca y lejos, grande y pequeño. Elaborar una situación
hermenéutica es la obtención del horizonte correcto para los cuestionamientos
que se nos plantean de frente a la tradición”. (Gadamer, 2000, T.I, 371,372)
También hablamos de horizonte en el marco de
la comprensión histórica “cuando planteamos la pretensión de la
conciencia histórica de ver el pasado en su propio ser, no desde nuestros
patrones y prejuicios contemporáneos, sino desde su propio horizonte histórico,
[...] esto representa querer comprender en sus verdaderas medidas”. (Gadamer,
2000, T.I, 373-375) Esto
requiere de un verdadero diálogo, donde podamos preguntar y el otro nos haga
comprensibles sus opiniones reconociendo su posición y horizonte histórico sin
que uno se entienda con ella ni en ella. Es preciso para llegar a la
comprensión de una tradición “la otra tradición” reconocernos nosotros mismos
en nuestro horizonte, esto nos permitirá desplazarnos a una situación
cualquiera. Este desplazarse significa siempre un ascenso hacia una generalidad
superior, que rebasa tanto la particularidad del uno como del otro. En ese caso
se ha ganado un horizonte al aprender a ver más allá de lo cercano y lo lejano,
integrándolo en un todo más grande y en patrones más correctos.
El
horizonte del presente, asienta Gadamer, está en un proceso de constante
formación en la medida en que estamos obligados a poner a prueba todos nuestros
prejuicios. Parte de esta prueba es el encuentro con el pasado y la comprensión
de la tradición de la que nosotros mismos procedemos. Comprender siempre el
proceso de fusión de estos presuntos “horizontes para sí mismos”.
En
la realización de la comprensión tiene lugar una verdadera fusión horizóntica
que con el proyecto del horizonte histórico lleva a cabo simultáneamente su
superación. A la realización controlada de esta fusión se le da el nombre de
“tarea de la conciencia histórico efectual”.
Con las aportaciones de Heidegger y
Gadamer al estudio de la historia del desarrollo de la hermenéutica se ha
puesto de relieve la importancia y profundidad del cambio. El giro ontológico
propiciado por estos autores ha supuesto el fin de la hermenéutica como ámbito
metodológico particular. Al acentuar la universalidad de la interpretación –el
hombre es, ante todo, un intérprete cuyo objetivo es toda la realidad--, acaban
identificando filosofía con hermenéutica. Sin embargo sus propuestas y teorías
encontraron pro y contra entre sus contemporáneos. En todo caso, las críticas
no restan valor al trabajo de Gadamer, que yendo un poco más allá de la
propuesta heideggeriana, se plantea superar no sólo el subjetivismo moderno
sino también sus mismos fundamentos compendiables en el olvido del ser de que
habla Heidegger.
***
El estudio teórico y la aplicación de la
propuesta gadameriana de manera simultánea me permiten conducir a mis alumnos por
un nuevo o distinto camino de aprendizaje unido a la experiencia y advertir en
ellos un cambio sustancial tanto de su pensamiento como de su actitud ante el
análisis, la reflexión, la investigación, la crítica y las nuevas perspectivas
de estudio y acercamiento a los textos. Veo con satisfacción que mis alumnos al
concluir el curso no solamente han conseguido ocho créditos más, sino más
herramientas para acercarse a un nuevo libro, a un documento, a un texto, etc.,
pero sobre todo una nueva perspectiva, una lente diferente: una experiencia
hermenéutica, la comprensión de un texto, una vivencia, nuevos contextos, el
aprendizaje del diálogo, el análisis, la crítica y la elaboración de sus
propios juicios. Escucharlos decir: maestra ahora entiendo y comprendo de otra
manera, reflexiono y tomo en cuenta otros factores antes de dar mi opinión. Son
otros.
Bibliografía:
GADAMER, Hans-Georg, 2000, Verdad y Método, Salamanca, Sígueme.
HEIDEGGER, Martín, 1999, Ser y Tiempo, México, Fondo de Cultura Económica.
CASSIRER, Ernest, 1979, Antropología filosófica de la cultura, México, Fondo de Cultura
Económica.
CONESA, Francisco Jaime Nubiola, 1999, Filosofía del lenguaje, Barcelona,
Herder.
[1] Los alumnos tienen de antemano el programa a desarrollar y la selección de lecturas con base, casi todas, en el texto Verdad y Método de Hans-Georg Gadamer. Asimismo, al inicio del curso se les entrega un texto de carácter histórico o filosófico de 20 cuartillas con el que realizaremos un ejercicio en clase. A la par de ir profundizando en la teoría vamos entrando en la interpretación del texto.
[2] Desde mi perspectiva estos mismos elementos podemos aplicarlos en cualquier temática de estudio. Lo importante es guiar al alumno. 1º.- En las interrogantes que planteamos a nuestra temática. De preferencia que sean una o dos preguntas. Ésta es la parte esencial de la experiencia de aprendizaje, porque atendemos a sus propios intereses, a sus inquietudes. 2º. En la búsqueda de un contexto histórico. Aquí introducimos al alumno en el campo de la investigación, en el que corrobora otros acontecimientos históricos vinculados o no a su cuestionamiento. En este aspecto dirigimos al alumno a realizar el análisis y la reflexión de lo indagado. 3º.El registro sistemático del trabajo se hará por medio de fichas de preferencia en tres órdenes: textuales, de comentario, de juicio u opinión. Importante hacerle ver como ya fusiona los tiempos históricos. El propio y el del autor o autores, por decir, del trabajo a desarrollar.