Nosotros, hombres y mujeres, durante siglos nos hemos creído el CENTRO del Universo. Creíamos que TODO giraba a nuestro alrededor.
A lo largo de los últimos siglos descubrimos que este aparente centro no era tal.
Los planetas no giran alrededor de la Tierra, no somos el centro de la Creación, ni somos capaces de controlar todo lo que nos sucede .
Y, además, somos las únicas criaturas que advenimos al mundo en estado de "prematuración", estado que nos hace depender de otros, humanos, para que nos asistan. Aparente debilidad, base de nuestra fortaleza, ya que al carecer de soporte instintivo TODO LO DEBEMOS APRENDER, TODO LO DEBEMOS CONSTRUIR.
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