LOS PROGRAMAS DE CUALIFICACIÓN PROFESIONAL
INICIAL (PQPI) EN LA COMUNIDAD VALENCIANA: REFLEXIONES PEDAGÓGICAS Y PROPUESTAS
DE MEJORA
Mª Carmen Bellver Moreno; Piedad
Sahuquillo Mateo; Irene Verde Peleato
RESUMEN.
Los programas de cualificación profesional
inicial, implantados en la Comunidad Valenciana , constituyen una oferta
formativa básica destinada a aquellos alumnos que bien están en riesgo de
abandono del sistema educativo o ya lo han hecho.Van dirigidos a jóvenes
mayores de 16 años con desadaptación
social y escolar y carencia de habilidades sociales y de comunicación. En
algunos casos pueden presentar experiencias con alcohol y otras drogas.
La presente comunicación analiza la necesidad de
la formación de estos alumnos en competencias sociales y emocionales y en primar la formación del profesorado para
impartir este tipo de programas educativos.
PALABRAS CLAVE.
Programas de cualificación profesional, competencias
sociales, educación socioemocional, formación profesorado.
LOS PROGRAMAS
DE CUALIFICACIÓN PROFESIONAL INICIAL EN LA COMUNIDAD VALENCIANA.
Los programas de cualificación profesional
inicial, implantados en la Comunidad Valenciana desde el curso escolar 2008/09,
constituyen una oferta formativa básica destinada a aquellos alumnos que bien
están en riesgo de abandono del sistema educativo o ya lo han hecho y tienen
una triple finalidad: profesionalizadora, madurativa y propedeútica. Tienen una
duración de dos cursos escolares.
En la Resolución de 10 de diciembre de 2007, de la
Dirección General de Evaluación, Innovación y Calidad Educativa y de la
Formación Profesional de la Conselleria de Educación, se aprueba el plan
experimental de implantación de los programas de cualificación profesional
inicial en institutos de educación secundaria de la Comunitat Valenciana, como
desarrollo de la La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación establece en el artículo 30 del Título I,
dedicado a las enseñanzas y su ordenación, que corresponde a las
administraciones educativas organizar programas de cualificación profesional
inicial destinados al alumnado que no haya obtenido el Título de Graduado en
Educación Secundaria Obligatoria, con la finalidad de que pueda conseguir
competencias profesionales propias de una cualificación de nivel 1 de acuerdo a
la actual estructura del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales,
así como que tenga la posibilidad de una inserción sociolaboral satisfactoria y
pueda ampliar sus competencias básicas para proseguir estudios en las
diferentes enseñanzas. Estos programas vienen a sustituir a los anteriores
programas de garantía social.
Es en la Orden de 19 de mayo de 2008, de la Conselleria de Educación,
por la que se regulan los programas de cualificación profesional inicial en la
Comunitat Valenciana, donde se establece
que estos programas dirigidos a alumnos en alto riesgo de abandono del sistema
educativo, tiene tres finalidades fundamentales: a) Profesionalizadora: alcanzar
una cualificación de nivel 1 del Catálogo Nacional de Cualificaciones
Profesionales; b) Madurativa: favorecer el desarrollo positivo y la maduración
de los jóvenes mediante un clima educativo de apoyo y orientación y c) Propedéutica:
completar la formación básica para posibilitar el acceso a los ciclos
formativos de grado medio o, en su caso, la obtención del título de Graduado en
Educación Secundaria.
Por tanto, los objetivos generales de los programas de cualificación
profesional inicial son los siguientes: desarrollar capacidades y destrezas
suficientes para que el alumnado alcance las competencias profesionales, como
afianzar su madurez personal y su nivel de empleabilidad, mediante la
adquisición de hábitos y capacidades que les permitan desarrollar un proyecto
de vida personal, social y profesional satisfactorio, así como mejorar su
competencia educativa básica proporcionándoles, si procede, la titulación de
Graduado en ESO.
Estos programas van dirigidos a jóvenes mayores de 16 años,
cumplidos hasta el 31 de diciembre, también se ofrecen a alumnos de 15 años de
2º de la ESO que ya hayan repetido curso. El perfil del alumnado de este
programa es el de jóvenes,
preferentemente escolarizados, que deseen una inserción profesional temprana y
que podrían continuar formándose en los programas impartidos en los centros y
aquellos en grave riesgo de abandono escolar, sin titulación y/o con un
historial de absentismo escolar debidamente documentado.
Existen
cuatro modalidades de los programas de cualificación profesional inicial:
a)
Aulas de cualificación profesional inicial: modalidad dirigida a
jóvenes, preferentemente escolarizados, que desean una inserción profesional
temprana;
b)
Talleres de cualificación profesional inicial: dirigidos a jóvenes escolarizados
o no y deberá desarrollarse preferentemente en espacios afines al contexto
laboral;
c)
Programas de cualificación profesional inicial especial: dirigidos al
alumnado con necesidades educativas especiales permanentes por padecer
discapacidades físicas o psíquicas o tener trastornos conductuales o de
personalidad, que haya completado los diez años de escolarización básica, tanto
en centros ordinarios como en centros específicos de Educación Especial, con un
nivel de autonomía personal y social que les permita, a través de la
realización de esta acción formativa, acceder y mantener un puesto de trabajo.
d)
Programas polivalentes: aulas y talleres: programas de carácter
polivalente en cuanto a la cualificación profesional y de carácter orientador
de dos años de duración, tanto en la modalidad de aula como de taller.
1.1. Datos de los Programas de Cualificación
Profesional Inicial en la Comunidad Valenciana, curso escolar 2010.
|
CASTELLÓN |
VALENCIA |
ALICANTE |
TOTAL COMUNIDAD |
PROGRAMAS |
69 |
308 |
210 |
587 |
ALUMNOS |
1.255 |
5.510 |
4.382 |
11.147 |
CENTROS |
50 |
208 |
140 |
398 |
* La categoría de centros aúna centros educativos públicos,
entidades y centros educativos concertados.
En los datos anteriores advertimos que en el curso escolar
2010-11 están funcionando en la Comunidad Valenciana casi 600 programas de los
cuales la mitad corresponden a la provincia de Valencia. Si atendemos al
volumen de alumnado que cursa estos programas (11.147 alumnos) podemos entender
la demanda que existe de este tipo de programas para atender a alumnos que
están en riesgo de abandonar el sistema educativo sin la titulación mínima para
incorporarse al mundo laboral.
Destacar además que casi 400 centros están implicados en la
formación de los alumnos de estos programas.
1.2. Tipología del alumnado de los
Programas de Cualificación Profesional Inicial.
En el
contexto de los programas de cualificación profesional inicial, cabe señalar
que se trata de un colectivo caracterizado por una alta diversidad de
procedencia, rasgos de personalidad, motivaciones, intereses, necesidades,
capacidades, etc. Se trata de personas cuyos estilos de vida, costumbres,
proyectos de vida son bien diferentes entre sí. Precisamente, desde el punto de
vista pedagógico, conocer la idiosincrasia con que se trabaja es fundamental si
se pretende favorecer el desarrollo personal y profesional de los alumnos.
Este alumnado consideramos que pueden
presentar necesidades educativas de distinto orden desde la perspectiva
educativa:
-
Dificultades de aprendizaje, con experiencia de
fracaso escolar reiterado y, en algunos casos, absentismo escolar.
-
Desadaptación social y escolar.
-
Carencia de habilidades sociales y de
comunicación.
-
Carencia en recursos para la resolución de
conflictos interpersonales.
-
En algunos casos pueden presentar experiencias
con alcohol y otras drogas.
Todas estas necesidades educativas requieren a nuestro
entender comprender la educación en su faceta más amplia de desarrollo personal
y social del alumno, con lo que requiere una intervención educativa más amplia
más allá de la curricular. Desde nuestra experiencia como profesionales este
colectivo se caracteriza en general, por
haber experimentado abandono y fracaso escolar, así como por manifestar
problemas comportamentales y conductas antisociales y/o delictivas, entendiendo
que es precisamente esta población la más necesitada de una intervención
centrada en factores de riesgo que frenan o imposibilitan los procesos de maduración y desarrollo del
sujeto. Esta intervención requiere una formación específica del profesorado
tanto de primaria como de secundaria (especialmente para ellos y esto se va a
desarrollar en esta comunicación) para favorecer el desarrollo tanto académico
como personal y emocional de los alumnos de estos programas.
2.
FORMACIÓN DEL ALUMNADO DE LOS PROGRAMAS
PCPI Y FAMILIAS.
El currículo de los PCPIs está organizado en torno a tres tipos de
módulos: específicos, de carácter general, y los dirigidos a la obtención del
título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Su impartición se
organiza con carácter general en dos niveles: primer nivel y segundo nivel. El
primer nivel es de carácter obligatorio para el alumnado y en él se cursan los
módulos específicos y los módulos formativos de carácter general. Tiene una
duración de un curso académico para las modalidades de aulas y talleres de
cualificación profesional inicial y de dos cursos para los programas de
cualificación profesional inicial especial.
El segundo nivel es de carácter voluntario para el alumnado. En él se
cursan los módulos dirigidos a la obtención del título de graduado en Educación
Secundaria Obligatoria y en su caso los módulos específicos
complementarios. Su duración será de un
curso académico.
Los módulos dirigidos a la obtención del título de graduado en Educación
Secundaria Obligatoria se organizarán en torno a los siguientes ámbitos:
– Ámbito de Comunicación.
– Ámbito Social.
– Ambito Científico-Matemático.
Nuestra
propuesta es que el currículo de los alumnos que cursan los programas de PCPIs exige atender a determinadas cuestiones que
faciliten el desarrollo personal y social del alumnado, lo que determinará
también una mayor facilidad en su implicación en el ámbito laboral.
Algunas de las
consideraciones que se deben atender desde el currículo explicito son las
siguientes: a) Compromiso activo. Contrato de aprendizaje
inicial que implique, en lo posible, al contexto familiar; b) Formación para la participación ciudadana
y c) Competencias emocionales y sociales.
Por lo
que respecta a la implicación de la familia como agencia educadora de primer
orden (Cánovas y Sahuquillo, 2010) entendemos necesario reclamar su importancia
en la medida en que puede contribuir al desarrollo integral de sus hijos y a la
consecución de los objetivos señalados por los profesionales en el contexto de
la iniciación al mundo laboral.
En este sentido, estamos de acuerdo con Pérez Alonso-Geta y
Cánovas (2000, 143) en que “la familia es un grupo primario complejo de difícil
organización, en el que los individuos nacen, establecen vínculos afectivos,
comienzan a experimentar con un mundo de valores concreto, desarrollan
experiencias compartidas […] la capacidad de evolución e innovación de la
familia individual y colectivamente, depende, en gran medida, de su capacidad
de apertura a las informaciones procedentes tanto del medio externo como de las
inherentes a la propia familia y de reelaboración o creación a partir de la
misma, de los patrones de percepción y de acción ajustados al contexto”.
Así pues, sin ánimo de negar la
relevancia de la institución familiar en los primeros años de vida de las
personas, pretendemos desde aquí reclamar la necesidad de contemplar dicha
relevancia a lo largo de todo el ciclo vital.
En concreto, tanto los programas
a los que hacemos referencia aquí como los adultos responsables de la educación
de los menores implicados, pueden favorecer la formación ciudadana y para la
participación de forma significativa. Se trata, por tanto, de formar a los más
jóvenes no solo como futuros empleados sin como personas comprometidas con la
realidad que les ha tocado vivir, desarrollando su juicio crítico y su
conciencia ciudadana a partir de las interacciones con los contexto más
cercanos; sin embargo, para ello será necesario, en primer lugar, que en la
familia se fomente el respeto por los demás y por uno mismo, el desarrollo de la
autonomía, el respeto por las normas, la aceptación del otro, la
responsabilidad, etc. Lejos de la búsqueda del bienestar desde la
individualidad (Elzo, 2002). En definitiva, se hace necesaria la implicación
para mejorar la sociedad ya que solo de este modo podrán educar para la
ciudadanía y la participación en la medida en que asumen la necesidad de
integrar derechos y deberes (Escámez y Gil, 2002) que permiten la participación
y ejercicio del rol social de forma activa.
2.1. Competencias emocionales
y sociales.
En el marco del paradigma de la competencia social, existen
programas educativos que pretenden enseñar, reforzar y mantener conductas
prosociales alejadas tanto de las conductas antisociales como violentas.
Existen una serie de
dificultades cognitivas que impiden el correcto u óptimo comportamiento de
muchos sujetos, vinculados a un pobre desarrollo de la inteligencia
emocional-interpersonal y académico-formativa (o inteligencia impersonal), que
pasamos a exponer (Garrido y López, 2005):
·
Autocontrol y Control de la Ira:
enseñar al joven a detenerse y pensar antes de actuar y lograr el control sobre
su propia conducta y emociones.
·
Meta-cognición: su
objetivo es enseñar a utilizar la reflexión y el razonamiento para que
gobiernen los sentimientos y la conducta.
·
Habilidades Sociales y de Comunicación: su
objetivo es desarrollar en el joven la capacidad de relacionarse y comunicarse
adecuadamente con otras personas. Para ello utilizaremos el modelado,
role-playing, retroalimentación y transferencia. (Botvin, 1995)
·
Habilidades Cognitivas de Resolución de
Problemas:sus objetivos son: enseñar al adolescente a comprender y
tener en cuenta los valores, conductas y sentimientos de los demás, a reconocer
y a admitir la manera en que su
comportamiento afecta a los demás y, a comprender por qué los demás responden a
sus actuaciones como lo hacen.
·
Pensamiento Creativo: es
enseñar al adolescente a cómo pensar en diferentes alternativas prosociales
para solucionar problemas personales e interpersonales.
·
Razonamiento Crítico: su
objetivo es enseñar al joven a pensar acerca de sus actuaciones y la de los
demás de manera lógica y racional sin caer en actitudes egocéntricas.
·
Toma de Perspectiva Social: Su
objetivo es desarrollar principalmente la empatía.
·
Mejora de los Valores:
desarrollar valores que le faciliten comprender las normas sociales
establecidas.
Los programas más efectivos en este campo
señalan que deben basarse en las concepciones teóricos cognitivo-conductuales para favorecer el desarrollo de competencias
adaptativas o prosociales (Calafat, 2007; Garrido, 2005; Goldstein, Glick y Gibbs, 1998; Moral, Ovejero, Sirvent, Rodríguez y Pastor, 2009).
3. FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Ser docente, a nuestro
entender, resulta ser una compleja tarea que, sobre todo en el panorama actual, exige formación permanente y
de calidad por parte del profesorado. El contexto educativo que nos ha tocado
vivir plantea retos a la par que oportunidades a los que debemos dar respuesta
desde la educación (Martínez Usarralde, 2007).
En cualquier nivel del
sistema educativo consideramos indispensable que los profesores sean mucho más
que meros instructores expertos en una disciplina concreta. Así, lejos de una
formación estrictamente académica del alumnado de estos programas, se hace
necesario que los profesores que trabajan con ellos cultiven, a su vez, su
propia formación como profesorado competente. De este modo, se favorecerá la
formación integral del alumnado así como la reflexión continuada para la mejora
de su realidad educativa (De Martín, 2009).
En este contexto, Tejada
(2005) vincula el concepto de “competencia” a los siguientes aspectos
definitorios, señalando las implicaciones que tiene asumir esta concepción:
·
El concepto de competencia implica
conocimientos, procedimientos y actitudes combinados, coordinados e integrados.
No puede entenderse dicho conceptos si consideramos los elementos aislados
entre sí.
·
Las competencias aluden a su vertiente más
aplicada, en primera instancia. Solo son definibles en la acción. Se trata de
atender a la movilización de los recursos de forma que “saber” no es “poseer” sino hacer uso de lo
que se aprende.
·
Lo verdaderamente importante es el proceso.
Hemos de profundizar en cómo se van configurando las competencias.
·
La competencia no puede entenderse al margen del
contexto particular donde se pone en juego, de sus condiciones específicas.
En este sentido,
desarrollar las competencias que se pretenden con estos programas de carácter
profesionalizador, madurativo y propedéutico en el sentido que se pretende que
el alumno prosiga sus estudios en el sistema educativo, exige, por una parte,
el trabajo continuado del profesorado pero, también por otra, la implicación y
compromiso por parte del alumnado. No se trata, únicamente, de aprender una
profesión para lograr colocarse en el mundo laboral; se trata de un proceso
mucho más global y amplio que contribuirá a su educación integral como fenómeno
complejo.
En este contexto, la
educación para la participación constituye un elemento favorecedor del logro de
bien común sin perder de vista la libertad individual. Así pues, trabajar las
competencias antes señaladas implica favorecer, tanto en profesores como en
alumnos, mucho más que aprendizaje memorísticos.
Para impartir los PCPIs
se precisa tanto de maestros de Educación Primaria para los módulos formativos
de carácter general, profesorado de Formación Profesional para los módulos
específicos referidos a las unidades de competencia profesional y profesorado
de Enseñanza Secundaria para impartir los módulos del segundo nivel conducentes
a la
obtención del título de graduado en
Educación Secundaria Obligatoria.
4. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE MEJORA
Llegados a este punto,
consideramos necesario plasmar aquí unas líneas de actuación que, desde el
punto de vista pedagógico, pretenden contribuir al perfeccionamiento de la
formación del profesorado con el fin de mejorar la realidad de los alumnos de
estos programas.
En primer lugar, cabe
señalar la relevancia de la formación integral del profesorado, de forma que se
garantice una atención personalizada a los alumnos, cada vez más diversos, de
la etapa de Secundaria. Especialmente, como hemos ido desarrollando en este
trabajo, a aquellos alumnos que presentan carencias emocionales, sociales y/o
de desadaptación social. Consideramos que esta formación puede y debe ser
potenciada desde el Máster de Formación de Profesorado de Educación Secundaria,
garantizando así que el futuro profesorado llegue a reflexionar sobre su rol
como educador y formador.
En un mismo orden de
cosas, creemos necesario superar le excesiva parcelación del conocimiento. Los
profesores de Secundaria no son meros instructores de un área concreta sino que
deben perseguir una mayor comprensión de la complejidad de la realidad
educativa.
Junto a esto,
consideramos esencial potenciar los Departamentos de Orientación, en el marco
de los Institutos de Educación Secundaria, dotándoles de los recursos
necesarios para atender a las necesidades educativas crecientes del alumnado de
secundaria.
Por último, con el fin
de lograr todo lo anteriormente propuesto, se hace indispensable una mayor
implicación de la administración educativa en cuanto a recursos que permitan
sostener una educación de mayor calidad en nuestros centros educativos.
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ORDEN de 19 de mayo
de 2008, de la Conselleria de Educación, por la que se regulan los programas de
cualificación profesional inicial en la Comunitat Valenciana (DOGV 23/6/2008)
RESOLUCIÓN de 10 de diciembre de 2007, de la
Dirección General de Evaluación, Innovación y Calidad Educativa y de la
Formación Profesional de la Conselleria
de Educación, por la que se aprueba el plan
experimental de implantación de los programas de cualificación profesional
inicial en institutos de educación secundaria de la Comunitat Valenciana.
RESOLUCIÓN
de 5 de julio de 2010, de la Dirección General de Evaluación, Innovación y
Calidad Educativa y de la Formación Profesional, por la que se dictan
instrucciones para la organización y funcionamiento de los Programas de
Cualificación Profesional Inicial en todas sus modalidades y tipo de entidad o
centro docente promotor, para el curso 2010-11.
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