Del catón y la cartilla se pasaba ¡cómo no! al catecismo, a la enciclopedia y a todo tipo de enseñanzas que tenían de común su carácter repetitivo y dogmático.
Pero la escuela se mueve ya en otros contextos y, aunque tímidamente, se insinúa una pedagogía que pretende romper con esos marcos tan rígidos y parece intentar formas más razonables y más atentas a los procesos reales del aprendizaje infantil.
En primer lugar, se fueron elaborando unos materiales más diversos y atractivos y, por otro lado, no son pocos los colectivos de docentes que adoptaron una práctica más motivadora para los/las escolares.
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