Este artículo demuestra que los principios y el contenido del Curriculum Nacional son los presupuestos en cualquier justificación de educación en democracia. Lo que también demuestra es que el Curriculum Nacional solamente puede desarrollar genuinamente su papel democrático en una sociedad que ofrezca las condiciones culturales y sociales necesarias para su puesta en práctica. Pero, puesto que el Curriculum Nacional se está aplicando en una sociedad que carece de tales condiciones, cualquier fallo a la hora de ofrecer una \\\\\\\"educación para la democracia\\\\\\\" no será fallo del contenido del curriculum sino del tipo de sociedad democrática en la que éste está actuando.
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