En Suecia, el poder del Estado está más involucrado en los medios de comunicación que en la mayoría de los países de la Europa occidental. El estado establece las líneas maestras para la explotación de medios de radiodifusión, y cuenta con mayoría en el consejo de las sociedades de radiodifusión. Asimismo, subvenciona periódicos creando desventajas competitivas en su mercado. Quizás en respuesta a la prontitud del Estado sueco para intervenir, los medios de comunicación tienen un alto nivel de autorregulación. Esto no significa que el Estado sueco controle los medios de comunicación, puesto que las fuerzas del mercado son muy fuertes hoy en día, y la principal tendencia es la comercialización de los medios de comunicación.
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