[Febrero de 2000]
Del antes y el ahora y de los caminos por los que hemos
llegado
(2.391 palabras – páginas)
Lic. María Jesús Hernández Pérez ©
Diplomada en la Escuela Universitaria del
Profesorado de E.G.B. (Especialidad Lengua Española e Inglés)
Licenciada en Ciencias de la Información
Doctoranda en Ciencias de la Información por la Universidad de La
Laguna
Son las comunicaciones las que marcan la existencia y el desarrollo de
los pueblos. Y es la prensa la encargada de atrapar esa vida entre sus líneas
para acercarla, si cabe aún más, a aquellos que son sus vividores.
De todos es sabido que en un espacio físico fragmentado la actividad
de los transportes requiere de una mayor inversión que permita hacer posible la
comunicabilidad entre los distintos puntos del territorio. Pero éste no es más
que el primero de los factores de dependencia de las comunicaciones en las
islas. Hay que añadir la lejanía de los centros de producción y de consumo, la
dependencia energética del exterior y las desigualdades económicas y sociales
en y entre las islas, tal y como señala Gerardo Delgado Aguiar.
Con este punto de partida, es comprensible la implicación de la prensa
en defensa de los intereses de aquel lugar en el que cada publicación ve la
luz. En muchos casos o en casi todos, sin dejar pasar ni la más mínima ocasión
en pro de los supuestos intereses de la población. Un ejemplo de ello se recoge
en lo que sigue: "Sin embargo de ser nuestra isla tan pequeña, que apenas
si excede del tamaño de un gran pastel con su cono de plata, si fuésemos á
cortar un traje para cada uno de los desnudos de Obras Públicas sería cosa de
no terminar jamás y de hacernos unos callos tan enormes que nos
imposibilitarían para atender á muchos parroquianos que también se mueren de
frío. Por eso hoy hemos pensado, para salir de apuros, confeccionar una gran
bata que cobije á tanto penitente del indicado ramo que se encuentra en
lamentable tiriteo, aunque al verse juntos se despedacen el pellejo á regaños y
mordiscos." (1)
Para responder a la pregunta ¿de dónde partimos? hay que remontarse
muy lejos en lo que a los medios de comunicación se refiere, pese a ésta en
principio dificultad por lo extenso del tema es conveniente aclarar que el
papel de la prensa a principios de siglo, en el aspecto que nos ocupa, ha sido
de vital importancia como transmisora y parte activa en el tratamiento de la
realidad.
De lo que se dijo y no llegó nunca a hacerse realidad y de lo que se
dice que será en materia de transportes en esta isla trata este artículo, sin
demasiados detalles históricos por todos conocidos, pero sí con especial énfasis
en las verdaderas campañas emprendidas por algunos diarios para lograr mejoras
en la comunidad de una forma explícita: "Parece inconcebible que no se
haya hecho nada aún en la carretera del Pinito; después de los mucho que se ha
venido trabajando en este sentido por varios periódicos de la isla..." (2)
Con esta forma de proceder se establece en la primera década del siglo
XX una "rivalidad escrita" entre los periódicos difundidos en el
valle de La Orotava frente a los de la capital, en una cuestión, la de las
mejoras en la infraestructura viaria de tanta importancia para el desarrollo a
todos los niveles del norte de Tenerife.
El conflicto de intereses que generó la implantación del tranvía,
incluso antes de su inauguración, es uno de los recursos más socorridos en las
demandas de las fechas señaladas. En su incursión frustrada hacia el norte el
"Marqués de Villasegura" (nombre del tranvía que amplió su recorrido
desde La Laguna) llega a Tacoronte el 24 de julio de 1904. Se comienza a superar
un aislamiento secular a partir de esta fecha, el índice cultural del pueblo
asciende ligeramente por la posibilidad de sus habitantes de estudiar en La
Laguna, aunque sin perder su condición agrícola. (3)
Los vecinos de Tacoronte, tomados en este estudio como ejemplo de lo
que pudo haber ocurrido en el norte y nunca pasó, encontraron otra dimensión
laboral y toma de contacto con diferentes sistemas de vida. Fueron muchos los
tacoronteros que traspasaron los límites de su ámbito campestre, accediendo a
las grandes urbes que propiciaron una nueva visión y otras perspectivas.
En muy poco tiempo, en una época en la que los carros tirados por
burros eran el medio de transporte habitual, el tranvía vino a modificar
conductas y mentalidades de muchos ciudadanos que se aventuraron a traspasar la
frontera de su pueblo. ¿Se truncó entonces la posibilidad a otros pueblos a los
que no llegó el aperturismo que supuso esta mejora en las comunicaciones?
Los diarios en aquella época abundantes en el valle de La Orotava e,
incluso alguno en la Isla Baja, lucharon por que el continuo movimiento de
carros para el transporte de productos agrícolas desde el norte a la capital se
viera mejorado con nuevas vías de comunicación y que se multiplicaran los
recursos, acompañados por una intensificación de los medios para salvar las
distancias, dado el creciente desarrollo de la población y el mayor número de
relaciones de todo tipo.
La prensa de la parte norte de Tenerife se encontró con los intereses
de la pudiente burguesía comercial de Santa Cruz que estaba apoyada en sus
intenciones por algunos sectores poderosos de la burguesía terrateniente del
norte que intentaban canalizar en el puerto de Santa Cruz el tráfico de
productos agrícolas de exportación. Frente a ellos estaban otros grupos que
procuraban mantener e incluso revitalizar los puntos de embarque tradicionales
de la costa norte como eran los de Garachico o Icod de los Vinos.
La inactividad del pueblo para reclamar por vías legales todo aquello
que les afecta, sin saber cuáles eran sus derechos, era una de las premisas de
las que partía la prensa de principios de siglo para tomar partido en la
reivindicación en lo que se refiere a obras públicas e infraestructura viaria.
La prensa se alza como defensora de los derechos de los ciudadanos para acceder
al nivel de bienestar que les corresponde.
Asimismo, se reclama a la prensa de la capital de olvidar a los
"colegas" (expresión utilizada con frecuencia en la redacción de la
época) del norte en sus intereses contra los planes del cabildo, que según los
editores primaban a la zona metropolitana, dando publicidad a los planes de
carreteras que a principios de siglo olvidaban una y otra vez las prioridades
del norte. Véase el ejemplo en el periódico La Voz del Valle: "En
nosotros, con motivo de la polémica sobre transportes, se venía operando una
especie de desdoblamiento de personalidad, cuyas dos partes se ponían en lucha
desatentada librando el más rudo combate moral que a espíritu alguno haya
conmovido. Disputaban sobre la razón que nos pudiera asistir. Ante el fervor
casi místico de los propugnadores del proyecto del Cabildo, ante su fé
"científicamente" ciega, nuestros argumentos fríos y trazados como el
desgaire nos iban a parecer flojos, horros de toda substancia y eficiencia,
pero he aquí que de pronto el azar nos depara un nuevo elemento a que asirnos
en nuestra orfandad (...)" (4)
La fecha clave de lo que pudo haber sido esta isla en relación con las
comunicaciones es la del 8 de abril de 1901, día de la inauguración oficial de
los servicios del tranvía entre Santa Cruz y La Laguna, con su posterior
prolongación, que pretendía ser el primer tramo hasta el norte y fue el último,
a Tacoronte en 1904. "Desde aquella, para esta clase de cosas, remota
fecha, viene hablándose hora tras hora de la imperiosa necesidad de que llegue
al Valle de la Orotava el tranvía, y han transcurrido lastimosamente seis años,
sin resolver un asunto de tan vital interés." (5)
No fue un hecho aislado, hubo peticiones oficiales, concesiones,
estudios e incluso informes favorables por parte del Congreso de los Diputados
para la prolongación del recorrido del tranvía hasta Buenavista por el norte y
a Güímar por el sur, tal y como ha quedado reflejado en innumerables artículos:
"Los ingenieros señores Riverés y Fragoso se hallan levantando el plano
del terreno donde se ha de montar la tubería para la instalación de las
máquinas que darán fuerza para la prolongación del tranvía eléctrico á la
Orotava." (6)
Como bien señala Francisco Galván, el proyecto de una línea férrea
hasta la gran zona agraria del norte levantó una sonada polémica con intereses
enfrentados entre los partidarios del ferrocarril frente a los de las
carreteras, los de los comerciantes de Santa Cruz frente a los del Puerto de la
Cruz, los partidarios del puerto de Santa Cruz frente a los del proyectado de
Martiánez en Puerto de la Cruz, los comerciantes y promotores turísticos del
Puerto frente a los plantadores y también promotores turísticos de La Orotava,
que se disputan el paso del tren por su localidad, los transportistas por
carretera frente a los transportistas por ferrocarril, en fin la Sociedad del
Tranvía Eléctrico frente al proyectado ferrocarril.
En este panorama de luchas de intereses es la prensa de la época la
que se hace eco de las necesidades de unos y otros y de las luchas de los unos
para con los otros en favor de unas vías de unión que dejen a todos en
condiciones de igualdad.
A principios de 1927, el Cabildo Insular de Tenerife compra el tranvía
a la sociedad belga por el precio de 600.000 pesetas, con el fin de cortar el
cese del servicio público y proceder a su mejora técnica y a su saneamiento
financiero. La realidad es que el servicio del tranvía era ya historia en 1954.
(7)
Comienza entonces la proliferación exagerada de automóviles y guaguas,
que en muchas ocasiones, colapsan durante horas la circulación rodada.
Pero en una isla, con un espacio limitado y una dependencia de las
comunicaciones marítimas más que evidente, ¿se ha llegado a disponer de una red
de carreteras adecuada a las necesidades de la población, con un transporte
público que frene el avance de los medios de locomoción particulares?
Ni mucho menos hemos dejado atrás aquella época de los coches de
caballo y tranvías. Ahora, a finales de los noventa parece haber una vuelta
atrás para recuperar lo desplazado allá por los años 50.
En su día (8) el consejero de Transportes del Cabildo de Tenerife,
Alfredo González, afirmó que entre las diversas opciones factibles está el
tranvía ligero entre Santa Cruz y La Laguna dentro de la instalación de
sistemas alternativos de transportes colectivos terrestres.
Adán Martín (9), todavía como candidato a la Vicepresidencia del
Gobierno de Canarias, manifestó que el reto de futuro es el transporte,
"con un tren ligero que comunicará Santa Cruz y Los Rodeos y,
posiblemente, el Valle de La Orotava, con una inversión de 20.000 millones de
pesetas que deberán ser asumidos por el cabildo y la comunidad autónoma. Un
tren ligero con una gran capacidad de carga, que circula por raíles y que lleva
un trole; es, por tanto, eléctrico y resolverá, en parte, el problema del
transporte."
¿Es un discurso conocido?
En definitiva, entre unas declaraciones y otras, entre la prensa de
ayer y la de hoy hay casi un siglo de diferencia y ¿a dónde pretendemos llegar
en la comunicación escrita y en la viaria?
Notas
1. Diario del Norte, Puerto de la Cruz, 7-02-1908, (29): 1.
2. El Defensor, villa de La Orotava, 30-09-1905, (9): 2.
3. Pérez García, Nicolás. El tranvía llega a Tacoronte y se abren
nuevas fronteras. La Prensa del domingo. El Día, 11-07-1999: 8.
4. La Voz del Valle, villa de La Orotava, 09-01-1927, (104): 1.
5. Diario del Norte, Puerto de la Cruz, 24-04-1908, (90): 1.
6. El Regional, villa de La Orotava, 07-01-1905, (2): 3.
7. Pérez Llorente, José. Centenario de los tranvías de Tenerife. El
Día, 18-06-1999: 78.
8. M.B. "Con las nuevas competencias, la prioridad será eliminar
el intrusismo en el transporte terrestre". Diario de Avisos, 14-02-1997:
13.
9. Chaves, Andrés. "Nuestro reto de futuro es el
transporte". La Gaceta de Canarias, 16-7-1999: 9.
* Alemán, Gilberto. La pequeña historia de un tranvía. Editado por
Roberto Torres del Castillo, 1992, La Laguna.
* Alemán, Gilberto. Por las viejas rutas de las islas. Col. Cronos
(ed. José Manuel de Pablos Coello), Ediciones Idea, 1996.
* Calero Martín, Carmen G. Los transportes marítimos en Canarias.
Tenerife, S. XVI al S. XVIII. Facultad de Geografía e Historia. Universidad de
La Laguna.
* Del Castillo, Juan. La senda del pregonero. Litografía A. Romero,
S.A., 1992.
* Delgado Aguiar, Gerardo. Transportes y comunicaciones canarias.
Notas para su estudio. Revista de Geografía Canaria, 1987, (2): 53-66.
* Galván Fernández, Francisco. Burgueses, Ferrocarril y Tranvía en
Tenerife a principios de siglo. Anuario de Estudios Atlánticos, 1986, (32):
355-375.
* Naval Pérez, Jorge. Fotingos, guaguas y camiones. Col. Cronos (ed.
José Manuel de Pablos Coello), Ediciones Idea, 1996.
* O'Shanahan, Alfonso y otros. Guaguas y tranvías: una "pequeña
historia" del transporte público en Canarias. Col. Cronos (ed. José Manuel
de Pablos Coello), Ediciones Idea, 1997.
·
Pérez García, Nicolás y otros. Tacoronte, desde sus
orígenes. Ayuntamiento de Tacoronte, 1998.
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO DE LATINA EN BIBLIOGRAFÍAS:
Nombre
de la autora, 2000; título del texto, en Revista Latina de Comunicación Social,
número 29, de mayo de 2000, La Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección
electrónica (URL):
http://www.ull.es/publicaciones/latina/aa2000rmy/112mjesus.html
Revista Latina de Comunicación
Social
La Laguna (Tenerife) - mayo de 2000 - número 29
D.L.: TF - 135 - 98 / ISSN: 1138 – 5820 (año 3º)
http://www.ull.es/publicaciones/latina