los autores de este trabajo reflexionan sobre el aprendizaje de la lectura después de desarrollar una investigación en un ambiente pobre, concretamente en un barrio popular de París habitado principalmente por magrebíes. Entre sus conclusiones destaca la necesidad de desescolarizar la enseñanza de la lectura y la escritura que debería considerar los diversos lugares de aprendizaje en los que la lectura tiene lugar, el importantísimo papel desempeñado por las personas cercanas al alumnado, la necesidad de superar la ruptura existente entre la escuela, la familia y el contexto social para facilitar y estimular el progreso cognoscitivo general del alumnado respecto al hacer y al saber hacer.
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