Al parecer nuestra biosfera cotidiana se aleja cada vez más de la realidad creada por la naturaleza para convertirse en una pseudo-realidad, digamos en una realidad virtual engendrada por los nuevos medios. Las nuevas tecnologías están generando ante nuestros ojos una verdadera revolución que afecta tanto a las actividades relacionadas con la producción y el trabajo como a las actividades ligadas a la educación y a la formación (AA.V.V, 1996: 198).
En nuestros días, parece que es más importante la imagen que la realidad reflejada por los nuevos avances tecnológicos. Se trata de un paso adelante en el proceso de emancipación de la naturaleza, de lo real. A la vez, nos estamos haciendo más dependientes de los nuevos apoyos tecnológicos que comienzan a funcionar como verdaderas prótesis; nos sentiríamos inválidos, seríamos parcialmente inútiles sin ellos. En este proceso cambia también nuestra relación con lo real y se diluyen las fronteras entre realidad y ficción.
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