La influencia que actualmente las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ejercen en todos los ámbitos de la vida queda patente en cualquier acción que realicemos. Si vamos al banco todas las sucursales están conectada a través de la red, las consultas a los fondos bibliotecarios las podemos realizar desde casa o desde el centro de trabajo gracias a Internet, consultar el B.O.E., incluso realizar la compra en algunos supermercados, comprar libros, comunicarnos con cualquier persona, y todo un largo etcétera.
Son muy amplios los horizontes que nos abren las redes, y en particular Internet. Ya no existen barreras espacio temporales, si podemos comunicarnos con cualquier familiar o colega desde cualquier parte del mundo, por que no vamos a aplicar esa posibilidad de comunicación en nuestra tarea docente. Estamos harto de hablar y que nos hablen de la utilización de estos nuevos recursos como fuente de documentación, pero no debemos de olvidar que es una poderosa herramienta de comunicación. Hasta ahora hemos venido empleando el correo electrónico como principal herramienta de comunicación, siendo muy habitual que los utilicemos para comunicarnos entre colegas e incluso que nuestros alumnos lo empleen para hacernos alguna que otra consulta o pedirnos una cita. Incluso en los cursos de formación a distancia se emplea como herramienta de tutoría virtual. De ahí que hasta ahora se ha venido entendiendo por tutoría virtual una mediación tecnológica realizada con una función tutorial que permite a profesores y alumnos desligarse de las variables espacio y tiempo. Pero esta concepción de tutoría lleva implícito la asincronía de la comunicación. Nosotros vamos mas allá, ya que pretendemos que la comunicación en la tutoría virtual no sea asincrónica sino sincrónica, es decir, que se de en espacios diferentes pero al mismo tiempo, de forma que pueda existir una diálogo simultaneo entre profesor y alumno.
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