En un momento transcendental en Europa tras la creación del espacio único audiovisual que las empresas deben aprovechar creando colaboraciones entre industrias nacionales, redes transfronterizas, operadores nacionales que superen la fragmentación y la dispersión de mercados, fluyendo sinergias que multipliquen el potencial de las sociedades, movilizando capitales transeuropeos, se plantea el interrogante de la función del audiovisual en las comunidades autónomas dado su ámbito de actuación limitado y la importancia fundamental que tiene en la defensa de las identidades culturales.
Un concepto clave en la industria audiovisual para entender su funcionamiento es el de industria cultural, que implica la complementariedad de ambos términos, al formar las actividades económicas industriales la base del desarrollo de las actividades culturales, necesarias las unas para el funcionamiento de las otras.
El Libro Blanco sobre Crecimiento, Competitividad y Empleo adoptado por el Consejo de Europa en diciembre de 1993 presenta al sector audiovisual europeo con un elevado potencial de desarrollo en todos sus aspectos. Esta tendencia hacia el crecimiento y desarrollo de la industria audiovisual europea corre el riesgo de difuminarse si las fuerzas centrífugas la marginalizan en segmentos de mercado locales, regionales o estatales, que desaprovechen el crecimiento global del sector audiovisual
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