M.C.E. FELIZ CUMPLEAÑOS
Tomamos estas líneas de nuestro
Kikirikí, para felicitaros, en nombre de todo el M.C.E.P., en vuestro 40
aniversario (exactamente el día 4 de noviembre), lo que dice mucho de vuestra
fuerza, entrega y madurez para renovar en la escuela pública italiana.
También queremos aprovechar esta
ocasión, para eso están los cumpleaños, y así agradeceros la colaboración y el
apoyo, que no ha sido poco, que hemos venido recibiendo, sistemáticamente, de
vuestra parte, a lo largo de los últimos años. Años en los que, quizás con
vuestro desconocimiento, hemos ido tomando nota del camino que vosotros, con
vuestros trabajos, ibais abriendo en el horizonte de la Pedagogía Freinet.
G.T. Sevilla – M.C.E.P.
EL M.C.E.
El M.C.E. (Movimiento de
Cooperación Educativa) nació en 1951, teniendo como referencia las ideas
pedagógicas de Celestin Freinet (1897-1966). Funda hoy la propia propuesta
educativa sobre la "educación en la paz" (basada sobre el descentramiento
del punto de vista, sobre la aceptación y la valoración de la diversidad en la
perspectiva del intercambio intercultural y de la solidaridad); trabaja en
una concepción ecológica del conocimiento (que hay que buscar en una nueva
relación ecológica entre mente y ambiente respetando un equilibrio sistemático
natural y cósmico); se esfuerza en devolver materialidad a los procesos
formativos (recuperación del cuerpo en la escuela, uso de las manos para la
formación de las ideas, organización del espacio para la innovación de las
estructuras simbólicas inconscientes).
El M.C.E. se ha convertido, quizá
hoy día, en el más consistente movimiento de la "pedagogía Freinet”. Esto
se hace patente con grupos territoriales propios en las principales ciudades
y en gran parte de las provincias italianas. Dispone de un complejo de
instrumentos de comunicación e intervención: el boletín mensual interno
"Información M.C.E. para una pedagogía popular", la revista mensual
pedagógica cultural "Cooperación Educativa", el cuatrimestral
monográfico didáctico-pedagógico "Cuadernos de Cooperación
Educativa", las ágiles publicaciones de intervención y difusión
cooperativa "Cuadernos de Materiales M.C.E.", las colecciones
"Ensayos" e "Instrumentos" para profesores,
"Recorridos" y "Lecturas" para niños-chicos y, en fin, la
colección "Materiales y técnicas de Cooperación Educativa", que
comprenden software didáctico y materiales didácticos estructurados de
ideación M.C.E.
Los Grupos Territoriales, los
Grupos Nacionales de Investigación y las Coordinaciones regionales del M.C.E.
organizan, autónomamente y con la ayuda de la Secretaría Nacional, seminarios,
sesiones, convenios, encuentros, exposiciones, iniciativas de formación de
bases, intercambios cooperativos...
La revista salió a la luz en
1952 como boletín de la "Cooperativa de la Tipografía en la Escuela"
que se transformó, más tarde, en Movimiento de Cooperación Educativa. Desde
hace muchos años, la Nueva Italia la publica mensualmente.
Es la manifestación de la investigación
y de la práctica escolar de los enseñantes M.C.E. y, al mismo tiempo, es un
instrumento para ofrecer estímulos culturales y reflexiones sobre la educación
que provienen incluso de fuera del Movimiento. Nace de la experiencia escolar
pero no se detiene ahí: se dirige a todos los que, de maneras diferentes y en
ámbitos distintos, se ocupan de la educación.
Las temáticas se desarrollan en
torno a las cuestiones que relacionan el "hacer escuela" con la
investigación y el debate sobre la construcción de la identidad, la diferencia
sexual, la interculturalidad, la óptica ecológica de la complejidad, la
relación escuela-sociedad.
Un espacio concreto se le otorga
a la presentación de todo lo que ocurre fuera de la escuela, pero que comporta
un valor pedagógico: el cine, el teatro, los juegos.
Los colaboradores de
"Cooperación Educativa" son muy numerosos y provienen tanto del
mundo de la investigación como, sobre todo, del de la escuela (desde la
maternal hasta la Universidad). Todo lector es también, potencialmente, autor
de aquélla.
La escuela una vez más está
llamada a jugar su papel de instrumento represivo de necesidades naturales y
de posibilidades libertarias. Por parte de los enseñantes democráticos, es necesaria
una capacidad de rebeldía, de poner en marcha una "desacralización"
formal. Hay que volver a analizar, desde un punto de vista crítico, el modelo
de escuela que practica y nos propone la pedagogía academicista. Hace
falta una mayor conciencia crítica hacia lo que se hace en la escuela respecto
a lo que sirve en la vida.
En esa escuela todo está programado
con ritmo monótono y agobiante. El niño, y también el profesor, cuentan poco o
nada como personas, no deciden, por tanto "no piensan", se mueven,
cumplen y hacen cumplir unos objetivos y nociones escolares abstractas, fuera
de la experiencia vivida. Es suficiente con dar una ojeada a la actividad
editorial preferente en el ámbito escolar, y al papel generalizante que sigue
desempeñando el libro de texto en la escuela. Si eso es cierto, esta escuela
estatal muestra (aunque la privada no es, de ninguna manera, mejor) no parece
que se pueda encuadrar dentro de los objetivos de una "pedagogía
popular".
Resulta, por tanto, comprensible
y compartida la necesidad inminente de pensar en los valores y de lanzar de
nuevo la necesidad de utopía con respecto al sentido profundo del "hacer
escuela" hoy. Esta necesidad es el signo de una nueva esperanza que surge
de las cenizas de finales de los años 70 y del reflujo de los años 80.
Sin embargo, ese signo constituye
una premisa obligatoria, no puede ser colmadora, por sí misma, de una
propuesta. Esta propuesta hay que construirla en la práctica dura de una
investigación continua en una relación dialéctica entre la acción y el deseo.
Sin esta relación la práctica didáctica alternativa corre el riesgo de representar
una fuga y, después de la primera llamarada, dejar, como ya frecuentemente
sucedió a mediados de los años 70, sólo las cenizas y con éstas, favorecer una
nueva fase de reflujo.
La "pedagogía popular" en la enseñanza de Celestin Freinet y en sus consecuencias duraderas es diferente y alternativa tanto en las "escuelas activistas nuevas" como en las marxistas e ideológico maximalistas post/68 porque ha traducido los valores en prácticas y adoptado las técnicas a los ideales (o utopías sociales). En este nexo ha consistido y está su fuerza de movimiento duradero más allá de la contingencia, de las fronteras lingüísticas y de las diferencias culturales.
Retomar "una moderna pedagogía
del buen sentido" (subtítulo de la obra de C. Freinet "Los dichos de
Mateo") supone, por lo tanto, no una vuelta al pasado, no un copiar
técnicas quizá en cierta manera en desuso, sino volver a plantear desde un
punto de vista crítico, el presente, a la luz de una tensión social y humana
inmutables.
* Miembro del Movimento di Cooperazione
Educativa