Conseguir una educación comprensiva exige del profesorado el desarrollo de una programación flexible y adaptada que asuma unos objetivos centrados en los procesos de aprendizaje del alumnado. ¿La reformulación/contextualización de esos objetivos permitirá realmente a los docentes realizar una enseñanza de calidad?
Las programaciones oficiales elaboradas por gran parte del profesorado parten de objetivos de aprendizaje. Sin embargo su utilidad para el desenvolvimiento práctico de la docencia es mínimo, excluyendo los fines más formativos. Este artículo plantea como opción a la problemática anterior la reflexión sobre las actividades educativas que podrían derivarse de esos objetivos en cada contexto educativo concreto
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