En este artículo, se aborda la nueva normativa aparecida en Andalucía sobre la evaluación en los niveles de Infantil, Primaria y Secundaria. Los cuadros resumenes que se presentan dejan bien definida la complejidad de los procesos de evaluación que contemplan las distintas normativas. Sus conclusiones son críticas con el mapa conceptual y prioridades que aparecen en la legislación publicada por la Consejería de Educación de la junta de Andalucía.
Cuando en febrero de 1993 aparecen las tres órdenes que regulan la evaluación en Andalucía, dentro del marco de la Reforma Educativa, parecía importante y adecuado analizar qué ofrecían estos documentos para la transformación de la práctica real de los profesores. Creíamos que un cambio en la evaluación podía ser el iniciador y la chispa que desencadenara la innovación en otros ámbitos docentes (Fernández Pérez, 1986, 98107).
En una primera lectura de las referidas órdenes detectamos que éstas podrían resultar muy poco útiles para iluminar la práctica de los profesores de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. La necesidad de entenderlas nos llevó a un exhaustivo análisis cuya exposición constituye el objeto del presente artículo.
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