Las reflexiones que siguen forman parte de un largo proceso de revisión de las claves epistemológicas de la semiótica, que debe adecuar sus postulados, en tanto que teoría de los procesos de simbolización y significación, al actual momento de redescubrimiento de dimensiones sintéticas, integradoras, analógicas, del conocimiento humano, frente a la dimensión casi exclusivamente diairética, separadora, binaria, lógica, secuencial de los paradigmas de la `ciencia moderna'.
En la encrucijada de una "gran bifurcación" (E. Lazslo) hemos de recuperar la contemporaneidad con nosotros mismos tras la radical crisis de la modernidad y del sujeto. Por ello, a lo largo de estas páginas circulan más preguntas y reparos que respuestas y certezas. Pero ese constante cuestionamiento, que constituye la base misma de todo conocimiento no dogmático, está sujeto (quiero reconocerlo) a determinadas reglas y compromisos. Son los que inevitablemente constituyen mis pre-juicios científicos no tanto como distorsiones (que también lo son) sino como condición misma para emitir un juicio, como instancia de valoración y como ángulo de comprensión del mundo.
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