Los autores nos presentan una experiencia de escritura creativa relacionada con prácticas de relajación de origen tibetano. Plantean la necesidad de despertar los sentidos al mundo de los niños y niñas. Recuperar la capacidad de sentir sorpresa y de maravillarse, frente al automatismo paulatino del ser humano. En último término es una llamada a la comunicación.
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