(3.736 palabras - 8
páginas)
Dr. José Luis Valero Sancho ©
Facultad de Ciencias de la Comunicación
Universidad Autónoma de Barcelona
Definición de infografía de prensa
En el intento de una definición de
infografía de la prensa diaria aparecen serias dudas, el infoperiodismo y su
producto por excelencia la infografía, circunscrita básicamente a la que
aparece en periódicos y revistas, es considerada por todos como una de las
mejores herramientas para desarrollar y favorecer la supervivencia de la tan
traída y llevada crisis de la prensa. Por ello, parece que los profesionales y
lectores tienen que ir acostumbrándose cada vez más a este elemento de la
cultura visual que poco a poco se va imponiendo en estos medios.
Ni el vocablo info viene de informática ni grafía
viene del concepto de animación que hoy se le pretende dar. Tampoco infografía
es lo mismo que información gráfica, puesto que hay otras formas en el
periodismo que también lo son.
Tampoco las voces infografía e infográfico, que tan
de moda están, figuran todavía en el Diccionario de la Real Academia Española
debido a la juventud de ambos conceptos y a la esclerosis de la Academia, que
se aprecia también en otros conceptos nuevos que son de dominio público y
tardan años en incorporarse de forma general en los diccionarios, cuestión por
otro lado comprensible.
Profesionalmente se les llama demasiadas veces
gráfico/a: unas veces para abreviar; otras para simplificar su término inglés;
otras por desconocimiento de las distintas peculiaridades que tienen; y también
por la ambigüedad y amplitud que, a menudo, tiene el término gráfico.
Al referirse a los infográficos, a menudo se piensa
en las grandes y complejas infografías colectivas, que podemos llamar
megainfografías aunque algunos les llaman megagráficos y tampoco en inglés
queda aclarado con the graphics; de todas maneras, hay una cierta confusión con
este término incluso en libros y tesis doctorales.
Desde que se realizan dibujos informativos ha
habido infografías y estos aparecieron en los periódicos, aproximadamente desde
hace 200 años, aunque quizá a las primeras se les debería calificar como
productos antecedentes, ya que no tenían la componente más inmediata de la
información del día debido a las dificultades técnicas que suponía realizar
xilografías en el contexto de la impresión tipográfica.
La informática se ha apropiado de este término,
pero no nace con la informática, que es únicamente un instrumento (quizá a las
sillas u otros objetos dando vueltas en un espacio vacío sin sentido en la
pantalla de un ordenador se le debieran llamar productos animáticos) pero tampoco
se puede considerar infografía a cualquier combinación de imagen y texto,
además no se empleó este término antes de la era informática.
También se usa este término en la publicidad,
aunque no se relaciona normalmente con la actualidad y es un producto persuasivo
que tiene connotaciones diferentes a las del conocimiento de los
acontecimientos. A lo mejor en ese contexto se le podría denominar publigrafía.
Tampoco parece que sea la ilustración, que pretende
adornar y no informar, aunque en el contexto de una información textual que
emplea una ilustración como fondo, a menudo se confunde con infografía,
prescindiendo de que la imagen sea o no informativa.
Quizá estas confusiones se puedan resolver
afirmando que una cosa es la infografía general y otra la infografía
informativa de prensa, que es un producto del infoperiodismo en cualquiera de
los canales, soportes y procesos de fabricación, cuestión que me parece
aclaratoria pero también redundante y, desde luego, de mucho mayor interés.
Centrándola en este último sentido, se puede decir
con cierta seguridad que la infografía de prensa es una aportación informativa,
elaborada en el periódico escrito, realizada con elementos icónicos y
tipográficos, que permite o facilita la comprensión de los acontecimientos,
acciones o cosas de actualidad o algunos de sus aspectos más significativos y
acompaña o sustituye al texto informativo. Se puede también afirmar que existe
desde al menos 200 años atrás, pero la informática la ha potenciado mucho.
Además puede ser de varios tipos y clases, atendiendo a las necesidades
profesionales más diversas, pero esto es otra cuestión que aquí no trataré por
su extensión.
Esa es, al menos, una definición que se desprende
de diversas consultas realizadas por quien aquí suscribe este texto. En tal
sentido he utilizado este término siempre con científicos, intelectuales y
profesionales con los que he hablado en distintas ocasiones, con la intención
última de definirlo, pero también con la mala fe de que alguien me dijera que
ese término no es nada, era otra cosa o me lo descalificase. Nadie me ha dicho
nada y, a lo sumo, algunos más profanos en el tema me han preguntado sobre el
ámbito y la definición, cuando, en realidad, yo les preguntaba a ellos.
Características de la infografía
La infografía de prensa tiene un total de ocho
características peculiares. Estas son:
-Que dé significado a una información plena e
independiente.
-Que proporcione la información de actualidad
suficiente.
-Que permita comprender el suceso acontecido.
-Que contenga la información escrita con formas
tipográficas.
-Que contenga elementos icónicos precisos.
-Que pueda tener capacidad informativa suficiente y
sobrada para tener entidad propia o que realice funciones de síntesis o
complemento de la información escrita.
-Que proporcione cierta sensación estética, no
imprescindible.
-Que no contenga erratas o faltas de concordancia.
Estas características se compilan en dos rasgos
esenciales: 1º la infografía es una aportación útil (utilidad) a la
comunicación de informaciones en la prensa periódica impresa y 2º contiene
características de visualidad.
Utilidad
Utilidad es el provecho, conveniencia, interés o
fruto que se saca de una cosa, es el grado de significación, información y
funcionalidad que puede tener una infografía en el momento en que es editada en
un periódico.
Significación en el sentido de que destaca lo más
importante de los acontecimientos, acciones o cosas que se tratan en un
determinado momento en el contenido informativo de cuestiones conocidas,
cercanas y que afectan de alguna manera al lector.
Lo real es lo que tiene existencia significativa o
cargada de significado en función del punto de vista desde el que se estudie
con una intencionalidad objetiva clara. La realidad es una importante fuente de
información para la narración y descripción de un suceso o cosa; sin embargo,
no toda la realidad tiene interés para la comunidad, sino únicamente lo más
significativo de la misma, y además depende del punto de vista de quien la
analiza en un determinado momento (1).
No interesa toda la realidad significativa. La
prensa debe atender especialmente a lo que afecta de manera inmediata y
preferente, ya que lo histórico es poco interesante para el presente, que es el
objetivo de la prensa diaria y los medios en general, pues del pasado se ocupan
con detenimiento los historiadores.
También consideramos útil la característica de
información entendida como comunicación o adquisición de conocimientos que
permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada. Es
decir, la explicación de circunstancias y detalles de un acontecimiento acción
o cosa.
Un periodista desarrolla informaciones que se
entienden y las explica de forma comprensible para el lector. Una información
es la secuencia de documentos e ideas que se deben ordenar y escribir dando
forma a lo que es informe. Información consiste, sobre todo, en convertir en
inteligible para el público receptor los datos que muchas veces vienen
inconexos y desprovistos de estructura o forma. "Recordamos lo que estima
González Requena (1989, 50): Informar es, antes de nada, formalizar, dotar de
forma a algo en sí informe y, en cuanto tal, opaco, ininteligible…" (2).
Información es, por tanto, toda sucesión de ideas
estructuradas y narradas de manera organizada con un principio periodístico de
jerarquía que va de lo importante a lo superfluo y de lo informativo a lo
literario. Sin embargo, también es importante conocer qué información se quiere
dar a un determinado público lector. No se puede seleccionar nada que no tenga
por objeto informar.
La manera normal de escribir una información tiene
como soporte y guía un lead que condiciona el contenido principal mediante las
cinco preguntas clásicas (con el cómo son seis) (3) del periodismo anglosajón.
Si bien no es necesario que la infografía responda a todas, sí son los
elementos básicos que componen el eje central de la información en esta clase
de comunicaciones. La infografía se debe adaptar a la misma construcción, no
entrando en la profundidad del cuerpo central de la información pero sí en los
aspectos más importantes de la misma, situados en el mencionado lead. (4).
La característica de funcionalidad se entiende en
el sentido de que la infografía debe ocupar un papel destacado de servicio al
lector, bien sea resumiendo o sintetizando lo más esencial, ampliando
complementariamente o sustituyendo al texto de la información.
Si la infografía aparece en la historia de la
prensa, al margen de otros aspectos, es como consecuencia de que una idea es
difícil de explicar sólo con texto y resulta de suma utilidad hacerlo mediante
una imagen convenientemente apoyada con breves explicaciones textuales, que
resume el texto escrito de la información de forma más visual, sintética y
didáctica o aporta elementos informativos nuevos.
La infografía de prensa es de gran interés cuando
explica un acontecimiento y garantiza su comprensión, sin que sea necesaria una
información adicional, pero también puede ser innecesaria cuando no aporta nada
nuevo y se solapa con el texto, provocando incluso disfunciones o distorsiones
en la explicación de acontecimientos, acciones o cosas.
Más interesantes son cuando se presentan como un
extracto que sirve a modo de primera o última lectura, de resumen que facilita
la visión de conjunto de la información. En este caso es interesante ver que su
uso no es del todo informativo, ya que repite algunos aspectos del texto, pero
aporta la síntesis visual, que es un valor añadido. Aporta un resumen o
reducción a términos simples y precisos, abreviando lo esencial de un asunto o
materia de los textos informativos.
Cuando en una información basta con realizar una
infografía, como en el caso de las megainfografías, entonces ésta es muy
funcional, pues no se necesita texto escrito ni título u otros elementos
tipográficos que no se encuentren incluidos ya entre sus textos internos.
En definitiva, se aprecian unos rasgos útiles a la
comunicación (en diferentes grados), ya que tienen tres características
esenciales de la misma, como la información, significación y funcionalidad que
a su vez tienen algunas propiedades que no podemos estudiar en este artículo.
Visualidad
También hay que tener en cuenta que los ojos son
una de las vías de entrada de conocimientos más utilizadas por el ser humano,
quizá una de las más importantes vías de acceso a la cultura. Pero pueden ser
algo más que unos órganos al servicio del hombre, ya que tienen un
funcionamiento propio que los hace vulnerables y pueden ser engañados y
manipulados desde la apariencia o disposición visual de las cosas.
Visualidad es el efecto agradable de los objetos
vistosos que pertenece a la vista. No debemos confundir visual con visualidad,
pues el primero es el medio y el segundo el efecto que produce la utilización
de los ojos y ésta se desarrolla con la experiencia, ya que consiste en
reconocer y percibir algo que antes ha filtrado el órgano de la vista. ¿Cuándo
las infografías tienen visualidad? Cuando una información se explica mejor con
estos productos icónicos y tipográficos, percibidos por la vista experta y
educada de los lectores que les permite recibirlos. "La visualidad es la
habilidad de tomar palabras, números y hechos y convertirlos en una pieza de
presentación que permita al lector ver los hechos en lugar de leerlos; es como
poner las palabras en dibujos con gran claridad; es habilidad para conseguir
texto + dibujo = 3 (algo más que la simple suma de las partes)." (5).
El ser humano tiene agudeza camaleónica para
conocer la realidad, para adaptarse al medio en que se desenvuelve
habitualmente. Sin embargo, necesita una cierta capacidad y educación para
comprender los mensajes que le llegan. Va adquiriendo experiencia y
familiaridad con las imágenes y eso supone todo un aprendizaje y una base para
leer mediante un sistema de signos diferentes de los que se aprenden en la
escuela donde se enseña mediante códigos verbales literarios (6).
El lector, ante una infografía, selecciona, según
su experiencia, las imágenes o los elementos que le son familiares y le atraen.
Busca diferencias, irregularidades o simplemente confirmaciones de lo que ya le
es familiar, aunque sea de manera vaga. El ojo actúa selectivamente frente a
los impactos visuales. "El espectador debe reencontrar los elementos del
pensamiento del diseñador. Con un poco de hábito toma sucesivamente, ante un
dibujo, actitudes diversas. Busca las diferencias, los parecidos, un orden, una
proporción, los movimientos o, simplemente, busca reconocer algo que ya ha
visto." (7). "(…) Entender las cosas fácil y rápidamente, de un
vistazo, por complejas que sean." (8).
Determinados elementos gráficos se identifican
fácilmente por que se ajustan exactamente a las características de unos cánones
de normalidad, perfección, precisión, etc. Son referencias visuales
reconocibles por los lectores y los profesionales como, por ejemplo, los
símbolos, estereotipos visuales, etc.
Para que tenga lugar este efecto, además de la
aportación del lector, es también imprescindible la aportación de la
infografía. Ésta debe tener una cierta estética, fácil comprensión,
iconografía, tipografía y un tamaño apropiados. Es decir, se debe distinguir el
rasgo de visualidad (en diferentes grados y propiedades), porque contiene estas
cuatro características importantes.
Iconicidad es el grado de aportación de mensajes
figurativos o visuales no codificados, que tienden a representar con signos los
diversos objetos, al tiempo que hace inteligible y fácil de reconocer la
realidad de los acontecimientos, acciones o cosas que hay en el mundo, sin
necesidad de que los lectores se sometan a un aprendizaje previo del
significado de esos signos.
El ser humano al nacer comienza a ver el mundo y
aprende en su vida y su experiencia a reconocer los objetos que ve y piensa
sobre ellos, los toca e identifica sus funciones. Por ello, al establecer
ciertas analogías y representaciones bidimensionales también visuales en
dibujos y fotografías, puede entender los mensajes sin necesidad de ese
aprendizaje anterior, siempre que convencionalmente se hayan establecido
vínculos relacionales de carácter cultural (9).
No podemos considerar como infografía lo que
solamente son números o textos sin dibujos de ninguna clase. El límite se lo
ponemos en la intención de explicar con dibujos informativos u otras formas
icónicas los acontecimientos diarios o alguno de sus aspectos significativos.
En la infografía, la iconicidad es una
característica que se encuentra en diversos grados dada la variedad de
elementos componentes, pues no se encuentra en el mismo plano un texto que una
fotografía y, sin embargo, ambos se encuentran en el mismo análisis.
Una infografía no se concibe sin informaciones
escritas, sin una tipografía variada distribuida entre las imágenes, con
distintas funciones: unas veces como titulares, otras para describir los
distintos elementos gráficos actuando como pie explicativo de fotografía o
dibujos, otras como leyendas aclaratorias.
Uno de los textos que no deben faltar en una
infografía es el título o elemento mínimo sin el cual no queda presentada y es
como si no tuviera puerta de entrada comunicativa. Es un elemento introductor
en lo formal y enmarcador del contenido; es su cabeza visible y debe, a su vez,
situarse en el interior del recuadro infográfico, generalmente en la parte
superior, aunque a veces se encuentra algo camuflado a modo de rótulo.
Otras veces la función del título es la de conducir
el contenido, separar los diversas infogramas u ordenar contenidos como en el
caso de las tablas, según determinados criterios; otras veces aparecen en las leyendas
(siempre que hablamos de texto incluimos los números) para explicar las
equivalencias visuales de las tramas, etc.
Los rótulos son textos breves, generalmente de una
palabra, que aparecen acompañando a las imágenes; son los nombres de las
unidades icónicas más elementales, muy típicos en mapas, gráficos; son
necesarios en los dibujos para fijar su identidad de manera que no queden
ambigüedades.
El crédito de autor, así como la fuente, es de
mucha importancia aunque pueda no parecerlo. Todos los infografistas con los
que he hablado coinciden en destacar que las mejores obras se firman y por el
contrario hay otras de las que nadie se quiere hacer responsable, bien por su
sencillez, bien porque no las consideran propias de profesionales infografistas.
Comprensión es la capacidad para entender y
penetrar en el conocimiento de las cosas, es decir, es el entendimiento y la
rapidez en la percepción por medio de los sentidos y la inteligencia de las
ideas que transmite la infografía, su fácil lectura, etc.
El lector, para poder comprender, como mínimo tiene
que poder decodificar los mensajes que se le comunican, tiene que poder verlos
adecuadamente. "Una infografía se puede considerar invisible cuando los
elementos componentes no se aprecian diferenciados entre sí, no se
discriminan." (10). Los signos también pueden ser borrosos por culpa de
los defectos graves de imprenta, tanto de preparación como de impresión, pues
no se identifican con ninguna cuestión en un determinado contexto; por ello no
comunican y no se pueden leer, como en el caso de las letras o signos
invertidos, tapados o las llamadas engrasadas que manchan parcialmente las
hojas en la impresión por offset.
Además, el lector no está acostumbrado a leer esos
signos a menudo novedosos y engorrosos en muchas infografías y lo que no puede
expresarse icónicamente se debe apoyar mediante leyendas complementarias u
otras explicaciones, a menudo lingüísticas, que aclaran y enseñan su
significado. La lectura icónica y lingüística primero debe tener visibilidad y
legibilidad para el receptor sin ninguna clase de explicaciones adicionales ni
ambigüedades que despierten expectativas distintas de las que pretende
comunicar el emisor.
Una infografía también puede que no cumpla un
cierto requisito estético pero la mejora, a pesar del funcionalismo en el que
se pretende enmarcarla; sin embargo, es destacable cualquier elemento gráfico,
ilustración o dibujo realizado con cierta dosis de originalidad, belleza, etc.,
que permite obtener un valor superior de connotaciones.
¿Puede afirmarse que no es infografía cuando se
considera que le faltan elementos artísticos o no proporciona sensaciones
estéticas? Creo que cuando no tiene estos componentes artísticos y sensaciones
estéticas (minusvaloradas, a veces, por profesionales que las consideran
innecesarias), también puede dar notables cotas de calidad, ya que el principal
cometido es comunicativo, aunque sin esas características pueda no ser una obra
de arte, pero tampoco ello es necesario como afirman los mismos profesionales.
Para que pueda darse una impresión sensorial de
carácter estético debe haber un objeto artístico que lo provoque. El primer
aspecto es el del arte o la componente artística que puede tener la infografía.
"El arte es lo que provoca la emoción estética", según Eco, y para
Morawski: "He utilizado el término artístico y no estético para subrayar
que en mi opinión es el valor compuesto por los artistas tipo concreto y modelo
primordial de todo valor estético (...) Artístico se refiere a lo objetivo y
estético a lo subjetivo. La creatividad es estética y también la recepción o
experiencia, mientras que los medios empleados objetivamente son
artísticos" (11).
El tamaño, espacio o territorio destinado a la
infografía es también uno de los elementos que facilitan la visualidad, ya que
permite o impide la participación de determinados elementos que facilitan su
comprensión y su distribución sin atropellos o congestiones innecesarias. A
menudo los profesionales se ponen a favor de disponer de espacio pero también
hay quien considera un reto comunicativo el no tenerlo.
En definitiva, ambos rasgos, la utilidad y la
visualidad, son necesarios en cualquier infografía que se precie. Sin estos,
poco valor comunicativo tiene cualquier forma de información gráfica.
Concordancia
Para concluir, la infografía tiene una característica
que se presupone, pero no sirve para valorarla positivamente, y cuyo juicio de
calidad se realiza mediante la actitud vigilante sobre su ausencia, es decir en
negativo; ésta es la concordancia.
Llamamos concordancia a un conjunto de reglas y
elementos mínimos que la infografía no puede dejar de lado en su construcción
para uso social. Esas reglas y elementos son tanto los referidos a la
coherencia con el idioma, sintaxis y ortografía con sus respectivas leyes de
uso, como con el acontecimiento, acción o cosa en el que se ilustra y con el
que tiene que contar para no faltar a la veracidad. Por descontado, también
debe ser coherente con la información escrita a la que la infografía acompaña y
a la que no puede dejar en entredicho o contradecir. Asimismo tiene que ser
fiel a sí misma y no contradecirse internamente.
Como conclusión, la infografía de prensa tiene sus
propias características que poco se asemejan a otras formas o productos
denominados comúnmente infográficos. Este termino utilizado en distintas
direcciones de manera anárquica no suscita otra cosa que confusión e
imprecisiones, a menudo, de gran calibre. Desde estas líneas reclamo para el
César lo que es del César y me ofrezco para ayudar a la consecución de términos
apropiados para la clarificación de esta confluencia en la denominación de
diversos productos no informativos, si bien me gustaría que se realizaran
estudios de cierta envergadura sobre la justificación del término infografía.
Notas
(1) Según opinión de Amparo Moreno, catedrática de
Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, en conversación privada en
marzo de 1998.
(2) De Pablos Coello, José Manuel. "La
infografía, el nuevo género periodístico". en VV. AA. Estudios sobre
tecnologías de la información. Tomo I. Ed. Sanz y Torres. Madrid, 1991, p. 156.
(3) Según Martín Vivaldi, el cómo queda situado
entre el qué y el por qué, citado por Martínez Albertos, José Luis, en el
"Curso general de redacción periodística". Editorial Paraninfo.
Madrid, 1993.
(4) Mirando de lado el paradigma de Laswell.
(5) Jonas Dagson, director de infografía del diario
IDAG de Gotemburgo (Suecia). Documento de Innovación Periodística nº 122.
Universidad de Navarra.
(6) Entendiendo por leer a pasar la vista por lo
escrito o impreso, pero lo impreso puede ser icónico, no verbal y no escrito.
(7) Bertin, Jacques, en Costa, Joan / Moles,
Abraham. Imagen Didáctica,. CEAC S.A.. Barcelona, 1991, p.174.
(8) Peltzer, Gonzalo. Periodismo iconográfico.
Ediciones Rialp S. A.. Madrid, 1991, p. 12.
(9) Eco, Umberto. Tratado de semiótica general.
Editorial Lumen. Milán, 1981, p. 325.
(10) Bertin, Jacques. La gráfica y el tratamiento
gráfico de la información. Colección Noesis de Comunicación. Taurus
Comunicación. Madrid, 1988, p. 259.
(11) Morawski, Stefan. Fundamentos de estética.
Ediciones Península. Barcelona 1977, p. 20.
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:
Nombre del autor, 2000; título del texto, en
- Ámbitos 3-4, Revista Andaluza de Comunicación, y
en
- Revista Latina de Comunicación Social, número 30,
de junio de 2000, La Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección electrónica
(URL):
http://www.ull.es/publicaciones/latina/aa2000qjn/99valero.htm
http://www.ull.es/publicaciones/latina