Las posibilidades utópicas de la tecnología y de la máquina se han convertido en fuente de inspiración para muchos. Otros tantos, cuyo idealismo se conecta con las visiones románticas y simbolistas del pasado siglo, perciben su sueño en la integración de todas las artes, como defensa ante la amplia sombra proyectada por ese nuevo edificio de la ciencia y de la tecnología. Nuestra civilización es hija de la técnica y del progreso, un progreso adjetivado por Heidegger, en la máquina, como simplemente devastador.
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