La era de la interdependencia y de la globalización económica es indiscutiblemente la era de la empresa transnacional , cuyo poder se asienta en la producción y la comunicación como factores combinados.
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial , la industria ha desarrollado su capacidad reproductiva ampliando mercados y concentrando el poder del capital hasta extremos inverosímiles. De hecho , la empresa transnacional es una manifestación concreta del desarrollo histórico y expansivo del capitalismo. Sin embargo , la novedad de las actuales sinergias del capital transnacional es el uso , y abuso , de la comunicación y la información como principal factor endógeno de crecimiento. " La comunicación se ha convertido en una rama provechosa y vital de la producción industrial. El control de la comunicación abre importantes perspectivas al manejo de la necesidades del consumidor y a la legitimación de los intereses del negocio " (1). El complejo comunicación-industria , según explica Hamelink , es una nueva exigencia de la actual estructura económica del mundo , dominada por el control financiero , la centralización de la industria del marketing y el control de la tecnología. De ahí la incidencia de los elementos informativos en el proceso de financiarización de la economía (2). " Tanto en términos de hardware como de software , la comunicación internacional es una rama importante de la actividad industrial. Las empresas que poseen intereses considerables en la comunicación internacional figuran entre las mayores empresas industriales del mundo
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