Recepción-consumo de medios masivos de
comunicación y nuevas tecnologías
Los jóvenes ingresantes a la carrera de comunicación social: entre la critica y el mercado
(5.019 palabras - 13 páginas)
Lic. Dionisio F. Egidos © [Licenciado en comunicación social. Investigador
y profesor adjunto de la cátedra de Metodología de la Investigación Aplicada a
la Comunicación (Escuela de Ciencias de la Información – Universidad Nacional
de Córdoba, Argentina)]
Lic. Adriana E. Ortiz © [Licenciada en Ciencias de la Información.
Investigadora y docente en la cátedra de Comunicación Institucional (Escuela de
Ciencias de la Información – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina)].
Lic. Sebastián R. Peña © [Licenciado en comunicación social. Investigador
y docente de las cátedras Taller de Lenguaje I y Producción Gráfica y Taller de
Lenguaje II y Producción Radiofónica, de la Escuela de Ciencias de la
Información - Universidad Nacional de Córdoba. Prof. Titular de las cátedras de
Estética Filosófica e Historia Social del Arte - Universidad Nacional de La
Rioja, Argentina / Doctorando con venia investigadora en el Departamento de
Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, Canarias]
INTRODUCCION
El
vertiginoso desarrollo de los medios masivos (prensa, radio, TV, etc.) en las
últimas décadas y la creciente adopción de nuevas tecnologías, sin lugar a
dudas, marcan la oferta y el consumo de medios en nuestra sociedad.
Debe
señalarse, además, que han ido ocupando un papel cada vez más relevante en la
reproducción y construcción de las sociedades actuales y las identidades de sus
miembros. Esta problemática presenta hoy interesantes desafíos investigativos,
a las ciencias sociales en general y a la comunicación social en particular.
Se
expone aquí una síntesis de los resultados de la investigación que, sobre el
tema "La recepción de medios masivos de comunicación y nuevas tecnologías
en Córdoba", se realizó durante 1997 en el marco del programa de
incentivos para docentes universitarios de la Secretaría de Ciencia y
Tecnología de la nación.
La
intención del trabajo fue conocer e interpretar las características y
modalidades que asumen los procesos de recepción-consumo en distintos grupos
etáreos de la población cordobesa: personas mayores de 50 años y jóvenes entre
18 y 20 años.
Tal
fin, supuso el diseño y aplicación de una perspectiva teórico-metodológica
adecuada. Los estudios culturales británicos y latinoamericanos (especialmente
Jesús Martín Barbero y María Cristina Mata) sirvieron de referencia central a
dicha perspectiva.
Desde
la recepción y consumo de los medios masivos y nuevas tecnologías se pudieron
observar espacios donde se producen y negocian sentidos del orden social. Este
enfoque permitió una aproximación a pensar desde la cultura no sólo la
comunicación, sino también la reproducción y construcción de lo social.
El
trabajo del que se da cuenta en este artículo consistió en el estudio de las
prácticas de recepción y consumo de la población juvenil, que compartía la
particularidad de ser ingresantes a la carrera de comunicación social (1996 –
Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba).
La
recolección de datos se realizó a través de los "diarios o historias de
recepción" en los que los alumnos consideraron: hábitos en el consumo de
medios, criterios de selección, normas sobre recepción y consumo (propias o
impuestas), marco y modalidad de realización de los consumos, opiniones sobre
su historia como receptores, influencia del ingreso a la carrera, entre otras.
Además, incluyeron datos de hecho como género, edad, lugar de procedencia y
ocupación de los padres.
Si
bien se obtuvieron alrededor de 800 diarios de recepción (mínimo 20 páginas
cada uno) se procedió a constituir un corpus a los fines de posibilitar el
análisis cualitativo de los datos. Así, se eligieron 30 diarios de recepción
considerando el nivel de incorporación de categorías solicitadas y la riqueza
cualitativa de los datos.
Este
corpus se analizó buscando establecer algunos criterios generales como un
intento de sistematización de la información provista. Se utilizaron, entonces,
las siguientes categorías de análisis: el contacto inicial con el medio; la
modalidad del consumo; la comparación entre el consumo de los distintos medios;
la influencia del ingreso a la carrera en el consumo y la procedencia y
trayectoria geográficas. Ellas permitieron ordenar, analizar e interpretar los
datos con relación a los procesos de recepción-consumo de medios de
comunicación de los jóvenes.
A
continuación se presentan los resultados del análisis en tres bloques temáticos
según los medios masivos considerados: gráfica, radio y TV-nuevas tecnologías.
A su vez, cada bloque se ordena a partir de las categorías analíticas
previamente establecidas.
LOS MEDIOS GRAFICOS
En el principio fue el libro...
Según
los jóvenes, el primer contacto con los medios gráficos se realizó en la niñez
(primeros años de vida) cuando sus padres u otros familiares adultos les leían
libros de cuentos tradicionales infantiles. En otros casos, el contacto inicial
con estos medios se produjo en el jardín de infantes. La maestra les leía
cuentos y fábulas apuntando, entre otros objetivos educativos, a desarrollar la
capacidad de comprensión y reflexión.
Así,
en una primera instancia, en el proceso de recepción-consumo del libro,
actuaron como oyentes o "escuchas".
Modalidad y marcos de recepción-consumo
Como
se puede observar, en la familia y en la escuela, primeros ámbitos de
recepción-consumo de un medio gráfico, es importante destacar la mediación
realizada por los adultos (padres, docentes, etc.).
Resulta
interesante considerar, además, que hay acciones mediadoras simultáneas entre
ambos ámbitos. En algunos casos, la mediación de los padres está incentivada
por la mediación ejercida por otros adultos que intervienen en la educación
formal.
Valores y normas
La
simultaneidad en la mediación se desarrolló a lo largo de toda la escolaridad
(desde el nivel inicial hasta la universidad). En el nivel primario, el
aprendizaje de la lecto-escritura posibilitó la iniciación y estimuló el
interés por la lectura de libros y periódicos.
Vale
contemplar cómo los adultos, al fomentar el interés por la lectura, transmitían
determinados valores subyacentes, por ejemplo: importancia de la adquisición
del conocimiento y la obtención de poder a través del mismo; la lectura es una
actividad productiva en qué ocupar el tiempo libre.
"Mi
papá (...) nos ha inculcado el uso de libros y que el saber es poder"
(femenino-17).
Los
adultos también indicaban reglas, poniendo límites en la recepción-consumo de
los medios gráficos a través de la prohibición o la censura.
Así
como se dedicaron a las lecturas estimulados por los adultos, también se
alejaron de ellas por la influencia del grupo de pares.
Criterios de selección
Los
mediadores, además, influyeron en la selección de temas y géneros y, en
ocasiones, indujeron a leer los mismos autores de su preferencia propiciando
momentos de análisis y reflexión conjunta respecto a los contenidos. Asimismo,
la mediación se concretó mediante regalos, préstamos y recomendaciones.
Pero
también los jóvenes, en el grupo de pares, actuaron como mediadores y líderes
de opinión con relación a las lecturas y a la retransmisión de informaciones
difundidas por los medios masivos. A la edad en que elaboraron su historia de
recepción, pusieron en práctica sus propios criterios de selección.
En
cuanto al consumo de periódicos, las observaciones presentadas con relación a
los libros son similares, especialmente la intervención de mediadores adultos.
Deberes y placeres
En
el marco de la educación formal, la recepción-consumo se caracterizó por la
lectura obligada de manuales, enciclopedias y textos de la literatura. En
algunos jóvenes esta situación, sumada a las características de la edad que
atravesaban, despertó el interés por la poesía y los autores latinoamericanos.
Para
la investigación de diferentes temas del curriculum debían recurrir a fuentes
de información tales como diarios y revistas.
Al
respecto, Mata expresa: "Son los jóvenes estudiantes -en particular los
universitarios-, los que ya poseen títulos superiores y los adolescentes,
quienes en mayor medida reconocen leer por obligación o en función de sus
estudios" (1995, p.46).
Según
la edad y también por la influencia del nivel de escolaridad que cursaban, con
relación a los temas de las lecturas, sus intereses fueron cambiando. De su
niñez rescatan el valor de las publicaciones que entretienen y enseñan.
¿Medios gráficos vs. medios
audiovisuales?
En
general, el consumo de los medios gráficos está relacionado con el estudio más
que con el entretenimiento o el interés por estar informados. No obstante,
incentivados por alguna lectura o estimulados por los adultos en alguna etapa
de su vida se interesaron más por la lectura de algún medio gráfico que por el
consumo de medios audiovisuales.
Pero
la mayoría de los jóvenes han preferido la recepción-consumo de la televisión
(desde niños) y de la radio (desde adolescentes). Esa preferencia estuvo
influida particularmente por la familia. Posteriormente, entraron a jugar las
nuevas tecnologías.
En
esta especie de competencia entre medios gráficos y audiovisuales, los primeros
les sirvieron para complementar las informaciones radiales y/o televisivas.
La
mayor o menor exposición a los medios gráficos estuvo también influida por el
nivel del poder adquisitivo. En este sentido Morley dice: "En la medida en
que el acceso a la información pública y a los recursos culturales dependa de
la capacidad de pago de los ciudadanos, las posibilidades de participar
efectivamente en la esfera pública se diferenciarán en consonancia" (1996,
p. 316).
"El
dinero para comprar todos los días el diario no lo tengo, así es que de esta
manera me las arreglo (hojeando todos los diarios y revistas en los quioscos).
Sólo espero hasta el domingo que es el día que se compra el diario seguro (y)
leo (todo)" (masculino-18).
Los medios gráficos y audiovisuales,
promotores del consumo
En
algunos casos, las lecturas les estimularon el interés por el visionado de la
película correspondiente al libro leído ("La casa de los espíritus" y
"De amor y de sombras", de Isabel Allende, por ejemplo). Pero
especialmente fue la televisión la que suscitó el interés por la lectura de
diarios, libros, enciclopedias, revistas de periodismo científico, etcétera.
"De
vez en cuando (leo) los diarios para saber determinadas noticias que salen en
la televisión y que quiero conocer más" (masculino-20).
En
este sentido es muy clara la apreciación de Mata al señalar: "La lectura
no operaría (...) como práctica marco que condiciona necesariamente el consumo
de diarios. El mismo tampoco se asocia a la preferencia de programas
informativos en radio o televisión, pero sí a la inclinación por los programas
televisivos periodísticos de actualidad. Como si de algún modo, el interés en
profundizar el contenido de la información brindada por los noticieros o el de
ampliar su temática a través de las versiones proporcionadas por periodistas y
personajes públicos, encontrara correlato en el interés por leer
periódicos" (1995, p. 40-1).
Antes y después del ingreso a
comunicación social
El
ingreso a la carrera de comunicación social marcó un hito importante. Antes de
ingresar manifestaron poco interés por la lectura completa del diario, por
ejemplo. Sólo leían los temas de su preferencia. A partir de la decisión de
estudiar esta carrera se preocuparon por una lectura más integral. Después del
ingreso, comenzaron a tener una actitud diferente respecto a la recepción de
los medios gráficos, en especial diarios y semanarios. Se trató, concretamente,
de la realización de una lectura de tipo crítico.
"Hoy,
cada vez que puedo lo leo (al diario) y analizo mucho lo que dice, de algo me
sirvió (...) estar en la Escuelita (nombre que recibe la Escuela de
Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba) y empezar a
ver de otra forma a los diarios cómo escriben, lo que escriben y para quién
escriben" (masculino-20).
Ahora, en Córdoba
Para
aquellos jóvenes que provienen de otras ciudades o localidades pequeñas del
interior del país o de la misma provincia de Córdoba, vivir y estudiar en
Córdoba - capital, fuera del marco familiar de consumo de medios, les significó
ciertos cambios en algunos aspectos del proceso de recepción-consumo.
Contradictoriamente, tienen menos acceso a los medios porque deben medirse en
los gastos, pero la gran ciudad les posibilitó una mayor oferta de medios para
el consumo.
LA RADIO
Primeros contactos con el medio.
"Un encuentro tardío"
En
general, el reconocimiento de los primeros contactos con la radio se ubica en
la pubertad y, fundamentalmente, en la adolescencia. Se menciona algún caso de
"consumo involuntario" en la niñez, a partir de la escucha de radio
en el hogar por parte de otros miembros de la familia.
El
consumo en la infancia podría representarlo esta frase:
"De
la radio era muy poco, yo diría nada, lo que podía entender, por ende también
era muy poco lo que me gustaba o disfrutaba de ella" (femenino-18).
De
la niñez se describe también un "contacto lúdico" con el medio a
través de la participación con llamados telefónicos para enviar saludos o pedir
temas musicales.
Los
primeros recuerdos aparecen por lo general ubicados en la etapa de la escuela
secundaria y siempre ligados al interés por escuchar música.
Modalidades del consumo. " La
radio es sinónimo de música"
Se
observa una identificación entre consumo de radio y consumo de música; la
mención de la radio se funde en el relato de un modo natural con el tema de las
preferencias musicales y los recursos tecnológicos para disfrutarlas.
"(...)
más que nada escucho radio porque poner casettes me parece incómodo y equipo de
compac disc no tengo" (masculino-17).
En
cuanto a la preferencia actual de emisoras, se destacan las FM de programación
musical.
"En
las emisoras FM (...) los programas más escuchados son los musicales",
dice Mata (1995, p.35); y señala también que "el consumo exclusivo de
emisoras en AM crece con los años y el de FM decrece simétricamente a medida
que ellos aumentan" (p.36).
Los
jóvenes pueden escuchar alguna emisora AM para informarse o escuchar partidos
de fútbol.
La
elección de emisoras tiene relación con sus preferencias musicales: rock o
música "marcha".
El
uso musical de la radio parece relacionarse con la adjudicación del rol de
"acompañante" a este medio. "Y si el espacio no es limitante,
dice Haye, tampoco lo es el tiempo: los mensajes pueden ser escuchados incluso
mientras se están desarrollando otras actividades" (1995, p. 20).
"La
mayoría del tiempo libre o mientras estudio escucho radio" (femenino-18).
El consumo de radio con relación al de
los otros medios: "Una actriz de reparto"
En
la historia del consumo mediático de los jóvenes, la radio tiene al parecer un
rol francamente secundario. Es la TV la que ocupa el lugar protagónico. Resulta
significativo observar cómo el contacto de estos jóvenes con la radio se ha
dado tardíamente con relación al de los otros medios de comunicación.
"A
la radio sólo la tenía en cuenta cuando la TV no funcionaba, pero eso era raro
que sucediera" (femenino-18).
Influencia del ingreso a la carrera en
el consumo del medio. "De oyentes a críticos"
La
elección de la carrera y el cursado de las primeras materias produjo
aparentemente cambios cuanti-cualitativos de relevancia en la modalidad del
consumo de medios. Al respecto, mencionan un incremento y diversificación en el
consumo, una posición más activa en la recepción y una visión más crítica del
contenido "hasta con la radio". Pero hay más alusiones a este tema:
"Mi conducta como receptor varió desde que vine a Córdoba y me inscribí en
la Escuelita (Escuela de Ciencias de la Información)" (masculino-18).
Las
transformaciones producidas en el consumo de medios de los jóvenes a partir del
ingreso a la carrera de comunicación social podrían estar relacionadas con el
tema de las "competencias" al que se refiere Bourdieu en función de
su explicación del consumo: "El consumo es una expresión de competencias y
de una competencia entre los códigos y las convenciones, los conocimientos, las
aptitudes y las diferencias (...)" (citado por Silverstone, 1996, p.196).
Las
competencias de los jóvenes se modificaron con el ingreso a la carrera de
comunicación social, por ende, también sufrió cambios su consumo mediático.
Marco de realización. "Una
experiencia muy personal..."
El
uso, la recepción y el consumo de la radio -a semejanza de los medios gráficos
y a diferencia de la TV- se realiza en los jóvenes de una forma personal,
individual, íntima, diríamos.
Si
comparamos con el marco familiar o grupal que en la mayoría de los casos
caracteriza al consumo de TV, en casi todas las etapas evolutivas de los
jóvenes, la situación del consumo radiofónico es bastante diferente. El
"uso personal" de la radio se relaciona con la mayor disponibilidad
de receptores en el hogar, a su inclusión en radiograbadores y equipos de
música, así como a la posibilidad de trasladarse con el transistor o con la
radio del auto. "Los oyentes no sufren limitaciones de lugar, la radio es
pequeña, portátil, rompió sus ataduras con la provisión de energía eléctrica y,
en consecuencia, va con ellos a todas partes" (Haye, 1995, p.20).
Normas sobre recepción y consumo.
"Sólo yo decido"
La
recepción y el consumo de radio se da en los jóvenes por lo general en forma
individual y libre de prescripciones impuestas por terceros.
En
el caso de la recepción y consumo individual de la radio, las normas son -en
general- "autoimpuestas" de acuerdo a distintos criterios personales:
preferencias musicales; aceptación o no de locutores-conductores; horarios
según oferta del medio o actividades cotidianas; etcétera.
Si
bien no aparecen normas impuestas por los padres, las preferencias de éstos en
cuanto a emisoras y/o programas radiales (en el caso de la radio como sonido
ambiente) pueden determinar el "consumo involuntario" de los jóvenes
y hasta crear hábitos de consumo en ellos.
"Escucho
las AM, al Lagarto y a Mario Pereyra por una cuestión de costumbre, ya que mis
padres y abuelos los escuchan desde siempre" (femenino-18).
Trayectoria geográfica según lugares
de residencia/consumo de radio. "Un lugar... una escucha?"
Con
relación al consumo de radio, las historias de recepción de los jóvenes no
presentan variaciones sustanciales según cuál haya sido su lugar de residencia.
No
parece haber diferencias en cuanto a los primeros contactos con el medio, ya
que en ambos casos (residentes del interior/residentes en Córdoba) aparecen el
consumo involuntario y el contacto lúdico en la niñez, y el uso musical de la
radio en la pubertad y adolescencia.
Sí
surgen algunas diferencias en lo referido a elección y preferencia de emisoras
y/o programas. Las mismas son tanto cuantitativas como cualitativas -al decir
de los jóvenes- esto tiene relación con la oferta más restringida de emisoras y
programas y el nivel de calidad de éstos en el interior de la provincia o en
provincias más pequeñas.
"No
podía elegir, al haber una sola emisora, igualmente tenía mis temas musicales
preferidos" (masculino-18-La Pampa).
Respecto
a la diferente calidad de los programas, los jóvenes del interior expresan:
"Creo que fue el único programa que escuché desde que vivo ahí y que
estuviera hecho por gente del pueblo. El resto de las opciones eran de terror:
recetas de cocina u horóscopos" (femenino-20-Mina Clavero).
En
cuanto al consumo de radio con relación al de otros medios, en los relatos de
los jóvenes del interior aparece el mismo lugar protagónico de la TV y
secundario de la radio. No obstante, se presentan algunas diferencias. Hay en
los jóvenes del interior mayor familiaridad con el medio radiofónico, esto
puede deberse quizá a hábitos creados en ellos a causa de un mayor consumo
familiar de este medio.
También
nos encontramos con casos de consumo de géneros no musicales.
"En
la mañana bien tempranito era de mi agrado escuchar las noticias, las emisoras
locales se conectaban con los programas periodísticos de Buenos Aires"
(femenino-18-Jujuy).
Las
diferencias encontradas con relación a consumo de medios y de otras prácticas
culturales entre los jóvenes con residencia en la capital y en el interior de
la provincia u otras provincias pueden ser explicadas a la luz de la opinión de
Douglas e Isherwood: "Dentro del tiempo y el espacio de que dispone, el
individuo utiliza el consumo para decir algo de sí mismo, su familia, su
localización urbana o rural (...). El consumo es un proceso activo en el que
continuamente se redefinen todas las categorías sociales" (citado por
Silverstone, 1996, p.199).
TELEVISIÓN Y OTRAS TECNOLOGÍAS ASOCIADAS
CON LA IMAGEN
El contacto inicial con el medio: las
primeras experiencias
La
primera experiencia de recepción de la televisión se presenta con diversa
intensidad según se trate de receptores urbanos, particularmente Córdoba
(capital), o receptores provenientes del interior de la provincia o de otras
provincias.
En
general, el recuerdo de los sujetos criados en la capital es difuso, ya que la
televisión es un elemento incorporado a la escena doméstica y cotidiana. El
acto concreto de haber visto por primera vez la televisión no se recuerda como
un hecho particular, más bien se recuerdan títulos y fragmentos de programas.
La
televisión se complementa con una diversidad de ofertas culturales. Aquí,
asociadas a determinados programas, aparecen las primeras pautas de otros
consumos: espectáculos relacionados con determinados programas de televisión.
También surgen modalidades de consumo relacionadas con el merchandasing:
figuritas, camisetas, golosinas y disfraces infantiles de personajes
televisivos.
Lull
se refiere a este tema: "Las imágenes que aparecen en los medios masivos
de las economías capitalistas se reclutan institucionalmente para promover
productos particulares, además sirven para crear comunidades de consumo de
grupos de productos y nombres de marcas y generalmente refuerzan una atmósfera
consumista" (1995, p.102-3).
También
ocupa un lugar muy importante la mención de la publicidad transmitida por la
televisión. "El aumento de las ganancias atribuible a la publicidad, la
costumbre de los niños de cantar los temas musicales de los programas de
televisión, el aumento de la asistencia a los recitales en vivo ofrecidos por
los cantantes después de que sus canciones fueran transmitidas por radio y TV y
hasta el rating nacional de un programa de televisión son todos ejemplos de la
influencia que ejercen los medios" (Lull, 1995, p.83).
El
contacto inicial (como recuerdo evocado claramente) se puede reconstruir de
manera más precisa a través de las experiencias de recepción de los jóvenes del
interior y/o de otras provincias. Varios de ellos recuerdan con bastante
detalle la primera vez que vieron televisión. Esto parece encontrar una
explicación en las deficiencias de desarrollo del sistema televisivo en el
interior: "Me acuerdo perfectamente la primera vez que vi televisión, fue
en la ciudad de Formosa adonde habíamos ido desde mi pueblo (también en Formosa)
a la casa de unos primos que vivían ahí. Fue el Pájaro Loco de lo primero que
me acuerdo que vi. En mi casa no era posible porque no había luz eléctrica,
usábamos baterías de autos. Tenía como cinco años. En mi pueblo, los que tenían
televisor no lo usaban porque la señal salía muy mala y se mezclaba con lo que
venía del Brasil" (masculino, 19 años, interior).
El
hábito de ver televisión no se ejerce de igual manera entre los receptores de
la ciudad (capital) en donde la oferta es más amplia y variada que en el
interior en donde la oferta es restringida. Esto ocurre respecto a otros
consumos culturales: cine, teatro, conciertos, etcétera.
Con
referencia a los otros medios relacionados con la imagen, sí hay recuerdos más
claros y precisos, ya que en general, la incorporación de estas tecnologías al
medio familiar es más reciente en su experiencia. Aparece como importante la
suscripción a alguna red de cable y la incorporación de la videocassetera.
Schmucler
y Terrero hablan del pasaje (del cine al vídeo) como un "salto
cultural" de importancia similar al paso del cinematógrafo al cine.
Señalan que este salto cultural no tiene que ver con el uso del instrumental
para la fabricación del producto, "sino con los circuitos de distribución
y con las formas de recepción. El paso del cine al vídeo -agregan- no sólo
conmueve las salas como canal de proyección; redistribuye los espacios de la
ciudad, altera los hábitos del uso del tiempo libre, disuelve los límites de lo
extraordinario y lo cotidiano, tiende a sustituir al acto mágico de la
contemplación por el consumo indiferente de la imagen-entretenimiento"
(1992, p.135).
El
descubrimiento del cine marca dos etapas claramente diferenciadas en sus vidas:
una primera que transcurre en la infancia y en donde el cine tiene las
características de una práctica familiar extraordinaria, ya que implica la
selección del film, la determinación de salir para ir al cine y el hecho del
desplazamiento hacia la sala (recuerdo más fuerte en los jóvenes del interior).
La
segunda etapa se puede marcar en la adolescencia, en donde la actividad de ver
cine tiene características fuertemente simbólicas, más asociadas al grupo de
amigos y a una relativa independencia familiar. Se decide entre amigos qué es
lo que se verá, se organiza la salida, se genera una gran expectativa en torno
a este evento y muchas veces se oculta a los padres la naturaleza de las
proyecciones a que se asisten. Son quizás las primeras decisiones de recepción
absolutamente conscientes y desprendidas del entorno familiar.
Las modalidades del consumo: la
familia y los amigos
En
la mayoría de los casos, el marco de recepción es el del entorno familiar.
A
los padres se los presenta como mediadores, y ejerciendo un discreto control
sobre lo que puede verse o no en televisión. Parecería que ese control tiende a
relajarse en cuanto a las prácticas relacionadas con el consumo-recepción de
vídeos: es importante la relación con amigos, ya que este medio aparece como
uno de los pretextos favoritos para la reunión del grupos de pares.
Una
situación similar se da con el cine: práctica controlada en la infancia y
liberada del control paterno a medida que se ingresa en la adolescencia, en
donde la opinión del grupo de amigos sería la determinante en el momento de
elegir un film.
Influencia o modificaciones por el
ingreso a la Escuela de Ciencias de la Información
Podría
decirse que el hecho de reflexionar sobre ciertas modalidades de consumo y de
recepción de medios instauran una visión crítica y en algunos casos culposa en
cuanto a revelar el consumo de ciertos géneros televisivos como por ejemplo,
las telenovelas; éstas sólo se mencionan en contados casos, casi como
accidentalmente. Sin embargo, Mata señala en su investigación sobre consumo en
Córdoba que mientras los adolescentes prefieren básicamente juegos y
entretenimientos y programas deportivos en TV, los jóvenes eligen las
telenovelas y los juegos (1995, p.33).
También,
en relación con su rol de estudiantes de comunicación, se presenta una visión
un tanto apocalíptica sobre los medios, en particular sobre la televisión.
La relación de consumo de medios
masivos con otros consumos culturales
Aparece
una diferencia muy importante en lo relacionado con diferentes consumos
culturales y medios, entre un habitante del interior y uno de capital. También,
existen diferencias de sectores sociales y grupos, nivel de educación de los
padres, etcétera.
Hay
pocas menciones de otras prácticas culturales; existen algunas referencias al
teatro y asistencia a espectáculos musicales no promocionados por los medios
(conciertos, etc.).
CONCLUSIONES
Como
se ha expuesto en las páginas anteriores, en la recepción-consumo de los
diferentes medios por los jóvenes estudiados, la mediación de la familia está
siempre presente y es muy importante, tanto como la de otras instituciones,
especialmente las educativas. En este caso particular de los jóvenes
ingresantes a comunicación social, la mediación de la institución Escuela de
Ciencias de la Información es sumamente determinante, a tal punto que, respecto
al consumo mediático, se puede hablar de un antes y un después.
Con
relación a los medios gráficos, las historias de recepción de los jóvenes
muestran que durante su niñez, los adultos los estimulaban a receptar-consumir
revistas cuyo objetivo era educar entreteniendo, fomentándoles el interés por
la lectura.
Ya
en su juventud, para estar informados prefieren los medios audiovisuales y
acceden a los diarios o semanarios para complementar o profundizar la
información de la radio y la TV.
En
cuanto al acceso a los medios gráficos, los jóvenes hacen referencia a la
compra, préstamo e intercambio de material de lectura entre amigos o conocidos.
El costo del diario es un factor que limita su compra diaria por lo que, en
general, se lo adquiere una vez por semana (en especial los domingos, por el
tiempo disponible para su lectura y la aparición de suplementos de interés).
Respecto
de la radio, salvo raras excepciones en que algún joven la destaca como
importante en el ámbito de su consumo, por lo general se menciona un
"consumo involuntario" en la niñez y un consumo ligado al uso musical
en la pubertad y la adolescencia.
Vale
señalar que el marco de consumo de la radio, favorecido por la proliferación de
aparatos de radio en el hogar, el auto, etc., es individual, personal, privado.
A partir de un uso musical en forma individual y privada, los jóvenes adjudican
a este medio el rol de "acompañante". Su consumo es sinónimo de
consumo de música; pero también hay audiencia de informativos o partidos de fútbol.
En
general, los jóvenes negocian el consumo con los adultos; prevaleciendo, en
algunos casos, el criterio de los primeros.
En
cuanto a la intensidad del consumo de la radio, la relegan a un rol muy
secundario otorgándole a la televisión un lugar protagónico.
Como
se ha visto, la televisión surge como el medio en torno al cual se articulan la
mayor cantidad de prácticas de recepción-consumo; esto se incrementa
notablemente a partir del desarrollo de las redes de televisión por cable. Este
protagonismo aparece relacionado más fuertemente con determinadas edades: es
muy importante durante la infancia, decrece con la adolescencia (una mayor
preferencia por la radio) y se nota un incremento, ya con una mirada particular
a partir de su ingreso a la carrera de comunicación; aunque, en general, los
primeros argumentos críticos se centran en el lugar común "la televisión
es mala", sin poder determinar claramente porqué.
Los
jóvenes provenientes del interior reconocen que ven más televisión que en su
lugar de origen; en general, lo relacionan con un fuerte aumento de la oferta
televisiva. El zapping es una práctica fuertemente incorporada. La mayoría de
las veces no ven un programa completo, sino que recorren el espectro de
señales, centrándose en alguna en especial y recorriendo el resto.
Se
puede apreciar una clara diferencia en la relación de consumo de géneros
televisivos y géneros sexuales. Los hombres muestran una clara predilección por
todos los géneros relacionados con deportes y noticias. Las mujeres se sienten
más inclinadas al consumo ficcional y también de los documentales. Hay una
fuerte resistencia (autocensura) a reconocer el consumo de determinados
géneros, como por ejemplo las telenovelas.
Si
bien la investigación posibilitó analizar los procesos de recepción-consumo de
medios masivos y nuevas tecnologías con relación a la reproducción y
construcción de los social, es importante seguir investigando un tema complejo
y nunca acabado intentando profundizar en las categorías de análisis.
Bibliografía
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Haye, Ricardo. Hacia una
nueva radio, Paidós, Estudios de Comunicación, Buenos Aires, 1995.
·
Lull, James. "La
estructuración de las audiencias masivas", en Diá-logos de la
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·
Mata, María Cristina.
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Morley, David.
Televisión, audiencias y estudios culturales, Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
·
Silverstone, Roger.
Televisión y vida cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires, 1996.
·
Schmucler, Héctor y
Terrero, Patricia. "Técnica y cultura urbana", La mirada oblicua.
Estudios culturales y democracia, La Marca, Buenos Aires, 1993.
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO DE LATINA EN
BIBLIOGRAFÍAS:
Nombre de los autores, 1998; título
del texto, en Revista Latina de Comunicación Social, número 10, de octubre de
1998, La Laguna, en la siguiente dirección electrónica (URL):
http://www.lazarillo.com/latina/a/cordobax.htm