El mundo de la educación coincide más o menos en algunas funciones sociales, como las de preparar al individuo para el trabajo, para la vida pública —es decir, para asumirse como ciudadano—, para desarrollarlo como ser humano, integrarlo a la sociedad civil y finalmente para establecer, mantener y revitalizar la conciencia nacional entre los alumnos. La educación ofrece una recuperación e interpretación de los valores fundamentales de cada cultura aunque, primariamente a través de la familia, tiene las influencias directas o indirectas de las instituciones de mayor poder, los estados, las iglesias y por supuesto las escuelas. (Fernández: 1995; Sicinski: 1990 y Gómez: 1996)
"La educación en valores no es una novedad de nuestro sistema educativo. El papel predominante de la Iglesia católica en la educación...ya como titular de centros de enseñanza o supervisando la adecuación de la enseñanza en centros públicos a los dogmas y moral católica, pone de relieve la concepción del sistema educativo como transmisor no sólo de conocimientos sino también de valores." (Castro, 1995: 8)
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