En el curso de la historia miles de sociedades han existido, ello representa infinitas formas de organización. A pesar de su heterogeneidad una constante universal de toda organización social, es la presencia de un guía o jefe en quien descansa la conducción de un grupo, sea este simplemente gregario o complejamente organizado. Las causas que hacen posible que un miembro se constituya o se imponga como dirigente, así como la de los fines que persiga, son múltiples y de variada complejidad, - incluido lo biológico -. Nuestra sociedad no es una excepción.
Diversas ciencias han abordado desde su perspectiva el análisis de liderazgo. En el caso de las ciencias sociales, una de las preocupaciones es poder establecer generalidades validas frente a lo fenoménico de las realidades sociales. En ese sentido el sociólogo alemán Max Weber al estudiar las relaciones de dominación o si se quiere de gobernabilidad entre los hombres, identificó tres tipos básicos de dirigencia o jefatura , y que pueden ser validos para un sin fin de comunidades y organizaciones humanas, a saber: tradicional, carismático, y legal o de representación.
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