La civilización actual posee potentes herramientas y medios de comunicación e investigación científica que están transformando radicalmente la producción del conocimiento científico, social y cultural, así como los conceptos de saber, aprendizaje y cultura. Los continuos avances tecnológicos y cibernéticos junto a la saturación informativa actual hacen necesario repensar la función socializadora, compensatoria y formativa de la educación en las sociedades postmodernas actuales (Pérez Gómez, 1992); sin embargo las instituciones educativas siguen ancladas en un conjunto de rutinas y prácticas muy difíciles de modificar. La educación debe ofrecer a sus educandos razones para educarse y desarrollar una interpretación y comprensión crítica de las creencias y valores que mediatizan y estructuran sus percepciones y experiencias de la realidad. Es muy importante que el alumnado adquiera las herramientas y las estrategias necesarias para interpretar y comprender criticamente su mundo personal y social (Giroux, 1.990) pero también es muy importante que conquiste los recursos y medios para sustituir la subordinación, conformismo, insolidaridad, egoismo, individualismo ... por otros valores más acordes con la condición humana.
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