MOVIMIENTOS SOCIALES,  EDUCACION DE JOVENES Y ADULTOS Y PENSAMIENTO DIVERGENTE Y COMPLEJO

 

Ettore Gelpi*

 

Realiza un análisis de los movimientos sociales, fundamentalmente en sus componentes económicos. Destaca el tiempo de no actividad laboral como un espacio nuevo pendiente de construir. Desarrolla el origen de los movimientos sociales en los países del norte y del sur. El autor establece una correlación entre el pensamiento complejo y divergente y la educación dentro de los movimientos sociales. Por último, realiza una serie de propuestas educativas para los jóvenes y adultos.

 

1. Análisis de los movimientos sociales

 

Las transformaciones radicales de los sistemas productivos la globalización de la economía , la revolución de los medios de comunicación implican un cambio de las estructuras y de las relaciones sociaIes.Los movimientos sociales, que caracterizaron las décadas precedentes, años 70 y 80, están agotados, sin embargo, nuevos movimientos emergen hoy; la cultura y la educación popular también existen , sin embargo son muy diferentes de sus manifestaciones precedentes.

El origen de los nuevos movimientos sociales está en particular, en la relación de los trabajadores con los tiempos y los lugares del trabajo y del no trabajo. La sociedad industrial tradicional se caracterizó por grupos y clases sociales relativamente homogéneas, ahora divisiones profundas atraviesan la clase popular y la clase media. Nuevos grupos se constituyen alrededor de diferentes condiciones laborales y los objetivos de lucha son muy diferentes en el pasado en relación a la multiplicidad de los grupos sociales. La crisis atraviesa la clase popular y la clase media por las dificultades de reproducción de las mismas. Hijos de estas dos clases no necesariamente pueden acceder al trabajo de sus padres, esto es un hecho nuevo en la historia de la civilización industrial caracterizada hasta ahora por una continuidad en la reproducción social y también por las posibilidades de promociones sociales (del campo a la ciudad y en el interior del trabajo industrial y de los servicios).

La internacionalización de la producción relaciona, más que en el pasado, los trabajadores de los países del norte con los trabajadores de los países del sur (dimensión estructural de la inmigración, de localizaciones de las estructuras productivas de un país al otro, consumo más importante de productos que tienen su origen en los países de nueva industrialización.) El origen de la dinámica social en los países del sur no es necesariamente local, sin embargo los trabajadores de los países del norte y del sur no tienen muchas ocasiones de encuentros y de elaboración de políticas comunes frente a una economía que los mantiene en intercambios constantes.

Alrededor de los trabajadores inmigrados y de los trabajadores del sur que trabajan en estructuras productivas con capital extranjero y, algunas veces deslocalizadas, se crean movimientos sociales de los trabajadores del sur y también de encuentro o de hostilidad con los trabajadores del norte. Una asalarización creciente de los trabajadores del sur se acompaña a una desalarización de los trabajadores del norte. En los dos casos las nuevas condiciones de asalariado y de desalariado puede ser positiva y negativa. El trabajador del sur que se convierte en asalariado puede conocer todas las garantías sociales en relación a este status y también la alienación que su condición de campesino independiente no incluía, por otro lado, el trabajador del norte puede liberarse de las condiciones de alienación del asalariado para acceder a una posición independiente o, también, pasar del salario a la marginalidad y a la exclusión.

La condición estructural, no solamente coyuntural de la inmigración, crea nuevos problemas relativos a las condiciones materiales de los inmigrantes , a sus derechos sociales y políticos. La sociedades niegan estos derechos como si estos trabajadores se mantuvieran en una provisionalidad, cuando en realidad son permanentes. Estos trabajadores son muy activos en las acciones sociales, sindicales y "comunitarias" sin pertenecer necesariamente a asociaciones formales propias.

En los países industrializados terminó la emigración del campo a la ciudad. La población agrícola en estos países está ahora casi al limite de su supervivencia en relación a las necesidades de la producción agrícola y a la necesidades de un trabajo de protección de medio ambiente. Aparte de la inmigración de las ciudades de los trabajadores extranjeros existe ahora una nueva inmigración en particular de trabajadores de nivel alto de formación de ciudades a ciudades, porque las oportunidades de trabajo son muy diferentes en el interior del mismo territorio nacional. Las contradic­ciones regionales de los países industria­les no sólo son permanentes sino que pueden acentuarse en el futuro.

Es posible anticipar también una nueva inmigración en el interior de las nuevas configuraciones políticas, la Unión Europea es un ejemplo pero tam­bién los son las nuevas organizaciones que se desarrollan en América del Norte, América del Sur , en Asia y con más dificultades en los países árabes y africanos. Estas inmigraciones tienen diferentes características que las inmigra­ciones de las décadas precedentes por­que preveen movilidades importantes a nivel de trabajadores con cualificación profesional media alta.

Alrededor del desempleo se crean también nuevas dinámicas sociales que pueden estructurarse en movimientos sociales. El desempleo hoy es estructural y difundido en todos los países del mundo. Las condiciones de los parados son muy diferentes en relación a la dura­ción del paro, a las condiciones sociales de los parados, al nivel de formación de los parados, a la localización de esos tra­bajadores. Las iniciativas de los parados pueden ser en el interior de los sindica­tos, de las asociaciones de los trabajado­res inmigrantes y, también, en asociacio­nes de parados. Estas iniciativas pueden ser convergentes y también conflictua­les. La integración del trabajador asala­riado,del trabajador no formal en sus diferentes expresiones y del parado es uno de los objetivos de una sociedad democrática y también la condición para la superación estructural del paro, sin embargo los movimientos sociales no han ido hasta ahora en esta dirección. La amenaza sobre el trabajo asalariado hace que estos trabajadores y sus estructuras sindicales olviden muchas veces las con­diciones de los trabajadores no formales y también la condición más grave de los trabajadores parados.

Movimientos de contestación se desarrollan también en el interior de la categoría de los trabajadores asalariados porque una parte de su trabajo es más alienante que en el pasado y porque una parte de estos trabajadores tienen un nivel de formación más alto que su correspondiente actividad profesional. El sistema educativo puede ser disfuncional respecto al sistema productivo cuando por un lado la finalidad de la educación es solamente la producción y por otro lado el sistema productivo no puede recibir todos los diplomados de la ense­ñanza media y superior ni ofrecerles actividades profesionales correspondien­tes a cada diploma.

Alrededor del paro, más que del tra­bajo, se han desarrollado movimientos importantes de contestación en particu­lar frente a multinacionales que desloca­lizan sus actividades sin tener en cuenta las expectativas de los trabajadores que pierden su trabajo y sin tener en cuenta las necesidades reales de los países que reciben el trabajo que fue deslocalizado.

Movimientos sociales interesantes se desarrollan alrededor de los derechos humanos tanto en el norte como en el sur del mundo. Algunas veces se trata del derecho fundamental de no ser asesi­nado, otras veces, de un derecho, el derecho al trabajo, que permite la con­secución de otros derechos en relación a la calidad de la jubilación , de la salud, de la vivienda, de la educación de si mis­mos y de sus hijos etc ... La lucha por los derechos humanos en periodos históri­cos con inmigraciones , con exiliados, con parados estructurales es muy viva en muchos países sobrepasando una visión puramente formal del respeto de los derechos humanos.

Nuevos movimientos en la sociedad tienen su origen en realidades como la destrucción del medio ambiente y la des­trucción de la comunicación humana a través de la indiferencia ante el ecosiste­ma y a través del racismo.En estos movi­mientos es interesante observar la parti­cipación de científicos y de artistas que solamente en los movimientos sociales ven la posibilidad de realizar sus objeti­vos científicos y estéticos, hoy violenta­dos por las políticas de los medios, expresión de poderes no siempre inte­resados a defender el medio ambiente y la biodiversidad, el hombre y la mujer en su integridad, así como también la inter­culturalidad de individuos y de pueblos.

El fortalecimiento de las estructuras militares y policiales en muchas socieda­des aparecen como respuesta al temor de inseguridad tanto en el interior como en el exterior. En parte, esas estructuras parecen responder a esta inseguridad, y en parte, contribuyen a generar violencia o contraviolencia. Se desarrollan movi­mientos para la paz en lo cotidiano como movimientos de insumisos, como rechazo de la muerte del otro y también de la reconversión de los medios invertidos en estas acciones de defensa y de ataque a medios invertidos en la produc­ción para la paz.

La creación involuntaria o elegida de la exclusión genera también movimien­tos sociales de crítica de contestación y de negociación. Las condiciones muy dramáticas de una parte de excluidos provoca un fenómeno particular que es el de la delegación de los excluidos sobre otras personas que los protegen y los defienden con el riesgo de una per­petuación de esta situación de exclusión. La exclusión tiene múltiples orígenes sociales, económicos, falta de salud, de discriminación racial que generan movi­mientos de defensa específicos, sin embargo algunas de estas exclusiones están integradas.

Una novedad de movimientos en relación a la edad y al género es la espe­cificidad más fuerte que en el pasado que hace que estos grupos se dividan. La naturaleza de la lucha es diferente a la lucha de los años 70 y primeros de los 80 cuando todavía existían movimientos feministas y luchas juveniles. En cada país es evidente que la tendencia demográfica y el nivel de calificaciones profesionales de los jóvenes y de las mujeres son tam­bién determinantes en la organización de estos movimientos.

El aumento importante del tiempo de no actividad laboral formal genera vida asociativa y también movimientos sociales alrededor del ocio, del trabajo doméstico y de actividades entre el ocio y el trabajo reconocido por el mercado. Este conjun­to de actividades no corresponde sola­mente al ocio del pasado regenerador de la fuerza del trabajo, es muchas veces el deseo y la necesidad de una identidad individual y colectiva que el trabajo aliena­do o el paro no permite adquirir. Mi visi­bilidad es a través de mis actividades no laborales porque las laborales me anulan como individuo y el paro no me permite ninguna identidad productiva.

Los movimientos sociales son ahora múltiples, se desarrollan en lugares muy diferentes, tienen modalidades tempora­les más breves y cada individuo participa en muchos de estos movimientos que tienen sus objetivos algunas veces con­tradictorios. El desempleado puede ser militante progresista en la asociación de parados o en el sindicato y también ser un "ultra" en el estadio el domingo en su búsqueda de identidad. El trabajador continúa su lucha en el lugar de trabajo para la defensa de los trabajadores y también en su barrio está asociado a movimientos de defensa sobre seguridad muy próximos a movimientos fascistas. Sin estas contradicciones es muy difícil comprender como una parte de margi­nales y también de trabajadores formales eligen soluciones políticas muchas veces reaccionarias.

Las investigaciones sobre los movi­mientos sociales y la educación de los jóvenes y los adultos que tienen en cuenta estas nuevas realidades no pue­den continuar utilizando análisis y prácti­cas educativas que corresponden a otros periodos históricos.

 

II. Pensamiento complejo, pensa­miento divergente en la educación y en la educación comparada: movimientos sociales y educación de jóvenes y de adultos

 

El pensamiento complejo y algunas veces divergente es indispensable en el análisis particular de la relación de la educación con los movimientos sociales. Las carac­terísticas del pensamientos complejo son la reflexión dialéctica, la comprensión de las contradicciones, la interdisciplinarie­dad en estrecha relación con la realidad que exige interdisciplinariedad , la inter­culturalidad y la intersocialidad que per­mite la comprensión de realidades dife­rentes , la intertemporalidad que permi­te la comprensión de la dimensión histó­rica de los problemas, la interinstitucio­nalidad que permite una visión más com­pleja que la de la propia institución, la internacional ¡dad que permite compren­der la realidad en sus interconexiones planetarias.

La suma de dos elementos es menos o más que la de los dos elementos con­juntos, la lógica no es siempre binaria, los adversarios pueden ser muchas veces aliados objetivos, la crisis puede generar oportunidades. Son algunos ejemplos que indican que la realidad es más com­pleja que cuanto aparece en el pensa­miento lineal.

Hoy la educación vive la contradic­ción de demandas y necesidades educati­vas en gran expansión y de desilusión y fracasos de muchas instituciones educati­vas. Esta contradicción es el resultado del pensamiento lineal y de facilidad que significa , por ejemplo, nuevas inversio­nes educativas en respuesta a necesida­des y demandas sin cambiar contenidos, finalidades , métodos de la educación.

El paro y la exclusión social generan estructuras que muchas veces entretie­nen a través de la educación a la exclu­sión y el paro. Otra vez el pensamiento lineal no es capaz de utilizar otro instru­mento para comprender las causas de esos fenómenos. La educación como ins­trumento para analizar y formar a todos (incluidos y excluidos) para eliminar paro y exclusión necesita del pensamiento complejo muy lejos de las instituciones educativas.

Una educación que  integra la educa­ción física e intelectual y una educación a través de la experiencia, con relación estrecha a la reflexión teórica son el resultado de un pensamiento educativo complejo que se opone a prácticas edu­cativas de pensamiento lineal que sepa­ran estos diferentes momentos.

La educación comparada que podría ser un instrumento útil para mejorar las políticas y las actividades educativas son muchas veces paralelas a los problemas reales. El pensamiento lineal no tiene en Cuenta la relación dialéctica entre las necesidades, las motivaciones, los dese­os, las contradicciones de la población y la punta del iceberg que son los progra­mas y las leyes educativas. Es suficiente que caiga un muro y todos los aspectos formales de los sistemas educativos desaparecen. Sin embargo, el muro cae y las sociedades continuaran con sus reali­dades sociológicas, económicas y cultu­rales que se reflejan sobre la educación de las diferentes sociedades.

El análisis de la realidad educativa a través la lente social, económica y cultu­ral permite también luchar contra una educación comparada instrumento sutil de dominación imperial de un país o de un grupo social sobre otro. Utilizar el pensamiento lineal para la educación comparada relativa a los movimientos sociales puede ser muy negativo porque el ejercicio es puramente nominalista cuando no se tiene en cuenta la diversi­dad de las realidades sociales de los dife­rentes países.

Los análisis y las prácticas a través del pensamiento lineal generan inquietud y miedo en las personas y en las institu­ciones que las practican. Las respuestas son: evaluación, evaluación y evalua­ción.La violencia imperial se fortalece porque el arsenal de la evaluación es monolineal y casi siempre monocultural.

¿No sería posible imaginar que los movimientos sociales se eduquen a tra­vés de la acción y también dialécticamen­te a través del conocimiento de las estructuras educativas y de investigación?. La dificultad de un proceso no sig­nifica limitar los esfuerzos en esta pers­pectiva. Trabajadores inmigrantes, para­dos, marginados pueden ser educadores no solamente entre ellos sino también para nosotros. ¿No son los trabajadores inmigrantes y los parados los máximos contribuyentes al bienestar de cuantos viven bien en la sociedad?

El pensamiento complejo es el resul­tado también de una producción del saber creativo , solidario, inquieto y no de una transmisión y producción del saber fundada sobre la rivalidad y la competitividad.

El pensamiento complejo es estimu­lado por el pensamiento divergente pero no coinciden. Mucha gente utiliza el pen­samiento complejo en una perspectiva de pensamiento convergente. A los dife­rentes poderes les gusta el pensamiento complejo, en el análisis y también en las actuaciones de sus políticas.

El pensamiento divergente es el resultado muchas veces de actos indivi­duales y colectivos de naturaleza volun­tarista que tiene su origen en motivacio­nes políticas , éticas, religiosas, estéticas y en particular en exigencias científicas. Los resultados de investigaciones, todos somos investigadores, no son necesaria­mente coherentes con los intereses y las decisiones del grupo de poderes que imponen el pensamiento convergente en las macro estructuras.

Formarse y formar el pensamiento complejo y divergente es una de las acti­vidades educativas más urgentes sin embargo faltan asignaturas con estos contenidos. Los poderes son ambiguos frente a esta metodología crítica. Por un lado se reprimen con dureza, suavemen­te los que son críticos en la investigación y en las acciones educativas, por otro lado, les gusta escuchar investigadores críticos. Permitir algunas acciones limita­das de marco divergente y para evitar que las estructuras educativas se con­viertan en burocracias que tienen como finalidad principal su supervivencia.

La realidad es que en toda la historia del hombre los movimientos sociales, expresión de mayorías y de minorías son los más creativos en el sentido cultural y educativo. Una sociedad que los reprime a medio o a largo plazo se reprime. El pensamiento lineal es convergente y reduce la educación a la capacitación profesional, reduce la contribución indi­vidual y colectiva de los seres humanos en el sentido social, estético, cultural, político. La falta de estas dimensiones genera hoy disfuncionalidad, violencia, incomprensiones, miedo, guerra y al final empobrece la calidad de vida.

Es necesario el pensamiento comple­jo y divergente para evitar responder a los nuevos movimientos sociales con las actividades educativas que perpetuara la marginalización y que fortalecen las estructuras de control a todos los nive­les. Es indispensable cambiar los sistemas de evaluación del aprendizaje, el pensa­miento lineal propone evaluar a los pro­fesores por los estudiantes, solución demagógica que no le ayuda a mejorar la metodología de evaluación para permi­tirle saber en la realidad el éxito y el fra­caso del aprendizaje, estudiantes y pro­fesores confundidos.

 

III. Respuestas educativas por y para los jóvenes y los adultos a las nuevas realidades sociales, econó­micas y culturales

 

Paralelamente a los movimientos socia­les que existen y que luchan están los no movimientos representados por la parte de población más protegida en el lugar de trabajo, de educación y de investigación. Esta constatación puede parecer paradógica, sin embargo, es la realidad. Los estudiantes universitarios en sus recientes manifestaciones luchan para mejorar sus condiciones estudianti­les pero raramente en los contenidos de sus acciones se halla la problemática social con sus dramas y contradicciones a nivel local, nacional e internacional. Los trabajadores más fuertes del mundo del trabajo defienden legítimamente sus derechos pero son muy raras las refe­rencias a los parados, a los trabajadores inmigrantes y a los compañeros que tra­bajan en el tercer mundo. Los científicos en los centros de investigación y en la universidad pueden tener posiciones personales sensibles a problemáticas sociales pero los trabajos colectivos, la organización de las investigaciones, los contenidos son muy lejanos de las nece­sidades, dificultades y deseos de la mayo­ría de la población. ¿Por qué se dan estos no-movimientos? No es posible pedir solamente a los marginados, mino­ría en el norte y mayoría en el sur del mundo, que viven en condiciones de vida dramáticas de ser el motor de la auténti­ca democracia de la nueva modernidad y de la creatividad humana. Una lucha ais­lada de los marginados es evidente que tiene muchísimas dificultades, nuevas estrategias conjuntas de los movimientos sociales con los no- movimientos "para­dos" son necesarios. No es posible conti­nuar fortaleciendo sociedades de exclu­sión, de violencia, de conformismo, de control creciente de los unos sobre los otros, de falta de imaginación creativa y muchas veces aburrida y apática. La uto­pía cotidiana se hace más necesaria para la supervivencia física y la felicidad del hombre y de la mujer.

Sociedades que viven transacciones permanentes necesitan sistemas educati­vos en cambio permanente no para nor­malizar sino para potenciar las posibilida­des de la población juvenil y adulta. Todas las sociedades están en transac­ción y no solamente las sociedades que transitan hacia la "democracia", la reac­ción y el "nuevo socialismo". En estas tran­sacciones que muchas veces ve el provecho a través de la especulación y no a través de la producción las preocupacio­nes de los diferentes actores económicos y sociales cambian. Empresarios se preo­cupan igual que los trabajadores por la supervivencia de sus actividades y nuevas convergencias de intereses son posibles sin eliminar los conflictos de clases que permanecen en ciertos sentidos. La edu­cación en estos caso para la superviven­cia significa coordinación de actividades en el sentido de mantenimiento de empleo, de reconversión, de inversiones y de creación de empleo. La exclusión hoy significa paro, no solamente de obre­ros sino también de cuadros dirigentes. La exclusión significa reducción o elimi­nación de una parte de consumidores que afecta no solamente a los consumi­dores sin consumo sino también a las empresas que producen bienes y servi­cios.

Las relaciones entre edu­cación y desarrollo en esta perspectiva no puede ser solamente capacitación pro­fesional. Esta evolución no es hoy opción ideológica, es necesidad para todos los participantes del proceso productivo con implicaciones educativas evidentes sobre contenidos y metodologías educativas.

La división entre trabaja­dores asalariados,no formales y parados y la división entre trabajadores de los países industriales y de los nuevos países industriales y tam­bién de los trabajadores de los países que tienen economías más marginales es desafortunadamente una realidad en las políticas y prácticas educativas. A medio y a largo plazo son necesarias actividades sindicales, sociales, culturales y educati­vas en parte comunes para evitar las con­secuencias gravísimas sobre nuestras sociedades de estas divisiones.

Tampoco es posible continuar sepa­rando la formación del trabajador, del ciudadano y del ser humano. La unifica­ción de estas formaciones es indispensa­ble para la sociedad y en algunos secto­res productivos también para la produc­ción misma. Los consumidores más selectivos piden productos de calidad que demandan productores más cultos y no solamente técnicamente preparados.

Nuestras sociedades no pueden con­tinuar haciendo personas más competentes en el sentido profesional y más igno­rantes. La educación tiene necesidad de las dos piernas, competencia y cultura. La sola competencia genera violencias que pueden provocar después resultados nefastos sobre la economía de los países.

Los jóvenes y adultos, contradicto­riamente, muchas veces piden calificacio­nes y desean una educación para fortale­cer su identidad en el sentido cultural, social, sexual y de productor (pero no solamente en el sentido productivo). La educación para la identidad es hoy muy urgente y poco presente en los progra­mas educativos.

La educación continúa siendo trans­misión de conocimientos cuando es necesaria en particular una educación de jóvenes y adultos como critica social, como análisis crítico de la información que recibe, como construcción del saber creativo, generoso, solidario. Se alfabeti­za más o menos funcionalmente pero se olvida de formar en el análisis crítico de los medios de comunicación de masas que son hoy la fuente más importantes de información y de formación tanto en lo positivo como en lo negativo.

En el currículum y la didáctica apare­cen los temas más importantes de las reformas y de las asignaturas educativas. pero ¿de qué curriculum y de qué didác­tica se hablan? DEI curriculum como espa­cio del poder para imponer su hegemo­nía o como objetivo para la curricula que corresponde a las necesidades de las poblaciones y de los estudiantes parte de esta población? ¿Didácticas para fortale­cer la rivalidad, las divisiones, la competi­tividad o para generar trabajo colectivo, solidario, creativo, crítico? Estas inter­rrogaciones son parte de la formación y en particular de la formación de cuantos trabajan en el ámbito educativo.

Investigaciones, curriculum, metodo­logía y tecnología educativa son impor­tantes pero es determinante la posibili­dad de potenciar la posibilidad de expre­sión de todos los niños, jóvenes y perso­nas adultas. Las estructuras educativas muchas veces se olvidan por un lado, la importancia en la sociedad contemporá­nea de la expresion oral (mucha gente tiene dificultades en comunicarse oral­mente), por otro lado, la necesidad de preparar a los individuos y los diferentes colectivos sociales para exprimir expre­siones mediáticas alternativas. La lucha para la expresión es hoy una lucha determinante en sociedades que redu­cen los derechos a la expresión y tam­bién a la visibilidad de los individuos. Derechos de los hombres y de las muje­res a la expresión y también derecho de la naturaleza a exprimirse: muchas filoso­fías orientales pueden con­tribuir a rescatar una rela­ción de respeto entre el género humano y la natura­leza. La interculturalidad como respeto y valorización de todas las civilizaciones humanas se acompaña tam­bién de la biodiversidad.

Los educadores y los formadores no son lo que algunos de los profesionales de la educación de hoy y de mañana. La Educación con­juntamente con la informa­ción y la organización están hoy entre las actividades productivas en máximo desarrollo y devienen también una dimensión determinante de la pro­ducción en si misma. Los trabajadores de la educación son y serán: profesores, formadores, investigadores, organizado­res, responsables de proyectos, tecnólo­gos de la educación, productores de material audiovisual,artistas, trabajadores en la producción etc ... Aparte de esta variedad de actores educativos es importante no olvidar que todo ser humano es educador y aprendiz, es culto y es ignorante y la comunicación cultural educativa atraviesa las edades,el género, las clases sociales, las naciones, las etnias, etc .... La dificultad de administrar este tipo de educación no puede elimi­nar la realidad. Afortunadamente el hombre y la mujer son móviles, creati­vos, mestizos, curiosos, inquietos y capa­ces de resistir a la "educación" y a la "información".