Aquí me veo tratando de dar, forma escrita a
más de una hora de diálogo abierto y vivo sobre nuestra práctica de Asamblea de
clase. Tarea ardua y conflictiva para mí., que después de haber oído varias
veces el cassette, donde registramos los diálogos, no sé cómo darle forma a
este torrente de ideas y opiniones que emanan de esta máquina parlante. Le doy
la vuelta al cassette y me dispongo a escuchar de nuevo la grabación:
"...las asambleas no son uniformes pues
junto a momentos muy buenos hay otros en los que los/las niños/as se pierden
totalmente,..."
"...las asambleas deberán tener
distinta duración en función de la madurez de la clase y de los intereses de la
misma..."
"...en las asambleas prevalecen las
opiniones de los niños/as que tienen mejor estima..."; "...las
asambleas no son para cualquier maestro..."; "...es una ilusión
creer que los niños pueden moderar..."
Mi cabeza me da vueltas, no sé cómo
estructurar tantas ideas.
El rinrineo del timbre me saca de mi sufrimiento
mental. Abandono por un instante la tarea y me dirijo a abrir la puerta. Es una
amiga. El cassette sigue su monólogo: "...el niño sufre mucho cuando lo
critican...
También cuando el contrato de trabajo es
quincenal es conveniente realizar una Asamblea al final de la semana para
evaluar lo hecho a lo largo de la semana y otra al inicio de la siguiente para
ver lo que nos queda por hacer. Aunque, ya te digo, se pueden celebrar en
cualquier momento.
También las
Asambleas le sirven para obtener información sobre los intereses de la clase,
los lazos afectivos que hay en la misma y el pensamiento que tienen los
niños,...
Seguimos conversando largo y tendido sobre
el tema. Al final decidimos escuchar la cinta.
"...para mí moderar no es dar la
palabra, es más, consiste en estar recogiendo continuamente todo lo que está
saliendo en la discusión, consiste en mediar en el conflicto, en estar
dispuesto a cortar la discusión cuando se sabe que ésta no puede ir más allá.
Por esto pienso que al alumno le cuesta mucho trabajo moderar, y a lo sumo que
puede llegar es a dar la palabra porque no ha alcanzado la madurez necesaria
para ello. Por tanto pienso que el único moderador posible que puede haber en
la clase es el maestro, que debe asumir este rol sin que ello represente
ninguna contradicción en cuanto a nuestra práctica diaria..."; "...
no se puede pretender que una Asamblea de clase tenga el mismo nivel que una de
adultos, ni que una Asamblea en el ciclo inicial sea igual que una en ciclo
medio o en el ciclo superior...