Cubre una región del espacio, no son puntos sino relaciones las que le dan su extensión, algunos lugares están más nutridos de vínculos que otros, pero la conexión se presenta, no hay lugares fuertes sino urdimbre y trama, la fuerza depende de todos, cada vínculo sabe que los otros están ahí, ninguno conoce la totalidad de lo posible, pero actúa en comunidad, dentro de la energía que circula y se expresa por la unión, cada uno aporta su resistencia y su impulso, la formación está ahí cuando la estructura se debilita y parece desintegrarse, la configuración está ahí cuando el movimiento conjunto exige el poder que todos conforman. Es la red, la presencia invisible de lo fijo, la figura visible de lo móvil. La red, cuando hace falta el sistema opera en una unidad extensa y poderosa, cuando no ocurre nada sigue presente. La red, voluntades hermanadas en una vocación de conjunto, independencia y autonomía que la mimetiza con el mundo de los órdenes fijos y estables. La red, la que permanecerá cuando la catástrofe arrase lo evidente, la que actuará cuando sea necesario y pertinente. La red, el lugar que está en muchas partes, el centro que no conoce ubicación, el sentido que emerge y luego desaparece, la posibilidad que organiza a todas las posibilidades cuando el corazón de una telaraña ha muerto.
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