Una práctica educativa apoyada en la reflexión, el diálogo, la colaboración y la participación democrática en la vida escolar permitirá la construcción de significados compartidos que ayuden a comprender no sólo la propia experiencia sino también la de los demás. Pero la construcción de una cultura democrática de enseñanza se debe de apoyar en la reflexión cooperativa de la práctica docente para permitir superar las trabas que impone la inercia y la estructura institucional del sistema.
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