Sigue siendo un rasgo común en las descripciones de las instituciones de medios de comunicación holandesas el hecho de resaltar la importancia de su imposible comprensión para los observadores no holandeses, o en otro caso, el hecho de hacer hincapié en su originalidad, por lo que no es tarea fácil compararlas con las mismas instituciones de otras sociedades. En cierta medida, la sociedad holandesa es (o era) única dentro de una perspectiva global. La gente es (o mejor era) leal a diferentes bloques de partidos e instituciones cristianos o socialdemócratas en el campo de la educación, las comunicaciones de masas, las actividades de ocio, las organizaciones de voluntarios, etc. Aunque esta lealtad ha disminuido sensiblemente desde la década de los 60 y los 70, los bloques siguen estando en posesión del poder en la política, la educación y los medios de comunicación (1). La terminología sobre las complicadas relaciones entre la lealtad y la vida institucional, así como sobre su disminución, resulta muy difícil de traducir del holandés. Los términos empleados son verzuiling, traducido en algunas contribuciones acerca de los Países Bajos para lectores internacionales como pilarización; y ontzuiling, o despilarización, para referirse a su disminución.
En muchas otras sociedades modernas y en vías de modernización, pueden encontrarse procesos análogos de diferenciación social y segregación, pero, no obstante, es necesario explicar por qué en este caso se emplea una terminología especial. Puede indicar por una parte que las instituciones holandesas no son comparables con las instituciones de otras sociedades, o bien que a los holandeses no les gusta verse comparados y que, por lo tanto, la terminología cumple para ellos una función icónica. Cumple dicha función estableciendo límites y trazando diques como los que se hacían alrededor de los pólderes para proteger la vida de la comunidad contra las olas de globalización que llegan del exterior. En mi opinión, hay varios argumentos de peso que sustentan el último razonamiento, y el de la función icónica de la terminología intraducible. En principio, tal y como se verá en este artículo, las instituciones holandesas resultan ciertamente comparables con las instituciones de otras sociedades que cumplen las mismas funciones
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