EL GREGORIANO COMO
PARADIGMA DE LA MÚSICA "NUEVA ERA" (new age)
José Miguel Usábel Aznar
El éxito obtenido por la
grabación "Las mejores obras del canto gregoriano", de los monjes
benedictinos de Silos ha permitido un conocimiento masivo de este estilo
musical, característico de la alta Edad Media, aunque continuara cultivándose
ininterrumpidamente durante todo el medioevo y, a partir del Renacimiento, en
los países de tradición católica hasta hace pocos años (Concilio Vaticano II),
juntamente con otros estilos de música eclesiástica que se habían generado a
partir de él.
Aunque su funcionalidad
originaria ha quedado reducida a su práctica habitual en algunos monasterios y
conventos, son numerosos los músicos y musicólogos laicos que se han acercado
a él para estudiarlo e interpretarlo siguiendo en muchos casos rigurosos
criterios historicistas, que difieren de la interpretación eclesiástica
marcada por los monjes benedictinos de Solesmes, de la que participan los
monjes de Silos, aunque aportando su propio sello estilístico. El gregoriano
que éstos nos ofrecen tendría las siguientes cracterísticas: flexibilidad del
ritmo musical que se inspira en todo momento en el prosódico, sintaxis musical
(incisos, miembros de frase, frases y períodos) que se corresponde con la
lingüística, consideración de la resonancia que proporciona el sistema de
bóvedas del románico como elemento esencial de su sonoridad característica, una
concepción estética marcada por una profunda austeridad que utiliza la música
como medio que puede conducirnos a la interiorización, al equilibrio dinámico
de las fuerzas anímicas, y, en último término, al vislumbre de la
trascendencia.
En la actualidad, muchas
de estas características conforman un esilo musical que ha venido a denominarse
"nueva era" (new age), del que el gregoriano podría representar un
ejemplo atemporal paradigmático.
Steven Halpern, en un
capítulo introductorio al libro de Juan S. Paz, "Guía de la música de la
nueva era", Ediciones Mandala, clarifica acertadamente las
características del timbre, textura,armonía, melodía y ritmo de este estilo,
así como su intencionalidad estética. Parafrasearemos sus comentarios
estableciendo un paralelismo con el gregoriano.
Timbre. Si la música
"hueva era" evita los instrumentos de sonoridad estridente, mostrando
una clara preferencia por el piano, arpa, flauta y conjuntos de cuerda, el
gregoriano va aún más allá limitándose a la voz humana emitida con la máxima
pureza tímbrica.
Textura. La reverberación
y el eco se utilizan en la música "nueva era" no con un sentido
ornamental sino como integrante esencial de ella misma, presentando una
sonoridad de sugestión espacial.Como ya indicábamos, el abovedado románico
produce este efecto de un modo natural, sin necesidad de recurrir a expansiones
sonoras electroacústicas.
Armonía. Las
superposiciones sonoras de la música "nueva era" prefieren las
consonancias o en todo caso las disonancias leves. El gregoriano, aunque es
puramente melódico, no posee textura armónica.En su búsqueda de la resonancia
nos ofrece el presentimiento de la simultaneidad sonora que encierra cada
sonido individual: la denominada serie armónica, que nos presenta en primer
lugar un auténtico catálogo de consonancias.
Melodía. El modalismo
melódico de la música "nueva era" se basa fundamentalmente en el
sistema modal gregoriano, evitando la ineluctabilidad melódica del séptimo
grado del sistema bimodal mayor/menor, que conformó la música de los períodos
barroco, clásico y romántico. La dicotomía que se establece entre esta nota y
la tónica como representantes de la alternancia entre tensión y relajación, es
evitada mediante un séptimo grado considerado como subtónica, situado a una
distancia de tono entero respecto a la tónica, y no de semitono. Esto
proporciona flexibilidad al movimiento melódico y, al no existir una necesidad
perentoria de resolución, permite generar melodías con un clima emocional
homogéneo.
Ritmo. La supresión de la
pulsación métrica, o al menos de su regularidad, busca en ambas músicas la
apertura de un continuum espaciotiempo evocador de una sensación de eternidad
concebida como atemporalidad.
Estética. En ambos casos
la música es tanto un fin como un medio ‑sin que se sienta contradicción
entre ambos términos‑ de influir positivamente en el estado
psicosomático tanto del músico como del oyente. El primero, tanto en su faceta
de compositor como de intérprete, debe generar su música a partir de un estado
interior equilibrado y meditativo, absolutamente alejado de la ansiedad y el
deseo de glorificación personal. El gregoriano, en este sentido,no puede ser
más explícito: es anónimo. En definitiva, tanto la música "nueva era"
como el gregoriano son pura musicoterapia.
Aunque la mera audición
sensorio‑emocional del disco de los monjes de Silos sería altamente
válida a un determinado nivel, me gustaría terminar ofreciedo una pequeña guía
de audición de una de las piezas más simples contenidas en la grabación: el
himno "Ven¡ Creator Sp¡ritus".
Al ser un himno, sigue un
sistema de composición estrófica de texto versificado, presentando una intencionalidad
laudatoria. Su forma musical es de una gran simplicidad; se trata de una pieza
de variación estrófica que utiliza la misma música para las diferentes
estrofas del texto. Su melodía se ha generado a partir del modo
"tetrardus" o "mixolidio", que, a excepción de la séptima
menor, presenta en la relación de sus notas con la tónica solamente intervalos
mayores y perfectos, lo que le da un carácter expresivo entusiástico una clara
referencia al Espíritu Santo, al que está dedicado el himno.
Las estructuras
sintácticas del texto y la melodía guardan una estrecha correspondencia como
podemos observar en la musicalización de la primera estrofa: (Ver esquema I )
El peso articulatorio del
fraseo musical: miembro de frase (I), frase (I) y período (II), refleja los
niveles sintácticos del texto. En la audición esto determina la duración de la
pausa de silencio ‑de menor a mayor‑ que se guarda antes de
reanudar el canto. Las notas con las que se han musicalizado las sílabas
finales de las unidades sintácticas se han elegido de acuerdo con el nivel
estructural de las mismas. La tónica (I), que posee un carácter claramente
conclusivo, se ha utilizado para finalizar el período, que aparece
dividido en dos frases,
terminando la primera en la dominante (grado V) una nota de carácter
suspensivo. Cada frase se divide a su vez en dos miembros, terminando los
primeros en la nota del grado IV, que podemos considerar como una especie de
subdominante de un carácter suspensivo atenuado. La estructura está organizada,
por consiguiente, de un modo perfectamente simétrico.