Si aceptamos que globalizar es aprender a relacionar y comprender críticamente la realidad necesariamente, cuando iniciamos los procesos de enseñanza y aprendizaje en la escuela, tendremos que tener en cuenta la madurez cognitiva, los diversos ritmos y estilos de aprendizaje, la cultura experiencial y los intereses y necesidades del alumnado si realmente queremos favorecer y fomentar la estructuración de sus diferentes, y a veces contradictorias, interpretaciones y representaciones de la realidad para que pueda alcanzar una mejor comprensión de ella. En esta tarea educativa, la metodología investigativa como estrategia nucleadora de la actividad educativa puede ser, y en la práctica lo es, un imprescindible recurso globalizador que en la práctica se concreta a través de Proyectos de Investigación, Unidades Didácticas, Centros de Interés, Proyectos de Trabajos o Unidades de Investigación. No es intención de este trabajo matizar las diferencias existentes entre cada una de estas propuestas didácticas sino, más bien, esbozar las coordenadas metodológicas que sustentan la práctica globalizada a través de una Unidad de Investigación
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