El hombre desde que nace entra en contacto con la naturaleza, es decir, inicia su conocimiento sobre todo lo que lo rodea, que va despertando su curiosidad, su interés e incluso su pasión por saber. Sin embargo, estas actitudes y actividades que el hombre va desarrollando, no siempre son benéficas para la naturaleza, prueba de ello es el deterioro del medio ambiente.
Nuestros ancestros tenían un respeto y devoción mágico religiosos por la naturaleza, como lo expresa González (1986:49), por lo cual la cuidaban y veneraban, pues sabían que era de ahí de donde provenía la base de su alimentación. Actualmente parece que hemos olvidado eso y hemos perdido el respeto que se debe a los recursos naturales, haciendo uso de ellos inmoderadamente, descuidando y agrediendo los tres elementos básicos de nuestro planeta: agua, aire y suelo.
|