Uno de los fenómenos que mejor demuestran que las empresas deben desaprender muchas cosas es la aparición en el escenario de polos opuestos a las formas tradicionales de concebir las cosas. La idea es que si hasta ahora concebíamos algunas cosas de una determinada forma, ahora aparecen como posibles justo los polos opuestos. Así, aparecen muchas bipolaridades, o dipolos, y la gestión de la empresa se convierte cada vez más en una gestión de esas polaridades.
|