UNA CRITICA A LOS CUENTOS TRADICIONALES DESDE UNA VISION COEDUCATIVA

 

Taller de Coeducación.MCEP - Granada

Analizar la literatura infantil tradicional parece de gran importancia puesto que para entender el presente es de obligado deber remontarse a los orígenes, y siguiendo a Marc Soriano diremos que la literatura infantil tradi­cional es la literatura de la humanidad. Así, los cuentos de Perrault y los Her­manos Grimm iban destinados en su origen al mundo adulto; son una re­creación de cuentos orales, que, en el caso de los Grimm - posteriores en dos siglos a Charles Perrault - responden al trabajo de unos folkloristas, conti­nuadores de las tendencias del roman­ticismo alemán del S.XIX.

El surgimiento de la literatura infantil tiene una razón de ser en con­sonancia con el modelo histórico-so­cial. Comienza con la escolarización de los niños, y unido a ello, la necesi­dad ideológica burguesa imperante de crear "espacios propios" para el mun­do infantil separados del mundo adul­to. Por contra, en las viejas sociedades tradicionales y en la Edad Media la socialización del infante se realiza en coexistencia con el adulto. Es fácil deducir que la literatura específica pa­ra los niños sería un agente de sociali­zación privilegiado que tendría entre otros objetivos refrendar los estereoti­pos sociales con sus correspondientes roles sexuales.

De forma general podríamos dis­tinguir dos tipos de literatura infantil: la que se escribe pensando en la joven persona lectora y la literatura adulta que los niños han hecho suya. Dentro de este último apartado incluiríamos "Historias o cuentos del tiempo pasa­do" de Ch. Perrault (S.XVII), "Cuen­tos de la infancia y el hogar" de los Grimm, relatos de hadas de la literatu­ra popular, cuentos maravillosos, "Ro­binson Crusoe", "Viajes de Gulli­ver"...

Wladimir Propp, folklorista ru­so, cuyo interés se centra en analizar la estructura interna de los cuentos mara­villosos a través de las funciones que desempeñan los personajes, afirma que son racionalizaciones del mito, que tales mitos son masculinos y que, incluso los que tienen como tema cen­tral a la mujer, pertenecen a la cosmo­visión patriarcal. Y en este sentido conviene recordar que el mito es con­siderado por antropólogas de la línea de Marta Moia como una historia mo­ral que enseña a actuar moralmente. En consecuencia, todo lo anterior vie­ne a significar algo fundamental: el aprendizaje de un modelo de compor­tamiento, la inculcación de los este­reotipos masculinos y femeninos pa­triarcalistas y la permanencia de un orden social anterior al reino del padre.

Como ejemplo ilustrativo relea­mos la moraleja con que termina "Ca­perucita roja" de Perrault.

"Aquí vemos cómo los jóvenes

Y, sobretodo las jóvenes

Guapas, de buen talle, amables

Hacen mal prestando oídos a cualquier clase de gente

Y no tiene nada de raro

Si a tantas el lobo se come

Pero no todos los lobos

Son de la misma especie

Los hay de humor paciente

Que amaestrados, dulces, com­placientes

Siguen a las señoritas

Pero, ¡ay! ¿quién no sabe que estos lobos dulzones

Son los más peligrosos de todos los lobos? "

Comprobamos cómo las muje­res son tontas (abuela, Caperucita), en tanto que en "Pulgarcito"-cuyo tema central es también los ritos de inicia­ción de los protagonistas - finalmente es coronada su iniciación por el éxito.

Otro ejemplo a tener en cuenta son los símbolos más constantes de los cuentos. Estos giran en torno a imáge­nes de la mujer: el bosque, la maga, el hada y la bruja; en ellas está presente la figura dual femenina. Las figuras femeninas pertenecen a dos categorías fundamentales, las buenas (princesas, reinas y hadas) y las malas (brujas y madrastras), presentadas éstas últimas como ligadas al poder.

Bruno Bettelheim considera que el cuento de hadas tradicional "indica al chico de forma simbólica cuál es la batalla que tiene que librar para alcan­zar la autorrealización". Y a ello aña­diremos que son los primeros cuentos que niñas y niños oyen, que se relacio­nan con ellos a través de la voz y el gesto de quien lo narra, que les ofrecen destino y actitudes; en definitiva, au­toafirmación rígidamente diferencia­da según el género, con todo lo cual se convierte en prescripciones de actitu­des bajo las reglas que regulan el orden patriarcal.

B. Bettelheim afirma en su libro "El psicoanálisis de los cuentos de ha­das" que en BLANCANIEVES, LA BELLA DURMIENTE, LA CENI­CIENTA -así como en otras muchas historias- el libertador demuestra, de alguna manera, el amor que siente por su futura esposa. Por el contrario, nada sabemos de los sentimientos de las heroínas". (Pág. 387) "los libertadores se enamoran de las heroínas debido a sus extraordinaria belleza que es sím­bolo de perfección. Después, los per­sonajes masculinos tienen que pasar a la acción y demostrar que son dignos de la mujer que aman, cosa muy dis­tinta de lo que las heroínas tienen que hacer: aceptar pasivamente que al­guien las ame". (pág. 388).

He querido reflejar fielmente las palabras de B.B puesto que él deduce de los cuentos una clara diferenciación entre los valores asignados a unas y otros -pasividad y actividad respecti­vamente-, así como los sentimientos que abocan a la acción al héroe. El valor belleza del género femenino es inmanente, y su pasividad, sensibili­dad... son cualidades innatas que po­see o no. No hay valores a los que pueda acceder la niña a través del es­fuerzo, del trabajo personal; por tanto, el reto y la superación no tienen cabi­da. En cambio, la autorrealización del héroe sí necesita de una serie de etapas cuyo esfuerzo y acción desembocarán finalmente en la perfección personal, aceptación social y autosatisfacción por los deseos alcanzados.

Pasando al apartado que B.B. de­nomina CUENTOS DE HADAS PERTENECIENTES AL CICLO ANIMAL-NOVIO, afirma que "una persona sólo se convierte en un ser humano total que ha desarrollado to­das sus potencialidades si, además de ser ella misma, se siente, al mismo tiempo, capaz y feliz de autorrealizar­se en su relación con la pareja (...). El mensaje de los cuentos de hadas es (...) establecer con otra persona una rela­ción íntima que prometa la felicidad eterna para ambas. "(Pág. 389) Remi­támonos a nuestra experiencia, a nues­tra etapa de adolescencia y madurez y recordemos los momentos de angus­tia, de infravaloración personal al in­tentar encontrar "el Príncipe Azul", "la Princesa" de nuestros sueños para dar cumplimiento a esa promesa de felici­dad eterna. Finalmente, el resultado es el de media vida buscando esa felici­dad y la otra media desmontando la gran mentira de lo principesco y lo eterno.

En "La Bella y la Bestia": "Un hada perversa me condenó a permane­cer bajo ese aspecto de animal hasta que una hermosa virgen consintiera en casarse conmigo". "Sólo el matrimo­nio posibilitó el acceso al sexo, mután­dolo de algo puramente animal en un vehículo santificado por este sacra­mento." (B.B., pág. 396) Por nuestra parte es clara la ideología de los cuen­tos de hadas como transmisión, refuer­zo y potenciación de los roles ances­trales patriarcales. Según ésta, se tra­taría de potenciar la imagen de la mu­jer bondadosa (tonta), su virginidad y el sacramento del matrimonio; y re­chazar la imagen de la mujer perversa, no virginal -"una cualquiera"-, así co­mo el concubinato considerándolo co­mo demoníaco.

Muchos cuentos y aspectos de los mismos quedan por tratar. Sin em­bargo, estos breves comentarios son suficientes para cuestionar, desde una perspectiva crítica feminista, toda la transmisión sexista que conllevan los cuentos de hadas.

Otra cuestión no tratada hasta ahora es la función liberadora que ejer­ce este tipo de literatura para la mente infantil, la identificación con los dis­tintos personajes, la transmisión de sentimientos de justicia, valentía... co­mo ingredientes de la aventura que significa para la niñez, fuente inesta­ble de placer y apoyo emocional. Esta funciones, que evidentemente son po­sitivas y de gran importancia, deben tener una alternativa sin que por ello salga perjudicado nadie, en este caso la niña; porque no podemos obviar que el ochenta por ciento de los personajes negativos que aparecen en los cuentos de los Grimm son mujeres.

Como ya hemos observado a lo largo del análisis, los destinos que pre­sentan son muy distintos para niñas y niños, por ello estos cuentos refuerzan los estereotipos sexuales. Quienes es­tamos en la línea de potenciar la COE­DUCACION decimos que son discri­minatorios porque dan una visión ne­gativa o inferior de la mujer sugiriendo que un tipo de rol se aplica a todas, con todo su catálogo de carencias y defec­tos: belleza, bondad, pasividad, desti­no maternal, reducción a la esfera de lo privado... perpetuando los modelos y propuestas de identificación. Por lo frecuente que son, los estereotipos son tomados por la propia realidad, limi­tando la visión del mundo. En este sentido, tenemos que tener presente que una de las funciones principales de la educación es la de aumentar la ca­pacidad de comprensión del mundo y enriquecer la experiencia de la niña y el niño enseñándoles lo que ocurre más allá de la visión de los cuentos de hadas tradicionales y de su limitada vivencia personal.

La RENOVACION viene del campo feminista. Literatura, en gran parte escrita por mujeres, de visión muy diferente a la comentada anterior­mente, basada en una reinterpretación de las funciones y modelos de los ar­quetipos de los cuentos de hadas, en la valoración de cualidades o rasgos fe­meninos, en la potenciación de otros valores para la niña -asignados tradi­cionalmente al exclusivo universo masculino-. Muchos libros tratan de brujas desde la reivindicación de la bruja medieval: como mujer sabia, cu­randera, botánica...

A pesar de la crítica que se puede y se debe hacer a alguno de estos libros alternativos, no obstante hay que valo­rar el gran esfuerzo por presentar otros modelos de convivencia y afectividad que, a sabiendas de que en algún caso la balanza se inclina a favor del mundo femenino, en su inmensa mayoría plantean una convivencia y presentan unos modelos más igualitarios para ambos sexos.

M°Angeles Cantero Rosales

Seminario de coeducación del

MCEP. de Granada

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

FELICIDAD ORQUIN: "Nuevas pers­pectivas sobre la mujer"

BRUNO BETTELHEIM "Psicoanálisis de los cuentos de hadas"