Desde los primeros planteamientos pedagógicos en torno a la enseñanza de las Ciencias Naturales, realizados en México, ha prevalecido la certeza e importancia que tiene incorporar la enseñanza de la ciencia en los planes y programas de la educación básica. En el último cuarto del siglo XIX se incorporaron dentro del currículum de la primaria elemental, las Lecciones de Cosas, con el doble objeto de desarrollar lógica y metódicamente la inteligencia de los niños y de enriquecerla con conocimientos positivos y útiles; fue a la vez un método racional para despertar y ejercitar el espíritu y un aprendizaje real de ideas y de verdades sobre los ramos fundamentales del saber humano (Díaz, 1875: 48). Se pretendía que los niños adquirieran nociones básicas sobre la ciencia y elementos culturales de aplicación práctica y útiles para resolver los problemas de la vida cotidiana.
A partir de entonces, la enseñanza de las ciencias naturales ha experimentado una serie de transformaciones en sus enfoques y finalidades y se ha mantenido dentro del conjunto de contenidos culturales de mayor importancia. Sin embargo, a pesar de los bien diseñados planes de estudio, los buenos propósitos educativos y las numerosas reformas (hoy en día) reconocemos que estamos todavía muy lejos de alcanzar un nivel medio de competencias en materia de ciencias; basta citar, por ejemplo, la imagen que México ha obtenido a través de los resultados obtenidos de las pruebas PISA 2000 y 2003 donde en el más reciente se sitúa por detrás de todos los países de la OCDE, y sólo delante de Túnez, Brasil e Indonesia (Vidal y Díaz, 2004:168). Estos resultados ponen en evidencia que la mayoría de los jóvenes mexicanos que han culminado su educación básica, alcanzan únicamente los niveles más bajos de competencia, lo que en materia de ciencias implica una limitada capacidad en el individuo para pensar racionalmente y utilizar el conocimiento científico en la toma de decisiones fundamentadas sobre su entorno natural y social.
Con este telón de fondo y este lamentable panorama se desarrolla una investigación con la intención de conocer y comprender un poco porqué sucede esto, porqué nos cuesta tanto lograr una alfabetización científica y, qué elementos nos limitan. Para encontrar algunos referentes explicativos se exploró la realidad en la cual se desarrollan los procesos de formación de los futuros docentes de primaria en la asignatura de ciencias naturales y su enseñanza. Se reconoce que si se analiza un contexto muy específico, éste es representativo y producto de toda cultura institucional.
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