INDICADORES PARA LA NUEVA
SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
JOSÉ R. GRANGER
Siguiendo antecedentes japoneses y estadounidenses, se intenta poner a
punto una metodología capaz de cuantificar los flujos informativos generados en
la sociedad española, la evolución de su oferta v de su consumo.
INTRODUCCIÓN
La época actual se caracteriza por una gran expansión en los volúmenes
de información, hasta niveles que habrían parecido imposibles hace tan sólo
unas pocas décadas. Este fenómeno ha sido debido en parte a una mayor creación
de información, pero principalmente al desarrollo alcanzado por los sistemas de
telecomunicación que permiten una mayor rapidez y una mayor cobertura en la
distribución de la información.
De esta forma la información y las telecomunicaciones evolucionan de
forma conjunta y su expansión viene justificada por una mayor demanda social de
conocimientos y por el convencimiento de la importancia de disponer, en cada
momento, de la información más adecuada para facilitar la toma de decisiones y
conseguir los objetivos propuestos, tanto a nivel de los individuos
particulares como de los agentes productivos y de la Administración.
Todo este proceso significa una profunda transformación en el tipo de
sociedad en que vivimos y reclama una búsqueda de nuevas fórmulas que sirvan
para explicar fenómenos anteriormente inexistentes.
Por este motivo, FUNDESCO ha realizado un estudio en el que trata de
cuantificar los flujos de información, a través de unos índices que sirvan para
medir y valorar la evolución de los distintos medios de comunicación durante
los últimos años, tratando de homogeneizar estos valores para poder disponer de
un índice agregado del volumen global de información existente en la sociedad
española. En definitiva, se trata del establecimiento de una serie de
indicadores que nos ayuden a evaluar las características de este nuevo tipo de
sociedad en que nos estamos introduciendo y en el que la información juega un
papel predominante.
La primera dificultad surge a la hora de determinar en qué unidades es
posible medir la gran cantidad de informaxción existente y que toma formas tan
dispares como: palabras, gráficos, dibujos, música, etc. Si nos referimos al
lenguaje, tanto hablado como escrito, la palabra podría ser la unidad correcta,
mientras que los dibujos y gráficos podrían medirse por páginas y por último
informaciones de tipo más abstracto, como la música, podrían medirse por
tiempo. No hay forma posible de hoogeneizar estas tres unidades y la solución
elegida ha sido estimar únicamente los flujos de información a través de
palabras, siendo conscientes de las limitaciones que este hecho supone. Otro
problema viene del gran número y de las fuertes diferencias existentes entre
los distintos medios de comunicación: radio, televisión, discos, prensa correo,
transmisión de datos, teléfono, etc., y la dificultad para distinguir entre
producción, dis tribución y consumo de información en cada uno de los medios de
comunicación.
Para el estudio, la información se ha separa do en volumen de oferta
de información y volu men de consumo de información. La oferta no coincide con
la producción de información, sino que se puede definir como el volumen de
infor mación puesta a disposición del consumidor mientras que el consumo es la
parte realmente adquirida por el consumidor. De esta forma dentro del proceso
que sufre la información (producción, transmisión, divulgación, almace namiento
y consumo) el estudio se ha centrado en cuantificar la información en el
consumido desde dos vertientes: la accesible y la efectivamente consumida.
ANTECEDENTES Y DESARROLLO DEL ESTUDIO
Las primeras investigaciones sobre el análisis de los flujos de
información surgieron en Japón bajo la dirección de Tetsuro Tomita, del
Ministerio de Correos y Telecomunicaciones, y los resultados fueron publicados
en el año 1975. Siguiendo esta iniciativa, el profesor Ithiel De Sola Pool, del
MIT, planteó en 1976 el interés de una investigación paralela en Japón y en
Estados Unidos para comparar las diferencias en volúmenes de información en estos
dos países, que representan la vanguardia en cuanto al grado de acercamiento a
la sociedad de la información. En el trabajo para Japón participaron Nozomu
Takasaki, del Research Institute of Telecommunications and Economics, y
Takohiro Ozawa, de NTT, mientras que en Estados Unidos el estudio lo dirigió De
Sola Pool. Los resultados comparativos de ambos estudios fueron publicados por
North Holland en 1984.
Estos trabajos han servido como base metodológica para realizar la
investigación en España y también se han utilizado para contrastar los
resultados obtenidos. El estudio se inicia con una selección de los medios de
comunicación de masas (radio, televisión, periódicos, revistas, libros y
películas) y de los medios individuales (teléfono, télex, correo, telégrafo y
transmisión de datos). Entre estos medios se encuentran algunos antiguos y en
claro declive, otros consolidados y en auge y otros de reciente incorporación y
en clara expansión. La siguiente etapa consiste en establecer ecuaciones para
medir la información en cada uno de los medios de comunicación seleccionados. A
título de ejemplo se incluyen las utilizadas para el caso de la televisión y
del teléfono. VOI es el valor de la oferta de información, mientras que VCI es
el valor del consumo de información, y estos dos valores coinciden en el caso
de los medios individuales.
VOI =
IPxNCTx365x60xNHExTTVxP/H
IP =Número medio de palabras por minuto de emisión (habladas y
escritas).
CNT =Número medio de
canales de televisión disponibles en cada
comunidad.
NHE =Número medio de horas
de emisión por día por canal de
televisión.
TTV =Número total de
aparatos de televisión.
PH =Número medio de personas mayores de 10 años
por hogar.
VCI =
IPxNMEx52xPx(TVH/H)xRA
NME = Número medio
dedicados por semana y por persona a
ver televisión.
H = Número total de hogares.
RA = Ratio de atención dado a la televisión.
VOI= NPTx[(TCUxNTU)+
(TCOxNTD)]=VCI
NPT = Número medio de
palabras por minuto de conversación telefónica.
TCU = Número medio de
minutos de conversación por llamada urbana.
NTU = Número total de
llamadas urbanas anuales.
TCD = Número medio de
minutos de conversación por llamada de larga
distancia.
NTD = Número total de
llamadas de larga distancia anuales.
Con la suma de estos valores para cada uno de los medios de
comunicación se obtienen los volúmenes globales de información para un país
determinado, que indican el número total de palabras que anualmente se ofertan
y se consumen. En estas primeras etapas de la investigación y dada la
dificultad para encontrar datos fiables sobre los diferentes parámetros que
intervienen en las distintas ecuaciones junto con lo limitado de los medios de
comunicación seleccionados (no se incluyen: discos, vídeos, cintas, enseñanza,
etc.), hacen que los resultados que se mencionan tengan que ser considerados
como unas primeras estimaciones que posteriormente deberán irse perfeccionando.
PRIMEROS RESULTADOS PARA ESPAÑA
Pasando a analizar los resultados obtenidos para la situación
española, se tiene que durante 1984 el volumen global de oferta de información
asciende a más de 9.600 billones de palabras mientras que el consumo se sitúa
en 350 billones de palabras, lo que supone que se consumieron menos del 4% de
las palabras ofertadas. Si dividimos estos valores por el número de habitantes
mayores de diez años, se obtiene una oferta de información anual per cápita
cercana a los 300 millones de palabras y un consumo de información per cápita
de 11 millones de palabras.
En el cuadro 1 se muestra la distribución por medios de comunicación
de masas del volumen de oferta de información.
No se incluyen los medios individuales por ser irrelevantes para el
volumen global.
Según estos datos, la radio representa el 75% del total del volumen de
oferta de información y junto con la televisión este porcentaje asciende hasta
el 95%. Si se observa la distribución de la información en 1970, se tiene una
participación agregada de estos dos medros similar a la obtenida para 1984,
pero mientras la televisión ha subido en diez puntos durante este período, la
radio ha disminuido su participación en igual proporción.
Más del 60% de la información que se consume en España pasa a través
de la televisión, cuando hace quince años este porcentaje se situaba en el 47%.
La radio ha perdido peso, pero sigue siendo el segundo medio por consumo de
información. Los periódicos representan un 10% y junto con las revistas un 15%,
cuando en 1970 representaban el 21% del total del consumo. Los libros también
reducen su participación en más de dos puntos, si bien el medro que experimenta
mayores retrocesos, al igual que sucedía en la oferta de información, es el
cine, que en 1984 tiene un consumo de la tercera parte de lo que se consumía en
1970.
El total del volumen de información de los medios individuales sólo
representa el 0,076% del volumen global de oferta de información y el 2,1% del
volumen global de consumo. Concretando por medios y al igual que ocurría en los
de comunicación de masas, existen dos medios individuales que representan la
práctica totalidad el teléfono, que supone las tres cuartas partes del total,
cuando en 1970 sólo representaba la mitad, y el correo, que ha seguido una
evolución inversa pasando de casi la mitad del total en 1970 a menos de la
cuarta parte en 1984. El servicio de télex mantiene una proporción constante en
los dos años, los telegramas no tienen ninguna representación en el total y la
transmisión de datos ha pasado de no existir en 1976 a representar un 0, 5% de
la información producida por los medios individuales, lo que supone cinco veces
la participación del télex.
En cuanto a la evolución durante los últimos quince años del volumen
global tanto de oferta como de consumo de información, los datos se muestran en
el Gráfico 1, en el que aparecen las distintas tasas medias de aumento anual
(TMAA) durante cinco períodos. Se observa cómo el consumo ha crecido
sensiblemente más deprisa que la oferta, sobre todo en los primeros años de la
década de los 70, con incrementos que llegaron a ser hasta un 8% en el año
1974. También cabe señalar que en el último trienio los TMAA de la oferta y del
consumo han sido prácticamente iguales y con unos valores cercanos al 2%. Esto
supone una tendencia creciente por parte de la oferta y una tendencia a reducir
su ritmo de crecimiento por parte del consumo.
El papel predominante que juegan la radio y televisión, en el total
del volumen de información, hace que cualquier cambio que se produzca en alguno
de estos dos medios tenga importantes repercusiones sobre el volumen global de
información. En este sentido hay que destacar las consecuencias que los cambios
legislativos han introducido en nuestro país en los últimos años en cuanto al
número de emisoras de radio, creándose más de 300 desde 1982, algunas de ellas
tan importantes como Radio 80 y Antena 3 y sin contar con las emisoras de
carácter municipal, que pueden pasar de 200 y de las que, debido a su carácter
paralegal, existe muy poca información.
Lo reciente de estas modificaciones y la dificultad de encontrar datos
homogéneos con los valores de años anteriores han hecho que las consecuencias
de estos cambios no hayan podido ser plenamente incluidas en el estudio.
Otro fenómeno a destacar son los cambios sufridos en los últimos años
por la televisión. creación de canales autonómicos, televisión matinal,
televisión nocturna, etc,, que todavia pueden verse incrementados con la
aparición de televisiones privadas y con el desarrollo de emisiones vía
satélite. El hecho de que estos dos grandes medios de comunicación de masas,
que conjuntamente suponen el 95% del volumen de oferta de información, hayan
sufrido variaciones tan importantes ha producido grandes modificaciones en el
volumen de oferta de información en años recientes. Este fenómeno sin embargo,
no afecta de igual forma al consumo de información debido a que su valoración
se realiza a través de los comportamientos culturales con independencia del
número de canales de televisión o de emisoras de radio existentes, y que en
última instancia viene condicionado por la cantidad de tiempo que cada
individuo puede dedicar diariamente a informarse.
COMPARACIÓN CON OTROS PAÍSES
Comparando los resultados obtenidos pa los flujos de información en
España con los datos existentes para la situación de Estados Unidos y de Japón,
se pueden observar las importantes diferencias en los V.O.I. que, para el a
1975, por habitante y por día van de las 750.000 palabras para el caso español
a más de 11 veces esa cantidad para Estados Unidos y pasa do por las 1.500.000
palabras ofertadas por persona y por día en Japón. Estas diferencias sorprenden
no para el caso español, sino sobre todo por la distancia de niveles existentes
entre EE.UU. y Japón.
Para el indicador VCI per cápita estas diferencias entre los tres
países se reducen considerablemente, así, para el año 1975 el consumo por
habitante y año era de 23.000 palabras Japón, 25.000 en España y 45.000 en
Estados Unidos. En este caso sorprende el mayor consumo de España que de Japón
y que en este timo país el valor sea la mitad que el existe para EE.UU.
Lo anterior provoca que la mayor proporción entre oferta y consumo de
información sea para el caso español, en el que se consumen el 3,2% de las
palabras emitidas, mientras que este porcentaje baja al 1,5 para Japón y al 0,5
para Estados Unidos y refiriéndonos siempre al año 1975.
Si analizamos esta relación entre VOI y VCI cada uno de los medios de
cada país, se obtienen los resultados que se muestran en el cuadro 2.
Señalándose que los datos se refieren 84 para España, 1980 para EE.UU, y 1975
Japón, por no existir datos posteriores disponibles para estos dos países.
Con la excepción de las películas, la mayor proporción de consumo
sobre oferta se da, en todos los medios, en el caso español, produciendose la
mayor diferencia en la televisión.
Esto último puede venir justificado en parte por la no existencia de
televisiones privadas en nuestro país, la muy reciente introducción de canales
autonómicos y la televisión matinal, todo lo cual creará importantes
crecimientos de la oferta televisiva.
La radio es el medio en el que se "despilfarra’’ un mayor
porcentaje de información, seguido de la televisión, los periódicos y las
revistas. Por último, los libros representan la mayor proporción entre VCI y
VOI con porcentajes que llegan a ser del 35% en Estados Unidos.
En los tres países y tanto para la oferta como para el consumo, la información
se mueve en su mayor parte a través de las emisoras de radio y de televisión.
En el Gráfico 11 se muestran los porcentajes que representan cada uno de estos
dos medios en el volumen global de información. Se observa que la radio
representa la mayor parte del V.0.I. en Estados Unidos y en España con
porcentajes del 75% y del 83% respectivamente, mientras que en Japón este valor
es sólo del 40% y correspondiendo a la televisión el 50% del total.
En cuanto al consumo, la situación es algo diferente, representando,
estos dos medios, una menor proporción del total y siendo la televisión el
medio con mayor incidencia, teniendo una participación alrededor del 50% en los
tres países. La radio representa un 20% en Estados Unidos y en España, siendo
más reducida su participación en Japón con un 7%, donde la prensa escrita
representa una mayor proporción del consumo global de información. La tendencia
general observada en los tres países es la de un incremento en la
participación, tanto en la oferta como en el consumo, de la información
transmitida a través de la televisión, que se configura como el medio de
comunicación con un mayor impacto social.
Pasando a analizar los medios de comunicación individuales, en los que
la oferta y el consumo de información coinciden, se tiene una distribución de
palabras según los porcentajes que se muestran en el Gráfico III.
El teléfono es el medio de comunicación punto a punto más ampliamente
utilizado, representando en Estados Unidos y en España las tres cuartas partes
del total y en Japón la mitad del volumen total de información. Junto al
teléfono hay dos medios con una cierta importancia y con una evolución opuesta:
el correo, en claro retroceso, y la transmisión de datos, en claro progreso,
llegando a representar en 1975 un 27% del volumen de información en Japón y un
10% en EE.UU. En España este medio se encuentra a considerable distancia de los
porcentajes alcanzados en esos dos países, pero los rápidos crecimientos
experimentados en los últimos años por la transmisión de datos, permiten
esperar que ese porcentaje actual del 0,5 se vea fuertemente modificado en los
próximos años. El télex, a pesar de ser un medio relativamente moderno, no
llega a ser representativo en ninguno de los tres países y lo mismo sucede con
los denominados nuevos servicios de telecomunicación de reciente funcionamiento
(facsímil, videotex y otros).
Al igual que se observaba en los medios de comunicación de masas con
la radio y la televisión, en la distribución de los medios individuales se observa
mucha similitud entre los valores de España y de Estados Unidos, mientras que
la situación en Japón resulta muy distinta por el elevado porcentaje que
representa en este país la transmisión de datos.
Volviendo al volumen global de información para tratar de observar la
evolución de los indicadores agregados durante los últimos años, se han
estimado para los tres países, las tasas medias de aumento anual (TMAA) que se
recogen en el Cuadro 3.
Aunque la tabla se refiere a distintos períodos de tiempo, se observa
una similitud en los porcentajes de crecimiento del consumo de información para
los tres países, pudiendo ser un incremento más o menos estabilizado, provocado
por los crecimientos vegetativos de la población y por un ciento aumento en los
hábitos consumistas de información. Las mayores diferencias se observan para el
V.O.I. del caso español, que se encuentra a considerable distancia de los
incrementos experimentados por los otros dos países. Esta menor tasa de
crecimiento de la oferta ha venido provocada por la legislación existente en
nuestro país, que, como se veía en el apartado anterior, limitaba
considerablemente la expansión de los dos principales medios de comunicación de
masas: radio y televisión. Desde 1982 esta situación ha cambiado sensiblemente
y en los próximos años se puede esperar que la oferta informativa española
alcance porcentajes de crecimiento similares a los que han tenido Estados
Unidos y Japón.
CONSIDERACIONES FINALES
Una de las razones principales del estudio era el de aportar una serie
de herramientas que puedan ser utilizadas para el mejor conocimiento del nuevo
tipo de sociedad en donde la información juega un papel prioritario. Se trataba
de cuantificar el volumen anual de información que genera y que absorbe la
sociedad española y los distintos medios de comunicación por los que
transcurre, analizando el peso que representan cada uno de ellos en el total y
su evolución durante los últimos quince años.
La importancia que en este tipo de trabajos estadísticos tienen las
fuentes de datos y las dificultades que se han ido encontrando a lo largo del
mismo para disponer de información sobre comportamientos culturales de los
españoles con respecto a los distintos medios de comunicación, junto con las
dificultades mencionadas en los estudios realizados para los casos de Estados
Unidos y Japón, obligan a considerar que el análisis de los flujos de
información se encuentra en sus primeras etapas y que será necesaria una cierta
continuidad en su estudio y en la búsqueda de datos más fiables para poder
contrastar volúmenes de información entre distintos países.
Hay que tener en cuenta que mayores niveles en cuanto a oferta o
consumo de información no significan necesariamente una sociedad mejor
informada, lo mismo que mayores crecimientos económicos no implican por sí
solos mayor desarrollo económico, habiendo que valorar aspectos tales como la
diversificación y la calidad de la información que se maneja. También hay que
señalar que en este estudio se ha elegido el punto cercano al consumidor para
medir tanto la oferta como el consumo de información, dejándose fuera su
producción y distribución, por lo que han quedado sin valorar aspectos tales
como la creación de la información y su procedencia.
En este último punto hay que mencionar los grandes avances que han
experimentado los flujos de información internacionales, que cada vez disponen
de mayores técnicas para su difusión y que entrañan peligros tan graves como el
del colonialismo informativo.
Debido al auge que han alcanzado los medios visuales, transmisores de
información a través de imágenes, habría que estudiar la posibilidad de
utilizar una unidad de medida alternativa a "la palabra" para poder
cuantificar de forma homogénea tanto la información transmitida a través de
palabras como la transmitida a través de imágenes.
Por los resultados obtenidos se observa una diferencia muy clara de
nivel entre la cantidad de información que circula por los medios individuales
y la que lo hace a través de medios de comunicación de masas. Entre estos
últimos la radio y la televisión representan más del 90% del total, con
tendencia a aumentar su participación como consecuencia del desarrollo de las
nuevas tecnologías. También va cobrando cada vez más importancia la
superposición de medios y distintos ratios de atención en cada uno de ellos.
Esta superposición se produce principalmente en la radio y en la televisión con
respecto a otros medios y puede crear grandes distorsiones en su valoración.
A nivel de la oferta de información se observan dos tendencias
contrarias pero que se complementan: por un lado el aumento global de la oferta
accesible a la mayor parte de la población y por otro lado la especialización
de información dirigida a sectores específicos, produciéndose una
diversificación de la oferta informativa. Esto supone para el consumidor un
aumento de la cantidad y de la calidad de información que le resulta accesible.
De esta forma, no se produce necesariamente un incremento en el consumo de
información, sino un mayor proceso de selección por parte del consumidor que
elige el tipo de información a recibir. Por este motivo, la tendencia general
observada es la de una mayor disponibilidad de información y una mayor
exigencia por parte del consumidor, que gracias a las actuales posibilidades de
almacenamiento de información (vídeos, cintas, bases de datos, etc.) elige
también el momento para consumir esa información.
Esta tendencia a la separación entre oferta y consumo de información y
que a primera vista puede parecer un "despilfarro informativo" con
importantes costes económicos, hay que considerarla como un hecho positivo por
permitir una diversificación de las fuentes informativas, aspecto básico para
el mantenimiento de las libertades en cualquier país democrático.