El planteamiento de escuela inclusiva se pone de manifiesto a partir de dos conferencias auspiciadas por la UNESCO: la de Joimen (Tailandia) en 1990 y la de Salamanca (España) en 1994. En el Foro Mundial sobre Educación que tuvo lugar en el 2000 en Dakar (Senegal), la propuesta inclusiva fue considerada como modelo hacia el cual deben dirigirse las instancias educativas con pretensión de respuesta a la diversidad de su alumnado. La escuela inclusiva asume un modelo que permite ofertar una educación de calidad para todos los alumnos y alumnas independientemente de sus circunstancias sociales, culturales, de género, físicas o cognitivas. Desde la perspectiva de la inclusión, es obvio que las instituciones escolares requieren profundos cambios desde el consenso y la implicación de la comunidad educativa en general y del profesorado en particular: - Cambios Organizativos, creando estructuras más coordinadas y promoviendo mayor flexibilidad en cuanto a la distribución de los espacios y tiempos. - Cambios en la mentalidad docente, rompiendo el modelo de la homogenización y aceptando la diversidad como riqueza. Asumiendo las fórmulas de trabajo colaborativo y centrado en la reflexión y acción conjunta. - Cambios Curriculares, entendiendo el currículo como marco único de referencia, flexible y compensador, desde el cual dar respuesta a todo el alumnado, priorizando el aprendizaje de las competencias básicas. - Cambios en el modelo formativo, incorporación de la formación continúa en los centros y como resultado de la reflexión desde la práctica.
|