La idea es muy simple. Hasta ahora cuando pensamos en la revolución digital, tendemos a pensar que todo este tema de las redes no es más que una extensión de lo que conocemos en “la realidad” desde hace decenas de años. O sea, tendemos a pensar que la Red permite extender nuestra experiencia del mundo real. Pues bien, creo que lo aprendido durante los últimos años me permite aventurarme a decir que lo cierto es justamente lo contrario: es la realidad la que es un caso particular de lo virtual
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