Nuevos modelos de producción audiovisual
Lic. Raquel Miranda
Cáceres
©
Licenciada en Periodismo
Universidad de La Laguna
(Tenerife, Canarias)
La industria televisiva está comenzando a sufrir
una transformación originada por dos factores: la explosión de Internet y la
revolución digital. La sinergia producida por estos acontecimientos nos
encamina hacia una nueva vida, una era de conjunción audiovisual entre
distintos sectores, televisión y PC, de la que se beneficiará el telespectador.
Estamos en los albores de un modo nuevo de
comunicarnos, comprar, jugar, en un mundo donde los grandes avances
tecnológicos convergerán de forma irremediable. Estamos ante un cambio de
cultura audiovisual. Sin embargo, es muy complicado predecir las características
que tendrá la Televisión del futuro, cuando adquiera su madurez, ya que nos
encontramos en pleno proceso creativo, queda mucho por recorrer y su formación
final será un planeta aún por descubrir que ahora mismo sólo podemos
vislumbrar. Algunos expertos llaman a esta revolución de la imagen post
televisión, otros lo llaman futuro.
Nos encontramos con un
nuevo concepto de industria capaz de generar contenidos nuevos, de forma masiva
y hacerlos llegar a los usuarios. Según el escritor y sociólogo italiano Eco
“todo lo que sabíamos sobre periodismo o televisión está cambiando”. Mucho más
cuando Internet y la Televisión se fusionen y se muestre como una oferta única
ante el usuario. El futuro de la televisión es difícil predecirlo, no
desaparecerá pero sí se presentará como una nueva opción, un nuevo medio, que
la tecnología está cambiando. El acceso a las noticias y a los distintos
programas se hará bajo demanda on line y las empresas televisivas tendrán que
posicionarse si quieren mantenerse.
Términos como: post-TV,
hipertelevisión o cosmotelevisión se impondrán, desterrándose el concepto de
televisión.
Según Bill Gates “Delante
de nosotros se abre un mundo de información
infinito, con un acceso muy fácil y un impacto único”.
Puede que sea un cambio similar
a la llegada de la radio, sin que eso perturbe la existencia de la prensa, al
mismo tiempo que la imagen se incorporó al sonido; momentos revolucionarios
superando todos los descubrimientos anteriores: la imprenta, la radio, el
teléfono, la televisión y el ordenador.
La convergencia entre
ordenadores y las redes de comunicación modifica a diario las actividades
empresariales así como, los hábitos de consumo actuales. Es una época de
posibilidades inigualables. La gran mayoría no somos conscientes de la
revolución que se está fraguando a nuestro alrededor.
Muere la forma actual de
hacer televisión, las tecnologías de la información están influyendo sobre los
contenidos. PC y televisión serán cada día más parecidos. Motivo por el que
cadenas de televisión se ven obligadas a crear nuevos formatos ligados a las
innovaciones que ofrece la técnica. El concepto tradicional de producir
televisión está agonizando.
Pero nace una nueva forma
de producción audiovisual: los portales de televisión en Internet, convertidos
en medios distribuidores de productos audiovisuales convencionales.
Cuando hacemos referencia
a una nueva forma de hacer televisión, englobamos a un fenómeno que de forma
cotidiana comienza a formar parte de nuestras vidas. Nuevos formatos como el bus,
supervivientes o gran hermano invaden nuestros hogares como si de un virus se
tratase.
Esta nueva programación
nos conduce a otra cultura audiovisual
que modifica las posibilidades de consumo y selección. En este momento los
contenidos superan cualquier expectativa que pudiéramos tener, cualquier
contenido es válido sea cual fuera.
He aquí la convergencia
de la que hemos venido hablando entre televisión convencional e Internet. Con
esta programación se está condicionando al telespectador que se siente a ver
televisión; un mayor acercamiento a la audiencia, con formatos nuevos, y que
nos aproximan a una realidad, de ahí la nueva denominación que surge alrededor
de esta programación, la telerrealidad. De este modo se promueve un enlace
cercano entre clientes, permitiendo que los usuarios creen su propia
experiencia de entretenimiento, libre de las limitaciones de la televisión.
Estos nuevos formatos en
la programación contribuyen a crear interacción con el público y el feedback
será un elemento determinante en esos nuevos modos de producción.
Las audiencias marcan el
reparto de contenidos sobre el que vamos a trabajar, así como, los nuevos
estilos de programación.
Contenidos como “Gran
Hermano” podrían definir el concepto “portal de TV”. Programación como ésta
tiene su origen en aquellos contenidos que no cubren la Red, pudiendo existir
tantos contenidos como se nos ocurran.
La multitud de canales
que encontramos hoy en la Red se convertirán en pequeños canales temáticos de
Tv.
El caso de Gran Hermano
se inspira en una sugerente novela escrita por el inglés Eric Arthur Blair,
conocido como George Orwell. Tras cincuenta años de su muerte su historia cobra
vida haciéndose realidad. En el año 99 la mega productora holandesa Endemol,
puso en marcha su proyecto más apocalíptico, escandaloso gracias a su
presidente, Jhon de mOl, fanático de Orwell.
Orwell imaginó al Gran
Hermano como eje y el ojo de un estado futuro, un ojo inmenso y vigilante, que
controlaba las veinticuatro horas del día, la vida de los ciudadanos. La gente
estaba amenazada y aterrorizada por esa figura omnipresente, que podía
inspeccionarles en cualquier momento en sus casas a través de la pantalla del
TV, bilateral, capaz de transmitir y recibir información.
De Mol, tomó la idea del
escritor británico y confeccionó un programa de TV. No existían precedentes
audiovisuales de esas características. Convirtiéndose en un acontecimiento
sociológico, reafirmando la idea que teníamos de Holanda, como un país
aperturista y de persianas abiertas.
Formado por un equipo de
diez personas, que nunca se han visto ni conocido antes, se reúnen y viven
juntos, durante un periodo de tiempo pactado, en una casa diseñada y construida
para esa experiencia. Viven sin contacto alguno con el exterior. Docenas de
cámaras y micrófonos observan al grupo día y noche, grabando cada movimiento y
cada palabra. Como grupo tienen que convivir, al mismo tiempo que realizan
tareas comunes: cada cierto tiempo tienen que nombrar a dos de sus compañeras
para que abandonen la casa. El público, a través del teléfono y de una votación
por Internet, determina quién es expulsado. Después de cien días, el último de
los participantes que queda en la casa se proclama vencedor y recibe un
sustancioso premio en metálico.
En este programa existe
total transparencia en todo lo captado por los objetivos de las cámaras, y así
se le transmite a internautas y espectadores la vida de los concursantes.
El resultado que se
obtuvo en cifras de audiencia, fue espectacular. Pero lo más importante es que
esta programación se ha acercado con éxito al concepto global de televisión del
futuro.
Este paso se ha dado
porque a la experiencia televisiva convencional de cualquier reality o show, se
le ha añadido un desarrollo on line, una auténtica aventura interactiva para el
espectador o navegante, ofreciendo una enorme capacidad de atracción, que
resulta complementaria a la emisión por televisión.
¿A qué se debe el éxito
de este formato global? ¿A su originalidad? ¿Al morbo y voyeurismo del
telespectador? ¿A su alcance sociológico?.
Quizás la solución se
encuentre repartida entre muchos factores, entre los que figura la óptima labor
de casting de los participantes o el morbo que se produce mirando a alguien sin
que, aparentemente, el otro lo perciba. O como dijo un filósofo, “la revolución
genuina está en la discusión pública de lo privado y en el debate privado de lo
público”.
Gran Hermano es una
muestra más de la transparencia mediática de la cultura posmoderna, donde el
escaparate se instrumenta a través de las cámaras y monitores de televisión o
pantallas. Este programa une en su concepción, la herencia ideológica de
Orwell, la omnipresencia de la red, la atracción que tiene la sociedad de la
intimidad de los demás y el gran poder del teatro del mundo , que es la
televisión.
Ha habido otras
programaciones como el bus que han intentado captar la atención del público de
la misma forma, pero en un marco distinto, en un autobús. Sin embargo, los
resultados no fueron los esperados, aunque se pretendía lo mismo y poseía una
normativa similar.
Supervivientes, desde mi
perspectiva es el que más se diferencia de ambos. Era un concurso más en el
sentido estricto de la palabra. Aunque también convivían, cambia el marco donde
se desarrollaba, así como el tiempo de emisión, haciendo de él un programa más
tradicional, que le restaba interés y atractivo.
Expedición Robinsón es
una producción de Globomedia (compañía de Emilio Aragón, en asociación con una
productora argentina, que recibió más de tres mil solicitudes de aspirantes
para concursar. Tras el casting, la grabación se llevó a cabo en dos islas de
Panamá. Los participantes, que aterrizan con lo puesto, se dividen entre las
dos islas, en equipos diferentes, y van siendo eliminados por medio de pruebas
y sus votaciones. Al final el ganador, el superviviente, se lleva una cantidad
de quince millones de pesetas.
La filosofía del espacio
es parecida a la de Gran Hermano, solo que la emisión no es en directo ni se
graba por las noches.
Pero sus responsables han
debido trabajar con prudencia, porque en la versión sueca, un participante se
suicidó al terminar la grabación porque sus compañeros de isla se burlaban de
él.
Sin la menor duda, el
gran líder de audiencias ha sido Gran Hermano. Siendo muchos los países que han
comprado el triunfador y revolucionario formato endemol entertainment. Países
como EEUU se han sumado a esa compra. Observándose en ese hecho el cambio de
los intereses americanos, cambiantes y curiosos por la televisión europea.
Formatos europeos calan
cada vez más en la sociedad americana, viéndose aumentada la demanda de
catálogos europeos, después del boon Gran Hermano.
Incluso consecuencias
culturales se le podrían añadir al fenómeno Gran hermano, puesto que la venta
de ejemplares por aquellos que conocían los orígenes de éste formato, en la
novela de Orwell, cincuenta años atrás acelerando su venta y agontándose hasta
el último ejemplar.
Con gran Hermano se abrió
la ventana vouyerista que todos llevamos dentro, modificó los modelos de producción,
distribución y comercialización de sus productos que se van adaptando a la
nueva realidad.
Con estos datos, no nos
cabe duda, que las empresas triunfadoras del próximo decenio serán las que
utilicen los medios digitales para reinventar su propio funcionamiento. Esas
compañías tomarán decisiones con rapidez actuarán con eficiencia y hallarán
vías positivas de contacto directo con sus clientes.
Pérez de Silva, J.
Bandrés, Elena, García Avilés, Javier y Pérez Gómez, Gabriel (2000) El periodismo
en la televisión digital, Barcelona. Editorial Paidós.
Bustamante, Enrique y Álvarez Mozoncillo, José María (editores)
(1999) Presente y Futuro de la Televisión Digital, Madrid, Edipo, Comunicación
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Cebrián, Juan Luis (1998)
La Red, Madrid. Editorial Taurus.
García Noblejas, Juan
José (1995) Comunicación y Mundos posibles, Pamplona. Eunsa.
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO DE LATINA EN
BIBLIOGRAFÍAS:
Nombre de la autora, 2003; título del
texto, en Revista Latina de Comunicación Social, número 53, de enero-febrero de
2003, La Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección telemática (URL):
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200353miranda.htm
Revista Latina de Comunicación Social
La Laguna (Tenerife) – enero-febrero de 2002 - año 6º - número 53
D.L.: TF - 135 - 98 / ISSN: 1138 – 5820
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200353miranda.htm