Este libro, escrito a partir de una investigación llevada a cabo durante los años 1978 a 1981, pone de manifiesto que la educación intelectual de niños trisómicos-21 (mongólicos) es posible y trata de demostrar con la experiencia que la integración en centros normales les favorece.
El análisis que realiza de la situación actual en los centros de Educación Especial le lleva a proponer un modelo teórico-práctico de intervención afirmando que el profesor debe ser también un investigador en su clase.
La parte didáctica se muestra como su principal valor. No sólo proporciona a los profesores de Educación Especial una valiosa guía en su tarea educadora, sino que además, aporta un modelo didáctico explícito.
El estudio estadístico realizado sirve como apoyo a todo el cuerpo teórico-práctico, poniendo de relieve una vez más que el principio de integración debe ser una realidad en nuestras escuelas.
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