En la educación misma es difícil imaginar una educación sin libros, sin publicación.
Sin embargo, esa cultura que hoy tenemos en papel encuadernado puede haber pasado por un estado de oralidad (La Odisea), por papiros, pergaminos y papel, por voces, manuscritos e impresos. Hoy ya está en soporte digital y sigue tan fresca como hace casi tres mil años.
En definitiva, podríamos decir que cualquier soporte que contribuya a la mejora de la circulación social de la información cumple su requisito de favorecer el florecimiento de la cultura.
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