Revista Candidus Año 2 - No.13 - Enero/ Febrero 2001

DAKAR
Más de lo mismo

Jorge Cantiva Silva

Como es usual en las conferencias mundiales, hay "mucho ruido y pocas nueces". En la Conferencia Mundial sobre Educación realizada en Dakar (Senegal) se vivió otra frustración. Según Rosa María Torres -una de las promotoras del Pronunciamiento Latinoamericano que firmaron federaciones sindicales de docentes, amplios sectores académicos, intelectuales, personalidades de la ciencia y la cultura del continente sobre la Conferencia Mundial Educación para Todos-, en Dakar no pasó gran cosa. "Fue una reunión sin expectativas y sin brillo, masiva y costosa, de logística complicada, sin grandes sorpresas y con final conocido". Un evento que simplemente prolongó la metas adoptadas en Jomtien (Tailandia, 1991) por 15 años más. Los resultados ya se conocían con anterioridad. En la década transcurrida, la educación mundial no produjo ningún avance significativo: 117 millones de niños y niñas seguían al margen de la escuela, de los cuales el 60% correspondía a las niñas; el analfabetismo se mantenía en los 880 millones, de los cuales el mismo 60% correspondía a las mujeres; en cerca de 60 países que realizaron operativos de evaluación de aprendizaje, sólo el 5% de los alumnos de primaria lograron alcanzar o sobrepasar el nivel mínimo de aprendizaje, permanecieron extremadamente altos los índices de repetición; continúan los bajos salarios y la débil formación de los docentes como causales de la baja calidad de la educación. En Dakar la sensación de fracaso, de tarea incumplida, de estancamiento y empobrecimiento del discurso y del ideario de la Educación para Todos, fue evidente. En opinión de Rosa María Torres: "Dakar aparece meramente como un Jomtien + 10, es decir, como un punto de inflexión entre la evaluación de una década de Educación para Todos y su continuación extendida por 15 años más".    

      En este contexto, el Pronunciamiento Latinoamericano que firmamos un destacado grupo de educadores, líderes y federaciones sindicales de docentes, intelectuales e investigadores de América Latina y el Caribe, es un hecho significativo para la comprensión de la realidad educativa latinoamericana y las nuevas opciones de lucha. El Pronunciamiento expresa su preocupación por los rumbos de la educación en el continente y de manera clara manifiesta las enormes limitaciones y resultados dudosos de las reformas educativas emprendidas durante la década del noventa; registra las incoherencias y discontinuidades de las políticas educativas y muestra cómo las metas y estrategias formuladas en Jomtien para América Latina no se cumplieron; devela el choque permanente entre el uso de los recursos y el diseño de las políticas educativas; confronta el papel de las agencias internacionales y el del Banco Mundial en la educación; defiende el carácter público de la educación; critica el "pensamiento único"; señala el reto ético de armonizar el progreso material con la plenitud de las potencialidades humanas; revela los crecientes índices de injusticia en el ámbito de la educación; reconoce los logros educativos de Cuba y formula un ideario para la salvaguarda de los valores latinoamericanos como la centralidad de la persona, el sentido comunitario de la vida, la reafirmación de la solidaridad, la multiculturalidad y la interculturación de la solidaridad, la multiculturalidad y la interculturalidad, las nuevas formas del conocimiento, la defensa de la libertad, la construcción de las identidades colectivas basadas en la democracia, el trabajo, la cultura, la paz, la ciencia y la tecnología. Este Pronunciamiento es un hito creador y propositivo de la internacionalización de nuestras luchas por Más y Mejor Educación para Todos.

Tomado de la Revista Educación y Cultura N° 54 - Sept. 2000 Bogotá-Colombia.

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